Orgulho em Acolher | Episódio 01: Casa Aurora

Me acuerdo cuando llegué a Salvador

y no conocía a nadie aquí.

Vine con el sueño de estudiar,
de poder graduarme.

Y cuando llegué aquí, pude entrar
en la universidad, pero no duré mucho.

Aún así, quería quedarme en Salvador
a pesar de ser afrodescendiente.

Descubriéndome como travesti,
en medio de mi transición,

quería estudiar y lo único
que me lo impedía

era poder estar en un lugar seguro.

Fue entonces cuando Casa Aurora
se ofreció a ayudarme.

ORGULLO AL ACOGER

Creo que hay mucha ignorancia social,
hay una...

Resumiendo, hay injusticia
para con nuestra población.

Y cuando existe alguien
que entiende y prioriza

el apoyo y la acogida
a nuestra comunidad,

que sabe que es una comunidad sensible,
una comunidad frágil,

y que nos ofrece ese espacio,

es algo tan importante

que cuesta explicarlo.

Es una ayuda monumental, ¿sabes?

Aurora nació de un sueño.

Mi expareja y yo acogíamos a gente
en nuestro apartamento.

Venían amigos de fuera que necesitaban
algún tipo de ayuda,

y por eso venían y se quedaban en casa.

Ahí nos dimos cuenta de que
aquello cada vez ocurría más,

y todo esto surgió de esa necesidad.

Sin darnos casi cuenta, teníamos
un flujo constante de gente en casa.

Ahí fue cuando comenzamos

a pensar y diseñar un proyecto
para acoger a las personas.

Casa Aurora me ayudó primero a descubrir
quién era, mi identidad.

Me ayudaron a crear mi identidad,

a determinar y establecer los cimientos
de quien soy hoy en día.

Creo que Aurora me convirtió
en lo que soy,

me hizo fuerte, me hizo soñar,

me hizo creer en posibilidades que
la sociedad no daba a nuestros cuerpos.

Siento que soy mejor persona
siendo así,

y no puedo imaginar qué habría sido
de mí de no haber pasado por Aurora.

Ha sido una experiencia
muy importante para mi vida.

ACOGIDA

En Casa Aurora, aunque no solo ocurra
en Casa Aurora

porque sé que en otros refugios
también es importante,

acogemos a personas expulsadas
de sus hogares por querer ser quien son.

Nosotros entendimos que esto era
una cuestión de educación familiar.

Sabemos que los ambientes que son
más violentos con el colectivo LGBT+

son sus propias casas y los colegios.

Estos son los dos lugares más complejos

desde el punto de vista de la acogida.

Casa Aurora tuvo su importancia porque,
más allá de simplemente acoger,

también habíamos creado
comunidades afrodescendientes.

Fortalecimos a esa gente

para que se sintiesen como en casa,
se sintiesen integradas

y pudiesen volver a respirar.

Creo que si no hubiera venido a Salvador,

no me habría descubierto como travesti...

Me fui de un lugar donde ni siquiera
pude descubrir quién era.

Era prácticamente imposible...

...mirarme y reconocerme
como quien realmente era.

Vine a Salvador para estudiar,

pero también había algo más
detrás del telón:

la oportunidad de descubrirme
a mí misma.

Sentía que aún me faltaba algo,
y que tenía que venir...

Así que vine a Salvador y me encontré
con que no tenía donde quedarme.

Y entonces lo encontré, el lugar
donde además me descubrí,

donde florecí, y donde...

...todo ocurrió.
Si no hubiera venido a Casa Aurora,

creo que...

Si no hubieran estado en mi vida,
me habría ido,

no me habría descubierto a mí misma,
viviría siendo infeliz...

Muchas cosas podrían haberme pasado.

Estaría deprimida,

y...

No sé... Creo que no habría podido
perseguir mis sueños.

Soñar con ser cantante, con ser modelo

(algo que he hecho)

O...

Pues eso. Si no hubiera venido...

Pues...

Yo no sería yo.

Yo no sería yo.

Básicamente.

Lo que más me enorgullece es ver avanzar
a la gente que pasa por casa.

Por ejemplo, Oda.

Oda es una chica que pasó por casa.
Es modelo, viajó a São Paulo,

reconectó con su familia
tras pasar por Casa Aurora,

reafirmó su identidad
como persona trans.

También tenemos a Duda,
una de las primeras personas acogidas.

Huyó de casa porque es bisexual.

Hoy en día, tiene un hijo

y, por la relación que tenemos,
ella dice que su hijo es mi nieto.

Pues vaya, ¡con lo joven que soy...!

Fue la primera persona que acogimos.

Todos los Días del Padre, Navidad,
Año Nuevo... En cualquier fecha especial,

siempre me envía un mensaje.

Es una relación que se fortalece, ¿sabes?

Y eso, para mí, no hay dinero
que lo pague.

Me encantan las fechas especiales.

Navidad...

Viernes Santo...

Algunas personas no tienen un lugar
para celebrar en sus casas

por ser LGBT+.

Y cuando pasaban por Casa Aurora,
volvían a retomar esas celebraciones.

La cena del Viernes Santo,
la cena de Navidad...

Todo eso, para mí, son cosas positivas
sobre Casa Aurora.

Hoy en día no podemos tener
un espacio físico por los costes.

Es muy caro mantener
una casa de acogida en Brasil,

sobre todo sin ayudas del Gobierno.

Cuantas más personas acogemos,
mayores son los costes,

ya que hay que pagar agua, luz,
comida, pan...

Es decir, hay muchas cosas
de las que encargarse.

Algunos necesitan ayuda con transportes,
otros con los medicamentos...

Todo eso

tiene un coste.

El mayor reto es que nuestro espacio
siga en marcha.

La sociedad civil siempre ha apoyado
que tengamos nuestro espacio físico,

pero no siempre tienen los medios
para contribuir a ello.

Soñamos con abrir un espacio físico,
uno bien estructurado.

Creo que

si tuviéramos leyes
con beneficios fiscales,

leyes sobre acogida
de la comunidad LGBT+,

si tuviéramos un Gobierno que ayudase
a esa parte de la población,

no tendríamos tantos problemas
para tener un espacio así.

SUEÑOS

Mi verdadero sueño es que existan
casas de acogida para LGBT+.

Las personas no deberían ser expulsadas
de casa por ser quienes son,

pero si lo son,

que exista un espacio donde acogerlos
y apoyarlos, y que sea sostenible.

Ese es mi sueño.

Que Casa Aurora vuelva con más ganas,
con más fuerza.

Mi mayor sueño es poder volver
a estar activos,

pero sería aún mejor volver

pero no en plan
"mira, está abierto y está ahí",

sino volver y con garantías.

Con garantías incluso descritas
en nuestra Constitución, ¿sabes?

Volver a estar activos y con recursos,
tener accesibilidad,

tener un espacio donde
las personas puedan trabajar

y donde se apoye a las personas
que necesitan ser acogidas.

Poder tener una especie de "catapulta"

para las personas acogidas,

para que la gente con la que colaboramos
pueda contratarlas.

No es suficiente con acogerlas

si no consiguen un trabajo,

porque entonces sabemos que volverán.
Es algo que ya ha pasado.

Por eso, es un sueño.

Un sueño colectivo,

de todas las personas que han creado
la idea de Casa Aurora.

Pues que creciese, que volviese

y que se ramificase.

Que existieran más Casas Aurora.

ORGULLO AL ACOGER

Ayuda a las casas
de acogida LGBT+ de Brasil