Discurso sobre la felicidad. Hermana Thuần Khánh, 15-11-2018

Puedes apoyarnos:
- Donando: https://plumvillage.org/support
- Ayudando a subtitular: https://amara.org/en/profiles/videos/plumvillage/ o http://www.youtube.com/timedtext_cs_panel?tab=2&c=UCcv7KJIAsiddB2YRegvrF7g

(Campana)

(Campana)

(Campana)

(Campana)

Buenos días, querido respetado Thay,
querida sangha,

hoy es el 15 de noviembre de 2018

y es el día de plena conciencia
para laicos en New Hamlet,

en el retiro de las lluvias.
Hoy vamos a estudiar

el 'Discurso sobre el amor'.

Está en el sábado, en el libro
de recitaciones

del libro de recitaciones diarias
de Plum Village.

También vamos a estudiar formas

de practicar el cultivo de la felicidad,
cultivar alegría y felicidad.

Cuando venía hacia aquí,

tomé una hoja de otoño

y recordé a nuestro maestro,
lo invité a acompañarme,

a acompañarnos aquí esta mañana.

¿Me oyen bien? Bien.

Buda es una hoja de otoño.

Nuestro maestro, Thay, y cada uno
de nosotros también somos hojas de otoño.

Antes de la charla hemos disfrutado
de una meditación guiada,

y hemos dejado

que nos penetre
la belleza de la naturaleza,

como en la canción

"Y cuando caiga, déjame caer con gracia",
como una hoja.

Ahora el otoño se manifiesta en rededor.

Ayer, cuando...

Ayer y antes de ayer, el jueves,
en Lower Hamlet,

hicimos una meditación caminando
por el bosque.

Hay un estanque en el bosque,
lleno de agua.

En verano, las hermanas
y los amigos laicos

trabajamos allí juntos

para quitar ramas y troncos muertos,

y construimos un nuevo camino.

Me hizo muy feliz caminar

con la sangha.

Me sentí... Me veía descansando
con cada paso.

Nos resulta fácil contemplar el descanso
en otoño,

cuando llega el otoño.

De algún modo, entramos
en la energía del cosmos.

Absorbemos la energía de la naturaleza.

Los árboles, las plantas,
todos los seres se preparan

para el invierno.

Cada uno de nosotros

debe abandonar

algunas pequeñas energías de hábito,

igual que nos preparamos
ante tiempos difíciles

si queremos concentrarnos
en lo principal.

Al igual que un árbol se centra
en preservar su vida,

por lo que el árbol

debe abandonar las hojas

para retirarse en su interior,
preservar su energía interior

para concentrar su energía vital
dentro del tronco

y así sobrevivir al invierno.

Aunque sepamos que los árboles
contienen la primavera,

todos los árboles actúan así.

Y en otoño yo siento
la misma energía.

Este es un tiempo muy especial
para toda la sangha,

para cada discípulo monástico
de nuestro maestro,

para cada discípulo laico
de nuestro maestro,

para todos los que están aquí
en la sangha,

para preservar nuestra energía
para tiempos difíciles,

es decir, para prepararnos
ante la transformación de nuestro maestro.

Y para abordar

la enseñanza de este sutra,
quisiera hacer

un resumen de las enseñanzas de Buda,

para que tengamos una visión
de la totalidad de sus enseñanzas

de hace más de 2600 años.

[Las enseñanzas de Buda]

Las enseñanzas de Buda contienen...

Las enseñanzas básicas de Buda
pueden dividirse en tres canastas,

tres cánones.

[Canon de las tres canastas]

El primero es el canon de los sutras.

En pali se llama Sutta pitaka.

[Sutta pitaka]

Vinaya, son los entrenamientos.

[Vinaya pitaka]

[Abhidhamma pitaka]

Estas dos canastas de sutras

fueron recogidas
por los discípulos de Buda

poco después de la muerte de Buda.

Esta trata de los comentarios

que enseñaron nuestros ancestros

siglos después de Buda.

De estos sutras, hay cinco.

La primera colección se llama
(vietnamita).

Digha Nikaya.

[Digha Nikaya - Majjhima Nikaya]

Y Majjhima Nikaya.

La tercera es

Samyutta Nikaya.

[Samyutta Nikaya]

(Vietnamita)

Hablo en vietnamita.

Anguttara Nikaya.

[Anguttara Nikaya]

Y (vietnamita), Khuddaka Nikaya.

[Khuddaka Nikaya]

Y el sutra que vamos a estudiar
juntos esta mañana

pertenece a esta colección.

Hay quince libros de estos sutras,

y el sutra que vamos a aprender juntos

pertenece al quinto,

llamado Sutta Nipata.

[El 5º Sutta Nipata.]

Este es el conjunto
de los discursos breves,

y pertenecen a uno
de los principales cánones

de las enseñanzas de Buda.

En vietnamita se llama (vietnamita),

en inglés Thay lo tradujo como
'Discurso de la felicidad'.

[Discurso de la felicidad]

En pali está en el Mahamangala Sutta.

[Mahamangala Sutta]

'Maha' significa 'grande',

y 'mangala' en pali significa

'fortuna', o 'bendición',
algo bueno.

Nos decimos: 'Que tengas un buen día,
un hermoso día'.

El significado... El origen,
el sentido original

es 'auspicioso', 'signos auspiciosos',

algo que te anuncia

que te va a pasar algo bueno.

Diversos países, diversas culturas
tienen signos diferentes

de buenos augurios.

A veces, en Asia,

cuando alguien sale de casa

y se encuentra a un monástico,
puede pensar: '¡Qué buena suerte!

Hoy me van a pasar cosas buenas'.

Pero en occidente no es así, ¿verdad?

Puede que al ver a un monástico
si pelo y con ropas raras,

digan: '¡Vaya! Qué gente más rara
anda en esta calle.

Igual me augura algo no muy bueno'.

Cambia con cada cultura y país.

Y este sutra,

como los amigos laicos
del tiempo de Buda

no estaban seguros qué
buenos augurios

les haría vivir felices,
fueron a preguntarle a Buda.

Está en el canon pali,
pero en el canon chino es...

El contexto del sutra cambia,

pero el contenido es similar.

Este sutra, Discurso de la felicidad,
en el canon chino

se llama

(vietnamita), buenos augurios.

Este sutra pertenece al sutra

Dharmapadavadana sutra.

[Dharmapadavadana sutra]

El capítulo 42 del Dharmapadavadana sutra
en el canon chino.

Y el contenido es muy parecido.

Cambia la forma en que describen
cómo dio Buda este discurso,

pero el contenido es parecido.

La gente le pregunta a Buda: '¿Qué puedo
hacer para tener una vida feliz?'

Vamos a decir algo sobre la felicidad.

Hay dos tipos de enseñanza de Buda

que debemos comprender, diferenciar,

para entender con mayor claridad.

Algunas enseñanzas pertenecen
a la verdad absoluta,

y otras pertenecen
a la verdad secular relativa.

Este sutra describe una verdad relativa,

[verdad relativa]

o secular.

Puede cambiar
según la cultura o el país,

según la zona.

Y la verdad absoluta,

como el Sutra del corazón,

Buda enseñando una verdad
que es absoluta.

Pero este sutra habla de una verdad
que es secular o relativa.

Significa que puedes aplicarla
en la vida diaria,

pero podemos combinar, observar,
y comprender la cultura

de esa área, para que no

nos creemos conflictos.

Y sobre la enseñanza de la felicidad,

quizá hemos oído esa palabra
muchas veces en Plum Village.

Querría hacerles una pregunta.

Vemos que hasta un niño,
una persona joven,

sabe que a veces sufrimos
por diversos motivos.

Cualquiera, incluso el cambio
de tiempo puede hacernos sufrir.

Ahora hay muchas hermanas enfermas
en Lower Hamlet.

A mí también me ha dolido la cabeza
varios días.

Sobre todo cuando cambia la estación.

Y es ahora.

O se puede sufrir

por grandes cosas, como la guerra
o el hambre.

Así que quisiera comprobarlo.
¿Hay aquí sentada alguna persona

que no haya sufrido?
Por favor, levanten la mano.

Bien, es un gran alivio.

Sí, estoy de acuerdo. Todos
hemos sufrido por algo.

Nuestro maestro siempre nos dice

que en un contexto de sufrimiento,
podemos reconocer

y cultivar la felicidad.

Es como el fondo de la pizarra,
que al ser blanco nos deja ver

lo escrito en negro.

Si nunca hemos tenido dolor de cabeza,
o dolor de muelas,

no podremos disfrutar de una situación
de ausencia de dolor de cabeza o muelas.

A mí me duele a menudo la cabeza,

y disfruto de verdad en los días
en que mi cabeza está ligera.

Y me resulta fácil

no solo ser fácil,
sino no enfadarme

con los demás.

Así que para mí,
la felicidad es también un hábito.

El hábito de ser feliz, de pensamientos
que llevan hacia la felicidad.

El hábito de disfrutar
de la felicidad de los demás.

Porque si algo nos bloquea
aquí dentro

y no nos sentimos muy libres,
no nos sentimos ligeros,

no nos sentimos felices
cuando los demás lo son. ¿Verdad?

¿Les ha pasado?

La felicidad es un hábito.

Aquí, al vivir en una sangha,
tenemos la oportunidad

de experimentarlo. La sangha
nos da muchas oportunidades

para entrenarnos en ser felices.

Y también,

para algunos, cuando vienen
y nos cuentan,

vemos que cuando la gente

toma drogas o alcohol
para tapar algo de soledad,

algún sufrimiento interno,

sí, eso les da alegría,

se olvidan de todo un tiempo.
Disfrutar por el alcohol y las drogas.

Es como si...

Excitación.

Pero podemos preguntarnos,
preguntarle a la sociedad,

¿es esa una felicidad verdadera?

Porque todos sabemos que detrás,

tras esa alegría, esa excitación,
hay algo.

Algo que nos lleva a ahogarnos
en el consumo.

Por ejemplo,

Hay algo...

En 2009,

ocurrieron los hechos de Bat Nha,

algo que pasó en uno de nuestros
centros en Vietnam

en 2009.

Éramos monásticos y aspirantes.

Unas 400 personas,

y nos hostigaron, nos echaron del centro

pro diversas razones,
es una larga historia.

En esa época, yo estaba en Plum Village,

después de pasar cuatro años en Bat Nha.

Cuando escuchaba las noticias,

mi corazón estaba muy apenado.

Sufría muchísimo

por el terrible comportamiento

de la gente en Vietnam

con las monjas y los monjes.

No le hacíamos daño a nadie,
solo practicábamos el camino.

¿Por qué no nos dejaron
quedarnos en el templo?

Thay me pidió a mí y a otras hermanas
que fuéramos a Vietnam

una semana después para ayudar.
No sabía cómo podíamos ayudar,

pero Thay envió un grupo de hermanas
como apoyo.

Yo sabía que era peligroso,
que sería muy difícil,

había continuos contratiempos.

No nos permitieron volar
directamente a Vietnam.

Tuvimos que volar a Tailandia
y luego tomar un autobús.

Era como...

Podían arrestarnos
en el aeropuerto.

Pero aunque sabía de antemano
que habría muchos problemas,

e incluso peligro,

sentía mi corazón realizado,
no sé por que´.

No soy alguien a quien le guste
la aventura o el riesgo.

Pero entonces, sabiendo que cientos
de hermanos y hermanas

estaban en una situación muy difícil,

sentí la aspiración, la íntima necesidad
de estar allí.

No sé lo que puedo hacer,
pero quiero estar allí,

estar con ellos.

Quizá solo para soportar juntos
aquel sufrimiento.

Y aunque suponga
enfrentarse a dificultades,

es una especie de felicidad.

Para mí, la felicidad no es solo
una sensación de agrado,

no es como cuando alguien
nos satisface

y nos sentimos bien.

En esa época, yo me sentía incómoda,

sentía que sufría, pero al mismo tiempo,
había felicidad.

Así entiendo la enseñanza
sobre cómo un gran ser

hizo el gran voto de rescatar a todos
y de ir a los ámbitos infernales, duros,

para ayudar a la gente.

Así que algo pequeño,
algo de compasión en mi corazón

me ayudó entonces a comprender
qué es la felicidad verdadera.

Mucha gente cree
que si tengo esa casa,

si tengo ese auto,

entonces seré feliz. Solemos esperar
esa cosa que nos hará felices.

Solemos pensar que...

O la gente dice a menudo,

los hombres pueden decirlo:

'No seré feliz hasta que
me case con esa mujer'.

O las mujeres podemos decir:
'Cuando me case con él, seré feliz'.

Es lo que ustedes me cuentan, ¿eh?

No no sé mucho de eso.

Mi hermano me dijo: 'Los monjes
y las monjas saben muchas cosas'.

No lo sabemos porque estemos
en la situación de ustedes,

sino gracias a sus consultas.

A veces recibimos muchas consultas
de todos ustedes,

y lo sabemos todo.

(Risas)

Bien, volvamos al sutra.

(Risas)

Este sutra, me gustaría empezar
por el segundo párrafo,

se lo voy a leer:

Discurso sobre la felicidad.

Bien, avanzamos, esta es
la respuesta de Buda.

Lo anterior es la pregunta

de un deva.

"Tarde en la noche, apareció un deva

cuya luz y belleza hicieron brillar
toda la arboleda de Jeta.

Después de inclinarse
ante Buda con respeto,

le hizo una pregunta en forma de poema:

Muchos dioses y hombres desean saber

qué bendiciones excelsas
llevan a una vida feliz y apacible.

Tathagata, ¿querrías mostrárnoslo?

He aquí la respuesta de Buda:

Mantenerse lejos de los insensatos,

vivir en compañía de sabios, honrar
a los que son dignos de ser honrados:

esta es la mayor de las felicidades.

Vivir en un buen ambiente,
haber sembrado buenas semillas,

y saber que sigues el buen camino:

esta es la mayor de las felicidades."

En estos dos capítulos,
estas dos estrofas,

Buda habla del entorno.

Sembrar buenas semillas. Así que
quisiera profundizar en eso.

[manas]

[Depósito de c.]

[Conciencia mental]

[ojos]

[oídos]

[nariz]

[lengua]

[cuerpo]

En la psicología budista,
la llamamos psicología de la mente,

esta es la forma más simple
para poder comprender

la enseñanza de la psicología budista.

Divide la mente en ocho partes.
Así es más sencillo de entender.

Esto es el depósito de conciencia,
manas, la conciencia mental,

y las cinco conciencias sensoriales,
que son la conciencia visual,

la conciencia auditiva, la conciencia
olfativa, la conciencia gustativa,

y la conciencia corporal.

Cuando vivimos en un ambiente,

no solo nosotros alimentamos
nuestra conciencia individual,

también absorbemos y alimentamos
la conciencia colectiva.

A veces creemos que decir una cosa u otra

no tiene importancia,
que no afecta a nadie.

Solo hablo según mi opinión,
pero en realidad,

eso afecta a las conciencias individuales.

La conciencia colectiva.

Igual que cuando nos reunimos
en esta sala.

La energía de cada uno afecta a los demás.

Es una de las muchas formas

de relacionarnos unos a otros
por nuestra energía.

Y en el depósito de conciencia,

hemos aprendido mucho de...

Creo que muchos de ustedes
ya conocen esta enseñanza.

En nuestro depósito de conciencia
hay numerosas semillas,

que incluyen semillas beneficiosas
y semillas no beneficiosas.

Semillas beneficiosas como de plena
conciencia, fe, felicidad, alegría, etc.

Y también semillas no beneficiosas
de ira, o celos, o desesperación, etc.

La calidad de nuestras vidas depende
mucho de estas semillas,

de la calidad de estas semillas.

Y también...

Podemos imaginar la imagen de un jardín.

Hay un jardinero que siembra una semilla
por ejemplo de lechuga, o zanahoria,

cualquier planta.

Supón que ya ha removido la tierra
y ha sembrado la semilla en la tierra.

El tiempo es bueno.
Hay mucho sol,

lluvia suficiente, y abono apropiado.

Creo que los 'granjeros felices'
lo entienden mejor que yo.

Entonces, la última condición,
es la tierra.

Necesitamos dar espacio y tiempo
a la tierra para que la semilla germine.

Ahora pienso un jardinero
que se preocupe a veces.

Quiere asegurarse de que la semilla
todavía está ahí,

asegurarse...
Quiere comprobar

qué le pasa a la semilla.

Y después de un día, va al jardín,
excava la tierra y mira:

'Bien, está ahí'. Y luego
la cubre de nuevo.

Tres días más tarde,
vuelve a levantar la tierra.

Solo para ver, asegurarse
de que la semilla está ahí.

¿Qué pasará?

No creo que la semilla germine a tiempo,

y si lo hace, será una planta débil.

Nosotros somos así.

Nuestra mente es así.

Si sembramos la semilla de,
digamos, plena conciencia,

venimos aquí,

y lo hacemos todo en plena conciencia.

Te dicen de comer en silencio,
de caminar en silencio.

Estamos sembrando la semilla
de la plena conciencia en el depósito.

Y con ciertas condiciones, amigos
espirituales, una sangha, la naturaleza,

la comida, todo, la semilla
de plena conciencia hace...

Ya estaba en la tierra,

en el depósito de conciencia,
en la tierra de nuestra conciencia.

Lo último que nos queda por hacer
es darle tiempo y espacio,

tener paciencia con el depósito de
conciencia, paciencia con la tierra.

Algún día, cuando tengamos suficiente
tiempo, espacio y fe,

la semilla de plena conciencia germinará

y se hará un árbol,

una flor, aquí dentro.

Y te haces más pacífico y consciente.
Es un proceso.

Así que mi práctica es,

intentamos ofrecer buenas condiciones,

condiciones favorables para la semilla,

para cuidarla y tener fe
en nuestro depósito de conciencia.

Cuando estudiaba la enseñanza
de la escuela 'solo manifestación',

cuando lo estudiaba,
me pareció muy interesante,

y me hacía esta pregunta:

¿cuándo he de tener fe
en el depósito de conciencia?

¿Cómo sabemos que el depósito
de conciencia puede encargarse de todo?

Lo vemos. Por mucho que me esfuerce,
mi energía de hábito sigue ahí,

no cambia.

Tras tres semanas, o dos meses,
tres meses, un año en Plum Village,

mi ira aún permanece.

Y pierdo mi fe en la práctica.

Algunos amigos... Esto nos ha ocurrido
a algunos de nosotros.

Y algunos hermanos y hermanas monásticas,
después de practicar mucho tiempo,

lo damos todo por hecho.

Decimos: '¡Vaya!
La práctica no me es beneficiosa'.

Por eso, perdemos la fe
en el depósito de conciencia.

Y yo me pregunto: ¿por qué?, ¿por qué debo
tener fe en el depósito de conciencia?

Hacerme esa pregunta

me dio la oportunidad de aprender más.

Después de un tiempo, cuando Thay habló

de las funciones del depósito de
conciencia, me sentí realizada.

Quisiera hablar algo de esto,

por qué practicamos tener fe
en el depósito de conciencia

y dejamos que él se ocupe de nuestra vida.

Thay daba a menudo el ejemplo

para describir el papel
del depósito de conciencia

de alguien que aprende a conducir.

Al principio, necesita invertir
mucha energía

para intentar controlar el auto,
conducir el coche,

entenderlo, etc.

Debe emplear la conciencia mental siempre
para llegar a controlar el automóvil.

Pero después de conducir un tiempo,
llega a acostumbrarse.

En realidad, cuando conduces
no te concentras mucho en la conducción.

En ese momento funciona
el depósito de conciencia.

Pero si ocurre algo

que pueda ponerte en peligro
a ti o a los pasajeros,

el depósito de conciencia
reacciona con rapidez.

Puedes girar, hacer algo, frenar,

lo que sea para salvarse en esa situación.

Esa es también la tarea
del depósito de conciencia.

[1. Almacenar, restaurar]

Es la primera función
del depósito de conciencia.

Almacenar y restaurar las cosas,
como el disco duro del ordenador.

Todo lo que decimos, pensamos o
sentimos a través de los sentidos,

por los ojos, oídos,
estos cinco sentidos

y también por la mente,

el depósito de conciencia
lo almacena y lo preserva

aquí abajo.

Ese es el sentido de elegir
el ambiente en el que vivir,

elegir la comida que comer.

La segunda función es aprender.

Las nueve funciones
del depósito de conciencia.

[9 Funciones del Depósito de c.]

[2. Aprender]

El depósito de conciencia
tiene la tarea de aprender.

Cuando vienes por vez primera
a Plum Village,

puede que no confíes en la meditación
caminando, por ejemplo.

Y te dices: 'No, no.
Esto es demasiado lento para mí.

Tengo que andar más rápido'.
Esas cosas.

Pero en realidad, tras una semana
en Plum Village,

de forma natural, gradual, bajas el ritmo.

Es una capacidad
del depósito de conciencia.

Observas, aprendes y cambias.

En este sentido, el depósito de conciencia
es orgánico.

De naturaleza impermanente,
naturaleza cambiante,

naturaleza transformable.

Para mí es una buena noticia,

porque nuestras dificultades, problemas,
cuando se dan condiciones suficientes,

suficiente entrenamiento,
pueden ser transformadas.

No es algo rígido, invariable.

[3 Procesar]

La tercera función es procesar.

Sí, recibe información,

y la procesa.

Así producimos resultados más bellos.

Y la cuarta es

[4. Maduración]

La maduración.

La capacidad de hacer
que las cosas maduren a su tiempo.

Por ejemplo, podemos decir:

'Creo que no practico muy bien.
Pierdo siempre la atención'.

Pero en realidad, depende
del tiempo y de la forma.

Nuestro depósito de conciencia necesita
tiempo para hacer que las cosas maduren

en su debido tiempo.

Como un naranjo.

Necesita tiempo, abono
y todas las condiciones

para que las naranjas puedan madurar,
tomen el color naranja

y podamos comerlas.

Pasa lo mismo con el funcionamiento
de nuestra mente.

La quinta función es

nutrir.

[5. Nutrir]

La sexta es sanar.

[6. Sanar]

Estas dos funciones
del depósito de conciencia

también deben ser reconocidas
por quien practique

mediante la práctica de la meditación
sentada, caminando, comer en silencio,

dejamos que nos nutran y nos sanen

los elementos de belleza que hay
en nosotros y en la sangha,

en el ambiente.

En el sutra, Buda dice

que poder vivir en cierto ambiente

es la mayor felicidad.

Para mí, tiene relación.

Por ejemplo, vives en Burdeos,
o en París,

o en Amsterdam, o en Hanoi,

en una ciudad ajetreada y populosa.

Y tras largos preparativos, llegas aquí.

Aunque aún no hayas llegado al campo,

ya al salir de esa atareada ciudad,
te sientes

muy bien, ya te sientes más ligero

al ver el verdor que te rodea.

Una vez,

fui a Italia con hermanos y hermanas
a un retiro,

un retiro largo, un mes.

Fuimos a diversos lugares
para ofrecer retiros.

Era primavera.

Fuimos a Pisa y a grandes ciudades
de Italia.

Y también visitamos Venecia.

Sí, era muy hermoso, pero
muy ruidoso para mí.

Cuando pudimos tomar el tren
y volver a Verona,

donde nos alojamos todos
antes de regresar a Plum Village,

sentí un gran alivio.

Era como...

Mi cabeza llena de ruido.

Así que comprendo esa sensación.

Cuando volvemos de Burdeos o París
a Plum Village, ya en el viaje de vuelta

nos sentimos refrescados.

Esa es la 5ª y 6ª función
del depósito de conciencia.

Y la séptima,

[7. Piloto automático]

la octava,

(Vietnamita)

sustentar la vida.

[8. Sustentar la vida]

[9. Manifestarse como entorno]

(Vietnamita)

Quisiera detenerme en la novena.

Se refiere a la práctica del no yo.

Quisiera ir ahí.

Nuestro depósito de conciencia
tiene la capacidad

de manifestarse como entorno,
es decir,

cuando somos capaces de estar aquí,

ya hemos sembrado la semilla de la plena
conciencia, de la paz, de la felicidad

en algún momento del pasado.

¿Por qué no te quedaste en tu ciudad?

Has elegido venir aquí. O quizá
alguien te ha obligado a venir.

Esa es también una condición favorable.

Es como si

aunque no sepamos cómo o qué,

todos tengamos algo

en común que nos hace
estar hoy aquí juntos.

Nuestro depósito de conciencia sabe
cómo dirigir nuestra vida

en una dirección que describa
nuestro más íntimo y profundo deseo.

Como las personas con talento

para el canto, que suelen reunirse.

O los que tienen talento para el arte,
acaban por encontrarse.

Nosotros, tenemos talento para vivir
felices, conscientes,

y nos encontramos unos a otros.
Eso es lo que significa.

Para mí, ser pacientes, profundos,
ser nosotros mismos,

para que nuestro piloto automático

nos lleve a un entorno favorable
que exprese nuestra íntima aspiración.

Claro, todos aspiramos a una vida feliz,

a una vida consciente, para poder

sufrir menos y hacer que los seres amados
sufran menos.

Pero lo olvidamos, por muchas razones.

Nos debatimos, luchamos
con las condiciones exteriores.

Y perdemos nuestra capacidad de
funcionar en piloto automático.

(Campana)

(Campana)

Vale, bien.

Cuando podemos reunirnos aquí
como una comunidad,

tenemos una oportunidad
de sembrar buenas semillas.

La semilla de lena conciencia,
de felicidad, la semilla de la paz,

no solo en nosotros sino
en los que nos rodean.

Sé que lo están haciendo,

porque, por ejemplo,

cuando empieza el día,

en vez de preocuparse del trabajo,

te levantas y enciendes tu conciencia

de estar en Plum Village,
no tengo nada que hacer.

Tan solo ir al lavabo
y a la sala de meditación.

Y disfrutar de sentarse
en silencio y en paz.

Para mí, es una gran suerte.

Sé que mis padres trabajaron mucho
para cuidar de nosotros, siete hijos.

Yo no tengo que trabajar
tanto como mi madre.

La meditación del trabajo es solo
una hora, u hora y media.

Y lo hacemos de una forma
alegre y relajada.

Nadie me incita a acabar el trabajo.

No hay jefes.

No tienes que temer al jefe.

No tienes que intentar progresar
en el trabajo

para ganar más.

Cuando soy consciente del camino
de mi vida, siento gratitud.

No sé qué buenas semillas
sembré en el pasado,

o sembraron mis padres

para que yo ahora lleve
una vida tan maravillosa.

Claro, tenemos dificultades
y retos en la vida monástica.

SI quieren conocerlos,

son bienvenidos.

Pero la felicidad, la alegría y la paz

son plenas, están por todas partes.

Están disponibles siempre.

Tenemos muchas oportunidades

no solo de sembrar buenas semillas
en nosotros sino también en los demás,

y también en la sociedad.

Recuerdo cuando leí el libro
de la madre Teresa,

había una frase que me encantó,
ella dijo

que si quieres cambiar el mundo,
vuelve a tu familia

y quiere a los miembros de tu familia.

¡Vaya! Es tan simple.
Simple y factible.

Los practicantes también somos jardineros.

La conciencia mental es un jardinero,

y el depósito de conciencia
as el jardín.

Con la conciencia mental
sembramos la semilla, la cuidamos,

le ponemos abono, todo eso,
quitamos malas hierbas,

para hacer que el jardín crezca hermoso.

Pero si algún día muere un árbol
en nuestro jardín,

y se llena de malas hierbas,
no te preocupes.

Los seres humanos recordamos mejor
el sufrimiento, más a menudo,

que la felicidad. ¿Verdad?

Por ejemplo, en un día,

pueden darse diez ocasiones
en que eres feliz,

y supón que una sola vez
notas un problema con alguien.

De algún modo, al final del día
recuerdas ese momento difícil

mejor que los otros diez
momentos de felicidad.

Quiero proponerles un ejercicio.

¿Cuántos días se quedarán en Plum Village?

Les ruego que encuentren un momento
para practicar este ejercicio,

anotar una lista de felicidad.

Una lista

de cosas por las que estás agradecido.

En vez de hacer la lista de la compra,

hacen la lista de la felicidad.

En ese catálogo cabe
hasta una hoja de otoño.

Una lista de felicidad.

Bien, volvamos al texto.

"Poder estudiar y desarrollarse,
ser diestro en tu oficio o profesión,

practicar los preceptos y el habla amorosa:
esta es la mayor de las felicidades."

Así que Buda enseña vías muy precisas

para cultivar la felicidad.

Si has...

Si tienes un trabajo que no te daña

ni daña a la Tierra, al medio ambiente,

debes reconocer que es una gran felicidad.

En las enseñanzas de Buda,

ser diestro en tu profesión significa
que tienes un medio de vida correcto.

Medio de vida significa una vocación
beneficiosa para los seres humanos,

los animales, las plantas y la Tierra,
o al menos, que daña lo mínimo.

Esa es la definición de
medio de vida correcto.

Ayer, en Lower Hamlet,

un grupo de hermanas

ofreció a la sangha monástica

una presentación sobre el tema
del medio ambiente,

la protección del planeta,
el calentamiento global, etc.

Una hermana hizo un estudio

que me impresionó mucho.

Estudió el transporte de las hermanas
de Lower Hamlet,

y el cómo de transporte de la comunidad

ayuda a reducir el calentamiento global.

Nos dijo

que en un mes

toda la sangha monástica,
somos 60 hermanas,

que en un mes hacemos

53.000 km en un año

las 60 personas.

Un conductor francés hace en un año
una media de 20.000 km.

Nosotras somos 60,
pero solo hacemos 53.000 km.

Pero un conductor francés, de media,
conducirá al año 20.000 km.

Así que sin hacer nada,

como comunidad contribuimos bastante

a ayudar a reducir
el calentamiento global,

la cantidad de carbono del ambiente,
del aire.

Después,

nos habló de un tema divertido.

Para dar una vuelta a la Tierra,

habría que conducir 40.000 km
durante un año.

Eso supone

que las 60 hermanas en un años
damos una vuelta alrededor de la Tierra.

Así que aún...

Esa hermana me dijo que es una pena
que aún empleemos tanta energía.

Pero también es una buena noticia.

Porque si viviéramos individualmente,

usaríamos mucho más el auto.

Esa hermana también habló

de cuatro vías de mejorar el transporte
y reducir el uso del automóvil.

Una de ellas era considerar
el uso de bicicletas.

Y la hermana se mostró muy feliz,

porque hay residentes de larga estancia
en Lower Hamlet que usan bicicletas.

Incluso eléctricas.
Es maravilloso.

Quisiera leer las siguientes estrofas
del sutra:

"Poder cuidar y ayudar a los padres,

valorar y amar a tu familia,

seguir una vocación que te haga feliz:
esta es la mayor de las felicidades.

Vivir con rectitud y generosidad,

ayudar a parientes y amigos

llevando una vida irreprochable:
esta es la mayor de las felicidades."

Recuerdo una sesión de preguntas
y respuestas en Lower Hamlet.

Había una joven.

Hizo una pregunta sobre...

Sus padres se divorciaron
cuando ella tenía 2 años.

Y ella se crió con su madre.

Su padre nunca vino a visitarla
ni dio ningún apoyo a su madre.

Tiene incluso su propia familia.

A veces ella tenía que ir a verlo.

Y ella ni sentía que él la amara,

ni tampoco su nueva mujer.

Mientras hacía la pregunta,
lloraba mucho.

Contó que pudo superar ese sufrimiento

y el reproche que sentía hacia sus padres,
hacia su padre.

Ella hizo lo que pudo,
pero él no la aceptaba. ¿Por qué?

¿Por qué su padre la abandonó
cuando solo tenía 2 años?

¿Qué paso entre ellos

para que pasaran esas cosas?

Ella lloraba y sufría.

Y nos dijo

que gracias a la práctica,
sabía

que debería amar a su padre.

Pero sentía en lo más profundo
de su corazón

que no aceptaba a su padre.
Quería apartarse de él.

No quería saber nada de él.
No quería verlo.

No quería tener nada que ver
con su padre.

Yo estaba allí, y su historia
me conmovió.

Le dijimos...

Yo le pregunté: "Querida, ¿puedes ver
que eres más afortunada que tu padre?"

Ella no entendió por qué
le preguntaba eso.

Pero en verdad, veo que ella
tiene más suerte que su padre,

porque ella conoce la práctica.

Sabe que aunque no pueda aceptarlo
en su corazón,

sabe

que quiere reconciliarse con él.

Sabe cómo respirar,
cómo abrazar su sufrimiento.

Sabe cómo caminar meditando,
aunque viva en París.

Practica la meditación caminando
en los parques de París.

La gente que pasa se queda a mirarla.

Me pareció que era muy valiente,

que sigue practicando.

Le dijimos que somos afortunados,
porque conocemos la práctica.

Para mí, es lo esencial.

A causa del sufrimiento, nuestros padres
no pudieron seguir juntos.

Pero no hay padre o madre
que no ame a sus hijos.

Pero hay algún motivo,

no pueden abrazar
su sufrimiento, sus dificultades.

Y quizá ese sufrimiento le ha sido
legado por sus padres.

Quizá tu padre sufrió cuando era un niño.

Practicando,

tenemos una vía.

Aunque nuestra plena conciencia
y compasión no sean aún fuertes

para poder abrazar ese sufrimiento,

hemos de tener fe
en el depósito de conciencia.

Practicamos más, y más, y más.

Una de mis prácticas es volver a empezar,
volver a empezar de cero.

Renovar incluso las prácticas básicas.
Hacerlo otra vez, otra vez.

Tras algún tiempo, sentimos,

sentimos que ya no nos interesa
la meditación sentada.

Hemos de ser creativos
para renovar nuestra práctica.

Hacerlo otra vez, y otra, y otra.

En esta estrofa del sutra,

veo que para...

Para practicar ser felices,

es normal que queremos colmar

las dos necesidades básicas del ser humano
que son la comprensión y el amor.

Es una necesidad intrínseca,

queremos comprender y amar a los demás.

Y también queremos ser comprendidos
y amados por los demás.

Pueden ser nuestros padres, amigos,
parientes o vecinos,

o la naturaleza, etc.

Con la práctica, somos capaces

de cuidar de nuestros padres,

y si podemos ser un buen amigo,
esa es la mayor felicidad.

¿Reconocemos la felicidad
que disfrutamos ahora mismo?

Al reconocer, al regar

la semilla de alegría y felicidad,

la alegría y la felicidad germinan,
florecerán,

antes o después, según.
Pero ya están ahí.

Quisiera pasar a la siguiente estrofa:

"Ser perseverante y abierto al cambio,

tener un contacto regular
con monjes y monjas,

tomar parte activa
en los coloquios del Dharma:

esta es la mayor de las felicidades.

Vivir de manera diligente y atenta,
comprender las Cuatro Nobles Verdades

y realizar el Nirvana:
esta es la mayor de las felicidades."

Vivir de manera atenta aquí
significa vivir en plena conciencia.

En los 16 ejercicios de la respiración, el
Sutra de la conciencia de la respiración,

Buda enseñó 16 ejercicios
de respiración.

Los ejercicios 5 y 6

son cultivando la alegría,
inspiro y espiro,

cultivando la felicidad
inspiro y espiro.

Normalmente, por ejemplo,

vamos de regreso a Plum Village,
cuando yo regresaba a Plum Village

tras un largo viaje,

había excitación en mí.

Pensaba: ¡Por fin podré descansar

y ver a mis hermanas!
Eso era alegría.

Y contenía algo de excitación.

Pero cuando llegué de verdad
a Lower Hamlet,

pisar la tierra de Lower Hamlet,
ir a mi habitación y tumbarme.

eso es felicidad.
Es pacífica.

Una sensación muy profunda.

Practicar la meditación es así.
Al principio,

quizá en nuestra meditación
haya algo de alegría y excitación.

Pero más tarde,
al igual que alguien sediento

que está a punto de encontrar agua,
hay algo de alegría y excitación.

Pero cuando bebe esa agua
y penetra en su cuerpo,

siente la frescura del agua.
Eso es felicidad,

que es una sensación profunda.
La felicidad tiene un elemento de paz

muy profunda.

Y en lugar

de vivir en una ciudad ajetreada, ahora
eligen quedarse en Plum Village,

regresar al campo y llevar aquí
una vida simple.

En las enseñanzas de Buda,

Buda dijo que al practicar el soltar,
creamos alegría y felicidad.

Es decir, quieres abandonar algo

que te fatiga y te quita energía.

Quieres elegir un entorno
que te aporte paz, alegría, y relax

al cuerpo y a la mente.

Hay una práctica de meditación llamada
'morar feliz en el momento presente'.

En vietnamita, (vietnamita).

Soltar practicando...

Practicando soltar,
cultivas alegría y felicidad.

Hay gente que cree

que para ser feliz, necesitas tener
una casa bonita.

O que para ser feliz, necesito
ese auto, tengo que comprarlo.

Buda te pregunta si no es esa tu vaca.

Hay un sutra...
Buda enseñó

sobre un granjero
que había perdido sus vacas.

Estaba muy preocupado, y recorría
toda la aldea en busca de las vacas.

Y Buda les dijo a los monjes:

'Monjes, son afortunados.
No tienen vaca alguna que perder'.

Y con ese sutra, nuestro maestro
nos habla de soltar nuestras vacas.

Pero si tienes alguna vaca,

si estás atrapado en algo
que te impide ser feliz,

puedes reconocerlo como tu vaca.

Ese obstáculo nos impide ser felices.
Puede ser la misma idea de felicidad.

La idea de esa casa, de ese auto,
de esa pareja, etc.

O en los monásticos, quizá
la idea de la liberación.

Que tengo que liberarme,
y entonces seré feliz. Cosas así.

A veces,

veo que quedo atrapada
en la idea de libertad.

Quiero ser libre.

Quiero practicar para ser una persona
libre, o una persona feliz.

Si no practico con cuidado,

si no persisto en las prácticas básicas,

veo que esa idea me levanta
fácilmente por los aires.

Es como un soñar con la liberación.

La segunda sugerencia de Buda

sobre la práctica
del cultivo de la felicidad

es (vietnamita).

La práctica de la plena conciencia ayuda
a cultivar alegría y felicidad.

AL practicar la plena conciencia,
cultivamos alegría y felicidad.

Creo que lo vemos con claridad.

Y aquí,

la tradición de meditación de Plum Village

se parece al tipo de meditación
que llamamos (vietnamita),

'morar feliz en el momento presente',
'drsta-dharma-sukha-vihara'.

Es un término que se repite mucho aquí.

Morar feliz en el momento presente.

Siempre que somos capaces de entrar en
contacto con el momento presente,

podemos entrar en contacto
con la felicidad.

Mediante la práctica de la respiración
de los ejercicios 5 y 6

de los 16 ejercicios de respiración,

cultivar alegría, cultivar felicidad,

seguimos alimentando la práctica
de nuestra plena conciencia,

para que nos ayude cada día,

en todas las actividades

y así podamos cultivar más y más
la energía de la plena conciencia.

Cuando empezamos a practicar,

solemos observar
que nuestra atención es débil,

se nos olvida continuamente.

Caminamos por el bosque en otoño,

las hojas son muy hermosas,

pero estamos ahogados en
nuestros problemas y sufrimiento.

Hacemos planes sobre otras cosas.

Con el entrenamiento, con el apoyo
de nuestros amigos, de la sangha,

podemos recordarnos regresar
una vez y otra, y otra.

Es también un entrenamiento.

Para mí, es también un entrenamiento,
de verdad...

Nos hacemos de verdad la promesas
de que nos entrenaremos

para poder adquirir el hábito
de ser conscientes.

La tercera práctica que Buda y nuestro
maestro nos sugieren

es (vietnamita),

al practicar la meditación,
la concentración,

puedes crear alegría y felicidad.

La plena conciencia, la concentración
y la visión profunda

son enseñanzas esenciales
de las enseñanzas de Buda.

En realidad, cada una contiene las otras.

Cuando practicamos plena conciencia,

en esa conciencia están los elementos
concentración y visión profunda.

Y en la concentración están los elementos
plena conciencia y visión profunda.

El cuarto método es (vietnamita),

mediante la práctica de la visión profunda
puedes crear alegría y felicidad.

() es alegría, y () es felicidad.

Recuerdo una vez que una amiga me pidió
una consulta personal en Lower Hamlet.

Cuando empezó a hablar,

me sorprendí, porque después
de hablarme de sus dificultades,

me contó lo que pensaba sobre
esas dificultades.

Habló de cómo sufría,
y comprendía,

conocía la salida de ese sufrimiento.

Cuando esa mujer acabó de hablar,
le dije:

'Veo que lo sabes todo.
¿Por qué no lo pones en práctica?

Lo sabes todo de la mente humana,
las energías de hábito,

incluso cómo practicar
la plena conciencia'.

Me sorprendió que aún siguiera sufriendo.

Y me dijo esto:

'Sí, hermana. Lo sé,
pero no tengo ningún apoyo.

No sé por dónde empezar.
No lo puedo hacer sola'.

Cuando le oí decir eso,
me quedé muy impresionada,

porque ella se conocía muy bien,

y estaba abierta para compartirlo
conmigo, contarlo todo.

Veo que todos y cada uno
tenemos visiones profundas,

visiones pequeñas o grandes
sobre algún tema.

Lo veo cuando alguien hace una pregunta,

y en la pregunta está ya la respuesta.

Pero luego,

para mí, cuando hablo en las sesiones
de preguntas y respuestas,

hablo desde mi propia experiencia
sobre ese tema.

Creo que cada uno tiene
su propia respuesta.

Si comprendemos de verdad nuestra mente,
si amamos nuestra alma,

encontraremos nuestra propia respuesta.

La cuestión es ponerla en práctica.

Y tenemos suerte.

Vivir en comunidad,

aunque alguno no se quede
más que una semana.

Nuestro maestro dijo que una semana
basta para cambiarte la vida.

Retador, ¿verdad?

Sí, dijo que te basta una semana
para cambiar tu vida.

Es algo que le ha pasado
a muchos de nuestros amigos.

A mí me impresiona.

Muchos regresan una segunda vez,
una tercera vez.

Es normal. Pero hay amigos que
solo han venido una semana,

y han hecho buen uso
de ese tiempo

para hacer jardinería auténtica
y transformar su jardín.

Para acabar, quisiera leerles
las últimas estrofas:

"Vivir en la sociedad
sin que el mundo perturbe tu corazón,

toda pena extinguida, morando en paz:
esta es la mayor de las felicidades.

Aquel o aquella que lo logre,
invencible allá donde vaya,

siempre estará seguro y feliz:
la felicidad reside en nuestro interior."

Sí, la felicidad viene de uno mismo,
no cae del cielo.

La felicidad es algo que podemos
entrenarnos para tener y ser.

Cuando esta mañana preparaba la charla,
escribí esta frase:

'Thay, hoy hablaré para ti'.

Sí, no soy muy buena
dando charlas del Dharma.

Pero es la práctica
de un maestro del Dharma.

Estás entrenado para dar
charlas del Dharma,

y darlas es tu responsabilidad.

Esta mañana, anoté en mi cuaderno:
'Hago esto para ti'.

Así invito a Thay a acompañarnos aquí.

Y para acabar la charla esta mañana,

quisiera leerles algunos versos
de un poema de Thay

que me gusta mucho.

Thay se definió como un monje vago.

'Un monje vago
que ha hecho cosas enormes'.

Sí, para el mundo.

Para mí, Thay es una persona feliz.

Estando cerca de él

veo que por pequeñas cosas,

Thay puede ser feliz.
Asombroso.

Hasta por el nacimiento de una flor.

Una vez, me hizo pasear por su jardín

para contemplar el nacimiento de...

Una flor de ciruelo
estaba a punto de brotar.

Y su rostros, su expresión,
estaba llena de alegría y excitación.

Y tenía más de 80 años.

Yo tenía veintitantos.

Y estaba asombrada antes este señor mayor
feliz, alegre y emocionado

mirando y disfrutando
de la aparición de una flor.

Eso quedó grabado
en mi corazón para siempre.

Sobre todo cuando me siento algo aburrida,

o algo así.

También nos conmovió

la decisión de Thay de regresar
a su templo de origen para quedarse,

¿lo sabían?

Compuso este poema mientras estaba
en Nueva York, en los EE. UU.

Los hermanos de la Delegación Budista
le pidieron

que regresara a Vietnam para ayudarlos.

Para abogar por la paz.
Y él sabía

que tenía heridas.

Incluso con su corazón
lleno de amor y fe,

aún no había sanado

de la herida que recibió

durante la guerra de Vietnam.

En este poema, Thay habla
de sus dos manos.

Aquí están mis dos manos,
quiero devolvéroslas.

'Tú' es lo que Thay llamaba el amado,
es la Asociación Budista,

es el pueblo de Vietnam,
el país,

al que quiere ofrecer sus dos manos,

las manos de jóvenes llenos de amor,
llenos de fe, llenos de esperanza.

Porque por entonces,

muchos jóvenes estaban
perdiendo la esperanza.

Vinieron a preguntar a Thay

si la guerra acabaría algún idea.

E incluso en los tiempos oscuros,

Thay sentía un gran dolor
por lo mucho que ya duraba la guerra,

pero contó esto: 'Tuve que respirar hondo
antes de responderles,

porque si les decía que no,
que no había esperanza,

mataría la esperanza
de aquellos jóvenes'.

Así que Thay les dio una respuesta
muy hábil y compasiva:

'Tal como enseña Buda,
todo es impermanente.

La guerra es impermanente,

Como comunidad, como sangha,

debemos cultivar y nutrir
esperanza en nuestro corazón'.

Cuando lo leí, me puse a llorar.

Porque vi cómo los cuidaba,

qué duro le resultaba
contener el dolor de su corazón,

para poder trasmitir su misión,

transmitir amor y esperanza
a los jóvenes.

En 1963,

fue cuando Thay aceptó la invitación
de regresar a Vietnam para ayudar.

Quizá esta sea la última vez en que Thay
elija regresar a Vietnam.

Quizá para descansar,
pero no solo descansar.

Sabemos que Thay de algún modo

ayuda al templo de origen

con su presencia, llevando su propio
cuerpo y mente a vivir allí.

"He aquí mis manos,

que son también mi corazón,
mi mente, mi vida:

todo lo que queda.

Su único poder
es haber sangrado

por desazones de amor.

He aquí mis manos.
Déjame entregártelas de nuevo.

Recuerda,
madre nos enseñó a amar

la hierba seca sobre las tumbas
tanto

como las rosas en flor.

Para ellas,
y para todas las cosas,

el amor es
el rocío inmaculado de la mañana.

He aquí mis manos.

Inclino la cabeza
y te las entrego.

Mira, las viejas heridas no han sanado.

Su sangre está aún fresca,

y en la punta de mis dedos
puede tu alma descansar

como descansa el rocío,

brillante,
sobre las trémulas briznas de hierba.

He aquí mis manos,

una vez más renacidas,
pero llevando aún las viejas heridas.

Y he aquí mi sonrisa,

porque nunca odié.

Y he aquí mi corazón,
aquel corazón puro

de días pasados.

He aquí mis manos,

que llegan hasta ti
con heridas bajo las vendas.

Rezo
para que no las aplasten de nuevo.

Y ruego
a las estrellas

que sean mis testigos".

(Campana)

(Campana)

(Campana)

(Campana)

(Pequeña campana)