Francia: Viñedos que agonizan_(extracto)

Durante los meses más álgidos de la crisis sanitaria mundial por la pandemia del COVID-19, se suspendieron temporalmente las reuniones sociales y las grandes celebraciones. Esto afectó duramente la industria del champán que en 2020 vio cómo un tercio de sus ventas se desplomaba dando lugar a una crisis peor que la vivida durante la Gran Depresión de 1929. Ante la gravedad de la situación y para evitar una caída de los precios de las botellas de champán por el aumento de la producción con la nueva cosecha, la comisión que regula a los productores vitivinícolas de la región acordó establecer cuotas tope de producción. Esto obligó a muchos productores a dejar de cosechar sus uvas y abandonarlas en los campos o destruirlas. La medida impactó mayormente a los productores más pequeños y recientes, que son mucho más vulnerables a los vaivenes del mercado en comparación a empresas más grandes y establecidas. Y eso sin mencionar todas las toneladas de uvas que se desperdiciaron - y con ella todos los recursos que se utilizaron para su cultivo - para cumplir con la cuota.

Cuando una región del mundo
se hace famosa

por algún tipo de alimento,

sus habitantes harán todo lo posible
por mantener esa condición.

Por ejemplo, la carne de Kobe
solo puede llamarse así

si reúne una serie de requisitos
muy particulares,

entre los que destaca que el animal
debe nacer, alimentarse y sacrificarse

en una región específica de Japón
que incluye la ciudad de Kobe.

Quebec tiene normas que establece
quién puede vender jarabe de arce

y el gobierno incluso mantiene
una reserva estratégica del producto.

El champán es de la región
de Champagne en Francia

y está estrictamente regulado.

Pero la pandemia expuso
el drama de trasfondo

que ocurre durante su producción.

VIÑEDOS QUE AGONIZAN

Debes sostenerlo así
y cortarlo de aquí hasta el final.

Vale.

Y uso el dorso del cuchillo.

-¿Esta parte?
- Sí, esa parte.

Vale, gracias.

Es bastante pesado.

Allí vamos.

Esto es muy difícil.

¡Guauuuuuu!

(Charlet) Hubo muchas razones por las que
sacamos el sable del champán en 2020.

¡Guauuuuu!

Y esas son malas noticias
para Charles Duval-Leroy y su familia.

Gracias.

Esto es lo que tenemos hoy para
Femme de Champagne, no vintage.

Es más como de tipo aperitivo vintage.

Tiene elegancia y delicadeza.

(Charlet) Los Duval-Leroy han estado
en este negocio durante 150 años.

Producen más de 2 millones
de botellas al año

para grandes clientes como Delta Airlines

y el Moulin Rouge.

Con los aviones en tierra y los espacios
para eventos cerrados por el COVID,

las ventas se han desplomado casi un 40 %

y la industria del champán
ha tenido que tomar medidas drásticas.

(Charles) Este es un año inusual.

Tuvimos una buena cosecha,

pero debido a esta crisis del COVID-19,

no pudimos cosechar todas las uvas.

Como puedes ver, muchas uvas
se abandonaron en los viñedos.

Fue un año frustrante para nosotros.

Si no conociera el contexto,
esto parece sabotaje.

Es realmente algo sin precedentes.

Muchas veces nos preguntamos

si había algún método nuevo
de preparación de vino,

pero no, solo podíamos dejar las uvas
en los viñedos y dejar de cosecharlas.

No hacía ningún sentido.

Con las ventas cayendo
durante todo el año,

¿cómo respondió la industria?

El primer paso fue decir:

“Reduzcamos las cuotas.

Si reducimos las cuotas,
reducimos la producción.

No aumentaremos el stock.
que aún no se ha vendido".

Fue una respuesta verdaderamente colectiva
para reducir la producción,

por eso hemos dejado
las uvas en la vid hoy.

Es una respuesta desgarradora,
pero sabemos que es necesario

para el futuro de la región de Champagne.

(Charlet) El Champán ha pasado décadas
diseñando meticulosamente su imagen global

como la mejor bebida
para marcar las ocasiones especiales.

Es este tipo de gestión deliberada

que lo llevó a dejar de producir
unos 100 millones de botellas este año

para mantener los precios.

Pero la decisión dejó que se desperdiciara
más de 10.000 toneladas de uva,

y eso sin tomar en cuenta
otros problemas

que ya venían amenazando
al champán en su reinado

como la bebida preferida
para las celebraciones..

¿Cuéntanos un poco sobre el estado
de la industria del champán

antes de la llegada de la pandemia?

Porque recuerdo que ya se hablaba

sobre la crisis que ya venía
experimentando el champán

incluso antes del COVID.

Desde 2008, el champán
no ha recuperado su nivel de ventas

porque el consumidor final

por cuestiones económicas

ha sustituido el champán
con otros alcoholes

o aperitivos.

El champán aún no se ha beneficiado
de Instagram.

Cada vez más hay una audiencia
que necesita mostrarse

con una copa grande
con mucho hielo y colores.

Como un gin tonic bien preparado

que se ve muy atractivo.

Y el champán es muy elegante,

pero se sirve en una copa pequeña
muy sencilla.

Es demasiado discreto como
para figurar en una selfie o una foto.

"Mira, estoy en un paisaje de ensueño".

(Charlet) Pero algunos pequeños
productores tienen una opinión distinta

acerca de la respuesta correcta
a la crisis.

El color es increible,

parecen [uvas] roussanne.

(Charlet) Mientras que
los grandes nombres en la industria

venden millones de botellas al año,

Alselme Selosse
solo elabora 50.000 botellas

y cada una puede costar cientos de euros.

Buscamos los tallos de las uvas.

(Charlet) ¿Así?

(Anselme) Sí, y luego, al suelo.

(Charlet) No... qué triste.

(Anselme) Sí, es triste porque hay
todo un equipo que trabajó con ellas

todo el año.

Este es un regalo de la naturaleza

y la estamos insultando

si no sabemos aprovechar lo que nos da.

(Charlet) Las cuotas significan
que todos los productores

están abandonando las uvas
en el suelo para que se pudran.

Selosse lo ve como algo
particularmente difícil

para las empresas más pequeñas
porque no pueden perder ingresos.

La industria implementó una cuota
para tratar de aliviar la crisis.

¿Crees que esa fue la solución correcta?

No es una solución.

Es una forma de mantener
a todo el mundo tranquilo.

Lo veo como una carrera hacia el fondo.

Los que no se esfuerzan,

no se adaptan,

y solo ven las vides
como máquinas productoras de uvas,

son los que están siendo recompensados.

Entonces quieren
que los buenos productores

desperdicien sus frutas de alta calidad

para que ellos puedan vender
sus frutos de mala calidad.

Así no le puedes brindar un futuro
a los más jóvenes.

Estos tres jóvenes
son el futuro de la región.

(Charlet) Para Selosse, el éxito
del champán depende de la innovación

proveniente de la próxima
generación de enólogos.

Charlet, ¿quieres una copa de champán?

Vale. (risas)

(Charlet) Pero productores más jóvenes,
tales como Alejandro Chartogne,

que son los que han invertido
más recientemente en la industria,

son también los que
corren mayores riesgos.

Me encanta.

¿Beberías esto como un aperitivo
o con una comida?

Depende de tu estado de ánimo
o del momento.

Puedes beberlo bien temprano en la mañana

o bien tarde en la noche.
(risas)

Está realmente bueno.

(Charlet) A la mayoría de los productores
de champán les va bien.

Por ahora.

Su futuro dependerá de cuándo
terminará la pandemia.

Aunque lo más importante es que
las ventas aumenten cuando termine.

De todas las industrias que han salido
afectadas por la pandemia,

el champán no es necesariamente
el rubro más importante.

¿Por qué a la gente debe importarle
lo que le ocurra al champán?

En muchos países no quieren

ya sea a los ingleses,
a los estadounidenses o a los alemanes.

Pero nadie quiere a los franceses
aun cuando todos aman Francia.

El champán es solo
el comienzo de ese afecto.

Subtítulos por Jenny Lam-Chowdhury
www.eatingwithmyfivesenses.com