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(subtitulos espanoles por Elizabeth Abbott-Beaumont y Sarah Diamond de la Universidad de Michigan)
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Para garantizar una evaluación completa es mejor
llevar a cabo el examen muscoloesqueléltico de
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la cadera de manera sistemática.
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Las siguientes instrucciones son sugerencias para hacer el examen que incorporan técnicas comunes
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para el diagnóstico de las lesiones de cadera.
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Empiece con una inspección general de la cadera.
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Observe el modo de andar mientras
el paciente se aleja y se acerca al examinador
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y busque un modo de andar antálgico,
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sintomas de Trendelenburg, o algún tipo anormal de rotación pélvica.
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desde atrás, examine a la alineación
de los hombros, la crestas ilíacas, y las rodillas.
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Observe hábitos corporales y
busque posible atrofia de las extremidades inferiores o cambios en la piel.
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Otra vez, mire desde atrás
y busque posible asimetría, atrofia, o cambios en la piel.
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busque posible lordosis vertebral,
escoliosis, o espasmo muscular paravertebral.
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Para evaluar las causas lumbares del dolor de cadera,
compruebe la capacidad de movimiento de la espalda:
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flexión, extensión,
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flexión lateral hacia la izquierda y la derecha,
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y la rotación.
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La prueba de Trendelenburg evalúa la estabilidad de la cadera
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El examinador se sienta detrás del paciente y pone los pulgares en la espina ilíaca superior posterior
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y las manos en las crestas ilíacas para detectar diferencias de altura.
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Después el paciente se sostiene en una pierna mientras se flexiona la rodilla de la otra pierna al nivel de la cadera
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Normalmente, la pelvis no apoyada se levanta ligeramente, indicando que
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el músculo glúteo medio flexiona
la cadera apoyada.
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Si la pelvis cae en el lado no apoyado o permanece al mismo nivel, se considera
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un síntoma de Trendelenberg e indica un glúteo medio débil o patología intraarticular en la cadera apoyada.
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La prueba de flexión de pie evalúa la disfunción lumbosacra, sacroilíaca, o pélvica.
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El examinador se sitúa detrás del paciente y pone sus manos en las crestas ilíacas con los pulgares
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sobre la muesca inferior de la espina ilíaca superior posterior.
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El paciente flexiona lentamente hacia adelante.
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Si la espina ilíaca superior posterior se mueve de manera más cefálica en un lado, esa prueba
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indica que hay una disfunción.
La misma maniobra debe repetirse
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con el paciente sentado,
y esto es conocido como la prueba de flexión sentada.
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En la prueba sentada el paciente debe tener
los pies apoyados en el suelo, separados a lo ancho de los hombros.
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Otra vez el examinador nota la posición de la PSIS (espina ilíaca superior posterior) mientras el paciente
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está flexionando hacia adelante.
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Si la PSIS se mueve de manera más cefálica en un lado
el resultado es positivo e indica la disfunción.
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La prueba de la cigüeña evalúa una fractura
de la parte interarticular en la zona lumbar de la columna.
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El paciente pone las manos en las caderas y se sostiene
en una pierna y extiende la columna vertebral.
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Si hay dolor en la región lumbar,
se considere un resultado positivo.
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A continuación examine la cadera en la posición sentada.
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Observe si hay capacidad de movimiento con la rotación interna y externa.
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El fulcro evalúa fracturas femorales por esfuerzo .
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El examinador pone un brazo
debajo del fémur del paciente.
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Se aplica fuerza hacia abajo lejos del fémur.
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El dolor sugiere que pueda haber fractura de fémur de esfuerzo.
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Con el paciente en la posición supina, un rollo de registro femoral,
girando el fémur internamente y externamente,
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un golpe de talón, y una fuerza axial sobre el fémur,
pueden llevarse a cabo para evaluar
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las posibles fracturas de fémur.
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A continuación, evalúe cualquier discrepancia
en la longitud de la pierna.
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Para evitar la pérdida de longitud de la pierna debido a la rotación pélvica,
pida que el paciente levante la pelvis
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de la camilla y modifique la posición
antes de extender las piernas completamente.
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Se debe medir la distancia entre la ASIS
(la espina ilíaca superior anterior) y
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el maléolo medial y compare la distancia de un lado al otro.
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A continuación, evalúe el rango activo de movimiento.
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Si existe dolor o limitación,
repita con capacidad de movimiento pasivo.
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Compruebe la flexión de cadera de la pierna recta,
aislando el músculo recto femoral.
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También compruebe la fuerza resistida.
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A continuación, compruebe la rotación interna y externa,
abducción, y aducción resistida.
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Palpe puntos de referencia anatómicos para el dolor,
y incluya el abdomen para evaluar la presencia de
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hernia fascial abdominal, espina ilíaca superior anterior,
espina ilíaca inferior anterior, las crestas ilíacas,
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y sínfisis púbica.
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El examinador debe hacer una elevación de pierna recta pasiva
para evaluar la presencia de radiculopatía lumbar.
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El resultado se considera positivo si el paciente tiene la reproducción de síntomas radiculares antes de
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los 70 grados de flexión de cadera.
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Evaluación de la flexibilidad de los isquiotibiales también se puede realizar con la cadera y la rodilla flexionada
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90 grados, seguido de la extensión pasiva
de la rodilla.
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Se desea la extensión completa, pero si no, el
ángulo que se cae corto de extensión completa se registra.
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La prueba de Thomas evalúa la contractura de flexión de la cadera.
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Una cadera se flexiona al máximo hacia el
pecho, aplanando a la columna lumbar.
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Si la pierna contralateral se flexiona a la rodilla
y se levanta de la camilla, el resultado es positiva.
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Se puede llevar a capo las pruebas de Patrick o Faber
para evaluar la cadera y la patología sacroilíaca.
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Una pierna está flexionada, secuestrada, y externamente
girado a su posición, descansando los pies sobre
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la otra rodilla.
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