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Sus cerebros controlan todo
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y nosotros podemos controlar sus cerebros.
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Uds. se deben preguntar porqué un neurólogo y un neurocirujano hablan juntos.
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La mayoría de la gente que conoce los roles tradicionales de uno y otro
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saben que no hay muchas posibilidades de diálogo.
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Pero de que lo que hablaremos hoy implica un "nosotros",
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un equipo, y en verdad
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hay muchas personas que nos respaldan para lograr que esto se lleve a cabo.
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Bueno, comenzaremos hablando del cerebro.
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El cerebro es una supercomputadora viviente.
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Como bien sabemos, hay cientos de miles de millones de neuronas en nuestro cerebro
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y cada una de esas neuronas tiene la capacidad de encenderse.
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Eso significa que puede enviar señales, lo que llamamos acción potencial,
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a otras neuronas a las que está conectada.
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Las neuronas tienen dos estados: encendido o apagado.
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El cerebro funciona con un sistema binario, como las computadoras.
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Estas neuronas están interconectadas
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con cables vivientes llamados axones y dendritas
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y en esas conexiones llamadas sinapsis
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se estima que hay 100 000 billones de sinapsis en el cerebro humano.
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Las neuronas tienden a estar agrupadas en unidades funcionales llamadas núcleos
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y esos núcleos se conectan en circuitos funcionales
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y esos circuitos funcionales controlan todo lo que hacen y lo que son.
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Ahora bien, cuando esos circuitos no funcionan
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¿Qué pasa? Pues cosas malas.
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Es ahí cuando los pacientes vienen a vernos
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mal de Parkinson, temblores.
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Hay mucha gente brillante tratando de averiguar
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la causa que origina estas enfermedades
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puede que un pedazo del ADN quede anulado,
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o que alguna sustancia química deja de funcionar,
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o que alguna proteína se acumula en el cerebro.
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Sea cual fuere la razón, no podemos ver la disfunción
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en esta serie de enfermedades.
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Podemos señalar en un escáner pero no ver un problema
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porque no es estructural.
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Entonces, lo que debemos hacer es encontrar ese circuito que falla
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y aplicar electricidad en lo que se llama estimulación profunda cerebral.
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¿Por qué pondríamos un electrodo en el cerebro de alguien y tratar de controlarlo?
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¿Somos científicos locos? Tal vez...
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Ya volveremos a esa pregunta pero ahora les mostraré de qué estamos hablando.
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Este hombre que está en nuestra sala de operaciones
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sufre de temblores compulsivos.
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Hay grupos de neuronas en su cerebro que controlan el movimiento de su mano
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y que se disparan en sincronía de manera patológica y esto es lo que produce.
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Cuando podemos identificar esas neuronas en el cerebro,
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enviamos estímulos eléctricos a ese lugar
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para interrumpir esa disfunción, y esto es lo que ocurre.
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Les mostraré otro ejemplo,
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la mujer que verán padece de esclerosis múltiple.
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Ella trata de mantener el brazo quieto
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pero dice que es inútil y embarazoso.
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En verdad, las neuronas en su cerebro que causan esto
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provocan tal disfunción que tendremos que colocar dos cables DBS en el cerebro.
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Insertaremos dos cables en su cerebro para lograr... esto.
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¡Qué bueno!
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¡Qué divertido es nuestro trabajo!
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Si eso les parece divertido,
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les contaré la historia de otro de nuestros pacientes
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que les mareará.
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Esta mujer joven de Devenport, Iowa
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que padece la misma enfermedad de la que murió Howard Hughes, TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo)
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Está obsesionada por el miedo a contaminarse.
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Todo lo que la rodea está sucio y esto la paraliza.
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Ella no toca nada. Es más, cuando vino a vernos por primera vez
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rehusó a sentarse en el consultorio de nuestro psiquiatra en la primera consulta.
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Les contaré algo de su vida. Ha padecido de TOC por mucho tiempo
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pero al quedar embarazada sus síntomas se agravaron considerablemente.
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Todo el mundo le decía, son las hormonas, seguro que cuando tengas el bebé todo irá bien.
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Pues no fue así; muy por el contrario, empeoró.
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Así, dos años más tarde el Servicio de Protección del Menor
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trató de llevarse a su niña de dos años porque no paraba de bañarla.
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La niña estaba roja con escaras y delicada.
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Lo cruel de este síndrome es que los pacientes lo reconocen.
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Ella sabe que lastima a su niña, sabe que sus obsesiones son irracionales,
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sabe que aleja a la gente que la ama pero no puede frenar sus comportamientos.
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Se pueden imaginar que su esposo está harto.
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Les contaré su experiencia.
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El va al trabajo, regresa a casa, guarda el auto en el garaje,
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cierra la puerta, se quita toda la ropa "contaminada"
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y la deja para lavar en una habitación especial que ella ubicó fuera de la casa.
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Luego, él entra a la casa y se da una ducha de descontaminación
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con un jabón especial que ella considera aceptable.
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Entonces se le permite entrar a casa, desnudo y limpio.
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Ella no sale de casa, él realiza todas las compras.
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Llega del supermercado y, por supuesto,
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todos los productos están contaminados.
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Entonces, se realiza un ritual que consiste en
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abrir cada lata de sopa y cada caja de cereal
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y pasar el contenido a recipientes que ella considera limpios y adecuados para la casa.
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Como se imaginan, se trata de un matrimonio tenso.
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Ella está desesperada y lo ha intentado todo.
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Es una mujer inteligente. Ha tomado toda la medicación,
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ha estado en terapias de pacientes con trastornos de conducta pero nada funcionó.
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Se enteró de nuestra investigación y nos contactó.
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Le implantamos dos estimuladores en su cerebro
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en el área que creíamos podría calmar estos pensamientos obsesivos que la atormentaban.
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Resumiendo, ésta es ella hoy.
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funcionó y fue fascinante para nosotros.
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Ahora bien, un día me llamó aterrada.
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Me dijo Dr. Foote algo va muy mal
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mis estimuladores cerebrales han dejado de funcionar
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porque ayer en el cine anoche, caminando, el suelo estaba pegajoso y me dio mucho asco.
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Traté de calmarla y le dije "a ver, primero fuiste al cine anoche
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y segundo, eso a mí también me da asco.
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Estoy seguro de estás bien."
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Para mí, lo más interesante de este caso
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es que ampliamos las posibilidades de los estimuladores cerebrales
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para tratar patologías del movimiento, como el mal de Parkinson y temblores,
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cosa que ahora sí sabemos que podemos.
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Aparentemente, podremos abordar el mal funcionamiento de otros circuitos en el cerebro
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como por ejemplo el circuito límbico que causa problemas
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como la depresión y el TOC.
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Kelly, déjame llevar esa idea un paso más adelante.
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Les diré algo que les impresionará.
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Hay un lugar en el cerebro llamado el núcleo accumbens.
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Hay muchos científicos que creen que es el lugar donde se encuentra el placer.
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Es el centro de las recompensas, la motivación.
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Si tomamos a un adicto a la heroína y lo ponemos en un sofisticado escáner de estimulación
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le da a la droga una oportunidad.
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Esta zona, el núcleo accumbens, se ilumnina.
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Tomemos ahora a una estudiante graduada,
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pongámosla en el escáner y démosle una consigna
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imagínate que estás teniendo una fantasía sexual.
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Esta zona se ilumina, el núcleo accumbens.
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Resulta ser que a estos pacientes con TOC
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les estimulamos muy cerca de esa zona.
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Lo que les mostraré es un paciente con TOC
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y estimularemos esa zona en el quirófano para ver qué sucede.
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¡Guau...!
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Describe lo que estás sintiendo en este momento.
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Me siento feliz.
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Me siento feliz.
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Lo logramos.
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Ahora entramos en ese territorio en el que
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algunos de Uds. comenzarán a sentirse incómodos en sus asientos.
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¿Es esta una tecnología donde nosotros podemos en verdad
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alterar pensamientos, emociones? ¿Podemos controlarlo?
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¿Deberíamos controlar el modo cómo sienten?
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Quizás sí somos científicos locos.
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Obviamente, este es un tema fuerte y estamos muy entusiasmados.
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Así como es de esperanzador, obviamente necesitamos principios éticos
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que nos guíen en este viaje dentro del cerebro eléctrico.
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Vamos a proponer uno en unos minutos
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pero antes Mike tiene la historia de otro paciente.
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Les presento a Chris.
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Chris es un joven que era normal
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dos años antes de que se hiciera esta filmación.
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Ahora, sus músculos se han revelado.
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Padece una enfermedad llamada distonía
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donde los músculos pelean entre sí
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y usualmente sufre esto en posturas terriblemente incómodas.
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Bien, si tomamos a Chris
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y tratamos de ubicar en su cerebro esa zona de la que hablamos
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que está causando la disfunción en su sistema motor,
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en el área motora que está ocasionando que sus músculos hagan esto.
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Si tomamos a Chris y le conectamos electrodos TVS
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y los activamos...
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no ocurre nada.
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Pero si esperamos y dejamos que la estimulación eléctrica se estabilice
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vemos que lentamente con el paso del tiempo...
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días, semanas, meses... un largo tiempo
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—puede que tengamos que esperar mucho tiempo— siglos...
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Veremos que, lentamente, esa estimulación eléctrica
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comenzará a funcionar sobre ese circuito.
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Sus manos comenzarán a estar libres,
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podrá tamborilear sus dedos y
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de repente puede mover sus brazos libremente,
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comienza a estar más libre,
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su espalda... hasta mira sus manos como diciendo, no sé como es que pueden hacer esto.
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Lentamente, el cerebro se va reprogramando, reorganizando.
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Este circuito en respuesta a la electricidad
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viene de ese electrodo que se le implantó;
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está remodelando el cerebro de Chris.
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Bien, algún día Chris se despertará
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y le dirá a su mamá "mamá, creo que puedo volver a caminar."
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y lo hará...
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Y lo hizo.
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Entonces, ¿qué hemos aprendido?
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Aprendimos que el cerebro es una supercomputadora
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y que podemos modificarla con estimulación profunda del cerebro.
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Saben, esto se puede resumir en tres puntos:
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identificar, intervenir y personalizar.
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Identificar el circuito anormal en el cerebro,
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intervenir con estimulación cerebral profunda y
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personalizar el abordaje, hacerlo en función de los síntomas del paciente.
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También cabe señalar que apenas estamos en los comienzos.
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Esto es una tecnología poderosa y, si lo piensan,
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cualquier circuito disfuncional en el cerebro
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que está causando un problema a alguien,
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si logramos ubicar donde ocurre esa disfunción
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existe el pontencial de que podamos ajustar ese circuito
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y ayudar a ese paciente.
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Volvamos a la pregunta que hicimos antes,
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no la del científico loco,
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sino la del principio ético,
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¿Por qué diablos implantaríamos un electrodo en el cerebro de alguien
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para intentar controlarlo?
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Y la respuesta es,y debería siempre ser asi,
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para paliar el sufrimiento humano.
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Sus cerebros controlan todo,
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y nosotros podemos controlar sus cerebros.
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