Chispas: el camino de la prosperidad de los jóvenes | Peter Benson | TEDxTC

Peter L. Benson es autor de más de una docena de libros infaniles, de desarrollo adolescente y cambio social, que incluye su más reciente libro: "Chispas: cómo los padres pueden ayudar a sacar las fortalezas ocultas de los adolescentes".

80 millones,

ése es el número de
niños entre 0 y 18 años

en los Estados Unidos.

80 millones.

80 millones de joyas

que esperan florecer,
resplandecer, comprometerse,

que los vean, los conozcan,
y les den su lugar.

80 millones de joyas.

¿Cuál es nuestra visión de futuro
para los niños de Estados Unidos?

Bueno, ¿saben qué?,
pocas veces hablamos sobre eso.

¿El plan es mantenerlos a salvo?

¿Lejos de los problemas?

¿El plan es que sigan
yendo a la escuela?

Esas son todas ideas
de dirección y control.

No muy atractivas.

¿Cuál es nuestro prospecto para
los niños de los Estados Unidos?

Como me gusta ir por ahí
y entrevistar a la gente,

en todos los lugares
del mundo que visito,

en particular, en los Estados Unidos,

me gusta preguntarle a los adultos,

¿cuál es tu mayor aspiración
para nuestros jóvenes?

Algunas cosas interesantes pasan.

Nadie jamás ha dicho

"Oh, para este niño mío,
mi mayor deseo

es que obtenga la calificación
más alta a nivel estatal

en el examen de matemáticas
y ciencias cuando tengan 16".

Nunca he oído a alguien decir:

"Oh, mi deseo más profundo
es que este joven

ayude a los Estados Unidos a ser
más competitivo en la economía global".

No, cuando de verdad oyes
las declaraciones de las personas

sobre los deseos para nuestros niños,
escuchas un idioma totalmente distinto.

Niños que experimentan alegría,

niños que se conectan
y asumen compromisos,

niños que se enamoran
de su vida y de todo en la vida,

niños amables y generosos,

niños felices,

niños que contribuyen.

Eso, mis amigos, es el idioma
de la prosperidad humana.

Y es el idioma de calidad, ¿o no?

No el idioma de cantidad.

Niños con alegría, felicidad, conexión

compromiso, realización, amabilidad,

compasión, generosidad.

El idioma de la prosperidad.

A partir de una serie de estudios
científicos, ahora sabemos

que sólo un cuarto de los
80 millones de niños,

un cuarto de ellos, al convertirse
en alumnos de bachillerato,

se encuentran en el camino
de la prosperidad humana.

Los otros tres cuartos
se han desviado del camino.

Para ellos, ya no se trata
de propósito y esperanza,

conexión, compromiso, alegría,

sino de estar solos,

vacíos,

medicados,

de sentirse confundidos y perdidos.

Sólo un cuarto de los adolescentes
de los Estados Unidos

siguen el camino
de la prosperidad humana.

Y creo que sé porqué pasa esto.

Probablemente hay
muchas razones, por supuesto,

pero hay una que es clave.

Alrededor de dos mil años atrás,

Plutarco, un filósofo griego,
olvidé su nombre de pila,

creo que era Franco Plutarco, (risas)

Plutarco nos dio un axioma fundamental
para el desarrollo humano:

que los jóvenes no son vasos a llenar,

sino fuegos a los que hay que encender.

Fuegos a encender.

De lo que habla y sabemos
sobre el desarrollo humano,

es que la mejor forma de desarrollo
ocurre de adentro hacia afuera,

y no desde afuera hacia adentro.

En esta nación, hemos olvidado eso,

y la mayor parte de
nuestro desarrollo es

desde afuera hacia adentro, ¿no es así?

Llenamos el vaso vacío
con información, hechos,

ideas, ideales, valores,
expectativas y demandas.

Un poco de eso está bien.

Pero la esencia del desarrollo humano

es dejar que todo esto
surja solo durante la vida

¿Qué es esto?
¿Qué es este fuego?

La idea principal de la prosperidad
humana es identificar ese fuego,

esa luz interior, esa chispa humana.

He estado trabajando en e
ste tema por casi 10 años.

Mi equipo de científicos
y yo en el Search Institute

hemos estado creando la ciencia
de la prosperidad humana,

enfocándonos especialmente
en niños y adolescentes.

La prosperidad comienza
con la idea de la chispa humana.

Es la metáfora que uso
para definir ese motor animado,

eso que tienen los jóvenes
que les da alegría y energía,

la razón por la que se levantan
en la mañana y se ponen en acción,

algo que le da a sus vidas
esperanza, dirección y propósito.

La chispa, por cierto,
se asemeja a la idea del espíritu.

Espíritu viene del latín "spiritus",
y ¿saben qué significa?

Aliento.

Mi aliento entregado
al mundo con vigor y coraje.

Es la pregunta más importante
que podemos hacernos unos a otros

y, en especial, a los jóvenes.

¿Qué es lo que te hace respirar?
¿Cuál es tu chispa?

Ustedes en la audiencia,
la mayoría adultos,

saben cómo es la vida
cuando la chispa está viva.

Cuando pueden identificar
y afirmar que hay una fuerza viva,

alguna capacidad que le da a sus vidas
dirección, esperanza y propósito.

Ustedes saben cómo es
la vida con la chispa

y también, cómo es
cuando la chispa muere.

Sabemos cómo se siente ese vacío.

Hemos realizado
una serie de estudios

representativos a nivel nacional
durante los últimos años,

con 6 o 7 mil niños
de escuela secundaria,

para preguntarles sobre su chispa
y la biografía de su chispa,

y si alguien sabe y se preocupa,

si alguien de hecho nutre esta chispa.

La primera pregunta es algo como...

"Cuéntame sobre tí,
que te da alegría y energía.

¿Qué pasa en esos momentos
en que la vida se siente

rica y plena, llena de
propósito y esperanza?

¿Cuál es tu chispa?
Me muero por saberlo".

Déjenme contarles algo
increíblemente fascinante

sobre los jóvenes
en los Estados Unidos.

100% de los estudiantes de secundaria

entienden la idea de
la chispa en un santiamén.

Quizás no usaron nunca la palabra,
pero una vez que la decimos,

saben inmediatamente
de qué estamos hablando.

Y a veces interrumpen
al entrevistador, y dicen:

"Yo sé qué es, sé lo que se siente,

sé cómo se ve".

Puedo entrar a la cafetería
de mi escuela y señalar

a los niños que tienen chispa
y a los que no la tienen.

Lo puedes ver en la cara
y en la postura del cuerpo.

100% de los niños lo entienden,

y después dicen esto:
"Nadie me lo ha preguntado antes.

¿De verdad quiere saber
cuál es mi chispa?

En general, los sociólogos quieren saber
sobre nuestro consumo de drogas,

nuestra sexualidad, nuestra
predisposición a la violencia,

cómo lidiamos con
las tareas escolares.

Nadie jamás me ha pedido
describir mi chispa".

El 100% lo entiende.

Dos tercios de
los jóvenes estadounidenses

pueden identificar al menos una chispa.

Unos pocos puede señalar
dos, y otros pocos, tres.

Pero dos tercios pueden
rápidamente identificar una.

Resulta interesante que otro 20%,

puede reconocer su chispa
con el pequeño empujón

de un adulto que se interese por ellos.

Un consejero, un profesor,
un padre, un abuelo, un vecino,

un trabajador del programa de juventud

puede sacarles esta información,
"¿Qué es lo que hay en tí

que te da alegría y energía
y anima tu vida?"

Hay tres tipos de chispas de acuerdo
con las definiciones de los jóvenes.

Para algunos niños es
una habilidad o un talento:

"Amo hacer música.
Es cuando mejor me siento".

"Me gusta pintar, me gusta escribir,

me gusta liderar, estudiar arqueología".

Para algunos niños,
esto es un compromiso.

"Mi chispa es sorprendente".

Cuántos niños dicen:
"Mi chispa es la justicia social",

"Mi chispa es el compromiso
de cuidar el planeta"

Para otros niños, la tercera categoría,
se trata de una cualidad.

"¿Mi chispa?
Soy una persona empática.

Eso me define, es el momento
en que mejor me siento.

Los demás acuden a mí
cuando necesitan que los escuchen".

¡Genial!

Primero que nada,

si alguna vez descubren y detectan
la chispa de un niño, díganselo.

Díganle que la ven y la oyen.
Agradézcanle por poseerla.

Porque la chispa,
en casi todos los casos,

es buena, hermosa y útil para el mundo.

Pero nunca les hablamos a los niños
sobre la chispa humana.

Hemos categorizado al menos 220 tipos
de chispas en los Estados Unidos.

Mi deseo para las ciudades
de las que provenimos

es que en algún momento haya
un censo de las chispas de los niños,

y que el censo inunde
los medios de comunicación,

para que en las ciudades
se difunda la historia

sobre la vastas maneras en que
los niños definen su chispa humana.

Nos da a todos otros lentes.
Nos acerca hacia ellos,

en vez del concepto que
tenemos ahora de los niños,

que con frecuencia nos asusta
y nos aparta de ellos.

Entre las categorías
de chispas se destacan:

ayudar, servir y ser voluntario;

liderar;

aprender una materia específica,
como arqueología, física, francés;

ser útil para el mundo

enfocado al cuidado de la Tierra y
la preservación del mundo natural;

atletismo

y vida creativa.

Y el ganador, entre todas
estas categorías,

es la vida creativa:

el arte, la música, el teatro,
la danza, el movimiento.

Es la categoría en la que entra

la mayoría de las chispas
de los Estados Unidos.

¡Es interesante!

Es el área en la que la mayoría
de los niños dice: "Soy mi mejor yo",

en la que la mayoría de los niños dice:

"Aquí es donde la vida es lo más
plena y prometedora que puede ser".

¿Qué se hace en los Estados Unidos

para brindar apoyo al arte,
la música, el teatro y la danza?

No es que queramos
que todos esos niños

se conviertan en profesionales
en el área creativa.

Es sobre "el ahora".

El desarrollo humano es sobre "el hoy".

Sobre cómo despierto a otros,

cómo me perciben,
me conocen y me reciben.

¿Ya mencioné a mi nieto Ryder?

Ryder ya tiene 7,
pero cuando tenía 4,

nos enseñó algo muy importante
sobre la chispa humana.

Nos recordó que la chispa

no es siempre equivalente
al trabajo al que te dedicas.

Ryder estaba en
nuestro patio y nos dice:

"¿Saben qué?",
mientras levanta la mano,

"Soy un artista,

no sé si va a ser mi trabajo
algún día, pero soy un artista.

Lo soy".

Una chispa es
una orientación en la vida,

un enfoque, una manera
de estar presente en el mundo,

que puede relacionarse con
el trabajo, ser el trabajo,

o no tener nada que ver con él.

No es lo mismo que
la planificación vocacional.

Se trata de nutrir y darle
nombre a lo que ya está allí.

Ella es Lea Adler, una mamá.

Cuando su hijo tenía 8,

esta es una historia que muestra
que la chispa no siempre es bonita,

cuando su hijo tenía 8,
le cortó la cabeza a una muñeca,

la puso en un plato de lechuga,

se la llevó a su mamá
a la sala y le dijo:

"¿No es esto estupendo?
¿No se ve genial?"

Cuando tenía 12
hirvió una olla de agua,

puso 6 latas cerradas de cerezas
y esperó a que explotaran,

y después grabó las cerezas y el jugo

rodando por las paredes de la cocina.

Bien, la mayoría de los padres,
pensaríamos de inmediato

en buscar ayuda profesional,
o en un reformatorio.

Lea Adler no, ella es
la madre de Steven Spielberg.

Ella lo dejó seguir, ¿no?
Le siguió el juego.

Le siguió la corriente.

El problema en los Estados Unidos,
el verdadero desafío

en esta cuestión de la chispa es...

"Nadie me preguntó.
Nadie sabe cuál es mi chispa".

Eso pasa una y otra vez.

¿Han oído alguna vez decir a un niño:
"Mírame, nunca me ves"?

¿Qué están diciendo?
No se refieren a lo externo, ¿cierto?

Sino sobre notar lo que están
aportando a la humanidad.

Prosperar requiere más que chispa.

Hemos desarrollado un modelo
científico de la prosperidad humana,

que consiste en una chispa
más tres guardianes de la chispa,

en la familia, en la escuela
y en la comunidad,

que sean guardianes de la chispa.
Los que la ven en tí.

La reconocen, la afirman,
hacen intervenciones,

encuentran oportunidades para tí,

hablan sobre tí
y sobre tu chispa humana.

Y luego, la naturaleza crítica
de la oportunidad

de darle expresión a esa chispa.

Cosas estupendas pasan, amigos,

cuando los niños experimentan
estos tres ingredientes.

Y el efecto es trascendental.
Chispa más guardianes más oportunidad,

y se dispara el éxito escolar,

también el compromiso con la escuela,
la compasión por otros crece,

el sentido de propósito aumenta,
y el de la violencia disminuye.

¿Cómo podría ser de otra forma?

Hablamos sobre el proceso
de prosperidad humana en el mundo.

Pero es aquí donde se desmorona.

Los niños, ¿tienen tres guardianes?

En general, no.

Apenas la mitad de los niños
en los Estados Unidos dicen

que sus familias saben
de su chispa y la nutren.

Sólo un tercio dice que alguien
de su escuela la reconoce y los alienta.

Y en una comunidad más amplia
de congregaciones, sinagogas,

programas para jóvenes,
parques y barrios,

sólo un cuarto de los niños dice
que alguien conoce su chispa.

Y después tenemos la brecha en
las oportunidades, que es gigante.

El desencuentro entre la chispa
que los niños identifican

sobre todo, la vida creativa,

y las oportunidades para que
se desarrolle en la comunidad.

Hay un himno para esta idea
de prosperidad humana.

En el alambrado hacia
la cancha de béisbol cantan

el himno de John Fogerty del grupo
Creedence Clearwater Revival,

que dice algo como:

"Elíjame entrenador,
estoy listo para jugar, ¡hoy!"

Y la palabra "hoy" es crucial.
No mañana, sino hoy.

Quiero estar ahí hoy,
soy un líder, elijame.

Estoy aquí para ayudar,
elijame, conózcame.

Soy un dador, un protector del mundo,
conózcame y elíjame.

"Por sus chispas los conoceréis"

debería ser, probablemente,
el mantra y mandato más importante

para todos nosotros en el mundo.

Los conocerán por sus chispas.

Como científico del desarrollo,
me sorprende cuán fácil

olvidamos que los jóvenes
le dan a nuestro mundo

una capacidad especial, un don,

que nuestro mundo
necesita con desesperación

y que nosotros
tan fácilmente apagamos.

Como ciudadano, me sorprende
cómo rara vez recordamos

que las innovaciones
surgen, en gran parte,

desde el interior hacia afuera,
no desde afuera hacia adentro.

Hay un montón de cosas
que haría para cambiar

y transformar la forma de hacer
negocios en los Estados Unidos.

Haría que conocer las chipas
sea el centro de la vida escolar,

de hecho, lo pondría
al principio de la lista.

No sé cómo se puede
lograr que los niños

se comprometan y se conecten
con la institución de la escuela

sin conocer sus chispas.

Les enseñaría a las familias
el proceso de diálogo sobre la chispa

cómo reconocerla, reafirmarla
y ser su guardián.

Haría que la primera reunión
de padres y profesores del año

sea sobre la chispa de los niños.

Resolvamos eso primero,
y después nos ocupamos de lo demás.

Haría un censo de
chispas en las ciudades

y lo difundiría al resto de la comunidad.

Y luego, planearía los programas
extracurriculares según las chispas

para así realinear las oportunidades
con las expresiones de la chispa.

Mis amigos, todo esto es muy importante
en los anales del desarrollo.

Mientras manejan
esta noche a sus casas,

ojalá reflexionen sobre
la biografía de sus propias chispas,

y se acostumbren
al vocabulario y al discurso,

¿Cuál es su chispa?
¿Cuál era cuando tenían 16 años?

¿Cuál era cuando tenían 26 y 36?

¿Cambió, mutó? ¿Es la misma?

Porque al dialogar con los niños,
ellos querrán saber,

"Háblame de tu chispa".

Ellos querrán devolver la jugada.

Cuando lleguen a sus casas
esta noche, si tienen una pareja,

esposo o esposa,
practiquen el diálogo de la chispa.

¿Cuál es tu chispa? ¿Quién la conoce?

¿Cómo puedo ayudar? ¿Cómo la expresas?

¿Qué se interpone en tu camino?
¿Cuál es tu chispa?

Y entonces mañana, encuentren
a alguien joven en su familia

o en la familia de alguien más
y comiencen este proceso.

"¿Cuál es tu chispa?
Me muero por saberlo".

Tenemos este poder,
mis amigos de Estados Unidos,

si pudiésemos movilizar a la gente

a ver y conocer las cosas
de un modo diferente,

y mientras hacemos eso,
acercarnos a nuestros jóvenes

en vez de alejarnos de ellos.

Muchas gracias.

(Aplausos)