-
Www.Subadictos.Net
Presenta:
-
Un subtítulo de
marpr y paconaranjo.
-
Kuzey Güney
(Norte Sur)
-
Episodio 2
-
«Que te resulte fácil». Te deseo
suerte para el examen de mañana.
-
Estamos en un descanso. Ven.
-
Hasta luego.
-
Bueno, vamos a seguir.
-
Mamá.
-
Se me ha olvidado algo en la tienda,
ahora mismo vuelvo.
-
Te quiero.
-
Estoy esperando el día en el que pueda
abrazarte todo lo que quiera,
-
Dormirme oliendo tu pelo,
-
Y al despertarme por la mañana,
tenerte a mi lado.
-
¡Cemre!
-
Ay... no estaba durmiendo.
-
Bueno, vete.
-
Que no se haga tarde,
no se vaya a enfadar.
-
Ya estoy aburrida de estas
despedidas en la puerta.
-
Ten paciencia.
-
Solo me queda un año y medio.
-
Un año y medio.
-
Como mucho.
-
En cuanto acabe la universidad,
nos prometeremos.
-
Y después de eso, directamente...
-
A hacer la mili, y ya más adelante,
nos casaremos.
-
Me estás diciendo que ya estás cansada
de escuchar lo mismo.
-
Pero si queda ya muy poco.
-
Ese año y medio pueden ser dos.
-
Y no nos vamos a casar
justo cuando vuelvas de la mili.
-
Hay que preparar cosas.
-
No me voy a casar sin
que todo esté listo.
-
Bien, a mí me parece bien.
-
No quiero que te apresures.
-
No quiero que el dinero sea un problema.
-
No quiero que discutamos,
solo que lo disfrutemos.
-
No te preocupes.
-
Vamos a tener todo lo que queramos.
-
Sin que falte nada.
-
Prometido.
-
Te voy a dar una vida muy cómoda.
-
Confías en mí, ¿Verdad?
-
Cemre.
-
Osea, que vuelves pronto
pero se quedan en la puerta
-
hasta tarde
haciéndose cariñitos.
-
Buenas noches, señora Gülten.
-
Espero que me perdone, ha sido mi culpa.
-
No, si yo digo lo mismo.
-
Si no vas a llegar
a la hora que dices...
-
Mamá.
-
¿Para qué me dices una hora si no?
-
Bueno, que tenga una buena noche.
-
Le ruego que me perdone,
no volverá a pasar.
-
Buenas noches.
-
Bueno.
-
Hasta pronto.
-
¿Qué pasa contigo?
-
Me enfada muchísimo
la manera en que te comportas.
-
¡Incluso te estabas arrastrando!
-
Güney, Güney, Güney.
¿Qué te pasa?
-
Se va a creer que es algo importante
si sigues actuando así.
-
¿Has estado toda la noche rumiando esto?
-
¿De qué te preocupas?
-
¡Déjame! Sí, he estado rumiándolo toda
la noche. ¡Soy una madre, me preocupo!
-
¿Qué va a pasar?
¿Cómo va a pasar?
-
Me preocupo de como
te las vas a arreglar en la vida.
-
Mamá.
-
Yo ya tengo mis planes.
-
Tus planes no van más allá de 50 metros.
-
Tus planes me parece a
mí que van directos
-
a la segunda planta
de los Tekinoğlu.
-
Una vez que nos hayamos casado,
no vamos a vivir allí.
-
Sí, sí, ya veremos.
-
Seguro que se van a casar con prisas.
-
Y al segundo día, te pondrán
a trabajar en la panadería.
-
O si no, te tocará lavar la ropa interior
de tu suegro como lo hace la madre.
-
E ir a reuniones de vecinos.
-
Si no abres los ojos, te vas a
ver con un bebé en los brazos.
-
Estás celosa de mí.
-
Sí, claro.
-
Tienes un futuro tan prometedor...
-
Vas a unirte a una familia tan adorable,
que me muero de la envida, eso es.
-
Güney es un chico responsable,
con un futuro brillante.
-
Ya hemos hablado de
esto mil veces...
-
¡No seas tonta,
él se preocupará de su familia!
-
¡Su padre es Sami Tekinoğlu, un patán!
-
Tiene a su mujer
asustada por si la pega.
-
Cuando le tiendes la mano a esa mujer
para decir hola, ella te contesta así.
-
Y pone los ojos así.
-
Mamá.
-
Ríete, tú ríete.
-
Vas a ser como ella
sin que te des ni cuenta.
-
Te empeñas en Güney, Güney.
-
Pero ¿cómo te va a hacer vivir Güney?
¡Abre los ojos!
-
La juventud no vuelve.
-
¿De verdad encuentras a esas
personas apropiadas para ti?
-
¿Vas a luchar para convertir un céntimo
en 5 céntimos toda la vida? (Dicho)
-
¿No lo ves? Vas a ser infeliz.
¿No te da pena?
-
¡Ya basta!
-
Porque tú seas infeliz,
yo no tengo que serlo también.
-
Si miraras a tu alrededor, verías todas
las oportunidades que dejas escapar.
-
¡Nadie podría detenerte!
-
¡No me compares contigo! ¡Yo no soy tú!
-
De hecho, no quiero que seas como yo.
-
No me obligues a luchar por lo que
tú no conseguiste en la vida.
-
Yo...
-
¡No voy a ser una actriz solo porque
tú no pudiste serlo! ¿Entendido?
-
No intentes arreglar tus
sueños rotos a través de mí.
-
Yo voy a vivir mi propia vida.
-
Muy bien.
-
De acuerdo.
-
Que así sea.
-
Güney tiene un gran futuro ante él.
-
Ya verás cómo tiene un futuro
brillante y se hará rico.
-
Además, yo le quiero.
-
Confío en él.
-
¿Has entendido?
-
Entendí.
-
Ojalá nunca tengas que
vivir lo que te he dicho.
-
Que Dios te de todo
lo que deseas, hija.
-
No estoy intentando
reparar mis sueños rotos contigo.
-
Te digo todo esto
por tu propio bien.
-
Quiero que seas feliz. Eso
es todo lo que me preocupa.
-
Que sepas cuánto vales y que
nadie se aproveche de ti.
-
Como tú, por ejemplo.
-
¿Kuzey?
-
Güney.
-
¿Todavía no llega?
-
No.
-
¿Qué pasa?
-
No aceptaron a Kuzey
en el ejército.
-
¿De verdad?
-
No es apto para el
ejército según el informe.
-
No puede ser...
-
Tiene que estar destrozado.
-
Sí, mucho.
-
Todo por culpa de su estómago.
-
Por mi culpa.
-
- No digas eso
-Claro que es por mi culpa.
-
- ¡Güney!
- ¡Mamá!
-
¿Sabes lo que significa para él?
-
Convertirse en soldado
era su mayor sueño.
-
Lo único que deseaba en la vida.
-
¡No es nuestra culpa!
-
- No es tu culpa
-Nosotros lo mandamos a la cárcel.
-
Fue a la cárcel por aceptar
un castigo que era para mí.
-
Eso ocurrió porque él tampoco
se portó como debía.
-
Su condena se alargó porque no dejaba
de meterse en líos en la cárcel.
-
¡Hubiera ocurrido incluso si
él no hubiera ido a la cárcel!
-
¿Crees que hubiera aprendido
a comportarse bien?
-
¡Hubiera seguido siendo
un irresponsable!
-
Hubiera hecho los exámenes
para la escuela militar.
-
De todas formas no los
hubiera aprobado.
-
Siempre teníamos que
obligarle a estudiar.
-
¡Maldición!
-
Si yo no hubiera ocasionado
ese accidente...
-
Él se hubiera puesto
a conducir borracho.
-
- Ese accidente hubiera ocurrido
de todas formas -¡Mamá!
-
No te engañes.
-
Por nuestra culpa,
le hemos destrozado la vida.
-
Una cosa te digo
-
Aunque no hubiera ido a la cárcel, no
hubiera conseguido nada en su vida.
-
También es mi hijo
-
¿Voy a querer algo malo para él?
-
Pero él es así, y lo he
aceptado hace tiempo.
-
Pero tú, Güney, eres diferente.
-
Si hubieras ido tú a la cárcel,
hubieras perdido tu futuro.
-
Y junto a tu futuro, también hubieras
destrozado todas mis esperanzas.
-
Ahora ya no tiene sentido decir
«Es culpa tuya, es culpa mía».
-
Tampoco tiene sentido
mirar al pasado.
-
Lo que pasó, pasó. Ahora tenemos
que ver cómo vamos a animarle.
-
Tenemos que encontrar la manera
de hacer que Kuzey se recupere.
-
¿De acuerdo?
-
Mañana va a haber un ensayo de
la ceremonia de graduación.
-
Al menos vamos a
perder tres clases.
-
¿Me estás sugiriendo que
nos saltemos las clases?
-
No, que vayamos al ensayo.
-
Por favor, saltémonos
las clases.
-
Hace 5 meses que me mudé aquí y
todavía no conozco bien la zona.
-
Además, hace muy buen tiempo.
Llévame a dar un paseo.
-
Te llevaré de paseo, pero
después de las clases, ¿de acuerdo?
-
Esta bien, Güney.
-
¿Sabes lo que me dijo
Mert hoy en la cafetería?
-
«¿Estás saliendo con Güney?»
-
¿Ah sí?
-
¿Y qué le contestaste?
-
Le dije que no.
-
Pero ya puedes decir
que estamos saliendo.
-
Desde anoche.
-
Estamos saliendo. ¿No?
-
Sí, pero prefiero que no
se lo digamos a nadie.
-
¿Por qué? Yo quiero
decírselo a todo el mundo.
-
No, no lo cuentes, por favor.
Ni siquiera a Kuzey.
-
Seguro que se pondrían a comentar y a
hacer bromas. No nos dejarían en paz.
-
Cuando llegue el momento,
entonces se lo diremos.
-
¿De acuerdo?
-
Bueno, sí.
-
Pero quiero decirte algo.
-
Desde anoche, no hay nada
que me quite la sonrisa.
-
Quiero besarte otra vez.
-
Entonces saltémonos las tres últimas
clases y alquilemos un bote.
-
Bueno, pero...
-
Viene Kuzey, ¿Hablamos luego?
-
Bien. Pero alquilemos el bote.
¿de acuerdo?
-
Así podemos pasar
todo el día juntos.
-
Bien, mi vida. Besos.
-
Para ti también.
-
¿Con quién hablabas?
-
Con nadie.
-
¿A dónde vas?
-
Tengo algo que hacer, me voy. Pero no
cambies de tema, ¿Con quién hablabas?
-
No la conoces.
-
¡Oye!
-
¡Eh!
-
Estabas hablando con
Sema, ¿A que sí?
-
No digas tonterías, hombre.
-
Han roto y han
vuelto 1500 veces.
-
Ya sé, no me lo dices porque piensas
que te voy a tomar el pelo.
-
¿A dónde vas? ¿A dónde vas?
No salgas, quédate en casa.
-
¡Kuzey, te estoy
diciendo que no salgas!
-
El estúpido de Güney... se va a casar
con el primer amor del colegio.
-
¡Kuzey, escúchame!
-
El estúpido de Güney... se va a casar
con su primer amor del colegio.
-
El estúpido de Güney... se va a casar
con la primera chica que ha visto.
-
¡Que no salgas!
-
¡Tengo que salir! Esta noche va a haber
una pelea importante donde Haluk.
-
¡Las apuestas van a
ser geniales, hermanito!
-
Dios mío, ¿Te has vuelto loco?
-
Ya estás castigado por lo que
pasó anoche. Papá te va a matar.
-
Pequeño, después de un día
normal de trabajo, un miércoles,
-
Papá seguro que llega muy borracho.
Seguro que ronca y todo.
-
Pero juró delante de mamá que si
algo así volvía a pasar, no te iba
-
a dejar hacer los exámenes para
entrar en la escuela militar.
-
Si mi querido hermano no lo
cuenta, nadie se va a enterar.
-
Tú no te vas.
-
Kuzey, mamá siempre se
preocupa mucho, por favor.
-
¿Qué?
-
Tienes razón, Güney.
-
Yo también me preocupo
mucho por ella.
-
¿Cómo puede dormir con los
oídos y la nariz taponados?
-
¡Que no te vas!
-
¡Deja eso! ¿Qué estás haciendo?
-
Vaya que si te importa tu
dinero, son solo 50 liras.
-
Si no tienes dinero, no apuestas.
¿Estás enfermo o qué?
-
Güney... es un préstamo. Te lo
prometo, mañana te lo devuelvo.
-
No tengo nada de dinero.
-
Mentiroso...
-
No te voy a dar nada. Además,
no tengo nada para gastar.
-
¡Que no te doy, hombre!
-
Bien, ¡Como quieras!
-
Entonces deséame mucha suerte.
-
Kuzey.
-
Kuzey.
-
¡Kuzey!
-
Kuzey, Kuzey.
-
Que Dios te de paz.
(Dicho: Que duermas bien)
-
Kuzey.
-
Kuzey.
-
- Pero ¿qué vas a hacer allí?
- Voy a pasarme por el banco.
-
- ¿Lo vas a agarrar de la caja?
- Si me lo das tú, no.
-
¡Vete a la mierda!
Kuzey.
-
Kuzey.
-
Tu...
-
¡Suéltame!
-
¡Imbécil! Déjalo en su sitio.
-
40...
-
Pero no tienes vergüenza. ¿Verdad?
Lo único que te faltaba era robar.
-
No es suficiente, 50 liras.
-
¡Ponlo en su sitio!
-
Cuando vuelva por la mañana, lo
pondré en su sitio. No te preocupes.
-
¡Lo vas a perder todo!
-
¡Imbécil! ¡No hagas ruido!
-
Sami.
-
Sami.
-
Sami, levántate, hay ruidos.
-
Sami.
-
¡Sami!
-
Levántate, hay alguien abajo.
-
¿Qué?
-
Es como si alguien hubiera
golpeado algo abajo.
-
Qué raro.
-
¡Chist!
-
¡Rubio!
-
- ¿A dónde vas, hombre?
- Vámonos juntos, hermano.
-
Tú...
-
Papá...
-
¿Qué estás haciendo aquí?
-
Papá.
-
¿Qué tal?
-
Bien, hermano... ¿Y tú?
-
¿Cómo voy a estar?
-
Ya.
-
¿Qué pasa?
-
Hermanito, se me ha olvidado
el teléfono en casa.
-
¡Qué mas da! Llegamos tarde.
-
Sino, ¿Cómo vamos a llamar al
hombre que nos va a dejar allí?
-
- Un minuto.
- ¡Un minuto!
-
¡Papá, yo no lo he robado!
¡Te lo juro!
-
¡Sami!
-
¿Cómo haces algo así?
-
¡Por amor de Dios, no le pegues!
-
¡Muy bien! ¿Entonces,
quién lo hizo?
-
¡Yo no lo hice! ¡Yo no
he hecho nada, papá!
-
¡Tenemos al enemigo en
nuestra propia casa!
-
¡Te mato!
-
¡Para! ¡Por amor de
Dios, no lo hagas!
-
¿Por qué tengo que
aguantar esto?
-
¡Le vas a matar, Sami!
-
- Kuzey.
- Ali.
-
¿Qué pasa?
-
- Hombre, vete.
- ¿Qué está pasando, hermano?
-
Tú vete. Hay pelea en
casa, vete tú solo.
-
- Bueno.
- Vete, vete...
-
¡Papá! ¡Que no lo he robado!
-
¡Sami!
-
¡Te estoy diciendo que yo
no he robado nada! ¡Nada!
-
Que no has robado...
-
¡Todo esto es por tu culpa!
¡Es por tu culpa!
-
¡Tú eres la que le
consientes todo!
-
Si vuelves a meter la
mano aquí, ¡Te la corto!
-
¡Te corto la mano!
-
¡No vuelvas a tocar esto!
-
¡Mamá, te juro que
yo no lo hice!
-
¡Te digo que yo
no he hecho nada!
-
¡Y todavía dice que
no ha hecho nada!
-
¡Y pensábamos que el otro
era el problemático!
-
¡El cabecilla de todo era este!
-
¡Ya vale! Por amor de Dios, vete.
Ya es suficiente, por favor.
-
Me va a dar un infarto.
-
¡Qué sinvergüenza!
-
Ven, vamos, hijo.
Lávate la cara.
-
¡Déjame, mamá!
-
Ahora me doy cuenta de que
todo lo ocasionaba él.
-
¡Por eso nada funciona
en esta casa!
-
- Papá, ¿Qué pasa?
- ¡Ni preguntes!
-
¿Qué pasa?
-
Hermano, ¿Qué pasó?
-
Hijo, vamos a ponerte
algo de hielo en la cara.
-
¡No quiero, mamá!
-
¡Ojalá no le hubiera dicho
que se levantara de la cama!
-
¿Mamá, qué pasó? Oí ruidos.
-
Tu padre lo descubrió
sacando dinero de la caja.
-
¿Qué?
-
¿Qué has hecho?
-
Hermano, ¿Bajaste después
de que yo me fui?
-
Quería poner otra vez el
dinero que robaste, imbécil.
-
Papá me atrapó
con el dinero en la mano.
-
¡No me lo creo!
-
¡No te rías!
O juro que te rompo la boca.
-
Hermano.
-
¿Cómo has hecho algo tan estúpido? Yo
iba a dejar más dinero por la mañana.
-
¡Sí, claro!
-
Lo que ibas a hacer era perder más
dinero y traernos mayores problemas.
-
Mira.
-
Mírame, hombre.
-
Déjame.
-
Anda, hermanito.
-
Te has llevado una paliza de
papá sin haber hecho nada.
-
Soy realmente un imbécil.
-
Voy a ir y le voy a contar a papá todo.
-
Kuzey, siéntate.
-
Suficiente con que
me haya pegado a mí.
-
No hace falta que ahora
te toque a ti también.
-
Y luego se pondrá furioso con
mamá por habernos parido.
-
Toma, ponte esto en la cara.
-
Bueno, mamá, esto es un asunto
de hermanos, bien, vete.
-
¿Por qué lo has hecho, hijo?
-
¿Por qué? Es que no lo entiendo.
-
Mami, está bien, ya he tenido una charla
con él. No volverá a pasar algo así.
-
Me disculpo en su nombre.
-
Idiota.
-
¿De qué te ríes?
-
¡No tiene vergüenza!
-
Hermano, no tienes vergüenza.
-
Tú también tienes algo que
ver con todo esto, ¿No?
-
¿Quién? ¡Yo, jamás!
-
Le han agarrado con las manos en la
masa, ¿Cómo voy a ser yo el ladrón?
-
¡Que Dios les de disciplina a los dos!
-
Por el amor de Dios.
-
Hermano.
-
Muchas gracias, de verdad.
-
Tu dinero.
-
Te lo pongo en su sitio otra vez.
-
¿A dónde vas?
-
A buscar a Kuzey.
-
Vete, hijo.
-
Debe estar borracho por ahí.
-
Sami.
-
Cuando llegue, habla con
el de buenas maneras.
-
No es el final del mundo.
-
Para él sí es el final
del mundo, Handan.
-
Ahora va a ser muy difícil
conseguir que se quede aquí.
-
Mamá.
-
Mamá.
-
Mamá, sé que no estás durmiendo.
Acabas de apagar la luz.
-
Cemre, por favor, ¿Te puedes ir?
-
Vengo a estar contigo.
-
Perdóname.
-
¿Por qué te voy a perdonar, hija?
-
Has dicho todo lo que tenías dentro.
-
No dije todo eso para hacerte daño.
-
Mírame.
-
Mírame, venga.
-
Lo siento.
-
No eres un juguete para mí.
-
Eres mi hija.
-
No puedo moldearte o ajustarte a mi
medida como si fueras un vestido.
-
No intento convertirte en la
persona que yo quiero que seas.
-
Solo quiero que seas feliz.
-
Retiro todo lo que dije.
-
No digo que vayas a ser como yo.
-
Toda mi preocupación
se debe a que no
-
quiero que vivas lo que
me tocó vivir a mí.
-
Yo tuve que renunciar a todos
mis sueños para poder criarte.
-
Ya lo sé.
-
Ni siquiera puedo hablar de eso.
-
Cada vez que abro el tema, tú me cortas.
-
Te digo las cosas porque sé de eso.
Deberías escuchar.
-
Mamá, tú no confías en mí.
-
Yo quiero a Güney. Voy a
ser muy feliz con él.
-
Eso espero. Ojalá que seas feliz.
-
Por favor, dejemos de discutir.
Si no, no puedo dormir.
-
Sufro por dentro, aquí, aquí.
-
Yo también.
-
No sufras.
-
Mañana por la mañana iré a esa agencia.
-
Te prometo que haré la audición.
-
No la hagas, no quiero.
No hagas nada por mí.
-
Bien, pero yo quiero hacerla.
Así que voy a ir.
-
¿De acuerdo?
-
¿Se acabó? ¿Me perdonas?
-
Mami...
-
¿Me perdonas?
-
Mami... te quiero mucho.
-
Yo también te quiero mucho, tesoro.
-
¿Le has dado esperanzas a Kuzey?
-
¿Y eso a qué viene ahora?
¿De dónde lo has sacado?
-
No, de ningún lado, cariño.
Me refiero al pasado.
-
Cuando nos mudamos aquí.
-
¿No intentó tener algo contigo?
-
No... Por qué preguntas eso,
de verdad que no lo entiendo.
-
Qué sé yo...
-
Como los tres estaban muy unidos.
No se separaban nunca.
-
Yo no sabía que estabas con Güney.
-
Pensaba que te gustaba Kuzey.
-
Él siempre está metido en problemas.
-
Aunque tuviera 40 corazones,
no le daría ni uno a Kuzey.
-
Bueno, es más guapo que Güney.
-
Quizá incluso más inteligente.
¡Si usara la cabeza!
-
Pero no la usa.
-
No tiene ningún propósito,
ningún objetivo en la vida.
-
Todo lo que hace es causar problemas.
-
Ojalá no fuera así.
-
Ya veo lo que dices.
-
No... no es eso. Además,
siempre me molesta mucho.
-
Es solo que lo dejo pasar. Después
de todo, es el hermano de Güney.
-
Tú mantén las distancias.
-
Incluso si te casaras,
tú mantente lejos de él.
-
Nos vamos a casar.
-
¡Que sí!
-
Incluso si te casaras,
mantén las distancias.
-
Que no te vaya a visitar
mucho a tu casa.
-
Ese chico es peligroso.
-
Lo sé.
-
¿Qué pasa?
-
Nada.
-
Bueno, me voy a dormir.
-
No quiero ir mañana con
ojeras a la agencia.
-
Buenas noches.
-
Buenas noches.
-
Apaga la luz.
-
Quieto, esto es un sitio privado,
solo para gente con invitación.
-
Mi hermano está adentro.
-
- ¿Quién es tu hermano?
- Kuzey. Tengo que verle.
-
¿Conoces a alguien
que se llame Kuzey?
-
- Sé que está ahí dentro.
- Espera.
-
Ali.
-
Hombre, te iba a llamar ahora mismo.
-
- ¿Qué pasa?
- Está luchando, el muy loco.
-
¿Qué?
-
No ha escuchado a nadie, no le
pudimos hacer cambiar de opinión.
-
También ha tomado alcohol,
el estúpido.
-
- Maldito sea.
- Se lo dije a los hombres.
-
Les dije que no podía luchar. Pero llegaron
a un acuerdo por una miseria de dinero.
-
Diles algo, si le dan un golpe
en el estómago, se acabó.
-
¡Kuzey, Kuzey!
-
¡Sal de ahí!
-
Dios mío.
-
¡Kuzey!
-
Kuzey, ven aquí.
-
Kuzey.
-
Esfúmate.
-
Kuzey, Kuzey...
-
¡Kuzey, para!
-
¡Kuzey, Kuzey!
-
¡Kuzey, para!
-
¡Kuzey!
-
¡Kuzey!
-
¡Güney!
-
¡Güney! ¿Estás bien?
-
¡Uno, dos, tres!
-
¡Cuatro, cinco!
-
¡Te dije que no lo hicieras!
¡Te lo dije!
-
-
¡Hubieras muerto, hermano!
¿Merece la pena el dinero?
-
Ali, déjanos.
-
Kuzey.
-
Hermano, déjanos. Mañana hablamos.
-
Toma.
-
¡Guarda eso!
-
- Que tomes.
- ¡No!
-
Te estoy diciendo que lo tomes.
-
¿No viniste corriendo por tu dinero?
-
Tómalo, y te devuelvo
más de lo que te quité.
-
¿Qué crees que estás haciendo?
-
¿Qué intentas probar y ante quién?
-
¿Matándote quieres probarlo, imbécil?
-
¿Tanto te preocupas por mí?
-
Si no puedes ir al ejército,
no es el final del mundo.
-
¡Cállate!
-
¡No te tortures por eso!
-
No tienes ni idea de nada.
-
¡Oye! Si te vuelvo a ver en ese sitio
asqueroso, te arrepentiras. ¿Me has oído?
-
¡Oye!
-
Lo que sea que haces, te lo
estás haciendo a ti mismo.
-
Y luego yo tengo que ir
recogiendo todo a tus espaldas.
-
¿Te estás convenciendo
a ti mismo, verdad?
-
¿Así te liberas de tu conciencia?
-
Muy bien.
-
Tú hiciste un enorme sacrificio por mí.
No lo niego.
-
Me odias, ¿Verdad?
-
Tú me odias.
-
¡Maldición!
-
Mi vida también se ha
destrozado por tu culpa.
-
Si no le hubieras pegado
a papá aquella noche
-
yo no te hubiera ido a buscar
a aquel restaurante.
-
Es verdad.
-
¡Si no te hubieras
emborrachado tanto
-
yo no me hubiera puesto en
el asiento del conductor!
-
Sí.
-
¡Si te hubieras quedado en casa aquella
noche, no hubiera pasado nada de eso!
-
Pero no podía quedarme en casa.
-
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Qué pasó aquel día?
-
Papá no te dio permiso
para salir, nada más.
-
¡Maldito seas! ¡Voy a tener que
cargar con esto toda la vida!
-
¡Siempre me voy a sentir
culpable contigo!
-
¡¡Yo también te odio!!
-
Con esto, hacen 60, ¿No?
-
- Sí, 60.
- Muy bien.
-
¿Cemre todavía no ha llegado?
-
Hoy llamó y dijo que no iba a venir.
-
- ¿Por qué?
- Está enferma.
-
Mamá, apágalo, que Güney
me está llamando.
-
Pero se hace tarde.
-
Buenos días.
-
Buenos días. ¿Qué pasa?
¿Estás enferma?
-
No, eso les dije a los del trabajo.
Hoy tengo que hacer otras cosas.
-
Ah...¿Qué cosas?
-
Nada importante.
-
Mi madre y yo vamos a salir a hacer
algunas compras al Gran Bazar.
-
Ay, menos mal, me había asustado
pensando que había pasado algo.
-
¿Estás repartiendo los simits?
-
Sí, mi amor.
-
Voy a la universidad, de la universidad
a casa de mi alumno, y luego al club.
-
Vas de un lado a otro.
-
Nos vamos a casar,
necesito ganar dinero.
-
Entonces muy bien, ¡Ponte a trabajar!
-
Esta noche es el aniversario
de boda de mis padres,
-
y vamos a cenar, que
no se te olvide.
-
Ah, vale. ¿Compro algo?
-
No, no, mi amor. No te
preocupes, yo me encargo.
-
Bueno, ya hablamos luego.
-
Bien, cariño. Besos.
-
Para ti también.
-
«Para ti también».
-
¿Qué te ha dicho?
-
Que se había preocupado porque
no me había visto en el trabajo.
-
Qué buena excusa.
-
Todo el rato, bla, bla, bla. Ya estoy
harta de tanta llamada, te lo juro.
-
¡Hay que ver! Le tienes que dar un
informe de lo que haces a cada minuto.
-
¿Por qué me mandaste callar? ¿Por qué
tengo que ocultar que voy a una agencia?
-
¿Por qué tiene que saberlo todo?
-
Esperando lo mejor, si te dan el
trabajo, ya luego se lo cuentas.
-
O mejor, ya puestos, que se entere al
verme en la tele, si me dan el papel.
-
¡Ojalá!
-
Tú eres mucho mejor que cualquiera para
el papel. Eres la más guapa de todos.
-
¡Gracias, mami!
-
¡Mira qué hora es! ¡Heeyy!
-
No estás de vacaciones en esta casa.
¿Todavía no lo has aprendido?
-
No te pongas a gritar tan
pronto por la mañana.
-
¡¿Cómo que por la mañana? ¡Si
ya casi es por la tarde!
-
No digas eso.
-
¿Con quién estoy hablando? ¡Oye!
-
Está bien, Te Oí.
-
¡Si me has oído, entonces levántate!
-
¡No te quedes en la cama! ¡Hay
mucho trabajo que hacer abajo!
-
Bueno, seguro que ya baja.
-
¡No quiero que vivas como un rey! ¡A
tu edad yo ya trabajaba como un burro!
-
¡Cada uno tiene que saber
cuáles son sus obligaciones!
-
¡Todo el mundo tiene que trabajar!
-
Hijo, levántate. No le hagas gritar más.
-
Sí...
-
Güney ya se ha ido a trabajar, y
desde allí, a la universidad.
-
Espera, ¿Qué te ha pasado en la cara?
Déjame ver.
-
Nada.
-
Volviste a luchar, ¿Verdad?
-
¿Cuándo vas a tener un poco
de sentido común, hijo?
-
¿Por qué haces esas cosas?
-
Mira cómo te ha ido por
culpa de tu terquedad.
-
¿Cuándo te vas a comportar de una manera
normal? ¿Cuándo vas a ser un hombre?
-
Nunca.
-
Perdí mi oportunidad
por tu culpa.
-
No soy nada.
-
Mira.
-
Nadie cree que sea bueno para algo.
-
No digas eso.
-
¿Para qué voy luchar por
algo después de esto?
-
No pierdas la esperanza, hijo.
-
Y yo te digo que pierdas las
esperanzas que tienes en mí, mamá.
-
Güney se ha convertido en
un hombre en mi lugar.
-
Siéntete orgullosa por él, mamá querida.
-
Muy orgullosa.
-
Mírame, ¿Qué tal así? Mira.
-
No está mal.
-
¿Me pongo el vestido lila, o no?
-
Así vas bien.
-
Además no hay tiempo para que me cambie.
-
¡Ven, vámonos! Que llegamos tarde. Hay
mucho tráfico y no podemos retrasarnos.
-
¿A dónde vas tú?
-
Yo también voy contigo.
-
Mamá, no.
-
No admito «peros». Te voy a acompañar.
-
¡Mamá! ¿Soy una niña pequeña o qué?
-
Yo voy para que luego no me engañes
y no vayas. ¡Quiero verlo con mis ojos!
-
Mira, si haces eso entonces
sí que no voy. Ya lo verás.
-
¡No discutamos, venga!
-
Mamá, te prometo que voy a ir.
Si quieres, te lo juro.
-
¿Lo juras por mí?
-
Por favor, déjalo ya. Vete a trabajar.
-
Seguro que ya están
allí todas las chicas.
-
Van a decir que mi madre me
tiene que llevar de la mano.
-
No me avergüences delante de todos.
-
Oye, me lo has prometido.
-
Que sí.
-
Me lo has jurado.
-
Sí, mamá querida. Y ahora me despido.
Hasta luego.
-
¡Espera, espera, espera!
-
Toma esto.
-
Vete en taxi.
-
No agarres el autobús así vestida.
-
Se te va a arrugar el vestido
y a destrozar el peinado.
-
De aquí allí va a costar
un ojo de la cara.
-
¡Mira que eres... No pienses en eso!
Si hay que gastarlo, se gasta.
-
Hay que saber dónde
invertir dinero, mi niña.
-
De todas formas, cuando
empieces a actuar
-
voy a tener un chófer que
me lleve a todas partes.
-
Por eso estás tú tan generosa.
-
En algún sitio tenemos
que gastar el dinero.
-
Era una broma. No quiero que te
canses antes de llegar allí.
-
Muy bien, entonces adiós.
-
He preparado té,
come algo antes de irte.
-
Ya comeré algo en la calle.
-
Tu padre te está esperando abajo.
-
Pues que siga esperando.
-
Se quedó todo pequeño. Podemos ir el
fin de semana a comprarte más cosas.
-
Bien, vamos y me llevas de
la manita y papá también.
-
Era solo una forma de hablar, hijo.
-
Toma, vete tú solo.
-
Kuzey, baja a ver a tu
padre antes de irte, hijo.
-
Esta noche vas a venir pronto, ¿No?
-
No lo sé. No prometo nada.
-
Hoy es nuestro aniversario de boda.
Quiero que estemos todos a la mesa.
-
¿Vas a celebrar todos
estos años de felicidad?
-
Sí, mis hijos son mi felicidad.
-
Esta noche tendrá sentido para
mí si estamos todos juntos.
-
Ya veremos.
-
¿A dónde vas?
-
Tengo cosas que hacer.
-
¡Tienes trabajo aquí!
-
¡Ponte eso rápido!
-
Tengo que renovar
mi carnet de identidad.
-
Luego voy a solicitar un pasaporte.
-
¿Un pasaporte? ¿Para qué?
-
Me voy al extranjero.
-
No me voy a quedar aquí mucho más.
-
¡Tú no te vas a ningún sitio!
¡No te lo permito!
-
De todas maneras no quiero tu permiso.
-
¡Oye tú! ¡No puedes irte gratis!
-
¿Acaso no sabes que conseguir un
pasaporte también cuesta dinero?
-
¡Y yo no te voy a dar ni 5 piastras!
(céntimos)
-
Bueno, no me des nada.
-
Adiós.
-
¡Al Infierno se va a ir!
-
Está pasando unos días
difíciles, no le ataques.
-
Muestra un poco de entendimiento.
-
¡No se puede ir a ningún lado!
¡No le dejo yo!
-
¡No le dejo!
-
Alí! ¿Dónde estás?
-
Bien, voy para allá.
-
Bien, bien. De acuerdo.
Ahora voy y hablamos.
-
[En Inglés]: La palabra «escenario»
viene del latín, «status».
-
[En inglés]:
Significa camino, línea y...
-
[En inglés]: Explica el
plan de una operación.
-
[En inglés]: En la perspectiva de
las estrategias de las empresas...
-
Escucha.
-
No tengo humor para esta clase.
-
Todavía tengo la música de
anoche sonando en la cabeza.
-
Lo que te ha pasado en la cara, ¿De
verdad fue al pelearte con tu hermano?
-
Ya te dije, estábamos
jugándonos.
-
¿Son unos niños o qué?
-
Kuzey un poco, la verdad.
-
- Un niño muy guapo.
- Sí, lo es.
-
Aunque es rubio.
-
Y a mí nunca me han gustado los rubios.
-
Para mí tú eres mucho más guapo que él.
-
Tus ojos son mucho más bonitos.
-
Banu, atiende a la clase.
-
Por ejemplo, me gusta
mucho tu nariz griega.
-
[En Inglés]: Díganme qué
estrategia puedo usar yo
-
para que me presten
atención, amigos.
-
[En inglés]: ¿Quieren que
les ponga dibujos animados?
-
[En inglés]: Lo siento.
-
Necesito irme lejos.
-
Me voy de aquí.
-
- ¿A dónde, hermano?
- No lo sé.
-
No he pensado tanto.
-
Pero ya lo decidí.
-
Por ejemplo, al lugar más
alejado al que pueda escapar.
-
A lo más hondo del infierno.
-
Déjalo, hermano. Acabas de llegar.
-
Mira.
-
A veces yo también quiero irme a
lo más profundo del infierno
-
Pero luego se me pasa.
-
- Date un poco de tiempo...
- Necesito ganar dinero.
-
¿Cómo? ¿Cómo lo hiciste anoche?
-
Mira, eso no es para ti.
-
Te pueden matar.
-
Tu padre tiene una tienda que está bien.
Entra allí, trabaja.
-
No te digo que te quedes
allí todo el día.
-
Pero al menos sé normal de día, y por
la noche, vuélvete un cabrón otra vez.
-
No me has entendido.
-
Necesito un trabajo que
me aleje de esa casa.
-
Simay.
-
¿Qué tal, Simay?
-
Bien. No me has llamado.
-
Ya, es que estoy muy ocupado...
tengo muchas cosas que hacer.
-
Un minuto.
-
Oficina judicial Tankay.
-
En un segundo le paso.
-
¿En qué andas ocupado?
-
Estoy ocupado y punto.
-
Simay, estoy reunido en este
momento, te llamo luego. ¿Sí?
-
Ya, seguro.
-
No puedo hablar ahora. Voy a colgar.
-
¿Qué pasa? ¿Ya te has
aburrido de ella en un día?
-
No me interesa en absoluto.
-
Ali, hombre, te lo digo en serio...
necesito un trabajo.
-
Bien... ven al mercado,
te pondremos un puesto.
-
Genial.
-
¿Qué pasa? ¿No es suficiente para ti?
-
No digas tonterías. No es eso.
-
¡Oye!
-
¿Cómo voy a hacer yo ese trabajo?
-
Mira, las marcas que tú conozcas...
-
Bueno, las que te puedas permitir.
-
Todos esos productos se
hacen en fábricas de aquí.
-
La fábrica lo vende directamente,
es como una tienda de outlet.
-
Vamos allí, compramos
lo que nos guste
-
le hacemos algunos
cambios y lo vendemos.
-
Si abres el puesto
tres días a la semana
-
y vas a comprar mercancía dos,
aún te quedan dos para descansar.
-
Es fácil. Tienes que intentarlo.
-
Con el tipo que tienes, vas a
traerlas locas en el mercado.
-
Las mujeres se pelearán para
comprarte la ropa a ti, ya lo verás.
-
¡Que te lo digo de verdad!
-
Empieza comprando poca mercancía.
-
Te estoy diciendo que no tengo
ni 5 piastras en el bolsillo
-
y tú me estás hablando
de comprar mercancía.
-
No hagas una montaña de un grano
de arena. Pídeselo a tu madre.
-
O a Güney.
-
No quiero nada de él.
-
Bueno, pues ya lo sacaremos de algún
lado. Pero no te agobies, hermano.
-
¿Hay también ropa de hombre
en el sitio del que hablas?
-
Claro que hay, y de la mejor. De
la que se ponen los artistas.
-
¿De verdad?
-
¿Dónde está esa fabrica?
-
Hay muchas. Un día te llevo.
-
Llévame hoy. Ahora mismo.
-
¿Cómo?
-
Es que no tengo nada que ponerme, y no
quiero ir por ahí de cualquier manera.
-
¡Vamos, levanta!
-
No, hermano... es la primera vez que
tengo vacaciones en cuarenta años.
-
Andando.
-
El hombrecito ya se ha levantado
y se larga.
-
Kuzey, para...¡Espérame!
-
- Hola.
- Hola, dígame.
-
Soy Cemre Çaya, tenía una
cita para la audición.
-
Sí, espere un momento.
-
Ya... He venido a la hora de mi
cita, me llamarán enseguida, ¿No?
-
Todo el mundo ha sido citado a la
misma hora. Tendrá que esperar.
-
Pero es que no tengo mucho tiempo.
-
Como quiera... el equipo
está preparando el estudio,
-
cuando esté preparado, iremos llamando
a las participantes por su turno.
-
¿Cuánto puede llevar?
-
Empezaremos dentro de poco, rellene este
impreso mientras la llaman, por favor.
-
Bueno.
-
Dime, mamá.
-
- ¿Qué tal?
- Acabo de llegar.
-
Has llegado tarde.
-
Todavía no hemos empezado, me han
dicho que tengo que esperar.
-
¿Hay mucha gente?
-
Sí, bastante, las mismas de siempre.
-
Las mismas caras.
-
Vamos a envejecer estas chicas y yo aquí
esperando en la puerta de la agencia.
-
Pero estás allí, ¿No? De verdad estás
allí. Por amor de Dios, dime la verdad.
-
Que sí, mamá, estoy aquí.
-
Si quieres te pongo al
director al teléfono.
-
Bien, bien, de acuerdo.
Cuando acabes, llámame.
-
Que sí, que te llamo.
-
¡Buena suerte, cariño mío!
-
Adiós.
-
La agencia ha citado a
Cemre para la audición.
-
Creo que es para una nueva serie.
-
- ¡Vaya!
- No lo sé muy bien, ya veremos.
-
- Ojalá salga bien.
- Amén, amén.
-
La próxima vez que vengas, quédate más
tiempo, así te puedo arreglar más.
-
Si me las arreglo para escaparme
un momento, seguro que vengo.
-
¡Déjalo todo, y ven, hombre!
En dos horas te pongo guapa.
-
Gracias.
-
Que tenga un buen día.
-
Gracias, cielo. Adiós.
-
Ay, esta niña está loca.
-
¿Qué pasa?
-
Le dije que me estaba engañando y
que no había ido a la agencia...
-
Mira qué foto me ha
mandado, por amor de Dios.
-
Y se ha encargado de que el
letrero esté bien en el centro.
-
Buenos días.
-
Buenos días, buenos días. Bienvenida.
-
Gracias.
-
Hola.
-
¡Así que sabías cuál era
el camino para venir aquí!
-
Ven, ven, por aquí.
-
No tengo mucho tiempo.
-
De acuerdo.
-
¿Qué quieres beber?
-
Un poco de agua, pero más tarde.
-
- Claro, Hacer...
- Ahora lo traigo.
-
¿Eh? ¿Qué te hacemos?
-
Primero, vamos a encargarnos
de las puntas abiertas.
-
Bien.
-
Y luego me haces rizos.
-
Por supuesto.
-
- ¿El pelo está limpio?
- Sí.
-
Bien, entonces lo vamos a mojar.
-
¡Seren!
-
Tómate un café, mujer.
-
Bueno.
-
Con poco azúcar.
-
Bueno, Hacer... prepara un buen
café para la señora Handan.
-
Ahora mismo.
-
Dame, cielo. Ya lo hago yo misma.
-
¿Es un día especial para ti hoy?
-
Es nuestro aniversario de boda.
-
Qué bien.
-
¿Cuántos años?
-
Muchos años.
-
Y que sea así por mucho más tiempo.
-
Felicidades por el aniversario.
-
Gracias.
-
Por cierto, enhorabuena, que
ya han soltado a Kuzey.
-
Gracias a Dios que ha salido, sí.
-
Ay, no he podido ir a felicitarlos en
persona. Es que tengo mucho trabajo.
-
Por favor, discúlpame. En la primera
oportunidad que tenga, me paso seguro.
-
Te esperaremos.
-
En realidad, vamos a celebrarlo esta
noche, Si quieres, puedes venir.
-
Ay, no...
-
El aniversario de boda es una excusa...
-
Solo quiero que estemos
todos juntos a la mesa.
-
Y también para agradecer
que Kuzey ya ha vuelto.
-
Entiendo.
-
De verdad, nos encantaría que vinieras.
-
Especialmente a Güney.
-
Porque siempre quiere que las
familias estemos más unidas.
-
Gracias, eres muy amable, pero
les gustará estar en familia.
-
Güney seguro que trae
a Cemre esta noche.
-
No te quedes sola en casa.
-
De todas formas, ya te dejan sola
una noche sí y otra también.
-
Ya, sí, gracias.
-
El bueno de Güney viene, busca
a mi hija y se van.
-
Ya veremos qué pasa...
-
quiero decir, veremos cómo
continúa todo esto.
-
Por ahora parece que
están muy decididos.
-
Eso parece.
-
De todas formas, ya tendremos tiempo de
hablar de todo esto largo y tendido.
-
Pero por ahora, yo creo
que su amistad es buena.
-
Sí, yo les deseo lo mejor. Pero tengo
mucho miedo de que se casen...
-
Es muy complicado. Es una decisión muy
importante, por eso tengo tanto miedo.
-
Ya.
-
Eh...
¿Qué dices de lo de esta noche?
-
Bueno, pues iré. Porque les
hace ilusión a los chicos.
-
¿Qué tal?
-
¿Qué dices?
-
Yo creo que te está bien.
-
¿Cuánto cuesta esta chaqueta?
-
- 35.
- ¿Para mí?
-
Señor, este es el mejor
precio que podemos ofrecerle.
-
Anda, vamos a comprar muchas
cosas, haznos un descuento.
-
Ya veremos. Pero antes me gustaría
mostrarles algunos modelos más.
-
Discúlpenme, ahora mismo vuelvo.
-
«Discúlpenme» dice.
-
Vaya, esta chica empezó a creer que
es una princesa desde que te vio.
-
Yo siempre vengo aquí y
nadie me mira a la cara.
-
A mí me ponen todo encima de la mesa,
me mandan elegir y luego desaparecen.
-
Ya ves la diferencia, hermano.
-
Ya veo que estás de buen
humor otra vez, tigre.
-
Eso significa que quería
un poco de atención.
-
¡Chist! Creo que me voy a probar esto.
-
¿Qué es eso, hombre?
-
¿Qué dice?
-
[Español]: «Un mundo mejor es posible».
-
¿Qué?
-
«Un mundo mejor es posible».
-
Cuando volví de la mili, fui de
vacaciones a Kuşadası...
-
Allí conocí a una chica, nos
comunicábamos en la lengua de Tarzan.
-
Anda ya.
-
Bueno, lo que tú digas.
Ella tiene el mismo tatuaje.
-
Pero el suyo está en un
sitio más difícil de ver.
-
Qué cabrón.
-
Nos hicimos el mismo tatuaje.
-
Tiene estilo, hermano.
-
No está mal, ¿Verdad?
-
Está muy bien, disfrútalo.
-
¿Se quiere probar este?
Seguro que le sentará muy bien.
-
Le favorecerá porque es del
mismo color que sus ojos.
-
Ah, ya veo.
-
Por el color de mis ojos.
-
Quieres decir que no es suficiente.
-
Yo creo que sus ojos son muy bonitos.
-
Yo también creo lo mismo.
-
Esos no son necesarios.
-
No los queremos.
-
¿Cuánto le debo en total, señorita?
-
Para él.
-
Deje que lo calcule.
-
¿Tienes que ir tan rápido?
No puedo seguirte.
-
Voy a casa de mi alumno
y ya llego tarde.
-
Bien, pues yo te llevo.
-
¿No ibas a la clase
del profesor Ismet?
-
Ay no, estoy muy cansada.
-
Me voy a casa a descansar.
-
Esta noche también hay cosas en casa.
Necesito cargar las pilas.
-
Entonces te van a
poner muchas faltas.
-
Ay, vete y díselo a mi
padre, ¿sí?
-
Sí.
-
¿Te duele?
-
¿Eh? No.
-
Tu hermano no sabe controlarse.
¿Qué clase de broma es esa?
-
Claro, que habrá que ver cómo
está la cara de tu hermano.
-
No, él no tiene nada.
-
¿Qué me dijiste que estudiaba?
-
¿Kuzey?
-
Dejó el colegio.
-
¿Por qué?
-
Lo dejó y punto. Al irse al
extranjero, se distrajo un poco.
-
¿Y ahora qué hace? ¿Trabaja?
-
No lo sé. Puede que trabaje
con mi padre, no lo sé.
-
Creo que no están muy unidos.
-
No, sí que lo estamos.
-
¿Cómo caminas con esos tacones?
No me entra en la cabeza.
-
No preguntes.
-
Entonces no los lleves, de
todas formas ya eres muy alta.
-
Pero me gustan.
-
Toma, conduces tú.
-
¿De verdad?
-
Estoy muy cansada, voy a
cerrar los ojos un rato.
-
Bien.
-
Qué calor hace. Voy
a abrir la capota.
-
Me hizo una corona
de flores silvestres.
-
Al ponérmela sobre el pelo,
escuché el sonido de mi corazón.
-
Creí que se me iba a salir del
pecho de lo deprisa que latía.
-
Nunca volvimos a estar
tan cerca como esa vez.
-
No pudimos acariciarnos la
mano o mirarnos a los ojos.
-
Ya está aquí Onur.
-
Estábamos hablando de ti.
-
¿Qué tal?
¿Cómo están tu mujer y los niños?
-
Suficiente, gracias.
-
Tomamos un descanso.
-
- Buenos días.
- Buenos días.
-
Aquí está mi dirección.
-
De todas formas, ya tienes mi email.
-
¿Cuándo saldrán los resultados?
-
No lo sabemos. Ya te
llamaremos, buenos días.
-
Buenos días.
-
Mira.
-
Tenemos que darnos prisa
para poder cumplir el plan.
-
No se preocupe, señor Barış.
-
Lo publicaremos en la revista
en 15 días como máximo.
-
10 días.
-
Señor Barış.
-
Hola, soy Cemre.
-
La amiga de Güney.
-
Nos conocimos en la fiesta
de cumpleaños de Banu.
-
Ah, sí. Lo siento, no te conocía.
¿Qué tal?
-
Gracias.
-
Yo... vine por una audición.
-
Acabo de salir. Cuando
lo vi, quise saludarlo.
-
Qué amable, me alegro.
-
- Que tenga un buen día de trabajo.
- Adiós, señor Barış.
-
Qué agradable coincidencia.
-
Nosotros también trabajamos
con esta agencia.
-
Nos organizan el anuncio
de nuestro nuevo proyecto.
-
La chica que acaba de salir.
-
¿Sirve para trabajar con nosotros?
-
Es una chica muy guapa.
-
Es un desastre,
no tiene talento.
-
Vaya.
-
Conoce al señor Barış.
-
Estaría bien que la
pudiéramos usar para algo.
-
Ni se te ocurra.
-
Así que estás interesada en actuar.
-
En realidad, no.
-
Han debido de encontrar mi número
por algún lado, y me han llamado.
-
Así que vine por curiosidad.
-
¿Y cómo te fue?
-
No sé, me hicieron una
prueba en pantalla.
-
Ya veo.
-
¿A dónde vas? Te llevo.
-
Ah, no... muchas gracias. Voy
a casa, no está muy lejos.
-
Vamos.
-
Pero queda lejos de su camino.
-
- Primero llevaremos a la Srta.
- Claro, señor.
-
Va a ser mucha molestia.
-
Claro que no.
-
- Entonces vas a ser actriz.
- No creo.
-
Esto es más bien una aventura.
-
Lo recordaré siempre.
-
Una aventura.
-
Este sitio es de verdad muy barato.
-
Te lo dije.
-
¿Te digo algo?
-
Estás muy elegante.
-
- ¿De verdad? - Sí. - Tú
también estás muy guapo.
-
- ¿Verdad que sí?
- Sí.
-
Vaya, te has dejado la etiqueta.
-
A mí ni siquiera me miró a la cara,
estaba muy ocupada haciéndote ojitos.
-
Ven, vamos. Vamos a
tomarnos algo donde Akif.
-
¡No hagas el tonto!
-
Mira lo que te digo. ¿Conoces
a buenos tatuadores por aquí?
-
¿Qué pasa?
¿Te da envidia?
-
Quiero hacerme uno o dos.
-
- ¿Dos?
- Dos o tres.
-
Tengo algo en la cabeza para hacerme.
¿Conoces a algún buen tatuador?
-
Sí, claro.
-
Ven, vamos.
-
Vamos.
-
Ya hemos llegado.
-
¡Ay!
-
Ese asiento es más cómodo, ¿No?
-
Sí.
-
No seas vaga, sal.
-
Ya me he cambiado de sitio.
-
Bueno, entonces nos vemos mañana.
Muchas gracias.
-
Banu, ¿Qué haces?
-
Anoche soñé contigo, ¿lo sabías?
-
Para mí que todavía estás dormida.
-
Vamos, vete y descansa un poco.
-
Pero ha sido muy agradable.
-
Adiós.
-
Que estudies mucho.
-
Ay, ay, te dije que no tanto.
-
¿Ya está el té hirviendo?
Échale un vistazo.
-
Bien.
-
¿Quién es el que para ahí?
-
- Muchas gracias.
- No ha sido nada.
-
Espera, espera, espera.
-
Cemre. ¿Quién era?
-
- Barış Hakem.
- ¿Quién es ese?
-
No mires.
-
Güney trabaja para ellos
en el club de golf.
-
Es el hijo del señor Atilla.
-
Mejor dicho, hijastro.
-
¿Y de qué le conoces?
-
A veces nos vemos en el club.
-
Pero la primera vez que hemos hablado
ha sido en el cumpleaños de Banu.
-
¿Y quién es Banu?
-
La hija del señor Atilla.
-
Los dos son de la misma madre.
-
Pero el señor Barış es
hijo del primer marido de la madre.
-
¿No fuimos a una fiesta anoche?
-
Ahhh, sí.
-
Allí nos conocimos. Y hoy nos
encontramos en la agencia.
-
¡Ay! ¿La agencia no será suya?
-
No, mamá.
-
La agencia les está
haciendo un anuncio.
-
Creo que va a ser para
el extranjero también.
-
Cuando salía, nos vimos. Y él
me dijo que me traía a casa.
-
Pero ¿la agencia no está
en Beşiktaş?
-
En Yıldız.
-
¿Y te ha traído desde allí hasta aquí?
-
Si hay té, yo quiero un poco, chicas.
-
Ahora te lo traemos.
-
Siéntate, siéntate.
-
¿Qué más quieres saber?
-
¿En qué trabaja?
-
No lo sé. Pero creo que tienen
una fábrica, o algo así.
-
¿Está soltero?
-
Mira lo que de verdad querías saber.
-
Por supuesto, ¿y qué? El hombre
te ha traído hasta aquí
-
obviamente está
interesado en ti.
-
Porque es un hombre educado.
-
Te estoy diciendo que es
el hijo del jefe de Güney.
-
Ay, bien, ya lo entendí.
-
¿Quién sabe?
-
Quizá valoran tanto a Güney que...
-
- Quiso ser amable conmigo.
- El pobre solamente era amable.
-
No podemos estar sin
Güney ni un minuto.
-
Es obvio que es un hombre muy rico.
-
El coche era lo más.
-
- Gracias, Hacer.
- Que te aproveche.
-
De todas formas tú vas a
ser tan rica como ellos.
-
¿Cómo te fue la audición?
-
No lo sé, no fue mal. Me
dijeron que me llamaban.
-
¿No te han dado cita para una
segunda audición o algo?
-
Entonces no te van a llamar.
-
Como quieran.
-
Le podías decir a Barış Hakmene
que te echara una mano.
-
¿Y qué relación tenemos para
que le diga nada, mamá?
-
Pero esto funciona así, hija.
-
Si conoces a alguien, entras.
Si no conoces a nadie,
-
te toca esperar con la
boca abierta durante años.
-
Pero yo no estoy esperando,
fui porque quise.
-
Cuéntame más sobre
ese Barış Hakmene.
-
Te he dicho que no, mamá.
-
Muy bien, ya ves si me importa.
-
Y tú acaba esto de una vez. Si viene
un cliente no nos vamos a quedar aquí.
-
¿A dónde vas para que te
estés poniendo tan guapa?
-
La señora Handan nos invitó
para cenar esta noche.
-
Es su aniversario de boda.
-
¿A ti también te invitó?
-
Sí...
-
Cuando vino a peinarse, me insistió tanto
como si fuese el final del mundo...
-
Anda...
-
¿Qué? ¿No te parece bien que vaya?
-
Cómo no me va a parecer bien, mami.
Es que me sorprende.
-
Poco a poco quieren
juntarse a nosotras.
-
Pues muy bien.
-
Que sepas que voy solo porque no
quedaba bien rechazar su invitación.
-
Gracias.
-
¡Suelta! Que se me van a caer los rulos.
-
¡Ay! Bueno...
-
Mami, en cuanto averigüe qué es lo que
quiere el señor Atilla, voy a casa.
-
¿También tienes que trabajar esta
noche, hijo? Por amor de Dios.
-
Ya lo sé. Le dije que tenía cosas que
hacer, pero hoy no vino al club.
-
Ya te lo dije.
-
La semana que viene hay un
torneo de golf en Antalya
-
y nuestra empresa lo organiza.
-
Creo que quiere hablarme sobre eso.
-
No estoy seguro, pero puede
que esta vez me lleve con él.
-
¿De verdad?
-
Sí. Dijo que sin duda iba a
haber invitados importantes.
-
Igual me los presenta.
-
- No sé, lo tengo que averiguar.
- Pero no te entretengas mucho.
-
No.
-
¿No viene?
-
Tiene que ir a casa del señor Atilla.
-
¿Puedo hablarle?
-
Te paso a Cemre, cariño.
-
Ah, Ok.
-
¿Hola?
-
Mi amor, lo siento muchísimo.
-
Un minuto, que salgo a la terraza.
-
¿Has visto que mala suerte?
-
El trabajo es lo más importante.
-
Sabes que no voy a olvidar nunca
esto que me has hecho, ¿No?
-
Mi amor, por favor, no me digas eso.
-
Entonces deja de hacerte el
bobo y ven ahora mismo.
-
Estoy aquí sola con tu
madre y con tu padre.
-
Mi vida, cómo voy a ir.
Empiecen a cenar, si no.
-
¿Estás loco o qué? ¿Qué tengo que ver
yo con el aniversario de tus padres?
-
Mi amor, por favor,
no montes una escena.
-
Ah, claro, la invitación del
señor Atilla es más importante.
-
Y pasas de nosotros.
-
¡Cemre!
-
Esa está también allí, ¿No? Banu.
-
No es suficiente con
verla en la universidad.
-
¿Eso qué? No digas tonterías.
-
Vamos a hablar de trabajo
y luego vuelvo a casa. Ya está.
-
¡Güney!
-
¿Por qué haces esto? No lo entiendo.
-
Ya veremos si vas a hablar de trabajo.
-
¡Cemre!
-
Bienvenido.
-
¿Qué pasa?
-
Nada.
-
Todo el mundo está en el jardín.
Papá llegará en un rato.
-
Estoy encantada de que hayas venido.
-
¿Pudiste descansar un poco?
-
¿No es evidente?
-
Lo es.
-
Tú también vienes a Antalya,
papá nos dijo.
-
¿En serio?
-
Vamos a trabajar juntos
en la organización.
-
No te puedes negar.
-
Le dije a mi padre que te
de buenas responsabilidades.
-
Y has hecho bien.
-
¿Qué pasa?
¿Por qué no te alegras?
-
No, nada. Me alegro,
es solo que...
-
Va a haber muchos hombres de
negocios, banqueros y burócratas.
-
Ya sabes que este torneo es
muy importante para papá.
-
Quiero decir, ayudaría si
no te separaras de él.
-
Tienes razón.
-
Además, también es muy
importante para mí.
-
Este año yo soy la anfitriona
del evento en vez de mi madre.
-
Sí.
-
Qué bien.
-
Pues sí.
-
¿Qué regalo le has comprado
a la señora Handan
-
por el aniversario
de boda, señor Sami?
-
Nada, como siempre.
-
Según Sami, estas cosas son absurdas.
-
Solo digo que es innecesario.
-
¿Qué más quieres?
-
Ya voy yo.
-
Es Kuzey.
-
Bienvenido.
-
¿Qué?
-
¿Ahora eres tú la que abre la puerta?
-
Soy la nuera, así que...
-
Mi madre también está aquí.
-
¿Ah sí? Bien.
-
Te sienta muy bien lo que te has
comprado. Llévalo bien. (Dicho turco)
-
Gracias.
-
Hola.
-
Bienvenido, hijo.
-
Bien llegado.
-
Bienvenida.
-
¿Cómo está?
-
Gracias, bienvenido tú también.
-
«Que quede en el pasado y bien atrás».
-
Ya pasó.
-
¿Has ido de compras?
-
Sí. Hemos comprado algunas cosas.
-
¿De dónde has sacado el dinero?
-
Se lo di yo.
-
«Llévalo bien», hijo.
-
Ven, deja todo esto y sentémonos.
-
No vamos a esperar a tu hermano.
-
Se fue a hablar con el señor Atilla.
-
La lista no sirve.
-
Me dijeron que Barış
Başsoy no podría venir
-
pero hoy mismo han llamado
para confirmarlo.
-
Todo el esquema de
asientos está al revés.
-
Cuando la fiesta de compromiso acabe,
me voy a coger unas largas vacaciones.
-
¿Tu padre no le da demasiada
importancia a ese muchacho?
-
¿Por qué dices eso?
-
Pues porque ya hay mucha gente
que trabaja junto a tu padre.
-
¿Es tan inteligente, tan brillante?
¿Por qué apuesta tanto por él?
-
Tal vez porque va a ser su yerno.
-
Me tomas el pelo.
-
¿Por qué? ¿Tan imposible es?
-
No puede salir bien. Además, tu
padre no permitiría una cosa así.
-
¿Estás bromeando, no?
-
Hablo muy en serio.
-
Qué pena, vas a jugar con
el futuro de ese chico.
-
Cuando tu padre se de cuenta de cómo
le miras, la cosa no va a ir bien.
-
¿No te parece que es muy guapo?
-
Es guapo...
-
Pero hay algo más en este chico.
-
Tiene una inocencia
diferente en el rostro.
-
Un secreto en sus ojos.
-
A veces se vuelve tan melancólico...
-
Que está incluso más atractivo.
-
Me temo que hablas en serio de verdad.
-
Pero ten cuidado, has
creado una estatua ideal
-
y estás buscando un
lugar donde ponerla.
-
De nuevo vas a sufrir.
-
Me voy a casar con Güney.
-
Ya lo verás, me casaré con él.
-
No preguntes, fue muy difícil criarles.
-
Cuando eran bebés, luché mucho
para sacarlos adelante.
-
Eran niños que nunca dormían.
-
Donde quiera que pusiera yo
a Cemre, allí se dormía.
-
Los míos no. Tenía que tenerles
en brazos hasta la mañana.
-
Sami por supuesto no me ayudaba. Tenía
que levantarse muy pronto por la mañana.
-
Su descanso era un tesoro.
-
Claro.
-
Si Güney se dormía
-
este otro ni pensarlo.
-
Justo cuando creía que ya se quedaba
dormido, entonces se levantaba.
-
Ay, un día me dio
un susto de muerte.
-
Tenía un mango de chimenea
al lado de la cama.
-
Todavía no sé cómo llegó eso allí.
-
Abrió la tapa y se untó entero
por la cara y los ojos.
-
Cuando entré, mi bebé rubio
se había vuelto negro.
-
¡Bravo!
-
Un segundo, un segundo...¡Kuzey
ha cerrado los ojos!
-
¡No los he cerrado!
-
¡Ha cerrado los ojos! ¡Los ha cerrado!
-
¡Juro que los has cerrado!
¡No seas aguafiestas!
-
¿Qué estás diciendo?
-
¡Kuzey!
-
- ¿Te ha entrado en los ojos?
- ¡Eres un animal, Kuzey!
-
Lo siento.
-
Cemre, espera, déjame ver.
-
- Déjame ver, solo un segundo.
- ¡No! ¡Déjame!
-
Cemre...
-
Anda, Cemre... no te levantes.
Sigamos, es nuestro turno.
-
¡Ya no juego más!
-
Cemre... ¡Oye, Cemre!
-
¡Que te pasa!
-
Ahora vuelvo.
¡Cemre!
-
Vamos a seguir nosotros.
-
¿Le doy vueltas?
-
Cuando me toque, no voy a cerrar
los ojos, pero miren con pasión.
-
Cemre...
-
Cemre, espera.
-
Cemre, un minuto.
-
Cemre, para. Abre los ojos.
-
Ya salió. Espera, vamos a lavarlo.
-
Agáchate.
-
¿Te duele?
-
- Espera.
- No, está bien.
-
Espera un minuto. Deja
que te seque con esto.
-
Tenemos que ver si ha
quedado algo dentro o no.
-
Abre el ojo.
-
No te muevas, no
quiero hacerte daño.
-
Quieta, quieta.
-
Quieta.
-
Quieta...
-
Ah, ya está.
-
Parpadea...
-
¿Estás bien?
-
Sí.
-
Te quiero, ¿Lo sabes?
-
Desde que nos conocimos, la
primera vez que viniste aquí.
-
Mentiroso. Cuando nos mudamos
tú todavía salías con Sema.
-
Lo que pasa es que no he tenido
el valor de decírtelo antes.
-
Estoy enamorado de ti.
-
Un día me casaré contigo.
-
No digas tonterías.
-
Te quiero.
-
Como el segundo también fue niño
-
Le pusimos de nombre «Kuzey».
(«Norte» en turco)
-
Para que pegara con «Güney».
(«Sur» en turco)
-
Y de verdad que son dos buenos hermanos:
Uno totalmente opuesto al otro.
-
Si lo hubiera sabido, les hubiera
llamado «Halis» y «Muhlis».
-
(«Puro» y «Sincero» en turco).
-
Entonces el mío hubiera sido «Muhlis».
-
Por supuesto.
-
Cemre, si quieres prepara
las velas para la torta...
-
¿También hay torta?
-
No tenías que haber hecho tanto.
-
Gracias, la ha traído la señora Gülten.
-
Te has molestado mucho. Gracias.
-
De nada.
-
La señora Handan metió las
velas también en la nevera
-
para que no se derritieran.
-
Sácalas y ponlas en la torta,
pero que queden bonitas.
-
Una vela por cada año.
-
Ven, Cemre.
-
¿Por qué no hablas con nosotros delante?
-
Igual es su novia.
-
¿Sí?
-
Hola, joven. Soy Cemal.
-
Tengo registrado tu número, habla.
-
¿Qué tal has estado desde anoche?
¿Algún daño?
-
Estoy perfectamente.
-
Entonces igual quieres repetir esta
noche, ¿Eh? Vamos a continuar la fiesta.
-
Pero con esa música no
se puede bailar bien.
-
¿Cuántas liras ofreces?
-
¿Cuánto quieres?
-
Mil liras. (470 dólares)
-
¡Guau!
-
Como me estás llamando
a estas horas
-
supongo que tus hombres
te han fallado hoy.
-
Estás necesitado.
-
Digamos que la gente quiere un cambio.
-
Lo que sea.
-
Por menos de mil liras, no juego.
-
Quinientas.
-
Mil.
-
Hombre, no le doy a nadie
tanto dinero.
-
Ese es mi precio.
-
Por ahora.
-
Setecientas es mi última
oferta, si no, llamaré a otro.
-
Trato hecho.
-
Setecientas cincuenta.
-
Pero no menos.
-
Y si continúo, el precio sube y
recibo mi parte de beneficio.
-
Primero ven esta noche y muéstrame de
lo que eres capaz. Luego ya hablaremos.
-
De acuerdo.
-
Prepárate para media noche.
En el mismo lugar.
-
Bien.
-
Y que tu hermano
se mantenga lejos.
-
Si no, tú y yo
tendremos un problema.
-
No te preocupes.
-
¿Vas a luchar?
-
¿Pero no es peligroso para ti?
-
Calla.
-
Yo también voy.
-
¡No digas tonterías!
-
Por favor, tengo curiosidad.
-
Niña
-
los sitios donde yo lucho no son iguales
a los que tú ves por la televisión.
-
Tú no pintas nada allí.
-
Me esforzaré por encajar allí.
-
Cemre, te he dicho que no.
-
Entonces tú tampoco vas.
-
Porque entraré dentro, y
se lo diré a tu padre.
-
¿Me estás chantajeando?
-
Sí.
-
Mami...
-
Bienvenido.
-
Lo siento, llegué muy tarde.
-
¿Son para mí?
-
Feliz aniversario de bodas.
-
Gracias.
-
¿Qué te pasó en la cara?
-
Nada.
-
Cuando estaba llevando los pedidos
hoy, me di con la puerta del coche.
-
- Ten cuidado, hijo.
- Sí, sí, ya se pasó.
-
¿Cuándo se han ido Cemre y su madre?
-
Hace ya un rato. Kuzey las llevó.
-
¿Cómo fue tu reunión?
-
Genial, conocí a
hombres muy importantes.
-
Espera, voy a llamar a Cemre...
Luego te cuento.
-
¿Sí?
-
Señora Gülten, buenas noches.
-
¡Ay! ¿Qué pasó?
-
No, nada. Siento molestarla a esta hora.
-
Pero el teléfono de Cemre está
apagado y no puedo localizarla.
-
Si no está dormida,
me gustaría hablarle.
-
Cemre está contigo, ¿no?
-
No...
-
Pero si se fueron a buscarte. ¿No
les llamaste y les dijiste que fueran?
-
Sí, les estoy llevando
a casa ahora.
-
No se lo voy a decir
porque no querrá venir.
-
Güney, Cemre no querrá venir
a esta hora.
-
Me dice que vayamos con él.
-
¿Por qué dices que no voy a ir?
Sí voy.
-
¿Sabes qué hora es?
-
Por favor, mamá. Kuzey me llevará.
-
Dame el teléfono.
-
Hola, Güney.
-
¿Dónde estás?
-
Bien, bien, ahora vamos.
-
Hasta ahora.
-
¡Es muy tarde!
-
No nos vamos a quedar mucho.
No te preocupes.
-
Vamos a la mansión
del señor Atilla.
-
Bueno, adiós.
-
Buenas noches.
-
No... yo no les llamé.
-
Bien, ¿Entonces dónde están?
-
Hombre, no pierdas la cabeza.
¡Te vas a matar! No puedes luchar.
-
Estas luchas tampoco están permitidas.
-
Extiende la mano.
-
¿Te has hecho esos tatuajes hoy?
-
Kuzey, ¿Qué haces?
¿Te tomas la vida en broma?
-
¿Ese dinero merece
la pena, hermano?
-
Vamos, cállate que
me desconcentras.
-
¿Por qué haces esto?
¿Qué intentas probar?
-
Ven, Kuzey... estás arriesgando
la vida por algo egoísta.
-
Mira, si necesitas dinero, yo te lo
presto, lo encontraré donde sea.
-
No lo hagas, te van
a hacer picadillo.
-
Estoy listo.
-
Gracias.
-
Bien.
-
La pelea va a comenzar.
-
Vas a morir, imbécil.
-
No me va a pasar nada.
-
Al menos, esta noche no me pasará nada.
-
No te preocupes.
-
Haz lo que te de la gana, estúpido.
-
Déjame verlos.
-
¿Por qué no me dejas que te toque?
¿Trae mala suerte?
-
Mira, voy a ver por primera vez
en mi vida una lucha en directo.
-
Así que es mejor que no lo
dañes y me decepciones.
-
¿Por qué me miras así?
-
Por nada.
-
Vamos, vete. Quiero prepararme.
-
No te voy a molestar, me
siento aquí en silencio.
-
Niña, vete y no hagas que me
arrepienta de haberte traído.
-
No me hables de esa manera.
-
Siempre me hablas así y
siempre me tratas mal.
-
Eso no es verdad.
-
Sí lo es.
-
Me miras muy mal y me hablas fríamente.
-
Como si te hubiera hecho algo, como
si estuvieras enfadado conmigo.
-
¿Qué te pasa?
-
No le des más vueltas,
no pasa nada.
-
Solo que ya no somos amigos.
-
Soy la novia de tu hermano.
-
Ya ha llegado la hora, tigre.
-
Deséame suerte.
-
Fea.
-
Déjalos noqueados a todos.
-
Kuzey.
-
De un lado... Balyoz Mehmet.
-
En el otro lado...
«La tormenta del Norte».
-
Estos dos infelices lucharán
hasta la muerte esta noche.
-
¿Qué pasa?
-
¿Qué estás mirando?
-
Ay Dios, que...
¿Qué es lo pasa?
-
¿No te has enterado que Kuzey
va a morir por tu culpa?
-
¿Qué estás diciendo?
-
¡Se ha vuelto loco por tu culpa!
-
Porque está muy enamorado de ti.
-
Cemre.
-
¡A luchar!