-
# Inspirando, espirando,
-
# inspirando, espirando,
-
# yo me siento como una flor.
-
# Y tan fresco como el rocío.
-
# Yo soy sólido como la montaña,
-
# Y tan firme como la Tierra,
-
# yo soy libre. #
-
Soy Johanna Macy y quiero presentar
a cuatro personas esta noche.
-
Quiero presentar a un luchador, a un poeta
-
a un filósofo y a un maestro-hermano.
-
De hecho, conocí primero al luchador,
-
antes de verlo por primera vez.
-
Estaba angustiada y desesperada
-
trabajando en el movimiento
antiguerra de Vietnam en los años 60 y 70.
-
Y me llegó un libro:
"Vietnam: Un loto en un mar de fuego."
-
Y todo estaba ahí.
-
La pasión y la visión profunda,
y una valentía inmensa.
-
Al siguiente que conocí fue al poeta,
fue cuando lo vi cara a cara.
-
Era junio de 1982, en la sesión especial
sobre el desarme de la ONU.
-
Había una conferencia previa
-
sobre las bases religiosas para la paz
y el desarme en estos tiempos.
-
Y había muchos líderes religiosos
y de diversas iglesias.
-
Y pueden imaginar lo que era eso.
Y ¿qué es lo que veo?
-
A este hombre que entra vestido de marrón.
Se puso allá, no llevaba papeles.
-
¿Te acuerdas, Thay? Solo te pusiste allá.
-
Y busca en los bolsillos y dice: "Bien,
aquí ya se han dicho cosas importantes,
-
no creo que pueda aportar nada más".
-
(Risas)
-
"Pero escribí un poema de camino aquí".
-
Y entonces, lo lee. Llamadme
por mis verdaderos nombres. Y lo leyó.
-
Me inclino ante el académico
que instruye la mente,
-
nos ayuda a mirar profundamente.
-
Y por último entre esos cuatro,
está el maestro,
-
el maestro de meditación, y creo que
muchos lo conocen así, en ese papel.
-
Quizá fue la primera vez
que usted habló en Berkeley.
-
Había preparado cosas para decir sobre ti,
y dijiste: "No me presentes a mí,
-
preséntame la audiencia a mí".
-
Y eso hice.
-
Dije: "Thay,
estos son mis hermanos norteamericanos,
-
que viven donde yo, en Berkeley,
California". Y hablé de sus preocupaciones
-
sobre su responsabilidad moral y
sobre la calidad de su café matutino.
-
(Risas)
-
Desde entonces, has venido tantas veces,
has conocido a tantos hermanos y hermanas
-
que quizá ya los conoces mejor que yo.
Has venido
-
y no solamente nos has visto y conocido.
Nos has ayudado a ver en nosotros mismos.
-
A ver riquezas dentro que
quizá no sabíamos que estaban ahí.
-
Y todo venía de algo muy simple:
-
el gran regalo del milagro de la vida,
que podemos poner atención.
-
Inspirando, te veo Thich Nhat Hanh.
Espirando, sonrío.
-
(Thich Nhat Hanh) Gracias Johanna.
-
Mis queridos amigos, me gusta describir
mi práctica, mi enseñanza,
-
como la práctica de llegar,
de volver a casa.
-
Hay un poema hermoso
que usamos para practicar
-
el llegar y volver a casa. Es así:
-
"He llegado, estoy en casa,
-
en el aquí, en el ahora.
-
Me siento sólido, me siento libre.
-
Moro en la dimensión última."
-
Y por supuesto, podemos respirar
conscientemente con ese poema.
-
Cuando inspiras, practicas llegar.
"He llegado".
-
Y cuando espiras, practicas estar en casa.
"Estoy en casa".
-
Te puede gustar hacer eso varias veces
y después cambiar a
-
"En el aquí, en el ahora".
Significa, he llegado al aquí
-
y estoy en casa en el ahora.
-
"Me siento sólido". Ahí inspiras.
-
"Me siento libre". Por eso, espiras.
-
Al principio,
puedes sentirte no muy sólido.
-
Pero si continúas la práctica,
te vuelves más solido
-
y te haces más libre.
-
Y el último verso es:
"Moro en la dimensión última".
-
Para mí es muy importante
volver a casa, llegar.
-
para hacer la paz con nosotros
y con la sociedad.
-
Y con la gente que amamos.
-
Algunas veces sufrimos demasiado, y
queremos irnos lejos, huir de casa.
-
Tenemos la impresión de que en casa solo
hay dolor, sufrimiento,
-
engaño.
-
Y nos refugiamos en algo diferente.
Quizá en el pasado o el futuro,
-
o en nuestros proyectos.
-
Incluso en proyectos
para el cambio social.
-
Aprender a volver a casa, a llegar,
es importante.
-
Regresamos al momento presente.
-
Regresamos al aquí y al ahora.
-
Algunas veces no queremos regresar,
-
porque creemos que no será placentero.
-
En casa hay cosas como violencia, miedo,
-
cosas como Haití, Somalia.
Queremos olvidar.
-
Al regresar tenemos miedo de tocar
nuestro dolor, tocar la guerra interior.
-
Algunas veces nos encontramos
en guerra con otra persona.
-
Quizá con nuestra familia, con
nuestra sociedad, con nuestra tradición.
-
Pero quizá veamos que cuando estamos
en guerra con otra persona,
-
quizá haya una guerra en nosotros.
-
Es por eso que no queremos
regresar a casa.
-
Claro que hay guerra dentro
y alrededor de nosotros.
-
Pero hay algo más.
También hay paz y alegría.
-
Y debemos aprender a volver a casa
para tocar la paz y alegría dentro
-
y alrededor de nosotros.
-
Esto es muy importante.
Porque todos necesitamos ser nutridos,
-
ser estables,
-
para poder seguir adelante
-
y hacer algo
por la gente que nos rodea.
-
Sé que muchos de ustedes
están muy entregados a la causa de la paz,
-
de la justicia social.
-
Pero muchos nos sentimos a veces perdidos,
enojados, desesperados.
-
Abrumados por la enorme cantidad de
sufrimiento alrededor y dentro de nosotros.
-
Necesitamos una fuente de energía,
de alegría y paz para contrarrestarlo.
-
Porque sabemos que si no tenemos
algo de paz, de alegría y felicidad,
-
no podemos hacer nada.
No podemos continuar.
-
La práctica de llegar nos ayuda a tocar la
paz y la alegría interior para nutrirnos.
-
Y esa práctica nos ayuda a generar
la energía de la plena conciencia
-
que nos ayude a tocar la guerra
dentro y alrededor nuestro.
-
Porque tocar la guerra sin fuerzas,
-
sin la energía de la plena conciencia,
puede ser peligroso.
-
Nos abrumará. Nos destrozará.
-
Por eso, antes de aprender a tocar
la guerra dentro y alrededor nuestro,
-
debemos cultivar
la energía de plena conciencia.
-
Y ese cultivo se produce
cuando aprendemos a volver a casa
-
y a tocar la paz y la alegría interior.
-
(Campana)
-
En la tradición budista hablamos
de la conciencia en términos de semillas.
-
En términos de 'bija'.
-
'Bija' significa semilla.
-
Tenemos semillas de paz,
de alegría, de felicidad.
-
Tenemos semillas de guerra, de ira,
de desesperación, de odio, en nosotros.
-
Hay semillas de paz y alegría
y bondad amorosa en nosotros
-
que tienen que ser tocadas.
-
Debemos aprender a tocarlas
por nosotros mismos
-
y necesitamos a nuestros amigos
-
para que vengan a ayudarnos a tocarlas.
Esta es la práctica.
-
Siempre animo a mis amigos a empezar
la práctica tocando la paz.
-
Tocar las semillas positivas
de nuestro interior.
-
Y tocar las semillas positivas
del interior de la otra persona.
-
Es agradable.
Ayuda a nutrirnos mutuamente.
-
Sabemos que el contacto más profundo se
hace con la energía de plena conciencia.
-
En la meditación budista,
generar energía de plena conciencia,
-
tocar la paz, es algo crucial.
-
Se nos invita a no empezar
por tocar primero la guerra.
-
Se nos invita a no empezar por tocar
el dolor, el desespero, el sufrimiento
-
primero.
-
Podemos tocar la paz como individuos,
-
como comunidad, como nación.
-
Y es agradable.
-
Quizá quiera tocarme los ojos
-
con la energía de la plena conciencia.
-
Tengo la energía de la plena conciencia
-
que se genera mediante la práctica
de la respiración consciente.
-
Al inspirar, sé que estoy inspirando.
Al espirar, sé que estoy espirando.
-
Esa es la práctica
de tocar tu respiración.
-
Esa práctica se llama
'conciencia de la respiración'.
-
Ahora, uso esa energía de plena conciencia
para tocar mis ojos.
-
Al inspirar. soy consciente de mis ojos.
-
Al espirar, les sonrío a mis ojos.
-
Cuando toco así mis ojos con la energía
de la plena conciencia,
-
descubro que mis ojos
tienen aún buena salud.
-
Si toco mis ojos hondamente, veo
-
que tener unos ojos sanos
es algo maravilloso.
-
Sin estos ojos, sin la capacidad
-
de ver y observar cosas, sufriría mucho.
-
Te basta con abrir los ojos y mirar
para ver muchas maravillas de la vida
-
en derredor. El cielo azul,
la bella puesta de sol,
-
el rostro, los ojos, la sonrisa
de los seres que amas.
-
Tocas estas cosas, estas personas
con plena conciencia,
-
y ves que estar vivo, mirarlos
-
con hondura
-
es la felicidad.
-
La felicidad es simple
-
cuando tienes plena conciencia.
-
Y ese contacto te nutre. Cuando
tocas conscientemente tus ojos,
-
sabes que tus ojos son una condición
para tu paz, tu felicidad y tu alegría.
-
Sabes que la paz está ahí,
en algún grado.
-
Cuando observas árboles que mueren,
sabes que es algo negativo.
-
Al experimentar esto, sufres.
-
Pero cuando tocas hermosos árboles
aún vivos y sanos,
-
ves lo maravilloso que es
tenerlos aún alrededor.
-
Y cuando tocas estos bellos árboles,
te nutres.
-
Y haces el voto
de hacer todo lo posible
-
para protegerlos,
para mantenerlos en vida.
-
Tocar la paz
es dar una oportunidad a la paz.
-
Practiquemos juntos
estos ejercicios.
-
Toquemos nuestro corazón.
Inspirando, soy consciente de mi corazón.
-
Espirando, sonrío a mi corazón.
-
Cuando toco mi corazón así,
hondamente,
-
sé que mi corazón está ahí.
Y es una buena noticia.
-
Mi corazón es una condición para mi paz,
mi bienestar y mi alegría.
-
Pero si no lo toco,
-
puedo dañarlo.
Y no soy feliz.
-
Mi corazón ha trabajado duro día y noche
para mantenerme en vida,
-
para mi bienestar.
Bombea
-
sangre, la sangre, para regar
cada célula de mi cuerpo.
-
Y cuando lo toco con hondura
siento gratitud hacia mi corazón.
-
Mi corazón es algo vivo.
-
Y cuando lo toco con mi plena conciencia,
mi bondad amorosa, mi corazón lo siente.
-
Se siente aliviado por ese contacto.
-
Si tocamos nuestro corazón
así, hondamente,
-
sabremos qué hacer y qué no hacer
para ayudar al corazón.
-
Sabremos qué comer, qué no comer,
qué beber y qué no comer cada día
-
para ayudar a nuestro corazón.
-
Sabemos que fumar es un acto
no muy amistoso hacia el corazón.
-
Sabemos que beber alcohol
no es una acción amistosa para el corazón.
-
Si perseveramos en ese contacto,
dejaremos de fumar, de beber alcohol.
-
Protegeremos la paz, el bienestar
y la alegría en nosotros.
-
Podemos pasar mucho tiempo
pensando en otras cosas,
-
y quizá no tengamos ocasión de regresar
y tocar las condiciones de paz
-
y bienestar en nosotros.
-
Vivimos en el olvido. El olvido
es lo contrario de la plena conciencia.
-
Vivimos cada día de forma tal,
-
que destruimos la paz, la estabilidad
y la alegría en nuestro cuerpo.
-
Introducimos elementos bélicos
en nuestro cuerpo.
-
La plena conciencia es la capacidad
de ser consciente de lo que ocurre
-
en el momento presente.
-
Si comemos de forma consciente,
si bebemos de forma consciente,
-
si lo hacemos todo de forma consciente,
-
la luz de la plena conciencia nos ilumina.
-
Sabemos qué hacer para traer
elementos de paz y alegría
-
a nuestro cuerpo y sensaciones.
Sabemos qué no comer
-
para evitar que las toxinas entren en
nuestro cuerpo y en nuestra conciencia.
-
Es posible practicarlo juntos.
-
Si me amas, ayúdame a ser consciente,
-
ayúdame a tocar los elementos positivos,
sanadores y refrescantes en mí.
-
Toca la semilla de alegría en mí.
-
Toca la semilla de bondad amorosa en mí.
-
Toca la semilla de felicidad en mí,
no toques en mí la semilla de la ira.
-
Por favor, no toques en mí la semilla
de la desesperación y la violencia.
-
Yo sufriré, y tú también sufrirás.
-
Podemos practicar juntos.
-
A veces sufrimos demasiado y culpamos
a otra persona por causar ese sufrimiento,
-
a nuestra pareja, a nuestro hijo o hija,
a nuestros padres. Los culpamos.
-
Los consideramos
la causa de nuestro sufrimiento.
-
Pero, de hecho,
sufren también como nosotros.
-
Nuestro enemigo no es esa persona.
-
Nuestro enemigo
es la semilla de desesperación,
-
ira, frustración, miedo,
que hay en todos nosotros.
-
Tú no eres mi enemigo.
-
Quiero que practiques conmigo
-
para hacer que esas semillas de dolor
en ti y en mí se transformen,
-
porque todos sufrimos igual.
-
Si hay sufrimiento en la pareja,
-
debemos intentar no considerar a la otra
persona como la causa de ese sufrimiento.
-
Debemos aunar nuestras inteligencias,
nuestros talentos y plena conciencia
-
para trabajar por la transformación
de los aspectos negativos en ambos.
-
La tensión que hay entre nosotros
-
nos impide ayudarnos uno a otro.
-
Ya que sabemos que somos víctimas
del mismo tipo de sufrimiento,
-
¿por qué no nos juntamos?
-
Mi idea de práctica es
que cuando nos unimos,
-
practiquemos primero
tocar los aspectos positivos.
-
Practicamos para ver con hondura
las semillas de paz, alegría,
-
talento y felicidad en nosotros
y en la otra persona.
-
Reconocemos las cualidades mutuas.
-
Porque todo el mundo posee talento,
-
fortaleza y cualidades positivas.
-
Todo el mundo guarda en sí una joya.
-
Mirar con hondura en esa persona
para reconocer en ella esas joyas
-
y decírselo, reconocer esas cualidades,
es una práctica maravillosa.
-
(Campana)
-
Podríamos practicar este ejercicio:
-
nos sentamos e inspiramos y espiramos
-
e identificamos las semillas positivas
de esa persona.
-
Y entonces le decimos
-
que la hemos visto, que la valoramos,
-
y que nos gustaría ayudarla
a regar esas semillas
-
para que crezcan más.
-
Eso es lo primero que hemos de practicar.
-
Tras un tiempo,
-
las flores que hay en nosotros brotarán
-
y el compost en nosotros disminuirá.
-
Cuando dos facciones en guerra
-
llegan a una conferencia de paz,
-
siempre empiezan
acusándose mutuamente.
-
Empiezan por tocar
por las semillas negativas.
-
Y así la tensión
-
crecerá.
-
Sugiero que participe un tercero
-
para practicar lo que en la tradición
budista llamamos "regar las flores".
-
Ese tercero puede presidir
la primera reunión
-
y empezar hablando de los aspectos
positivos de cada lado.
-
Sus valores, los tesoros
de ambas tradiciones.
-
Para que el bando opuesto las vea
y respete y aprecie al otro bando.
-
Tendemos a creer que el otro bando
no vale nada, que son bandidos.
-
Imaginemos que la OLP y el Estado
de Israel se reúnen
-
y practican así.
-
Porque cada nación, cada tradición
contienen valores y tesoros
-
que incluso los de esa tradición no desean
tocar, porque están enojados, ocupados.
-
Incluso dentro de cada bando.
-
es verdad que en la OLP no están
de acuerdo en cómo gestionar la cuestión.
-
Lo mismo ocurre en Israel.
-
La gente tiene opiniones diversas
y se enfrentan entre ellos.
-
La práctica que ofrezco es que cada bando
regrese a sus propias raíces y valores
-
y practique tocar esos elementos bellos,
sanadores, refrescantes de su tradición.
-
Después, cada bando recuperará
el equilibrio, respirará mejor,
-
tendrá más armonía en su seno,
y les será más fácil
-
hablar con el bando opuesto.
-
Lo mismo ocurre entre dos personas.
-
Cuando dos personas están en conflicto,
-
el miedo, la frustración es muy grande.
-
Es difícil que se reconcilien,
que hagan las paces.
-
La práctica de tocar la paz,
-
de tocar los elementos positivos
dentro de nosotros será muy útil.
-
Hay muchas semillas,
positivas, maravillosas,
-
que nos han transmitido
nuestros antepasados.
-
Puede que durante nuestra vida
-
no seamos capaces de
tocar estas hermosas semillas.
-
Solo dejamos que la gente
riegue las semillas negativas en nosotros.
-
Por eso es tan importante
volver a nuestras raíces,
-
volver a nosotros mismos,
y tocar estas hermosas semillas.
-
Y podemos hacerlo juntos.
Podemos ayudarnos mutuamente.
-
(Campana)
-
En el ámbito de nuestras sensaciones
también puede haber una guerra.
-
Las sensaciones se oponen entre sí.
-
Sufrimos. No queremos volver a casa.
-
Pero cada sensación es la manifestación
de una semilla en nosotros,
-
la semilla de la ira, la semilla
del miedo, la semilla de la desconfianza.
-
Pero hay otras semillas
en nosotros más positivas.
-
Es muy importante que practiquemos
tocar estas semillas
-
y generar sensaciones maravillosas
y refrescantes para nutrirnos.
-
En la enseñanza del budismo,
-
hay todo tipo de semillas
en lo más hondo de nuestra conciencia.
-
Y cuando estas semillas
se riegan, se tocan,
-
florecen en el nivel superior
de nuestra conciencia
-
como formaciones mentales.
-
El miedo es una formación mental.
-
La alegría es una formación mental.
-
La plena consciencia
es una formación mental.
-
La desesperación es una formación mental.
-
La esperanza es una formación mental.
La bondad amorosa es una formación mental.
-
En el olvido,
-
no sabemos cómo tocar
estas semillas positivas.
-
Permitimos que nosotros mismos
y las personas que nos rodean
-
toquen nuestras semillas negativas.
-
Entonces nuestras formaciones mentales
serán de naturaleza negativa.
-
Y nos destruirán.
-
Porque cuando una semilla negativa
-
se manifiesta en el nivel superior
de nuestra conciencia,
-
la semilla se fortalecerá en la base.
-
Si nos enfadamos durante dos horas,
-
durante esas horas la semilla de la ira
crece y se hace mayor.
-
Por lo tanto, es muy importante
aprender a tocar las semillas positivas.
-
Semillas de alegría y paz.
-
Supón que tienes una hermana
que tiene talento
-
para arreglar flores.
-
Si tu hermana no es muy feliz,
-
puedes intentar tocar la semilla
del arreglo floral dentro de ella.
-
Le dices: "Hermana mía, hace mucho tiempo
-
que no nos ofreces un arreglo floral.
-
Cada vez que arreglas flores,
haces feliz a toda la familia.
-
¡Qué maravilla tener un jarrón de flores
arreglado por ti!".
-
Esa es la práctica de regar flores.
-
Dices la verdad, porque ves
que esa semilla está en ella.
-
Puede que al principio ella no reaccione.
-
Pero quizá media hora más tarde,
tomará un par de tijeras, irá al jardín
-
y tratará de hacer
un hermoso ramo de flores.
-
Mientras lo hace, riega en sí la semilla
del arreglo floral, de la felicidad.
-
Si pasa media hora arreglando las flores,
-
también sigue practicando
el riego de su semilla de felicidad.
-
No es muy difícil.
-
Practicamos el riego de las semillas
positivas nosotros mismos.
-
Y ayudamos a regar las semillas
positivas en otra persona.
-
Y ella también ayudará a hacer lo mismo.
-
En una relación
deberíamos aprender esa práctica.
-
Es fácil. Es agradable. Es muy sanadora.
-
Después de haber practicado
durante unas semanas
-
tocar las cosas positivas
con tu energía de plena consciencia,
-
tu plena consciencia
se hace más importante.
-
Y con esa energía, puedes empezar a tocar
las cosas desagradables dentro de ti
-
y en la otra persona.
-
Supón que alguien viene
y dice algo que me hace enfadar.
-
Ahora sé cómo practicar
el cuidado de mi ira.
-
Todavía no digo ni hago nada.
-
Sé que lo más importante ahora
es cuidar bien mi ira.
-
Al inspirar, toco mi ira.
Al espirar, cuido bien de mi ira.
-
Mi ira es una energía.
-
Mi plena consciencia
es otro tipo de energía.
-
La energía de la plena consciencia
abraza la energía de la ira con ternura.
-
Esta es una práctica llamada
"plena consciencia de la ira".
-
No tratamos de reprimir la ira.
-
Practicamos abrazar la ira.
Sabemos que nuestra ira somos nosotros.
-
La plena consciencia abraza la ira
como una madre abraza a su bebé.
-
Si conoces el arte
de la respiración consciente,
-
puedes alimentar la energía de la plena
consciencia para que esté ahí
-
para cuidar de tu ira.
-
Si tu plena consciencia no es
bastante fuerte, un amigo puede ayudarte.
-
Un amigo, dos amigos
-
que conozcan la práctica
pueden sentarse cerca de ti,
-
tomarte de la mano,
inspirar y espirar con atención
-
y ayudarte a tocar tu ira
con su plena consciencia.
-
Te sientes más fuerte
en presencia de alguien así.
-
Sabes que cuando tu niño
o niña está agitado,
-
si le tomas de la mano
e inspiras y espiras con calma,
-
y le pides que respire con calma,
los dos tipos de energía se combinarán.
-
Y serás capaz de calmar,
de estabilizar al niño muy fácilmente.
-
Así que cuando practicamos tocar
las cosas negativas que hay en nosotros,
-
la desesperación, la ira, la frustración,
-
si vemos que nuestra energía de plena
consciencia no es lo bastante fuerte,
-
le pedimos a un amigo,
a alguien en quien confiamos,
-
que se siente cerca de nosotros
y practicamos juntos.
-
Eso es lo que llamamos
practicar en una sangha.
-
Sangha significa "comunidad de práctica".
-
Si practicas solo, será más difícil.
-
Pero si practicas con otras personas
que practican lo mismo, tienes un apoyo.
-
Ayudas a tus hermanos y hermanas
cuando te necesitan,
-
y ellos te ayudarán cuando los necesites.
-
(Campana)
-
En la tradición budista
-
consideramos la comunidad
de práctica como una joya.
-
Me refugio en mi sangha.
Sangha significa "comunidad de práctica".
-
A veces pierdes la práctica,
pero la sangha siempre te rescatará,
-
te ayudará a restaurar tu práctica,
hasta que tu práctica se vuelva fuerte
-
para que puedas ayudar también
a otras personas.
-
Tomar refugio en la sangha
no es una cuestión de fe.
-
Es una cuestión de práctica.
-
Y tal vez quieras transformar
-
a tu pareja, a tus padres,
tu hijo, tu hija en tu sangha.
-
Es posible hacerlo
si practicas suficientemente bien.
-
Te vuelves más agradable, más sonriente,
-
y podrás convencerlos.
-
Puedes regalarles un libro
o una cinta sobre la práctica.
-
Y si eres capaz de convencer a un amigo
o a un compañero para que practique,
-
recibes el apoyo de esa persona.
-
Todos necesitamos una sangha.
-
Si eres un trabajador social, un médico,
un terapeuta, un político, un profesor,
-
todos necesitan una sangha
para recibir apoyo.
-
La construcción de la sangha
es crucial para nuestra supervivencia.
-
He llegado. Eso es lo que practicas
cuando inspiras.
-
Ya sea en posición sentada o caminando.
Da un paso, inspira y di: "He llegado".
-
No tengas miedo de volver a casa.
-
Porque, al volver a casa, aprendes
a tocar las cosas más bellas de tu hogar.
-
El hogar está en el momento presente.
-
"He llegado. Estoy en casa.
En el aquí y el ahora".
-
Porque solo en el aquí y el ahora
puedes tocar la vida.
-
Por supuesto, hay sufrimiento en la vida.
-
Pero hay muchas maravillas en la vida.
-
Si no vuelves al momento presente,
¿cómo podrías tocar el hermoso cielo?
-
¿O la hermosa puesta de sol?
¿El hermoso rostro de tu hijo?
-
Si no vuelves a casa,
¿cómo podrás tocar tu corazón,
-
tus pulmones, tu hígado, tus ojos,
para darles una oportunidad?
-
Al ir a casa, podrás tocar
las maravillas de la vida,
-
los elementos que son refrescantes,
curativos y hermosos.
-
Eso es muy importante.
-
Cuando practicas la meditación sentada,
-
practicas el llegar
para tocar muchas cosas maravillosas.
-
En primer lugar, el hecho de estar vivo.
-
El hecho de estar vivo es un milagro.
-
Al inspirar, sé que estoy vivo.
-
Al espirar, sé que no falto
a mi cita con la vida.
-
Tu cita con la vida
es en el momento presente.
-
Y si no aprendes a llegar, a volver
al aquí y ahora, te pierdes la vida.
-
Todo lo que es maravilloso
debe ser tocado en el momento presente.
-
En un discurso llamado "El discurso
sobre la mejor manera de vivir solo",
-
Buda nos enseñó que
no debemos perdernos en el pasado.
-
No debemos perdernos en el futuro.
Debemos volver al momento presente,
-
y observar, y vivir profundamente
la vida en el momento presente.
-
Este es el texto más antiguo sobre
cómo vivir en el momento presente.
-
El momento presente contiene el pasado.
-
El momento presente está hecho del pasado.
-
Y si tocas profundamente
el momento presente, tocas el pasado.
-
El pasado sigue estando disponible.
-
Y el daño que se causó en el pasado
también se puede reparar,
-
porque el pasado está ahí,
en lo profundo del momento presente.
-
Si toco el momento presente profundamente,
-
toco también el pasado
y puedo transformarlo.
-
El futuro estará hecho
del momento presente.
-
Es inútil preocuparse por el futuro.
-
La mejor manera de cuidar el futuro
es cuidar bien el momento presente.
-
Si te ocupas lo mejor posible
del momento presente,
-
lo habrás hecho todo por el futuro.
-
Por eso, practicar llegar a casa
en el aquí y el ahora es muy importante.
-
Tal vez, al principio tengas la impresión
de que el hogar no es muy agradable.
-
Pero con la energía
de la plena consciencia,
-
tu hogar te parecerá agradable.
-
Y si tienes que tocar las cosas
desagradables de tu hogar,
-
sabes que tocarlas con plena consciencia
te ayudará a transformarlas.
-
Nuestra desesperación, nuestra ira,
nuestra irritación,
-
cuando se tocan con la energía de
la plena consciencia, se transforman.
-
Y por eso, tocar las cosas positivas
para nutrirse
-
y cultivar la energía de la plena consciencia
es muy importante al principio.
-
Después, nuestra energía de la plena
consciencia será lo bastante fuerte
-
para poder tocar los elementos más
negativos dentro y alrededor de nosotros.
-
Y también lo hacemos juntos.
-
(Campana)
-
En la meditación budista, aprendemos
a ver nuestro cuerpo como un río.
-
Porque nuestro cuerpo siempre cambia.
-
Aprendemos a ver nuestras sensaciones
como un río.
-
Y aprendemos a ver nuestras percepciones
como un río también.
-
Buda nos enseñó que
la mayor parte de nuestro sufrimiento
-
proviene de percepciones erróneas.
-
Es muy importante utilizar
la energía de la plena consciencia
-
y tocar hondamente nuestras percepciones.
-
Nuestras percepciones
son muy a menudo erróneas.
-
Y por ello, acusamos a la otra persona.
-
Acusamos a los demás de ser el origen
de nuestro dolor, nuestro sufrimiento.
-
De hecho, nuestras percepciones erróneas
son la causa de nuestro dolor.
-
Caminando en la penumbra,
-
podemos confundir un trozo de cuerda
con una serpiente.
-
Gritamos y salimos corriendo.
-
Esa es una percepción errónea.
-
Ese tipo de percepción
es muy habitual en la vida cotidiana.
-
Por eso es tan importante practicar y
generar la energía de la plena consciencia
-
para regresar y observar
nuestras percepciones.
-
Buda dijo que la mayoría
de nuestras percepciones son erróneas.
-
Al menos, hay elementos erróneos
en nuestras propias percepciones.
-
La práctica de la meditación budista
se describe como la práctica de la calma,
-
detenerse, concentrarse
-
para mirar profundamente
en el corazón de las cosas.
-
Si no te detienes, si no te calmas,
si no te concentras,
-
no tienes energía
para mirar profundamente.
-
La primera parte de la práctica
se llama samatha.
-
Detenerse, calmarse, concentrarse.
-
Y eso se puede hacer estando sentado,
respirando con atención.
-
La segunda parte de la práctica
se llama vipashyana.
-
Significa mirar profundamente.
-
Y estos aspectos de la práctica te ayudan
-
a descubrir la verdadera naturaleza
de lo que es.
-
Y la visión profunda que obtengas
podrá liberarte de tu propio sufrimiento.
-
La incomprensión
es la raíz de nuestro sufrimiento.
-
Y cuando entendemos mal,
-
acusamos a la otra persona
de ser la causa de nuestro sufrimiento.
-
Según la práctica,
hay que ayudarse mutuamente,
-
reunirse y enfrentarse al verdadero
enemigo: las percepciones erróneas.
-
En cada uno de nosotros hay un hábito
-
que es causa de muchas dificultades.
-
Sé de una señora francesa
que se fue de casa a los diecisiete años,
-
se fue a Inglaterra a vivir porque
estaba muy enfadada con su madre.
-
Quería olvidar Francia,
olvidar a su madre.
-
Pero treinta años después,
-
le llegó un libro sobre el budismo,
-
y tuvo el deseo de volver a casa
y reconciliarse con su madre.
-
El deseo de volver y reconciliarse
era muy fuerte en ella.
-
Y ese deseo, esa voluntad,
era fuerte también en la madre.
-
Así que ambas partes
querían reconciliarse y hacer las paces.
-
Pero cada vez que se encontraban,
había una explosión de ira en ambas.
-
Porque la semilla del sufrimiento
se había cultivado durante mucho tiempo.
-
Se ha convertido en una energía de hábito
que domina a las dos.
-
La voluntad de reconciliarse
no es suficiente.
-
La voluntad de hacer la paz
no es suficiente.
-
Hay que practicar.
-
Así que le pedí que viniera unos días
a Plum Village, donde yo vivo,
-
a practicar, que viniera a Plum Village y
se quedara unos meses para practicar.
-
Practicó la meditación caminando, sentada,
respirando, comer en plena consciencia,
-
beber té en plena consciencia,
regar las flores.
-
La plena consciencia
cultivada por esa práctica diaria,
-
la utilizaba
para tocar las semillas de la ira
-
y para tocar la energía de hábito
-
de reaccionar como una máquina
cada vez que se regaba su semilla de ira.
-
Y le aconsejé
-
que escribiera una carta de reconciliación
de vez en cuando a su madre.
-
Que la escribiera con plena consciencia.
-
Mientras escribía esa carta,
-
su madre no regaba
su semilla de sufrimiento e ira.
-
Su madre no estaba allí,
-
por lo que era mucho más fácil
escribirle una carta de reconciliación.
-
Y escribir una carta así es también
practicar la mirada profunda
-
en sí misma y en la persona de su madre.
-
Unos meses más tarde, se transformó.
-
Y las cartas que escribió,
las leyó su madre, una tras otra.
-
Y en el tiempo de lectura de estas cartas,
-
ella obtuvo el efecto del arreglo floral,
sus valores fueron reconocidos.
-
Restableció el equilibrio.
-
Estas cosas, puedes hacerlas.
Todos podemos hacerlas.
-
(Campana)
-
Antes de continuar, me gustaría invitarlos
a inspirar y espirar unas cuantas veces,
-
y luego a que se estiren, como palmeras.
-
(Campana)
-
(Campana)
-
(Campana)
-
En nuestra vida diaria,
-
a menudo nos distraemos.
-
Nuestro cuerpo puede estar ahí,
pero nuestra mente no.
-
Así que no estamos realmente presentes.
-
Nuestro hermoso hijo puede estar llegando,
nuestro hermoso niño o niña puede venir
-
sonriendo con su hermosa sonrisa.
Quiere obtener nuestra atención.
-
Pero como estamos atrapados en el futuro,
en proyectos o en lamentos,
-
no estamos disponibles para nuestro hijo.
-
Y nuestro hijo
no está disponible para nosotros.
-
La vida no es posible.
-
Por eso, unas cuantas respiraciones
conscientes pueden ayudarnos a volver
-
y a estar disponibles
para nuestro hijo, para la vida.
-
La plena consciencia de la respiración
-
puede ayudarte a estar presente
para encontrarte con la vida.
-
Si amas a alguien,
-
el mayor regalo que puedes hacerle
es tu presencia.
-
Si no estás presente, ¿cómo puedes amar?
-
Por tanto,
la declaración más significativa,
-
cuando estás enamorado, es esta:
"Cariño, estoy ahí para ti".
-
Tu presencia es muy importante
para él o para ella.
-
Y eso no se puede comprar con dinero.
-
Eso solo se puede practicar
con la plena consciencia.
-
Así que inspira y espira con atención,
-
y ponte a disposición para tu ser querido.
-
Esa es la práctica
de la plena consciencia.
-
"Querida, estoy ahí para ti".
-
Cuando estás ahí, la energía
de la plena consciencia está ahí,
-
y esa energía te ayuda a reconocer
la presencia del otro.
-
Si no estás allí, ¿cómo puedes
reconocer su presencia?
-
La plena consciencia es la energía que te
ayuda a reconocer la presencia del otro.
-
"Querido, sé que estás ahí, y soy feliz".
-
Abrazas a la persona que amas
con la energía de la plena consciencia.
-
Eso es lo más nutritivo
para él o para ella.
-
De lo contrario, morirá lentamente.
-
Tú estás ahí, pero no estás realmente ahí.
-
Tu presencia no es verdadera,
no es real porque no eres consciente.
-
Si la persona que amas no recibe
tu atención, tu plena consciencia,
-
morirá lentamente.
-
Sobre todo
cuando la persona que amas sufre,
-
tu presencia es lo más importante
para ella, para él.
-
Por eso, cuando ves sufrir
a la persona que amas,
-
debes ponerte
a su disposición de inmediato.
-
"Cariño, sé que sufres.
Sé que sufres, y por eso estoy a tu lado".
-
Esa es la práctica
de la plena consciencia.
-
Y ya sabes cómo hacerlo. Puedes usar
el sentarse, el caminar, el respirar.
-
Todas estas prácticas tienen como objetivo
que estés disponible, presente.
-
Y si tú mismo sufres,
tienes que hacer lo mismo.
-
Tienes que practicar el estar ahí,
inspirando y espirando,
-
abrazando tu sufrimiento
con tu plena consciencia.
-
Luego vas a la persona que quieres
y en la que confías y le dices:
-
"Cariño, sufro. Por favor, ayúdame".
-
Son palabras muy sencillas de decir.
-
Si tu amor es verdadero,
-
deberías poder decirle
a él o a ella que sufres
-
y que necesitas su ayuda.
-
Si no puedes ir a él o a ella y decirlo,
algo va mal en tu relación,
-
tu amor no es lo bastante verdadero.
-
En el amor verdadero,
el orgullo no tiene cabida.
-
El orgullo no debe impedirte
acudir a él o a ella
-
y decirle que sufres
y que necesitas que te ayude.
-
Estamos relacionados unos con otros.
Necesitamos de los demás para sobrevivir.
-
Un día, en Upper Hamlet,
-
vi por casualidad a una joven
que caminaba sola.
-
Y tuve la sensación
de que no era un ser humano.
-
Era como un fantasma
-
Supe enseguida que era un fantasma
hambriento, como hay en nuestra sociedad.
-
Vienes de una familia rota,
-
de una sociedad que no te reconoce,
que te ha hecho sufrir.
-
Vienes de una tradición que no es capaz
de nutrirte, de comunicar contigo.
-
En los últimos 12 años, he conocido
a varios fantasmas hambrientos como ese.
-
No tienen ninguna raíz.
-
No creen en su familia.
Se enfadan con sus padres.
-
Se enfadan con su sociedad.
Se enfadan con sus tradiciones.
-
Quieren dejar todo atrás.
-
Y van en busca
de algo a lo que pertenecer.
-
Buscan algo hermoso. Algo bueno,
algo verdadero en lo que creer.
-
Muchos de ellos han acudido
a centros de práctica como Plum Village.
-
Es muy difícil ayudar a estas personas.
-
No tienen raíces. Les resulta difícil
absorber la enseñanza,
-
porque no confían fácilmente.
-
Debes hacer todo lo posible
-
para ganarte su confianza
antes de poder ayudarlos.
-
Nuestra sociedad
está organizada de tal manera
-
que producimos decenas de miles
de fantasmas hambrientos cada día.
-
No han recibido amor de sus padres,
de su sociedad, su tradición.
-
Nadie les ha entendido. Por eso están
hambrientos de amor y comprensión.
-
Y buscan algo en lo que creer.
-
Y los fantasmas hambrientos,
-
aunque tengan una gran barriga,
tienen una garganta muy pequeña,
-
tan pequeña como una aguja,
se dice en los textos sagrados.
-
Los fantasmas hambrientos tienen
una garganta tan pequeña como una aguja.
-
Así que aunque tengas mucho que ofrecer,
es muy difícil que lo absorban.
-
Aunque tengas mucha comida,
mucha agua, mucho amor, que ofrecer,
-
es difícil que lo absorban, porque nadie
los ha entendido, nadie los ha amado,
-
sospechan de todo, sospechan de todos.
-
Hemos ayudado
a varios fantasmas hambrientos.
-
Sabemos que es difícil.
-
Sabemos que nos necesitamos
unos a otros para poder ayudar.
-
Tenemos que reorganizar la sociedad
de tal manera
-
que dejemos de producir
más fantasmas hambrientos.
-
Es muy importante.
-
Debemos practicar la mirada profunda
-
para poder comprender
a estos fantasmas hambrientos
-
y no seguir culpándolos.
-
Porque no han recibido
ninguna comprensión,
-
y por tanto, ningún amor.
-
(Campana)
-
Cada persona, para ser feliz y estable
-
debe tener al menos dos familias.
-
La primera es la familia de sangre,
-
en la que el padre y la madre representan
-
la generación más joven
de los antepasados.
-
Si tus padres son felices juntos,
-
podrán transmitirte
los valores de tus antepasados.
-
El amor y la confianza
que hay en ellos en forma de semillas.
-
Y tú tienes raíces
en tu familia de sangre.
-
Si tienes buenas relaciones
con tus padres,
-
estás conectado con tus antepasados
a través de tus padres.
-
Pero si no estás
en buenos términos con tus padres,
-
te desconectas
con todos tus ancestros.
-
Te conviertes en una persona sin raíces.
-
Y puedes convertirte muy fácilmente
en un fantasma hambriento.
-
La otra familia es la familia espiritual.
-
También tienes antepasados.
-
Si las personas que encarnan la tradición
no son lo suficientemente felices,
-
si no han tenido la suficiente suerte
de recibir las joyas de su tradición,
-
no podrán transmitírtelas.
-
No podrán entenderte a ti,
tus necesidades.
-
Podrían imponerte cosas que no te gustan.
-
La comunicación entre ellos
y tú no es posible.
-
Sufres y quieres alejarte
de tus propias tradiciones.
-
Y si estás te llevas mal con tu rabino,
con tu pastor, con tu sacerdote
-
te desconectas
de tus ancestros espirituales.
-
Y te conviertes en un fantasma hambriento.
-
Hay mucho sufrimiento dentro de ti,
y haces sufrir a la persona que amas.
-
Si tienes hijos, los haces sufrir también.
-
Y ellos también se convertirán
en fantasmas hambrientos.
-
Por eso es tan importante
practicar la mirada profunda
-
para descubrir lo que va mal
en nuestra familia.
-
Qué va mal en nuestra familia de sangre.
Qué va mal en nuestra familia espiritual.
-
La práctica de la mirada consciente
puede ser muy útil
-
para comprender a tus padres
y a quienes representan tu tradición.
-
Si tus padres no pueden encarnar
los valores de tus antepasados,
-
si tu sacerdote, tu rabino, tu pastor
-
no pueden encarnar los valores
de tu tradición, debe haber motivos.
-
Debemos mirar profundamente.
-
Y cuando seamos capaces
de mirar profundamente,
-
la visión profunda vendrá,
y eso nos ayudará a aceptar,
-
a tener compasión.
-
Y a volver a casa
para ayudar a nuestros padres.
-
Ayudar a ese rabino, a ese sacerdote,
a ese pastor, será posible.
-
Un joven americano vino a Plum Village
-
y me dijo que estaba
tan enfadado con su padre,
-
que incluso después
de la muerte del padre,
-
no podía reconciliarse con él.
-
Yo lo ayudé con la enseñanza
del vacío de la transmisión.
-
El vacío de transmisión es
una forma de mirar profundamente
-
para reconocer
que eres uno con tus padres.
-
Solo eres una continuación de tus padres.
-
Enfadarse con tus padres
es enfadarse contigo mismo.
-
Cuando hablamos de transmisión,
hablamos del que transmite,
-
del objeto transmitido y del receptor
de la transmisión, tres cosas.
-
Cuando tienes la oportunidad de ducharte,
-
cuando te duchas,
tienes la oportunidad de mirar tu cuerpo
-
como el objeto de la transmisión.
-
Y ves a tus padres como los transmisores.
-
Tu cuerpo, tu conciencia,
como el objeto transmitido.
-
Y tú eres el receptor de la transmisión.
-
Si miramos hondamente, vemos que
los tres están vacíos de un yo separado.
-
La pregunta que nos hacemos es:
¿qué transmitieron tus padres?
-
Si practicas la mirada profunda,
ves que tus padres se transmiten en ti.
-
Tu cuerpo, y todas las semillas
que llevas dentro de tu conciencia,
-
son tus padres.
-
Se han transmitido
nada menos que a ellos mismos.
-
Todas las semillas de sufrimiento,
todas las semillas de felicidad y talento
-
que recibieron de los antepasados,
te lo han transmitido todo.
-
Los transmisores y lo transmitido es uno,
-
y tú también eres uno
con el objeto transmitido.
-
No puedes escapar al hecho de que
solo eres la continuación de tu padre.
-
Tú eres tu padre.
-
Y reconciliarte con tu padre,
es reconciliarte contigo mismo.
-
No hay otro camino.
-
Ese joven puso una foto de su padre
en el escritorio. Y una pequeña lámpara.
-
Cada vez que iba al escritorio,
-
miraba a los ojos de su padre
y practicaba inspirar y espirar.
-
Tocar el hecho de que él es su padre.
La continuación de su padre.
-
Y se dio cuenta del hecho de que su padre
-
no fue capaz de transmitirle
-
las semillas de amor y confianza que
yacían en lo más hondo de su conciencia.
-
Porque no tenía la capacidad de hacerlo.
-
Nadie le ayudó a tocar esas semillas
para nutrirse.
-
Y, por supuesto, la semilla
de confianza y amor que había en él
-
fue tapada por
muchas capas de sufrimiento.
-
Y cuando te das cuenta de eso,
puedes perdonar, puedes comprender.
-
Hay una maravillosa meditación guiada
sobre el niño de cinco años
-
que ofrecemos a los fantasmas hambrientos
que vienen a Plum Village.
-
"Al inspirar, me veo
como un niño, una niña de cinco años.
-
Al espirar, sonrío a ese niño
o niña de cinco años, que soy yo".
-
Y eso se practica
durante una o dos semanas.
-
Un niño o niña de cinco años
es siempre muy vulnerable.
-
Muy frágil.
-
Una mirada severa ya puede hacerle daño.
-
Un grito puede herirle.
Somos muy frágiles a los cinco años.
-
Si te ves a ti mismo como un niño de
cinco años así, y si espiras y te sonríes,
-
esa sonrisa será la sonrisa
de la compasión. De la comprensión.
-
Sufro porque, como niño de cinco años,
estaba profundamente herido.
-
Y dos semanas después, les ofrecía
la otra mitad de esa práctica.
-
"Al inspirar, veo a mi padre
como un niño de cinco años.
-
Al espirar, sonrío al niño de cinco años
que era mi padre".
-
Tal vez no hayas imaginado
-
que tu padre fuera nunca un niño
de 5 años, pero fue un niño de 5 años.
-
Fue un niño de cinco años.
-
Si eres capaz de respirar y ver a tu padre
como un niño de cinco años,
-
verás que también es frágil. Vulnerable.
Fácil de herir.
-
Y puede ser, como tú,
la víctima de tu abuelo.
-
Y practicas así.
-
Le sonríes
a ese niño de cinco años con compasión.
-
Un día comprenderás
que tu padre también es una víctima.
-
Por eso no fue capaz de nutrir en él
la semilla del amor y la confianza.
-
Y si no practicas, esa semilla de amor y
confianza en ti permanecerá muy pequeña.
-
Y mañana, cuando tengas un hijo,
harás exactamente lo mismo que tu padre.
-
La rueda del samsara.
-
Muchos se han beneficiado
de esta práctica.
-
Han vuelto para ayudar
a sus propios padres.
-
Y a través de sus padres,
conectan de nuevo con sus antepasados.
-
La misma práctica puede dirigirse
a tu tradición. A tu familia espiritual.
-
Si logras comprensión mediante
la práctica de la plena consciencia,
-
puedes descubrir
que hay valores en tu propia tradición.
-
Siempre les digo a mis estudiantes
-
que el equivalente de la plena consciencia
-
puede verse en la tradición
del judaísmo y el cristianismo.
-
Cuando hayas practicado la plena
consciencia en un centro budista,
-
puede que descubras que estas joyas
también están en tu propia tradición.
-
Te animamos a volver para ayudar,
para redescubrir estos valores
-
para tu propio alimento
y el de tus hijos.
-
Porque una persona sin raíces
no puede ser una persona feliz.
-
Regresa y toca tus raíces,
redescubre las semillas positivas,
-
las joyas de tu tradición,
de sangre o espiritual.
-
Es una práctica crucial. Y la práctica
de la plena consciencia puede ayudar.
-
(Campana)
-
Mis queridos amigos, son las 9:30.
-
Me gustaría pedirle a la hermana
Chan Khong, Verdadero Vacío
-
que les ofrezca una canción sobre
la práctica de la plena consciencia.
-
Gracias por estar ahí, atentos.
-
# Al despertar esta mañana,
# veo el cielo azul.
-
# Uno mis manos y doy gracias
# por las muchas maravillas de la vida
-
# y por tener ante mí
# veinticuatro nuevas horas.
-
# El sol se alza.
-
# El bosque
# se convierte en mi consciencia
-
# bañada en la luz del sol.
-
# Atravieso un campo de girasoles.
-
# Miles de flores se inclinan
# hacia la luz del este.
-
# Mi consciencia es como el sol.
-
# Mis manos siembran semillas
# para la próxima cosecha.
-
# La Madre Tierra nos da cilantro,
# albahaca, apio y menta.
-
# Mañana las colinas y montañas
# volverán a ser verdes.
-
# Mañana brotarán prestos
# brotes de vida.
-
# Los poemas del pueblo serán tan dulces
-
# como los cantos de los niños.
-
# Atravieso un campo de girasoles.
-
# Miles de flores se inclinan
# hacia la luz del este.
-
# Mi consciencia es como el sol.
-
# Mis manos siembran semillas
# para la próxima cosecha.
-
# A mi oído llega
# el sonido de la marea creciente.
-
# En el hermoso cielo,
# se acercan alegres las nubes
-
# desde mil direcciones.