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El maestro zen Thich Nhat Hanh responde.
Universidad de Nottingham, abril de 2012
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¿Sufrió usted cuando empezó
a practicar la meditación?
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Cuando empezaste a practicar
la meditación, ¿sufrías?
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(Hna. Pine) Cuando Cuando empezaste
a practicar la meditación, ¿sufrías?
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(Thay) No, en absoluto.
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Meditar es una actividad muy agradable.
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De hecho, cuando me ordené novicio,
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mi maestro me entregó un libro
de poemas para memorizar.
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La meditación, entonces, consistía
en recitar esos poemas.
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Cada poema tiene cuatro versos.
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Inspiras con el primer verso,
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espiras con el segundo,
y así sucesivamente.
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Así que es muy agradable.
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Cuando te vistes la camisa,
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hay un poema que leer
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para inspirar y espirar
mientras te vistes.
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Cuando te cepillas los dientes,
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hay un poema que recitar
con la respiración
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mientras te cepillas los dientes.
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Incluso cuando vas al lavabo
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hay un poema que usar
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mientras estás en el servicio.
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Cuando vas a encender una luz...
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Por entonces, no había electricidad
en mi templo.
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No había agua corriente en el templo.
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Los novicios teníamos que ir
a buscar agua al pozo.
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Usábamos lámparas de queroseno.
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Cada vez que enciendes la luz
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hay un poema para que inspires
y espires con él.
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Esta es la práctica
de la plena conciencia.
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Antes de empezar la meditación caminando,
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lees un poema
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para poder concentrarte en cada paso.
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Pero el primer poema del día
es para cuando te despiertas.
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Cuando te despiertas,
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antes de buscar tus zapatillas,
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debes inspirar y espirar
al ritmo del poema.
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Es un poema muy hermoso.
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Es así:
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"Esta mañana, al despertar, sonrío.
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Ante mí, 24 nuevas horas".
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Ahí inspiras y espiras.
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"Me comprometo a vivir
hondamente cada hora
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y aprender a mirar a todos los seres
con los ojos de la compasión".
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Inspiras, espiras,
inspiras y espiras.
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Y solo después de levantas.
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Y cuando buscas las zapatillas,
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hay otro hermoso poema.
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Es así:
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"Desde la mañana hasta la noche,
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todos los seres buscan protección.
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Si por accidente piso algún ser,
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pido disculpas.
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Espero que renazca al instante
en la Tierra de Buda".
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Porque mientras caminas,
puedes aplastar algún pequeño insecto.
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Es muy hermoso.
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Es la práctica de la meditación
sobre la compasión.
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Es uno de mis poemas favoritos.
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"Desde la mañana hasta el final,
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todos los seres vivos intentan protegerse.
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Si por accidente piso alguno, lo siento.
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Deseo que renazcas ya
en la Tierra de la Dicha".
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Es una muy buena forma
de cultivar la compasión.
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Meditar así no te hace sufrir.
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Te hace muy feliz.
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Y aprendí a sentarme y a caminar.
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Así que no creo que haya
que sufrir para meditar.
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No.
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[Conecta. Inspírate. Nútrete.]
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(Campana)
