Chris Ware en «Chicago» - Temporada 8 | Art21

Art21 se enorgullece de presentar un segmento artístico, protagonizado por Chris Ware, del episodio «Chicago» de la octava temporada de la serie Arte en el siglo XXI.

ARTE EN EL SIGLO XXI

(Rasgueo suave guitarra)

Mi rutina diaria
se ajusta al de la Escuela Oak Park.

Me levanto muy temprano,
antes que mi mujer y mi hija.

Durante un rato
escribo en mi diario.

Más tarde,
preparo el desayuno a mi hija.

Y luego vamos a la escuela en bicicleta.

(Música continúa)

Regreso a casa y trabajo
desde las 08:00 hasta las 14:45 horas.

Después,
recojo a mi hija del colegio.

A los veinte años, solía trabajar
todo el día y toda la noche.

Pero al hacerme mayor y ser padre

ya no puedo hacerlo.

(Raspado de lápiz sobre un papel)

Que te llamen artista es muy halagador.

Pero nunca fue algo que me esperara.

Me gusta la cualidad
esencialmente humilde

que existe en la actividad
en ser dibujante gráfico.

La sencillez de ser yo
sentado a la mesa, y mi trabajo.

Esa es una posible vía para hacer
lo que podríamos llamar arte.

(Música de piano)

Nunca fui el chico
más polular ni el más atlético.

Comencé a dibujar cómics
para diferenciarme de mis compañeros.

Pero también,
para evadirme y protegerme de ellos.

Intentaba evitar
las confrontaciones físicas.

Dibujar es lo único
que he sido capaz de hacer.

Me parece una habilidad prodigiosa.

Comienzo cada página con una cartulina

de entre 60 a 90 centímetros.

Dibujo con un lápiz azul no-fotográfico.

Intento encontrar en el azul
el espacio donde están las figuras.

Y con eso ya está hecho.

Repaso esas líneas concretas
con tinta negra para resaltarlas.

Cuando esa página se fotografía,

los trazos azules no se ven.
Desaparecen.

Y no quedan más que
los trazos en negro.

A partir de ahí,
añado las capas de colores.

(Música continúa)

Cada página suele llevarme
unas 40 horas.

No es que lo haga
como una semana corriente laboral.

Pero es lo que se tarda de media.

Y la mayor parte la paso
yendo de un lado a otro,

Descontento e inseguro,

lleno de incertidumbre
pensando que no funciona,

leyendo o evitando el trabajo
o cualquier otra cosa.

(Música continúa)

(Personaje hombre) ¿Alguna vez
te has levantado y has pensado

"Oh, Dios! ¿Este soy yo?
¿Pero qué estoy haciendo?".

(Chris Ware) Cada viñeta,
cada letra son creaciones propias.

Me doy cuenta de que el proceso
real que se lleva a cabo en los cómics

no son los dibujos
que acompañan al texto.

Es el proceso psicológico
de leer los dibujos.

Es un sistema de símbolos.

(Música)

Durante un tiempo,
dejé de poner palabras en los cómics.

Porque contaba lo que sucedía
en lugar de que fluyera en la página.

Luego me fui sintonizando
con los ritmos y los sonidos internos

que se crean en la mente
cuando uno solo lee las imágenes.

Como una especie de música
rara e invisible sin sonido.

Cuando reintroduje
las palabras en las viñetas.

Intenté hacerlo
de una forma más cuidadosa.

(Música de piano)

Por lo que a mí respecta

la composición de la página
es más importante que las viñetas.

Cuando estructuro las páginas,

la forma en que cada viñeta individual
se coloca junto a otra es improvisada.

Pero siempre hay algo en cada página
que añade significado

a la estructura global de la historia.

Puedo tardar una semana en hacer
una página que se lee en 15 segundos.

Comencé a trabajar en esta hoja
que forma parte de un capítulo

de este enorme libro "Rusty Brown",

en el año 2001,
y no he parado desde entonces.

Con algún descanso para crear
otras historias, libros o proyectos.

La primera parte
tiene más de 300 páginas.

Me gustan los libros extensos.

No me resulta aburrido
sentarme a la mesa durante una eternidad

para trabajar en un libro
que se lee en 3 o 4 horas.

(Tictac del reloj)

(Música enérgica de piano)

Hace poco,
mi hija me dijo

«Papá, somos un poco raros.

No tenemos nada moderno en casa.

¿Qué nos pasa?».

Tengo tendencia
a organizar y coleccionar cosas.

Puede que sea parte inherente
de ser un dibujante de cómics.

Mi interés por los juguetes antiguos

comenzó cuando
me adentré en el mundo de los cómics.

Y, existe una relación entre ambos.

Me gusta mirar estas cosas.

(Música continúa)

(Tictac del reloj)

Fue Snoopy quien me llegó al corazón.

Creo que gracias a Snoopy

se inició una conexión emocional
entre los cómics y los lectores.

Charlie Brown es un personaje
que te despierta sentimientos.

Además de conectar con la historia
a través de Charlie,

también sufres por él.
Es el primer dibujo animado empático.

Que Charles Schulz fuera capaz
de crear empatía y conexión con un dibujo

permitió que mi generación

escribiera historias
sobre las emociones humanas

en oposición a las historias
de superhéroes con las que crecimos.

(Música electrónica suave)

La idea de hacer un tira cómica en serie
es endémica de Chicago,

y comenzó en el periódico Tribune.

Sus editores tuvieron la idea

de contar una historia sencilla

con las que los lectores
se involucraran a diario.

Todos leían las tiras
de The Gumps, Gasoline Alley,

La huérfana Annie o similares.

Siento que formo parte
de una tradición.

La sensación de familiaridad
de los dibujantes gráficos de Chicago

siempre me atrajo desde joven.
Y, ahora entiendo las razones.

Chicago no es una ciudad pretenciosa.

Nueva York tiene el 1%
de la población más rica.

Por el contrario, Chicago tiene el 99%,
de mayoría de gente trabajadora.

Es la franqueza americana que me gusta.

¡Genial! Ya he terminado dos viñetas

Es hora de almorzar.

(Ruido de conversación)

Jamás pensé que podría
ganarme la vida con lo que hago.

Pensaba que sería el rarito
que trabajaría en una tienda,

en una ferretería o en una panadería,
y al que la gente señalaría y diría:

«MIra, ese es el tipo que lleva trabajando
en una novela gráfica unos 30 años».

Lo podrían decir igualmente ahora.

Solo que no trabajo en una panadería.

Estoy muy agradecido por poder hacerlo.

Pero en absoluto era lo que esperaba.

(Rasgueo de guitarra)

Lo cierto es que no puedo fingir

que tengo la suerte de poder hacer
una portada del New Yorker.

A veces, no me puedo creer
que me esté pasando de verdad.

Es la única publicación en América,
y puede que en todo el mundo

que respeta y trata
a los artistas como tales.

No te dicen lo que tienes que hacer,
a menos que tú solicites ciertas pautas.

Si no es así,
tratan tu dibujo como una única imagen.

Solo tienes que poner el título
New Yorker en algún lugar.

(Música continúa)

En Historias de un edificio,
en el que trabajé durante 11 años,

el libro trata sobre una mujer
que abandona sus estudios

en la escuela de arte
para formar una familia en Oak Park.

Y en el que muestro el vecindario.

(Personaje mujer) «¿Es demasiado
pedir de vez en cuando

dejar de ser una madre
solo durante una hora?».

¡Por Dios!
Que también es su hija.

(Chris Ware) El libro trata

sobre el cambio de una vida por otra,
y la culpabilidad que conlleva.

Surgió por casualidad,
justo cuando todos pensaban

que los libros desaparecerían
y que leeríamos en las pantallas.

Por suerte, no fue el caso.

Parece a las personas
todavía les gustan los libros.

Esta caja contiene 14 panfletos,
libros, desplegables, etc.,

Esta diseñado para que se pueda leer
en indistinto orden.

Porque es la forma en la que
funcionan la vida y los recuerdos.

Este en particular, trata sobre
un día en la vida de un personaje.

Se diseñó igual que
los relatos infantiles Littel Golden Book.

Este presenta los recuerdos que ella tiene
cuando abandonó la escuela de arte.

y a los veinte años vivía sola en Chicago.

En sí mismo es una metáfora perfecta
del ser humano.

Tiene una cara delantera,
una trasera, un lomo,

y es más grande por dentro
que por fuera.

(Rasgueo suave de guitarra)

Existe mucha confusión
y mucho conflicto.

Y de eso se supone
que deben tratar las historias.

De intentar entender todo esa agitación.

Dede el inicio, quise crear historias
llenas de emociones, como en la vida,

en la que una tira podía ser
tanto divertida como triste.

No quiero deprimir a nadie.

Solo quiero reflejar,
lo que yo creo que significa estar vivo.

Eso es lo que de verdad permanece.

Tanto si estás
conversando con gente

como si te encuentras solo,
perdido en tus propios pensamientos.

En esencia, se trata de eso.

Creo que…

como individuos, no podremos avanzar
o esperar que las cosas mejoren

si no empatizamos con las personas
y sentimos no solo por ellas,

sino también
un poco a través de ellas.

Hay tanta narrativa
que carece de ese enfoque,

que los cómics
son un buen lugar para hacerlo.

(Música electrónica)