Vende tu basura. Paga tu deuda. Haz lo que amas | Adam Baker | TEDxAsheville

Esta charla fue dada en un evento TEDx usando el formato de conferencia TED pero organizado independientemente por una comunidad local. Conozca más en http://ted.com/tedx.

En 2008, después del nacimiento de su primer hijo, Baker y su esposa decidieron vender todo lo que tenían, pagar su deuda por consumo, y gastar un año viajando al extranjero como una familia. Ellos empezaron a contar su viaje a los inicios del 2009 en el blog Man vs. Debt, el cual tiene 15,000 suscriptores. Al compartir sus altibajos en las areas de finanzas personales, consumismo, desorden, viaje, minimalismo y emprendimiento apasionado, se dieron cuenta que no están solos en un deseo de explorar y crecer.

Hola.

Hoy día quiero retarlos a ustedes.

Quiero retarlos a responder una pregunta.

La buena noticia para ustedes
es que esta pregunta es muy simple.

Las palabras en esta pregunta
son muy simples.

Las mala noticia es que
por miles de años,

la gente ha estado intentando responder
esta misma pregunta por sí mismos.

La gente ha dedicado su
vida a esta pregunta,

ha luchado por esta pregunta,

y algunas veces, ha entregado sus vidas
en defensa de esta pregunta.

Y la pregunta es esta:
¿qué significa la libertad para ustedes?

No estoy hablando de la definición
del diccionario de libertad.

No estoy hablando de una discusión
académica o incluso intelectual

acerca de lo que la libertad es.

Estoy hablando de lo
que significa para ustedes.

¿Qué significa en sus propias vidas?

Se de primera mano

que esta pregunta tiene
el potencial para cambiar su vida

porque esta es la pregunta
que mi esposa Courtney y yo

nos preguntamos hace tres años.

Era casi un momento incómodo
para nosotros estar hablando de libertad.

Era la noche en que trajimos a mi hija
Milligan a casa del hospital.

Como nuevos padres, luchamos por
30, 40 minutos, lo que haya sido,

intentando hacerla dormir
en su nueva cuna.

Después de eso, ibamos como zombies
hacia la mesa de la cocina.

Cuando nos sentamos, me volví hacia ella
y le dije,

"Sabes, cariño, necesito
hablarte de algo."

(Risas)

Lo que aprendí tras
cinco años de matrimonio,

es que es la peor manera en la
que puedes empezar una conversación.

(Risas)

Y le dije, "Quiero hablarte
de libertad"

Pueden imaginar cuál fue su expresión
y cuál fue su respuesta.

No puedo repetir nada de eso aquí hoy.

Pero luego que empezamos
hablar más sobre ello,

nos dimos cuenta que
aquel momento

estaba a nuestro favor.

Porque si había una cosa que nos
faltaba en aquel punto de nuestra vida,

era claridad.

Era la habilidad de dar un paso
atrás y analizar

cómo estabamos viviendo
nuestra vida

y si eso era congruente
con lo que realmente queríamos.

Empezó para nosotros en
nuestra vida financiera.

Nuestra vida financiera se había
reducido, se podría decir,

a una simple pregunta.

Y esta era: "¿Qué cosa en nuestro
apartamento queremos mejorar?"

¿Han tenido alguna vez esta discusión?

"¿Necesitamos mejorar el sofá,

o tal vez debemos ahorrar y tener
una mesa de cocina?"

"¿Debemos cambiar de lugar y
buscar un mejor apartamento,

o tal vez debemos esperar por
una TV con pantalla plana?"

Esta era una nuestra vida financiera
en aquel tiempo.

Y luego, no debería sorprenderles
el tamaño de nuestra deuda.

Teníamos cerca de 20 años

y sin contar la tremenda cuenta de
préstamos educativos que teníamos,

la deuda por consumo
era de 18,000 dolares.

para empezar nuestro nuevo matrimonio
y como nuevos padres.

Teníamos 4 tarjetas de crédito
y de tienda,

teníamos dos prestamos vehiculares.

Además un préstamo por joyas
que compré para casarnos.

Teníamos un préstamo familiar.

Bromeaba que coleccionaba
préstamos,

y teníamos una para todo
excepto para nuestra hipoteca.

Y, ¿saben qué? Eramos compra-casas.

Era el momento más loco
de nuestras vidas.

Había empezado en un nuevo negocio,
trabajaba 18 horas por semana.

Courtney había terminado
la universidad,

estaba empezando
como profesora;

no había momento
más loco en nuestra vida.

¿Y estábamos comprando
para una hipoteca?

No tenía sentido.

Cuando di un paso atrás, y me vino la
claridad esa noche

de traer a casa a Milligan,

vi que ese era el siguiente
punto en el guión

que estábamos viviendo
nuestra vida.

No era un guión que escogimos.
Era el guión que nos escogió.

Nos escogió

porque no estábamos dispuestos
a responder esta pregunta.

Si no están dispuestos a responder
esta pregunta en su vida,

habrá alguien, una compañía,
una persona, un gobierno, una entidad

que estará más que feliz de responder
esta pregunta por ustedes.

Despertarán un día y
se darán cuenta

que estaban viviendo una vida
basada en un guión.

Es algo parecido a esto,
y vean ustedes si les es similar.

En escuela primaria, nos enseñan
cómo ser enseñados.

Aprendemos cómo aprender mejor.

Al llegar la secundaria, las notas
empiezan a importar,

y si consiguen buenas notas
en la secundaria,

tienen el privilegio

de obtener decenas de miles de dólares
en deudas al ir a la universidad.

En la universidad, hacemos muchas cosas,
y al final de la misma,

ojalá, alcanzarán el título,
esta pieza de papel,

y con eso viene la promesa
de seguridad en el trabajo

de un trabajo estable y bien pagado.

Luego, con este trabajo,

puedes conseguir un apartamento,
y llenarlo de cosas.

Si no logran conseguir pareja
en la universidad,

seguramente lo pueden ahora,
con su apartamento.

Dos o tres años después,
pueden tener niños,

pueden ascender,
comprar una casa.

Continuan este ciclo
por los 30 o 40 años de su vida,

hasta alcanzar la tierra prometida,
la jubilación,

cuando todo su trabajo duro
da resultado.

No hay nada inherentemente
mal con este guión

a menos que no lo quieran.

Nos dimos cuenta en
aquella mesa de la cocina

que estabamos viviendo vidas
basadas en este guión,

y no lo queríamos.

Así que dijimos, "¿Qué queremos?"

Eso tomo un tiempo en
explorarlo,

pero nos dimos cuenta que
queríamos una pizarra limpia.

Queríamos limpiar toda la basura
que había en nuestra vida,

que había en nuestro
apartamento.

Todo esto de las nuevas adquisiciones,
la próxima nueva versión.

Solo queríamos limpiarlo todo,

estabamos vendiendo todo hasta quedarnos
con dos mochilas,

lo que podíamos cargar con nosotros.

Ibamos a pagar los 18,000 dólares
en deudas de consumo

que representaban nuestro mayor
gasto irresponsable,

e íbamos a pasar el año mochileando
en Australia como una familia joven.

Esta fue la meta apasionada
que nos pusimos.

Un año después, mi esposa Courtney
tomó esta imagen.

Este soy yo y mi hija Milligan.

Ella tiene 3 años y medio ahora,
tenía uno en esa foto.

Estamos sentados en un avión,
en camino a Indianapolis, Indiana.

El año entre la mesa de cocina
y esta foto fue uno muy díficil.

Analizamos muchas cosas y miramos
dentro en una imagen de nosotros mismos

que no era la que queríamos
que la gente viera,

que no era lo que proyectábamos.

Tuvimos que cambiar muchos hábitos,
muchas creencias para llegar allí,

pero fuimos capaces de hacerlo.

Cuando abordamos el avión,

teníamos dos mochilas lleno
de posesiones a nuestro nombre,

y nada de los 18,000 dólares
con los que empezamos.

Y estábamos en camino a Australia.

De Indianapolis, fuimos a Chicago,
de Chicago a L.A.,

pasamos la noche en LA,
para llegar a Sidney.

De Sidney, fuimos a Cairns,
Australia,

que es la ciudad que está cerca
a la costa de la Gran Barrera de Coral.

Veintiocho horas consecutivas
de vuelo con una niña de un año.

(Risas)

Me gustaría mostrarle fotos de cómo
nos veíamos cuando aterrizamos

pero hay un pacto marital,

por el cual ningún ser humano
verá esas fotos.

(Risas)

Pero les mostraré una foto más
de nuestros viajes.

Me gustaría sólo sentarme
y mostrarles diapositivas,

pero sólo les mostraré una más,
y es esta.

De nuevo, tomada por mi esposa,

quien, cómo podrán ver,
es una fotógrafa genial.

Esta fue en la costa de Townsville,
3 a 4 semanas en nuestro viaje.

Es una pequeña isla
llamada Isla Magnética.

En la Isla Magnética, nos quedamos
en un pequeño hospedaje

luego de tomar un ferry
para llegar allí.

Continuamos unos 30 minutos
de caminata,

y por la caminata, vimos ualabíes
corriendo a lo largo de la ruta,

una koala, una mamá y un
bebé koala en un árbol.

Era como una película.

Cuando llegamos a la cima
de la caminata,

miramos hacia una playa
aislada que era privada,

y me impactó.

Es un sentimiento que no sentí antes,
pero me golpeó como una avalancha.

Me di cuenta que vivíamos
nuestro sueño.

No se confundan,

había una larga lista de cosas
donde no tenía idea que estaba haciendo,

incluso en este punto, mientras
viajaba, sobre todo con una niña.

Aún estamos aprendiendo
y explorando.

Pero para bien o para mal,
en los altibajos,

eramos los únicos que
escribíamos este guión;

eramos los únicos quienes teníamos
el control de nuestra vida.

Me doy cuenta que no todos
en esta audiencia quieren

vender sus cosas y
mochilear en Australia.

Esta era nuestra definición de
libertad tres años atrás.

Incluso, ha cambiado ahora.

Pero lo que sé es

que ustedes necesitan definir
cómo la libertad se ve en sus vidas,

y necesitan tomar pasos
empezando hoy para darse cuenta de eso.

¿Dónde empieza para la
mayoría de gente?

Empieza justo aquí,
con su basura.

¡Mira esta basura,
casi está desbordando!

Está casi desbordando a los carros
que están en la avenida.

Ahora, puede parecer un
ejemplo extremo,

pero cuanto más
lo pienso...

¿Cuántos de ustedes
tienen amigos

que tienen garajes, o dormitorios
extras o cajones chatarra, o closets

que no parecen estar muy lejos
de esto?

Realmente no es tan extremo, incluso.

Es casi más de lo mismo.

Pero les tengo una pregunta:

¿qué pasa cuando esta persona
pierde su trabajo?

¿Qué pasa cuando se les ofrece
un mejor trabajo en otra ciudad?

¿Qué pasa cuando necesitan
adaptarse

físicamente, emocionalmente,
financieramente,

a cualquier situación
que aparezca en la vida?

En el mejor de los casos, la respuesta
es que están restringidos.

Están retenidos, están atascados,
están congestionados

de adaptarse a cualquier
tipo de cambio

debido al montón de basura
que han traído a sus vidas.

Pero tenemos una salida;
tenemos un truco bueno y pequeño

si estamos en una transición
con toda esta basura.

lo ponemos aquí.

(Risas)

¿Se dan cuenta que hemos
estado creando

toda una industria millonaria al
almacenar basura vieja

para hacer una transición
y comprar basura nueva?

(Risas)

Piénsenlo.

Ahora mismo, hay 2.2 billones
de metros cuadrados de almacenamiento

solo en los Estados Unidos.

Esto es alucinante.

Cada hombre, mujer y niños
pueden estar lado a lado

de esta manera,

cubriendo el espacio de almacenamiento
en los Estados Unidos.

¿Cómo funciona esto?

¿Por qué estamos tan obsesionados
con comprar nuevas cosas

pero tan reacios a guardar
nuestras cosas viejas?

¿Cómo hemos comprado
esta adicción?

Creo que es porque
nos lo han vendido como un mito.

El mito es que adquirir cosas
en nuestra vida,

en la búsqueda de un ambiente de vida
lleno de cosas

nos brindará seguridad.

Incluso, la mayoría de nosotros dicen
que nos dará felicidad.

Y en la búsqueda de estas cosas, nos
identificamos con nuestras cosas.

Puedes decir quién es exitoso,
y quién no lo es.

Puedes decir quién es moderno,
y quién no.

Puedes decir de quién el garaje se
ve como la anterior foto,

y quién no.

Empezamos a identificarnos con
nuestras cosas físicas.

Pero la verdad que nos damos
cuenta,

y que la mayoría termina despertando
y dándose cuenta en un momento de su vida

es que más cosas, y de hecho,
más basura en sus vidas

no les traerá seguridad,

y por cierto,
no les dará felicidad.

De hecho, encontramos lo
exactamente opuesto.

Cuando Courtney y yo fuimos a vender
muchas y muchas de nuestras cosas,

cuando planeábamos irnos de viaje,

a menudo me preguntaban lo mismo,
y la pregunta era,

"¿Han vendido algo de lo
que se hayan arrepentido?",

"¿Han vendido algo que han
tenido que comprar de vuelta?",

o, "Han vendido algo que les
haya decepcionado,

y lo tuvieron que recuperar?"

Y cada vez, se me pregunta esto
cuando comparto mi historia,

intento genuinamente recordarlo.

Incluso lo pienso ahora mismo.

Y la respuesta es la misma siempre,
"No."

Ninguna sola cosa.

Ni una sola vez que compré algo,

y hubiera dicho, "Hombre,
me arrepiento de esto."

Ni una sola vez que compre algo,
dije, "Ahora mismo, estoy inseguro."

(Risas)

Era lo contrario.

A medida que vendíamos mucha de nuestra
basura, nos dábamos cuenta

y sentíamos que el peso nos
iba dejando.

Nos sentíamos más flexibles,
más ágiles,

nos era más facil recuperarnos de
algo negativo

que viniera a nuestra vida.

Nos sentíamos más libres
de capitalizar una oportunidad.

Ya no estábamos atados a nuestras
posesiones físicas.

No sólo eso sino que comenzamos
a ver a otras personas

y nos dábamos cuenta que la identidad de
estas personas no se basaban en sus cosas.

Su identidad debía estar basada
en sus experiencias.

No se trata de recolectar
cosas caras o bonitas,

debería tratarse de recolectar
ricas experiencias.

Debemos identificarnos con la gente
y a nosotros mismos

con las experiencias de nuestra vida,
y no con lo que tenemos.

Pero les quiero hablar un poco más
acerca del sueño americano también.

Nos es familiar el sueño americano,

e incluso no es sólo americano,
sino es global.

Existe esta idea
que si no trabajas duro,

no serás capaz de comprar
este estilo de vida fantástico.

Esto sigue siendo verdad.

Tanto como hemos resaltado
y sugerido

que el consumismo es un problema
para la mayoría de nosotros, y lo es,

si la ecuación se mantuviera lineal,
si se mantuviera así de simple,

sería fácil de manejar.

Quieres más dinero, ¿qué haces?

Compras menos.

¿Quieres cambiar de trabajo
o trabajar menos?

Compra menos.

Suena simple, casi muy simple.

Y realmente lo es.

Pero en los últimos 20 o 30 años,
nos hemos engañado.

Hemos añadido una pieza a este
rompecabezas haciéndolo más vicioso.

Hemos encontrado un modo por el que no
tenemos que trabajar más antes de comprar,

no tenemos que trabajar
por ese estilo de vida,

podemos simplemente llegar allí.

Y por supuesto, ustedes saben
de lo que hablo: es la deuda.

Entonces compramos, para alcanzar
ese fabuloso estilo de vida

sin trabajar por ello,
nos endeudamos.

Lo hacemos siendo jóvenes,
lo hacemos siendo viejos, es lo común.

Las deudas han existido
por miles de años

en una forma u otra.

Pero, la hemos perfeccionado
en los últimos 20 o 30 años.

Hemos perfeccionado
el uso diario de ella.

La hemos perfeccionado
para actividades diarias.

Lo que provoca es
comprar ese estilo de vida

y nuestra justificación para eso,
somos buenos justificando,

es que vamos a seguir trabajando mientras
compramos ese estilo de vida ahora,

y luego pagaremos nuestra deuda,
trabajando.

Nos mantiene trabajando.

Eso sería bueno si nos gustase
nuestros trabajos.

A la mayoría no les gusta
sus trabajos.

De hecho, a la mayoría
no le gusta para nada sus trabajos.

No tenemos la flexibilidad para cambiarlo
porque estamos en deudas.

No sólo tenemos que pagar facturas,
sino tambien nuestra deuda.

Así que trabajamos más horas
en nuestros trabajos que ya odiamos.

¿Existe una mejor ecuación para el estrés
en el planeta

que gastar la mayoría de nuestro tiempo
trabajando en un trabajo que odiamos

para pagar deudas por una decisión
de compra hecha años atrás?

No es de extrañar que estemos
estresados.

No es de extrañar que estemos
sobrecargados.

¿Cómo lidiamos con ese estrés?

Hay dos maneras en las que
lidiamos con ese estrés:

comemos y compramos.

Escapamos de la rutina diaria
comprando.

Lo merecemos, trabajamos duro.
Así lo justificamos.

Algunos compran ropa,
algunos compran equipos electrónicos,

algunos compran vacaciones a lugares
calientes para escapar a sus trabajos.

Pero no tenían el dinero
en primer lugar.

Es por esto que nos endeudamos.

¿Cómo pagamos por este escape?
Con más deuda.

Y pueden ver que es
una bola de nieve, es un ciclo

que ha atrapado a millones de ustedes,
millones atrapados alrededor del mundo.

Mi mensaje para ustedes hoy

es que su vida es muy importante
para estar atrapado en este ciclo.

Nigel Marsh dio una charla TED en Sidney,

y él resumió esto mucho
mejor de lo que yo podría.

Él dijo, "Hay miles y miles
de personas allá afuera

viviendo vidas de desesperación
silenciosa y vociferante,

trabajando más horas,
en trabajos que odian,

para comprar cosas que no necesitan,
para impresionar gente que no les gusta."

(Risas)

Cuando lo escuché diciendo
esto en su charla TED,

casi no podía respirar.

Casi duele repetirlo porque
es verdad.

Pero quiero que lo imaginen.

Imaginen cómo sería su vida,

cuánta satisfacción habría
en su vida

si empezaran hoy, si hicieran
un compromiso

de coleccionar experiencias
y no cosas.

Quisiera imaginar

cuánto más oportunidades y flexibilidad
habría en su vida

si removieran el estrés y el peso
de su deuda.

Quisiera que todos se sienten aquí
e imaginen

cuán impactante sería el mundo
en que vivimos

si cada uno de nosotros
se despertara en la mañana

no porque se apagó la alarma
del reloj

sino porque estamos emocionados
de dedicarnos a nosotros mismos

en el trabajo que amamos,
un trabajo que disfrutamos,

a un negocio que esté basado
en nuestras pasiones.

El problema es complejo,
pero la solución es muy simple.

Remover el exceso que
te está retrasando.

Remueve la basura
de tu vida.

Remueve la dependencia diaria
a endeudarte de tu vida,

y serán más libres para empezar
a trabajar en lo que te importa.

Ese es el camino a la seguridad.

Ese es el camino a la felicidad.

Una observación más que tengo
para ustedes:

¿Se dan cuenta

que somos las personas más libres
en la historia de la humanidad?

¿Se dan cuenta que caminan

entre los seres humanos más libres
que hayan caminado en la Tierra?

¿Qué están haciendo con esa libertad?

¿Cómo están utilizando ese hermoso regalo
que les ha sido dado?

Empieza respondiendo una pregunta:

¿Qué les parece la libertad?

Es la respuesta a esa pregunta,

su propia y única respuesta a esa pregunta
tiene el poder para cambiar su vida.

Es su propia y única respuesta
a esta pregunta

que tiene el potencial para cambiar el
mundo si así lo permiten.

Mi reto para ustedes hoy es salir y
encontrar su respuesta a esta pregunta

y cuando lo hagan, será una idea
que valdrá la pena compartir.

Gracias.

(Aplausos)