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El maestro zen Thich Nhat Hanh responde
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¿Alguna vez ha podido calmar
a una persona enfurecida?
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(Hna. Pine) Querido Thay,
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Esta semana estamos practicando
cómo cuidar de la ira.
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Un adolescente pregunta:
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Querido Thay, ¿alguna vez
has podido calmar y ayudar
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a alguien furioso,
en plena explosión de ira y rabia?
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Thay ha logrado tratar con mucha gente
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que estaba furiosa contra Thay
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a causa de los celos
y de falsas percepciones.
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Y a veces requiere de mucho tiempo
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que alguien de calme,
se transforme.
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Hay gente así también en el clero
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y en la sociedad.
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El método de Thay es muy simple:
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No responder a ataques o insultos.
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Nunca responder a insultos o ataques,
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ni intentar explicarse.
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Silencio total.
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Thay no intentó justificarse
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ni hacer nada,
porque hacerlo
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puede hacer que esa persona
se enfade aún más.
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Inspirar, espirar, aceptar
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y no responder, no reaccionar.
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Thay también puede hacer aún algo mejor,
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porque unos días o meses más tarde
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puede escribir a esa persona
una carta de amor.
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Lo ha hecho varias veces.
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Alguien te traicionó,
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te causó un gran dolor
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y se lo causó a tu comunidad.
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Y sin embargo puedes escribirle
una carta amable
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para que esa persona sufra menos.
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A veces se requiere tiempo
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para que esa persona sufra menos,
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para que deje de estar enfadado.
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Pero siempre es eficaz.
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Ustedes saben que en Vietnam
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teníamos una bella comunidad,
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un centro de práctica llamado 'Prajna'.
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Había unos 400 jóvenes monásticos
viviendo y practicando allí.
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Generaron mucha energía
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de armonía, hermandad
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y paz.
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Muchos jóvenes laicos se acercaron
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a practicar con nosotros.
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Estaba en las montańas.
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Y así y todo, algunas veces
venían 5000 jóvenes
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a participar en un retiro de 5 o 6 días
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y lograr una transformación.
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Era un movimiento.
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La gente estaba entusiasmada.
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Pero en un país como Vietnam
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eso no es algo que parezca seguro
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a las autoridades del país.
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Temen algo que sea demasiado potente.
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Temen no poder controlarlo.
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Hubo un intento de desmantelar
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el centro de práctica.
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Nuestros jóvenes monásticos
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intentaron resistir
con compasión, no violencia,
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durante más de ańo y medio.
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Finalmente no pudieron resistir más
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porque enviaron gente violenta
a nuestro centro.
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Destruyeron, quemaron, atacaron.
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Cortaron la electricidad.
Cortaron el agua.
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Gritaban.
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Insultaban.
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Organizaron a cientos de personas
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para que vinieran a insultarnos,
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a romper y destruir.
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Finalmente,
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tuvimos que irnos de allí
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e ir a un templo cercano
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a refugiarnos.
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Pero siguieron presionando
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hasta que tuvimos que huir de allí.
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Muchos de esos jóvenes monásticos
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se han refugiado en Tailandia,
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Alemania, Francia, EE UU.
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Pudimos identificar a aquellos
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que intentaron destruir el centro.
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Thay les ha escrito
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diciendo que no les odiamos,
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porque han podido ser
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víctimas de falsas percepciones
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que han originado miedo
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e ira.
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Los discípulos de Thay en Vietnam
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les han enviado
libros de Thay como regalo.
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Se puede responder a la violencia
y a la ira con amor.
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Es el método
que siempre seguimos:
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responder empleando la compasión
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y la comprensión
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frente a la violencia,
la incomprensión, etc.
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En la época en que Thay
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organizó la escuela de Jóvenes
para el Servicio Social,
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preparamos a cientos de jóvenes,
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jóvenes entregados,
monásticos y laicos,
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para que fueran al campo
y se organizaran
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para ayudar a las víctimas de la guerra
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y a los pobres,
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para que organizaran
la salud, la educación
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y el desarrollo económico
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y mejorar la calidad de vida
en el campo.
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Mataron a muchos de nosotros.
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Mataron a muchos en su trabajo.
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Porque durante la guerra
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no quisimos unirnos
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a ninguno de los bandos en guerra.
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Queríamos aceptar a ambos bandos.
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Queríamos reconciliación y paz
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más que la continuación de la guerra.
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Por eso fuimos víctimas
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de la opresión por ambos bandos.
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Y siempre respondimos con compasión.
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Después de que mataran
a varios de nosotros
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organizamos un funeral.
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Y declaramos: No odiamos
a los que nos han matado
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porque sabemos que son víctimas
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de falsas percepciones
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que han generado miedo y recelo.
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Esperamos que observen
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y nos comprendan mejor.
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No queremos hacerles dańo,
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solo ayudar a los habitantes del país,
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víctimas de guerra, huérfanos
y personas pobres.
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Al principio,
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persiste la opresión, la violencia.
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Pero más tarde,
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estos actos de opresión disminuyen.
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Hay un resultado.
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Esta fue nuestra experiencia
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en la década en la que practicamos
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y trabajamos en Vietnam.
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Creo que el libro escrito
por la hermana Chan Kong,
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'Learning True Love'
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cuenta varias historias como esta.
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Puedes leer 'Learning True Love'.
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La hermana Chan Kong también escribió
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un artículo de mi novela 'El novicio'.
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También pueden leer
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el libro 'El novicio'
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para conocer muchas cosas parecidas.
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Así que emplear
la compasión, la comprensión
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para enfrentarse
a la violencia e incomprensión
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es una buena práctica
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que puede traer resultados
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si eres lo bastante paciente
practicando.
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Algunos de los policías
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vinieron a nuestros retiros en Tailandia
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e incluso a Plum Village a practicar.
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Es una victoria para ambos:
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para nosotros y para ellos.
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conecta,
inspírate, nútrete
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(Campana)