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Leí El Corazón de la Oscuridad, un libro impresionante
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y un párrafo en particular se salió de la página y me golpeó entre los ojos
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y no puedo recordarlo todo por mi mismo así que voy a leerlo
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"Es imposible transmitir la sensación vital de una época determinada de nuestra propia existencia.
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Eso que la hace verdadera, su significado, su esencia sutil y penetrante.
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Es imposible. Vivimos como soñamos: solos."
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Y eso me ha perseguido desde mis 18 años.
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No sé qué habia en mi mente de 18 años que resonó con ese párrafo,
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pero creo que, ya sabes, tal vez es sólo la resonancia de cualquier
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soledad existencial expresada con fuerza.
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Pero me pregunté, sabes, ¿Puede que estemos tan solos? ¿Todos nosotros? ¿Juntos?
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No tenía sentido. Volveremos a eso más tarde.
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Así que, en el avión que me trajo aquí, estaba escuchando un libro en audio
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de Arthur C. Clarke: El Fin de la Infancia.
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De hecho, es el primer libro de Arthur C. Clarke que he leído.
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Es un trabajo impresionante, pero por supuesto no necesito elaborar este punto con este público,
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sobre que no hay nada tan característico de cómo piensan los de una época como su ciencia ficción
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y, quiero decir, de todos los escritores de ciencia ficción, Clark destaca
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por la extensión con la que su imaginación fue capaz de alcanzar una especie de velocidad de escape
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desde la cultura de su tiempo, de realmente pensar hacia tiempos y lugares diferentes muy avanzados
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y de llevarnos allí.
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Pero me dejó pensando acerca de la imaginación
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y que nuestros cerebros no están [limitados por el tiempo?]
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El andamiaje que les ponemos es lo que nos limita.
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En otras palabras, en la medida en que seamos capaces de imaginar el presente en el que vivimos,
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que Clarke y otros de su edad [época] no pudieron anticipar,
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seremos capaces de imaginar mundos enteramente diferentes hacia el futuro
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que ahora mismo podemos.
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Y encuentro que eso es una contradicción interesante.
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Así que, ¿cuál es la relevancia de todo eso para los futuros de la gobernanza?
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Bueno, la relevancia es que básicamente pienso que eso es una pieza masivamente ausente
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de nuestra cultura pública,
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en el sentido de que esencialmente carecemos de una cultura pública de la imaginación.
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Sí, tenemos a Dick Tracy, y está Star Trek, y está Arthur C. Clarke,
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y hay muchas cosas así desde todo aquello.
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Pero nuestras conversaciones acerca del futuro, y acerca del futuro de la gobernabilidad,
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y acerca de los mundos entre los cuales podríamos elegir,
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no tenemos una cultura de imaginar esas cosas de ninguna manera concreta
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y de luego elegir entre ellas con sabiduría.
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Agonizamos sobre los detalles de procedimiento como
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la deliberación (sopesar las alternativas)
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y la decisión (que es matar las alternativas)
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y luego tomamos una decisión.
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Pero [ocurre que], bueno, eso esencialmente no significa nada
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o casi nada, cuando las alternativas son sub-imaginadas
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o apagadas, o cliché o simplemente ausentes del conjunto del panorama.
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Así que mi amiga Natalie German Janko, que es ingeniera y artista
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tiene una frase fantástica que aprendí de ella hace un par de años:
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"estructuras de participación".
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[Su] arte va de crear estructuras de participación para la gente.
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Y me encanta esa frase porque creo que resume para mí
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lo que se hace con un buen trabajo de futuro: crear estructuras de participación para co-imaginar.
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Y así, tal como lo veo, la gobernanza (al menos su parte del diseño) va de
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diseñar estructuras de participación para dar forma, colectivamente, al bien común.
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Y eso puede tener el aspecto de diseñar un evento como éste,
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o diseñar un sistema como los Estados Unidos de América,
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o diseñar una intervención como la que estoy a punto de describir.
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Porque mi intervención experiencial sobre el futuro favorita es un ejemplo perfecto
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del tipo de la imaginación colectiva que estoy describiendo,
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y viene de la Primavera Árabe.
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Así que, en enero de 2011, Tunisia expulsó a su dictador
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alguien [no se entiende] Ben Alí.
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Y la economía empezó a hundirse.
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Los revolucionarios no esperaban tener éxito,
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y no sabían qué iba a ocurrir después de la expulsión.
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Y lo que pudo haber pasado pudo de hecho haber sido mucho peor
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que lo que tenían previamente.
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Ya saben, en este tipo de vacío político, puede ocurrir cualquier cosa.
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Pero un mes más tarde, el 16 de febrero de 2011, durante un día,
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en los periódicos, en la televisión y en la radio,
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informaron como si fuese el 14 de junio de 2014: 3 años y 3 meses en el futuro.
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Al final del día, ese era el "hashtag" número uno: #16Juin2014 (Junio)
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en Twitter estaba empezando a convertirse en tema favorito en Francia,
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y empezó a cambiar la conversación pública para hacer que un futuro para Túnez fuese imaginable,
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lo que catalizó un cambio real y una recuperación en el inicio de aquella revolución.
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Así que, para volver a nuestro punto de partida,
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ya no creo más que estemos condenados a soñar solos.
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Creo que podemos soñar juntos.
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Y en la medida en que los gobiernos del siglo 21 puedan tener éxito
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será porque estemos haciendo eso de forma rutinaria.
