Previniendo el envejecimiento imaginario | Paloma Navas | TEDxMadrid

¿Se puede envejecer mejor? Paloma Navas, especialista en medicina preventiva y doctora en salud pública, nos muestra la evidencia científica sobre cómo nuestra idea del envejecimiento se puede convertir en una profecía autocumplida de la propia vejez y nos da claves sencillas para disfrutar de esos años de forma saludable y en comunidad.

Paloma Navas Gutiérrez es una médica especialista en medicina preventiva y salud pública apasionada por la salud de las personas mayores. Viajera infatigable, ha estudiado y trabajado en países como Alemania, Senegal, Puerto Rico, Tanzania o México, lo que le ha permitido conocer de primera mano diferentes concepciones de la salud y distintos sistemas sanitarios. Paloma se doctoró en la escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins gracias a una beca Fulbright. Su investigación sobre factores de riesgo sociales y medicina preventiva para personas mayores le ha llevado a replantearse el concepto de salud durante el envejecimiento y a cuestionar algunos de los paradigmas sobre la vejez que abundan tanto en el discurso biomédico como en el discurso social.
Trabaja para generar y difundir conocimiento científico sobre medicina preventiva y envejecimiento y luchar contra la discriminación por edad.

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Hemos trabajado muy duro
para conseguir vivir más tiempo

y sin embargo hoy nos planteamos
el envejecimiento como un problema.

Yo también me planteaba el envejecimiento
de la población como un problema

y por eso hace unos años
hice la maleta, lo dejé todo

y me fui a una universidad muy buena
de Estados Unidos, la Johns Hopkins,

a adquirir herramientas que me ayudasen
a combatir con el reto del envejecimiento.

Lo que yo no esperaba era darme cuenta
de que mi visión de partida,

mi imagen de la vejez,
estaba distorsionada.

Tenía una serie de creencias,
de estereotipos y de prejuicios

que me impedían ver con claridad.

Podemos pensar que el envejecimiento
es positivo o es negativo

pero todos compartimos una cosa,

y es que esa idea se hace
muy pronto en nuestra vida.

Algunos estudios en los años 70

entrevistaron a niños entre 4 y 11 años,

un gerontólogo, Seefeldt y sus colegas,

le preguntaban a los niños
qué imagen tenían de las personas mayores.

Los resultados son espeluznantes.
(Risas)

2 de cada 3 niños consideraban
que las personas más mayores

eran inútiles,
incapaces de cuidar de sí mismas

y generalmente pasivas.

Y esa imagen negativa
que tenían del envejecimiento

se convertía además en una expectativa
de su propia vejez.

El 60% de los niños

ya predecían que cuando envejeciesen,
se iban a sentir horrible.

¿Y cómo puede saber
un niño de 4, 5 ó 6 años,

cómo va sentirse cuando sea mayor?

Pues lo que probablemente sucede
es que absorbemos

ese estereotipo y esa creencia
de nuestro entorno.

De hecho en el mundo occidental,
Europa o América del Norte,

hay en general
una visión muy negativa de la vejez.

Es lo que llamamos el edadismo
o la discriminación por la edad.

¿Y qué pasa cuando
esos niños van creciendo?

Pues que el estereotipo
se va reforzando,

la creencia se va machacando

por los medios de comunicación,
la publicidad, las películas...

Si os fijáis, ¿cuál es la imagen
que se proyecta del envejecimiento?

No es generalmente positiva.

Como mucho es cálida,
pero no como un envejecimiento activo.

De hecho, en los años 90 hubo
otro experimento muy interesante,

lo hizo Burke
con profesionales sanitarios.

Quería analizar por qué
algunos profesionales sanitarios

hablaban con la gente mayor
como si fueran niños,

es lo que se llama el "elder talk",

que todos o lo habéis hecho
o lo habéis visto:

"Hombre, Carmencita,
¿cómo estamos hoy?,

que le he traído
la pastillita del corazón".

¿No? Y Carmen tiene 75 años,
es profesora emérita de la Universidad

y está en perfecto estado cognitivo.
(Risas)

Burke demostró
que los profesionales sanitarios

hablaban así con las personas mayores

independientemente del estado cognitivo
que ellas tuvieran,

sino basados en sus propias creencias
sobre la vejez.

Os invito a que nunca hableis así
con una persona mayor.

(Aplausos)

En el 2008 ha salido
un artículo en el The New York Times

en el cual revisan
toda la evidencia científica

de por qué hablar así
con las personas mayores

es perjudicial para su salud.

De una manera muy sencilla podemos
ver que le estamos reforzando la idea

de que es inútil, de que es incapaz.

No, las personas mayores
no son como niños.

Hay otro estudio muy interesante
que también empezó en los 70

con un gerontólogo, Ashley,
que fue a un pueblo de Ohio

y consiguió convencer a
2/3 de la población mayor de 50 años

de participar en un estudio.

Eso es un logro
para cualquier investigador

porque nadie quiere participar
en estudios científicos

y menos si son periódicos.

A estas personas
se les preguntaba periódicamente

sobre su estado de salud mental,
su estado de salud física,

su entorno laboral, familiar, etc.

Y además se les preguntaban
algunas cosas sobre su imagen de la vejez:

¿Crees que te haces menos feliz
según envejeces?

¿Crees que según envejeces
eres menos útil?

Pues este estudio,
que fue muy interesante,

tuvo quizá los resultados más potentes
15 años después.

Hay una psicóloga social, Becca Levy,
de la Universidad de Yale,

que ha revolucionado el mundo
(Risa) para mí, mi mundo,

al demostrar que
el estereotipo negativo de la vejez

se convierte en una profecía autocumplida.

Es decir, que afecta nuestra salud,

si pensamos que vamos a envejecer mal,
probablemente lo haremos.

Pues Becca Levy, con el estudio de Ohio,
decidió contrastar una hipótesis:

¿Viven más las personas que tienen
una visión positiva de la vejez?

Fue a Ohio y recuperó
todos los certificados de defunción

de la gente que ya había fallecido
del estudio

y comparó la esperanza de vida
de las personas con una visión positiva

con aquellas que tienen
una visión negativa de la vejez.

Y encontró que las que tienen
una visión positiva vivían más tiempo.

¿Cuánto más tiempo creéis que vivían?

¿Un año? ¿Dos años?

¡7.6 años!

7.6 años más de esperanza de vida

tenían aquellas personas
con una visión positiva de la vejez.

Controlando todos los otros factores.

¿Sabéis lo que nos cuesta como sociedad

aumentar la esperanza de vida
(Risa) en 3 meses?

"Esta operación... consigue un año más
de esperanza de vida"...

Cambiar de actitud.

Cambiar nuestras creencias
sobre el envejecimiento.

¿Y cómo puede una creencia convertirse
en un cambio de tus células,

de tu esperanza de vida?

Es muy revolucionario.

Pues ellos han conseguido ver

cómo se asocia el estereotipo negativo

a cosas como la memoria,

a cómo desempeñamos
las pruebas cognitivas.

Y en el 2013 consiguieron asociar
la visión negativa de la vejez

con el tamaño de nuestro hipocampo.

O sea que nuestras ideas
cambian la anatomía de nuestro cerebro.

Y para aterrizarlo un poco
en nuestro día a día

hay muchas hipótesis de cómo esto sucede,

cuál es el mecanismo biológico,
cómo pasa esto.

Pero hay una cosa que hemos hecho todos
o hemos visto hacer,

y es el: "Es que yo a mi edad..."
(Risa)

"¿Qué hago yo
con zapatillas de deporte a mi edad?",

"¿Y qué hago yo
yendo al gimnasio a mi edad?",

"¿Qué hago yo si tengo 40
con esos de 20?".

De repente dejamos de hacer cosas
que son buenas para nuestra salud

porque hay una especie
de fecha de caducidad

a partir de la cual tiramos la toalla.

Parece que el día que cumplimos 65 años,

"game over", se acabó el juego,

ya no podemos introducir ninguna actividad
positiva para nuestra salud

porque no merece la pena,
no hay vuelta atrás,

el envejecimiento es negativo
por definición, es inexorable.

Sabéis, de hecho,
esa fecha de los 65 años

estuve intentando encontrar
de dónde venían,

y probablemente la causa se llame
Otto Von Bismarck,

que es el canciller alemán
a finales de 1800.

En 1893 creó la primera política
de jubilación del mundo.

Es muy reciente el derecho a jubilarse,

porque estaban los trabajadores
haciendo muchas manifestaciones

y quería calmar un poco los ánimos,

y puso la edad de jubilación en 70 años.

Cuando investigué un poco

cuál era la esperanza de vida
en Alemania en 1893,

(Risas)

¿Cuánto creéis que vivía la gente en 1893?

La esperanza de vida al nacer
era de 39 años. (Risas)

Otto Von Bismarck era un lince...
(Risas)

Los que tenían más suerte
y conseguían llegar a los 30,

de media iban a vivir otros 30 años más,
o sea, 60.

Otto Von Bismarck vivió hasta los 78,
o algo así,

él sí, el resto, no.
(Risas)

¿Veis qué poca base tiene?
No tiene ninguna base médica lo de los 65.

El resto de los países fueron adquiriendo
esa fecha de 70, 60...

de hecho dicen que en Estados Unidos
se aceptaron los 65

porque alguien dijo "60",
alguien dijo "70"

y alguien dijo
"ni para ti, ni para mí: 65".

Y ahora en la imaginación colectiva
se ha convertido

en una especie de paso del ecuador

en el que ya nos adentramos al...

a no tener solución, a no tener remedio

y sí tenemos remedio.

Hay cambios en nuestro estilo de vida

que nos van a beneficiar
en cualquier momento.

Por ejemplo, si después de esta charla
decidís dejar de fumar,

mañana, en 24 horas,
vuestro riesgo cardiovascular

habrá disminuido,
independientemente de la edad que tengáis:

20, 40, 60, 80...

En dos días,
recuperareis el olfato y el gusto.

Perder el exceso de peso,
esa lucha constante,

en cualquier momento de nuestra vida,

aunque tengamos 80 años,

perder el exceso de peso es positivo,
especialmente la grasa abdominal,

la barriga, que es un predictor
de evento cardiovascular muy importante,

lamento deciros.
(Risas)

Y por qué no hablamos también
no sólo de las cosas más físicas

sino también las cosas más cognitivas,
o más sociales,

qué tal apuntarse a hacer algo nuevo,

apuntarse a un curso,
conocer a gente nueva.

El entorno social,
la gente que conocemos,

también es fundamental
en nuestro envejecimiento,

en nuestra vida en general.

Cuando yo empecé a investigar,

mi objetivo era encontrar
intervenciones de medicina preventiva

que pudiesen mejorar la calidad de vida
y la esperanza de vida

de las personas más mayores,

no solamente hablamos
de la prevención en niños,

pues también en personas mayores.

Y yo como médico
pensaba en cosas muy clásicas:

el sobrepeso, el tabaco,
el exceso de alcohol, el sedentarismo...

Sin embargo, según iba investigando,

yo tenía una base de datos estadounidense

que es representativa de todo el país,

sus resultados son muy sólidos,

y a estas personas mayores de 65

se les hacían tres preguntas
sobre su barrio:

"¿Usted cree que la gente en su barrio
se conoce bien?"

"¿Usted cree que la gente en su barrio
está dispuesta a ayudarse?"

"¿Se puede confiar
en la gente de su barrio?"

Es una medición de cohesión social

que usaban los sociólogos
para otros ámbitos,

no para la medicina preventiva.

Pero a mí me llamó mucho la atención
y la metí en mis modelos.

Y resulta que las personas que tenían
una cohesión social alta,

que sentían que en su barrio la gente
se conocía, se ayudaba, se podía confíar,

tienen un 40% menos de riesgo
de tener un evento cardiovascular.

No sólo son
los factores de riesgo clásicos,

sino también
los factores de riesgo sociales,

y nuestro barrio, nuestro entorno,
es muy importante para nuestra salud.

Vuestros vecinos afectan vuestra salud.
(Risas)

¿Y sois buenos vecinos, vosotros?

¿Saludais?
(Risas)

Hay un montón de evidencia científica
que se va publicando y acumulando

sobre cómo los barrios afectan a la salud,
no sólo el entorno social,

también el físico, también las aceras,
que sean caminables.

De hecho, aquí en España
hay un grupo puntero

en la Universidad de Alcalá de Henares,

os recomiendo que mireis los resultados
que están obteniendo porque es fascinante.

Yo creo que en el futuro
en Idealista te dirán:

Dos baños, un dormitorio, no sé cuánto
y cohesión social. (Risas)

(Aplauso)

Y cómo pueden ser tus vecinos,
cómo te afecta un vecino,

aparte de que te caiga mejor o peor,

cómo afecta un vecino
a tu riesgo cardiovascular,

es un salto.

Hay muchos mecanismos de acción
y también diferentes hipótesis,

pero yo creo que una muy sencilla,
y es el caminar,

sobre todo si estamos pensando
en personas mayores de 65 años,

para quienes caminar es quizá
el ejercicio físico

más recomendado y más fácil.

¿Pensais que una persona que no se siente
segura ni arropada en su barrio

va a practicar ejercicio físico en él,
va a salir a caminar?

Qué importante es
salir a caminar acompañado.

Me ha fascinado un estudio
que ha salido en el 2016,

también de Madrid,
de la Universidad Autónoma,

del Departamento de Medicina Preventiva,

que son líderes
en investigación cardiovascular.

Ellos están haciendo un estudio
de hipertensión o de tensión arterial

y de apoyo social.

A un investigador muy inteligente
se le ocurrió introducir esta pregunta:

"¿Camina usted solo o acompañado?".

Las personas que caminaban acompañadas
tenían menos presión arterial nocturna.

Era tremendamente beneficioso
para la salud,

porque no sólo es caminar y mover
los músculos, las piernas, o el corazón.

También es la compañía, es hablar.

El envejecimiento no es un problema,

envejecer es un privilegio

y un hecho.

En poco más de diez años

vamos a ser uno de los países
más envejecidos del mundo.

De cada tres personas,
una tendrá más de 60 años.

¿Dónde queremos envejecer?

¿Dónde queremos que envejezcan
nuestros padres, nuestros abuelos?

¿En qué sociedad?

Tenemos que eliminar
esa visión negativa de la vejez,

primero porque afecta nuestra salud,

y después porque afecta la salud de otros.

Yo os invito a que os cuestionéis
esos estereotipos,

que a veces son muy inconscientes,

sobre lo que puede o no puede hacer
una persona en base a su aspecto.

Y os invito también
a que construyamos una sociedad

en la que quepamos todos,

en la que quepa una persona de 20,
una persona de 80,

una persona que va con un carrito
y una persona que va con un bastón

o en una silla de ruedas.

Una sociedad en la que podamos
envejecer con calidad,

en la que podamos envejecer con salud,

en la que podemos envejecer
caminando juntos.

Muchas gracias.

(Aplausos)