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♪ [música] ♪
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[Alex] En este último video de la sección
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trataremos los recursos comunes,
cubriremos la "tragedia de los comunes"
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y hablaremos
sobre algunas posibles soluciones.
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La tragedia de los comunes
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Los recursos comunes son aquellos
que son no excluibles pero rivales.
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A diferencia de los bienes públicos,
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los recursos comunes se acaban
con el uso que les dan las personas.
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El atún en el océano
es un ejemplo de recurso común.
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Los atunes son no excluibles
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porque no existen derechos de propiedad
de los peces en el océano.
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Nadie puede ser excluido legalmente
de la pesca de atún,
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al menos fuera de las aguas territoriales
de un país.
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Sin embargo, los atunes son rivales,
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si se pesca un atún,
queda uno menos para el resto.
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Los recursos que son
no excluibles pero rivales
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con frecuencia,
llevan a una tragedia de los comunes,
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una destrucción de los recursos comunes.
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En el caso del atún,
significaría la desaparición del atún.
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Más en general, la tragedia de los comunes
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es la tendencia de que cualquier recurso
que no tiene dueño
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y por consiguiente, es no excluible,
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se utilice excesivamente
y no se mantenga adecuadamente.
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En el caso del atún, el recurso común
es la existencia del atún
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y está disminuyendo rápidamente.
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Desde 1960, la pesca del atún
ha decrecido en un 75 %.
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El atún de aleta azul, en especial,
está en peligro de extinción.
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Nadie quiere que esto suceda.
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Los consumidores de atún
no quieren que suceda
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ni tampoco los pescadores de atún
porque su trabajo se ve amenazado.
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Entonces, ¿por qué está sucediendo?
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Puede que piense
que la respuesta es obvia.
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¡El atún es delicioso!
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La demanda de sushi está alta.
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Pero esa no puede ser toda la historia.
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El pollo también es delicioso
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pero no está en peligro de extinción.
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Entonces, ¿por qué existe la diferencia?
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Comparemos los incentivos de Frank Perdue,
el famoso empresario avícola,
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contra los incentivos
de los pescadores de atún.
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Si Frank Perdue cosecha
demasiados pollos hoy,
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no tendrá muchos para vender mañana
y se quedará sin negocio.
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Perdue tiene un incentivo de preservar
la reserva de pollos, mantenerla,
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para poder continuar
en el negocio a largo plazo.
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Cuando Perdue vende menos hoy,
es costoso.
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Pero obtiene el beneficio
de vender más mañana.
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Por otro lado, pensemos
en un pescador de atún.
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Sabe que la reserva de atún
se está extinguiendo.
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¿Pero no tiene el incentivo
de conservarla?
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No, porque si la conserva
y pesca menos hoy
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no dejará mas atún para él
en el día de mañana.
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Dejará más atún para otro pescador de hoy.
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El pescador de atún
no tiene incentivo de conservar,
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porque no es dueño de la reserva de peces
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en la forma en que Frank Perdue
es dueño de la reserva de pollos.
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Entonces, el pescador de atún no tiene
un incentivo para mantener la reserva.
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Y como resultado, obtenemos
la tragedia de los comunes.
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La reserva de atún desaparece
y no hay más sushi
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ni trabajo para los pescadores.
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Esa es la tragedia.
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Aquí va otro ejemplo más prosaico.
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¿Tiene compañeros de departamento?
Vea la cocina.
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Esa es la tragedia de los comunes.
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Hay muchos otros ejemplos,
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con frecuencia relacionados
con el medio ambiente:
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la matanza de búfalos a campo abierto
del siglo XIX,
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actualmente, la deforestación
de la región de Sahel en África,
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la caza de elefantes y rinocerontes
hasta casi su extinción.
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En cada uno de estos casos, nadie es dueño
de los recursos en cuestión.
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Nadie puede ser excluido de cazar búfalos,
cortar árboles o matar elefantes.
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Entonces, obtenemos el uso excesivo
y el mal mantenimiento
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de los recursos comunes.
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¿Existen soluciones
para la tragedia de los comunes?
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Veamos tres enfoques:
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1. El comando y el control.
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2. Normas culturales.
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3. La creación de derechos de propiedad
en donde antes no existían.
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El comando y el control son las reglas
y las regulaciones que, frecuentemente,
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se usan para limitar
o evitar las tragedias.
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Pero estos métodos son, normalmente,
ineficientes e inefectivos.
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Solo para dar algunos ejemplos,
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cuando las reservas de peces
comienzan a colapsarse,
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generalmente, el número de barcos
de pesca es limitado
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o el número de días de pesca es limitado.
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Para tratar de salvar
al cangrejo rojo gigante, por ejemplo,
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el gobierno impuso temporadas
cada vez más cortas,
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hasta que llegó un punto
en que solo era legal pescar cangrejos
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cuatro días durante todo el año.
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El problema es que cuando se limita
el número de barcos o la temporada,
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los pescadores simplemente construyen
barcos más grandes y mejores.
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Barcos cargados con todo tipo
de equipos novedosos
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para encontrar y cosechar los peces
rápidamente.
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Como resultado, estas regulaciones
se vuelven cada vez más complejas
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con el paso del tiempo, con límites
en el tamaño de los barcos,
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caballos de fuerza, equipo, etc.
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A veces estos límites
retrasan la tragedia,
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pero, normalmente, no la previenen.
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¿Y las normas culturales?
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¿Pueden prevenir
la tragedia de los comunes?
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Elinor Ostrom, la ganadora del premio Nobel
de Economía en 2009,
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estudió los recursos comunes
alrededor del mundo
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y descubrió que la tragedia
de los comunes no es inevitable.
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Lo que Ostrom descubrió
fue que, bajo algunas condiciones,
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las normas pueden evolucionar
de manera que se desaprueba socialmente
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a las personas que pescan
o pastorean en exceso.
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Y se honra a aquellas que contribuyen
al recurso común.
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Se pueden desarrollar
procesos bastante sofisticados
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para el manejo de los recursos comunes
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especialmente cuando los grupos
son relativamente estables y pequeños.
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Desarrollar estos procesos lleva tiempo.
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Por consiguiente, es posible evitar
la tragedia, pero no es fácil.
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Trate de ver si puede llegar
a un acuerdo con sus compañeros
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para mantener la cocina limpia.
Veamos qué tanto dura.
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¿Qué tal si volvemos excluible
un recurso común?
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Al crear derechos de propiedad
sobre recursos comunes,
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es posible hacer que los recursos comunes
se comporten más como bienes privados.
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Nueva Zelanda, por ejemplo,
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fue pionera de una solución innovadora
para la tragedia de los comunes.
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Crearon permisos negociables de peces.
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como hemos discutido en videos anteriores
sobre los permisos negociables de emisión.
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Exactamente como en ese ejemplo,
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se crearon derechos de propiedad
donde antes no existían.
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Nueva Zelanda utilizó las llamadas
cuotas individuales transferibles (ITQ).
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Las ITQ otorgan derechos de propiedad
sobre un número de toneladas de peces.
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La suma de las ITQ es el total de la pesca
que se puede realizar por año.
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Las ITQ pueden comprarse y venderse.
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Lo bueno de estas ITQ es que no hay
restricciones en barcos o en equipo.
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Entonces, no se pierde capital en recursos
como hacer el equipo más "eficiente"
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de lo que realmente debe de ser.
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Los sistemas de ITQ han sido muy exitosos.
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Veamos por qué.
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Este es un gráfico que muestra
el total de peces
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que se pueden pescar en Nueva Zelanda.
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Cuando comenzó el sistema de ITQ en 1986,
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el total de peces aumentó radicalmente.
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Eso puede parecer paradójico,
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después de todo la cuota
reduce el número de peces
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que los pescadores
tienen permiso de pescar.
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Entonces, ¿cómo es que el total aumenta?
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De hecho, esta es la tragedia
de los comunes al revés.
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En la tragedia de los comunes,
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cada pescador trata de pescar
lo más que pueda.
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Pero el resultado final
es que ninguno de ellos puede.
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Los peces se acaban y se extinguen.
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Con el sistema de ITQ,
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un pescador tiene el derecho de pescar
un número definido de peces, año tras año.
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Similar a lo que hace Frank Perdue,
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el pescador ahora quiere asegurarse
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que preserva el valor de su propiedad
a largo plazo.
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No quiere pescar de más
y destruir la reserva de peces.
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También tiene un incentivo
para asegurarse
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de que los otros pescadores
obedecen las ITQ.
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Con el paso del tiempo,
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esto ayuda a que la reserva de peces
aumente y se recupere.
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Y esto permite que las cuotas
incrementen también.
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Entonces, con el sistema correcto,
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podemos ganarle
a la tragedia de los comunes.
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Y podemos crear una solución feliz.
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Desafortunadamente, no siempre
es posible crear derechos de propiedad.
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El atún aleta azul del sur, por ejemplo,
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no se queda en aguas territoriales
de una nación en particular.
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Con frecuencia, migran miles
de kilómetros por el Pacífico.
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Crear derechos de propiedad en el atún
requeriría acuerdos multinacionales
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y esos son difíciles de hacer aplicar.
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Como sabemos, por el teorema de Coase,
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mientras más partes se requieran
para llegar a un acuerdo,
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mayores serán los costos de transacción
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y será menos probable
que se llegue a un acuerdo de verdad.
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Para ver que tan lejos debemos ir,
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basta con recordar que la mayoría
de los gobiernos subsidian la pesca.
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Tenemos un camino muy largo
para la resolución de estos problemas.
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En pocas palabras, muchos de los problemas
del mundo surgen
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cuando los derechos de propiedad
no son posibles,
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no están protegidos
o no son implementados.
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Gracias.
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[Narrador] Si quiere probar
lo que aprendió,
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o, si está listo para continuar,
haga clic para el próximo video.
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Subtítulos por la comunidad de Amara.org
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