Los FoodCorps | Curt Ellis | TEDxManhattan

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

FoodCorps: No se pregunten cómo su país los puede alimentar; pregúntense cómo pueden alimentar a su país.
Curt Ellis, el cofundador de la compañía productora de documentales Wicked Delicate, basada en Brooklyn, y cocreador de la película King Corn, ganadora del premio Peabody, se concentra ahora en el lanzamiento del programa de los AmeriCorps sobre los jardines escolares, los FoodCorps, el cual promete combatir la obesidad infantil y al mismo tiempo entrenar a una nueva generación de granjeros.

Como sugirió Laurie,

quiero comenzar volviendo atrás
en el tiempo

hasta octubre de 1960

cuando John F. Kennedy

aterrizó en Ypsilanti
al sur de Michigan,

en Willow Run.

Era la 1:45 de la mañana,

y Kennedy estaba en los últimos días de
una reñida elección con Richard Nixon,

y para cuando llegó al campus
de la Universidad de Michigan

y al hotel del campus
donde pasaría la noche

estaba exhausto.

Sin embargo, a la Universidad
no le importaba el cansancio.

Allí había unas 10 000 personas
que habían venido a conocerlo,

y allí estaba el micrófono colocado
frente a las gradas del campus.

Y aunque los redactores

estaban en el cuarto trasero
del Memorial Union,

pensando, bebiendo, o cualquier cosa
que hagan los redactores,

Kennedy sabía que debía decir algo.

(Imitando a KFK) "He venido aquí
para ir a la cama", dijo.

(Risas)

Y luego, en tres minutos,

a las 2:00 de la mañana,

sin siquiera consultar a un redactor

o hacer una encuesta,

Kennedy propuso una de las ideas
más duraderas de su corta vida.

Propuso los Cuerpos de Paz,

y al poco tiempo de haber sido elegido,
lo hizo posible.

Este año es el 50 aniversario
de los Cuerpos de Paz.

200 000 hombres y mujeres
ya han servido en 139 países...

haciendo pequeñas obras,

llevando mejoras en educación,
en la agricultura y la salud

a las comunidades que lo necesitan.

Y sobre la marcha, esos pequeños actos
contribuyeron a grandes objetivos,

resolviendo problemas

como disipar la ira atómica de
la Guerra Fría sin ninguna bomba

o construir la imagen de EE.UU.
en el exterior

no solo como una nación de poder

sino también como de una de promesas.

Más que nada,

los Cuerpos de Paz han mostrado que
los líderes jóvenes y el servicio nacional

pueden ser una herramienta importante
para responder a grandes problemas.

Y hemos estado escuchando hablar
de grandes problemas todo el día.

Según las estadísticas,

uno de cada tres niños de EE.UU.
está por desarrollar diabetes de tipo 2,

uno de cada dos de los niños de color.

Tenemos más gente viviendo
en las prisiones en EE.UU.

que los que aún son capaces de ganarse
la vida como granjeros.

Tenemos una epidemia de obesidad
tan fuera de control

que los líderes militares lo llaman
una crisis de seguridad nacional.

Un 27 % de los hombres
y mujeres jóvenes de EE.UU.

ya no califican para el servicio militar

porque son muy gordos para luchar.

Si no volvemos a la normalidad
este sistema incontrolado de alimentación,

nos dirigimos hacia la mayor
y más cara crisis de salud

que podamos imaginar,

más grande y más difícil de arreglar
que aquella en la que estamos ahora.

Y mirando estos grandes problemas

y buscando una solución,

mi pregunta para Uds.,

aunque sea mucho menos atractivo
que John F. Kennedy

y aunque estoy aquí

solo como un representante de muchos
otros que han tenido esta idea,

mi pregunta es:

¿Cómo se vería EE.UU. dentro de 50 años

si empezáramos juntos un Cuerpo de Paz
para la comida escolar?

31 millones de niños comen en la
escuela cinco días a la semana,

y reciben más de la mitad
de sus calorías del almuerzo,

el desayuno y los refrigerios escolares.

¿Y qué pasaría si lo que comen y lo que
aprenden sobre la comida en la escuela

afecta cómo crecen,

cómo aprenden,

con qué van a alimentar a sus familias,

y cuánto van a vivir?

En la escuela comienza todo.

Y estos Cuerpos de Paz
para la comida escolar,

los FoodCorps, ¿cómo serían?

No creo que necesitemos
al gobierno federal

para organizar
y financiar esto totalmente.

Ya tienen bastante de lo que
encargarse en Washington.

Pero un pequeño apoyo,

una inversión estratégica
del gobierno,

un sello de aprobación

podría darnos un punto de partida

con el cual podemos conseguir
el apoyo de fundaciones,

corporaciones y filántropos

que creen que todos los niños
merecen un futuro sano.

Hay un modelo

para esta clase de asociación
público-privada.

Son los AmeriCorps,

y ha sido bendecido
por el apoyo bipartidario

de líderes como John McCain,
Orrin Hatch y el Presidente Obama,

y que es responsable por algunos
de los mejores trabajos,

los trabajos más innovadores
que tienen lugar hoy en EE.UU.

--organizaciones como Teach For America,
City Year, y Habitat for Humanity--

No creo que necesitemos una gran
organización sin fines de lucro

para reinventar la tarea de
corregir la comida escolar.

Ya hay organizaciones
trabajando en 50 estados

para hacer esto:

lograr una mejora significativa
de la comida escolar.

Solo tenemos que ayudarlos.

Debemos identificar a las organizaciones
que son más efectivas en el terreno

y darles las botas,

darles trabajadores,

y ayudarlos a hacer más.

Aumentar las tropas
para la comida escolar...

miembros del servicio que pasen un año
de servicio público con una paga modesta

que mejoren la vida de los niños
que más necesitan la ayuda.

No debería ser muy difícil
encontrar a esos miembros.

Tenemos una generación de gente joven
que anhelan un trabajo valioso.

Creo que tenemos a media generación
buscando trabajo.

Pero si aprovechamos este deseo,

esta pasión de la que hemos escuchado hoy

de la gente joven, de encontrar
un modo de arremangarse

y dejar sus iPhones por un minuto,

ensuciarse las manos,

cultivar comida, ayudar a los niños,

conectarse con las comunidades,

mejorar las cosas,

creo que podemos tener una idea
que crezca realmente.

Ahora bien, ¿a dónde irían
estos miembros del servicio?

John F. Kennedy habló mucho
sobre la nueva frontera,

pero es la antigua frontera
la que nos necesita ahora.

Son lugares como Iowa,

donde los niños rurales que
crecen en pequeñas ciudades

rodeados por la mejor tierra fértil

muchas veces no tienen acceso regular
a las frutas frescas y los vegetales.

Son lugares como Mississippi,
Arkansas y a lo largo del Sur,

donde los determinantes
sociales y raciales de la salud

tienen uno de cada cinco niños
que ya sufren de obesidad

y tasas mucho más altas entre los niños
de color y de bajos ingresos.

Y hay lugares como el Sudoeste
y las comunidades de indígenas de EE.UU.

en donde se han arraigado las tasas
más altas de diabetes del mundo.

Como la nación tohono o'odham de Arizona,

en la cual, en tiempos de Kennedy,

la diabetes de tipo 2,

llamada entonces
diabetes de inicio adulto,

no era conocida.

Bien, hoy en día se la diagnostica
en niños pequeños de seis años,

y se estima que un 60 % de los
adultos tienen la enfermedad.

Estos son lugares donde
el legado del racismo,

el legado de la pobreza,

ya han erigido barreras altas
contra el éxito.

La epidemia de obesidad, y el costo
de la enfermedad por la dieta

están haciendo esas barreras
aun más altas.

Tenemos que derribarlas,

y el cambio debe venir
de líderes jóvenes desde adentro,

bien entrenados y bien apoyados,

al que se adhieran personas de servicio
en cualquier parte del país.

¿Qué harán estos miembros del servicio

durante su año mal pagado pero
intensamente significativo?

(Risas)

Los miembros del servicio de FoodCorps

probablemente también puedan seguir
el ejemplo de los Cuerpos de Paz.

Originalmente, el programa
se concentró en la educación,

la agricultura,

y la salud.

Bien, en este caso, educación
significa educación en nutrición:

enseñar a los niños cómo es la comida sana

y ser un ejemplo joven

mostrando que comer bien y hacer ejercicio
puede ser algo fantástico.

Significa...

la agricultura, que en este contexto
son los jardines escolares.

Ayudar a los niños a tocar,
cultivar y probar

alimentos que son buenos para ellos,

alimentos que posiblemente
no hayan podido probar antes,

como la lechuga.

(Risas)

Significa la salud,

que en este caso se refiere a darles
a esos niños un acceso diario

a los alimentos sanos que
han estudiado y cultivado

con los programas Farm to School

que conectan a productores

que cultivan los alimentos
más frescos y de mejor calidad

con las cafeterías escolares
que los ansían.

Y transformar esas cafeterías

en lugares donde se celebre
la comida sana,

incluso de manera sencilla,
promocionándola a los niños,

usando algunos de los trucos que recibimos

de la industria de comida rápida
que ha controlado esto por décadas.

Wendell Berry, el granjero,
poeta y filósofo de Kentucky,

habla sobre tres clases de soluciones.

Hay soluciones que profundizan
el problema que tratan de resolver.

Es como responder al calentamiento global
comprando un aire acondicionado más grande.

(Risas)

Luego están las soluciones
que solo empujan el problema.

El etanol hecho del maíz

parece una solución sostenible

al contemplar un campo de maíz
a punto de ser cosechado,

pero no se ve tan bueno cuando se recuerda

que para cultivar un acre de maíz

y fertilizarlo solo una vez
con anhídrido de amonio,

se queman casi 57 metros cúbicos
de gas natural.

Y luego está la tercera clase de solución.

Wendell Berry lo llama resolver por patrón.

Son soluciones que
no causan más problemas

o hacen que los problemas se profundicen;

producen más soluciones.

Y creo que esta podría ser
una de esas clases de soluciones.

Piensen en lo que podría pasar
si empezamos a avanzar en esto.

en lo que pasaría

si además de ayudar a estos niños
a escapar de la obesidad,

también ayudamos
a los jóvenes del servicio

a introducirse en trabajos
de alimentación y agricultura,

si empezamos a ayudar a los granjeros
a encontrar mercados en las escuelas,

y a ayudar a las comunidades
a reunirse para construir un jardín

y percatarse de que pueden
arreglar otros problemas

--la justicia social y ambiental--

con solo trabajar juntos.

Imaginen dentro de 50 años

si conseguimos que estas cosas
se diseminen,

si logramos que estas soluciones
generen más soluciones

creo que algunos de los problemas
sobre los que hemos escuchado hoy

se reducirían un poco.

Esa es mi esperanza.

Lo que debemos hacer

es tomar esa vieja y agotada historia
del servicio de alimentos

y reimaginarla

como algo un poquito antiguo
y un poquito nuevo:

alimentos reales

y servicio nacional.

Gracias.

(Aplausos)