-
(música de fondo)
-
(aplausos)
-
La peor estudiante,
-
siempre me sentí así,
-
en la primaria,
-
en la secundaria,
-
en la preparatoria.
-
En la primaria tenía una
profesora que constantemente
-
me presionaba para que
fuera siempre la mejor,
-
sin embargo siempre elegía,
yo, ver la televisión por las tardes
-
y no hacer la tarea.
-
Terminaba reprobando los
exámenes de matemáticas
-
y así me pasé el resto
de mi formación educativa.
-
En la secundaria
-
cuando la presión por ser
todavía más excelente,
-
era mucho más fuerte esta presión
-
por parte de los profesores,
-
yo tomé la decisión de ser la peor,
-
no sé si lo logré o no,
-
pero supongo que las canas verdes
-
que le saqué a todos mis
profesores de secundaria
-
lo pueden constatar.
-
Eventualmente llegué a la universidad,
-
en la universidad pasó
algo muy particular,
-
en la universidad yo decidí
dedicarme a ser la mejor,
-
porque yo quería ser escritora,
-
en ese momento no existía la licenciatura
-
en escritura creativa aquí en Cuernavaca,
-
había una licenciatura que se llama
-
licenciatura en letras hispánicas,
-
¿qué hacemos ahí en esta licenciatura?
-
Bueno, pues analizamos criticamos,
-
nos ponemos a analizar
-
cuál es el origen de la literatura
en la lengua española,
-
analizamos la lingüística,
-
la gramática, su historia, su evolución
-
y nos dedicamos a todo esto.
-
Sin embargo ocurrió que
-
en el primer semestre de la
licenciatura un profesor
-
en la primera clase
-
nos dice levanten la mano quienes
quieren ser escritores,
-
levanto la mano junto con otros
-
y nos dice:
-
"Bueno está abierta la
puerta pueden salir,
-
porque en esta licenciatura
-
no formamos escritores , formamos
teóricos, formamos críticos
-
formamos editores formamos investigadores"
-
me di cuenta que lo único en lo cual
yo quería ser la mejor
-
no existía en ese momento, así
que no tuve otro remedio
-
más que volver a ponerme la
máscara mediocre de la peor.
-
Y esto sucedió por un
motivo muy particular.
-
¿Cuál fue este motivo?
-
todas las lecturas que nos daban
-
teníamos que analizarlas,
teníamos que criticarlas
-
no podíamos gozarlas
-
nos embutían lectura tras lectura
-
cuando yo estaba
acostumbrada a amar la lectura,
-
a amar la literatura,
-
así que me dediqué otra vez a ser la peor
-
sin embargo en esta
búsqueda por ser una escritora
-
en algún momento me
llevó a la oportunidad
-
de ser becada por una fundación que
-
se dedica a dar cursos a jóvenes
escritores de todo el país.
-
Tuve la oportunidad de
estar becada en dos ocasiones
-
en el verano del 2010 y el verano del 2011
-
y ahí conocí a muchos
otros jóvenes escritores.
-
Convivimos con escritores
ya de una talla grande
-
y además convivir con profesores
-
que se dedican a la lengua
española, a la literatura.
-
Sin embargo yo me cuestionaba
algo constantemente
-
yo decía:
-
“¿dónde está la creación literaria?,
-
¿dónde está el acto de la creación?”
-
que era lo que más me interesaba,
-
era lo que más buscaba.
-
Así que esto me llevo a tomar la decisión
-
de crear un taller
-
en donde solamente buscáramos la creación,
-
el acto de crear, no analizar,
-
no criticar, no analizar estructuras.
-
Así que decidí crear el taller
de escritura creativa
-
que estuve dando durante 7 años.
-
En ese momento yo tenía 20 años de edad
-
estaba en 3er semestre de
-
licenciatura de letras hispánicas
-
así que la reacciones de profesores,
-
de compañeros
-
y de amigos fue:
-
“¿quién eres tú para dar
estos talleres, Ilse?
-
tienes 20-21 años de edad
-
¿Qué experiencia puedes tener?”
-
Un amigo me dijo:
-
"Ilse,
-
esto hay que dejárselo a los
grandes autores
-
a los que ya tienen libros publicados"
-
Sin embargo ellos lo que no veían
-
eran las posibilidades que podían haber
-
cuando un grupo de desconocido
-
compartieran su experiencia de vida
-
a través del acto creativo .
-
Resulta que al mismo
tiempo de mi licenciatura,
-
yo me estuve formando y me sigo formando
-
con un maestro de las artes escénicas.
-
No busco ser profesional
de las artes escénicas,
-
pero es algo que me nutre.
Este maestro
-
que se llama Jeff Jonhson
-
en un taller, el segundo taller
que tome con él
-
era un taller de claun
-
entonces se acerca conmigo
-
y había un ejercicio en el cual yo tenía que decir
-
mi nombre completo a todos mis compañeros
-
y yo decía: Ilse Fabiola Priego Espinosa
-
y se me queda viendo
-
y me dice: “no te creo”,
-
¿Cómo que no te creo? es mi nombre,
-
lo dice mi acta de nacimiento
-
y él me decía “no te creo”
-
Tras repetirme lo mismo 5 veces
-
yo ya estaba exasperada, estaba enojada,
-
estaba furiosa
-
yo decía:
-
¿Cómo que ese no es mi nombre?,
-
claro que sí es mi nombre.
-
Se acerca a mí un hombre
-
de cerca de dos metros,
-
enorme, grande, fornido.
-
Se me acerca, yo lo veo,
-
él me ve,
-
me dice:
-
"Ilse aquí tienes una pequeña caja,
-
en esa caja guardas recuerdos,
-
memorias, anécdotas, imágenes,
-
ahí guardas todo lo que eres"
-
me dice: "Ábrela,
-
si no la abres cómo esperas
que el mundo lo vea".
-
Y esas palabras cambiaron mi vida
-
así que cuando yo pensé
en hacer este taller
-
de escritura creativa
-
no pensaba en buscar un
renombre como autora
-
o tallerista o en el mundo literario.
-
Lo que yo buscaba era eso: compartirme
-
compartir mis experiencias
con desconocidos.
-
Yo sabía perfectamente
-
que no era ninguna autoridad literaria
-
como para dar un taller así,
-
sin embargo, me aventuré,
-
comencé un proceso
-
que yo jamás me hubiera imaginado,
-
por favor la imagen
-
perfecto ahí está
-
bueno comenzó este proceso
-
que yo jamás imaginé
-
que me fuera a dar tanto,
-
yo que me sentía
-
la peor estudiante
en mi licenciatura
-
porque no entendía los temas,
-
porque eran muy complejos,
-
porque eran muy teóricos.
-
Me di cuenta
-
de que en el sistema educativo tradicional
-
la inteligencia que más se exalta
-
es la lógico matemático,
-
y por supuesto,
-
siempre se está exaltando la racionalidad
-
siempre se hace a un lado las emociones
-
se hacen a un lado las
sensaciones la percepción,
-
lo que uno puede sentir
-
lo que uno puede expresar
-
y esto inclusive
-
lo encontré en una licenciatura
-
en donde la literatura es lo principal
-
Me encontré con que buscaban
-
más la exaltación de la racionalidad
-
que el goce estético
-
así que con cada tema que
yo no comprendía
-
por muy teórico que fuera
me ponía a pensarlo,
-
a tratar de sentirlo
-
a tratar de identificarme con él,
-
llegaba con mis alumnos
-
que en su mayoría eran
jóvenes de preparatoria
-
y les explicaba
-
y entonces dialogábamos
-
y ellos crecían junto conmigo.
-
y yo crecía junto con ellos
-
En algún momento
-
por la decepción que sentía
-
de no poder ser formada como escritora
-
estuve a punto de salirme de la carrera
-
sin embargo un profesor que me apoyó
-
me dijo:
-
"No te vayas, termina la licenciatura "
-
porque yo creo que vale la pena
-
lo que estás haciendo con tus talleres
-
y aquí vas a encontrar todas la bases
-
para poder desarrollar esos talleres.
-
Y así fue ahí encontré
-
el gozo de compartir
-
las experiencias de vida,
-
no sólo conocimientos
-
y también he podido tener la oportunidad
-
de trabajar con personas de
diferentes edades
-
de diferentes profesiones
-
y el acto creador es impresionante,
-
nos puede ayudar a relacionarnos
-
de una forma distinta.
-
Gracias a este taller
llegaron preparatorianos
-
y todos me insistían contantemente
-
me decían:
-
Oye, Ilse ¿Por qué no llevamos este taller
-
a mi escuela, a mi preparatoria?
-
y yo les decía:
-
Adelante, lo podemos hacer.
-
Pero la respuesta de los
coordinadores siempre era:
-
Disculpa, pero tienen clase de español,
-
tienen clase de taller de redacción,
-
para qué queremos un taller
-
de escritura creativa.
-
Entonces se fue
corriendo la voz
-
entre jóvenes preparatorianos
-
y se fue llenando el cupo.
-
En algún momento llego una jovencita
-
que estudiaba en una
preparatoria Montessori
-
y ellos me dieron la oportunidad,
-
me dijeron:
-
Queremos tu taller en nuestra escuela
-
Fui y bueno, yo me enamoré del sistema,
-
me enamoré de la docencia
-
y me enamoré, sobre todo
-
del trabajo con adolescentes.
-
Descubrí que no solo quería ser escritora
-
si no que descubro que por encima de todo
-
yo quería ser docente
-
descubrí en los adolescentes esa rebeldía
-
ese cuestionamiento con el cual
-
yo me había identificado tanto tiempo
-
y me di cuenta
-
que era maravilloso trabajar con ellos,
-
La doctora María Montessori
-
dice, le decía a algunos
de sus seguidores
-
de su pedagogía
-
les dice:
-
No me sigan a mi, sigan al niño
-
Yo tomé estas palabras
-
y las hice mías
-
y ahora las interpreto como lo siguiente.
-
No sigas a un sistema
-
sigue a tu alumno
-
y esto fue lo que pasó con el caso de Juan
-
Resulta que Juan era un
joven de preparatoria
-
que fue expulsado de su escuela.
-
Cuando llega conmigo no
me daba las razones
-
de las cuales él había sido expulsado,
-
y yo no tenía necesidad de saberlas
-
a mi lo que me interesaba era que Juan
-
no tenía un sentido de vida
-
y jamás en su vida
-
había terminado de leer
un libro, me decía:
-
Es que siempre me aburren,
-
es que no me gustan
-
es que me canso
-
y entonces siempre los termino botando
-
Su mamá pensaba
-
que yo le iba a dar clases:
-
de "este es el sujeto, este el predicado
-
este el sustantivo este es el verbo"
-
y yo no le dije nada
-
pero le dije a Juan:
-
yo no voy a trabajar eso contigo,
-
lo que voy a trabajar contigo
es el significado
-
que tiene en tu vida la literatura.
-
Y nos dimos cuenta los dos
-
en un diálogo de que siempre
-
le habían impuesto la lectura,
-
es el peor error que puede
cometer un profesor
-
es el peor error que puede
-
cometér un sistema educativo:
-
imponer la lectura
-
Como es posible que se
atreva un sistema educativo
-
a medir la compresión lectora solamente
-
por el número de palabras que lee un joven
-
joven por minuto, es absurdo,
-
eso no habla de la comprensión,
-
eso no habla de que tanto se identifica
-
el joven con esa lectura
-
eso no habla de que tanto sentido
-
le da a su vida esa lectura.
-
Así que me di cuenta
-
que mientras yo hablaba
constantemente con Juan
-
en nuestras sesiones,
-
él dibujaba pero no me ignoraba,
-
me ponía atención así que le propuse:
-
Juan vamos a hacer esto,
-
vas a leer en este momento
-
el primer capitulo de "Las
batallas en el desierto"
-
Lo hizo, terminó
-
le digo:
-
a continuación haz un dibujo
-
este fue el resultado
-
Al darme cuenta que su sentido de vida
-
tenia que ver con la expresión visual,
-
con la expresión artística,
le dije:
-
Okay, vamos agarrarnos de aquí.
-
Lo seguí a él, no a un sistema,
-
no a un método de comprensión lectora
-
que es obsoleto,
-
y nos fuimos capítulo por capítulo.
-
Terminó el libro
-
se llevó de tarea terminarlo,
-
él mismo se designó esa tarea,
-
y al termino ya cuando nos
vimos en la siguiente sesión
-
vi que eran menos dibujos
-
que el número de capítulos de la novela
-
yo pensé inmediatamente
-
“No terminó el libro"
-
error
-
llega conmigo y me dice:
-
Ilse, no tengo todos los dibujos
-
porque hubo un momento
-
en el que yo estaba leyendo
-
y estaba buenísimo
-
y no tenía con qué dibujar,
-
decidí dejar de dibujar y seguir leyendo.
-
Nos pusimos a dialogar,
a debatir,
-
acerca de la propuesta de esta novela
-
le gusto,
-
le fascinó, le llamó la atención
-
y al final, él me dijo:
-
Ilse, ¿ahora qué libro vamos a leer?
-
Actualmente Juan
ya terminó su preparatoria,
-
está estudiando diseño gráfico
-
y su sueño es tener una
empresa de diseño grafico.
-
Bueno, pues siguiendo con esta frase
-
de hacer que tu como
profesor sigas a tu alumno
-
y no a un sistema determinado.
-
Eso me sirvió muchísimo el
día en el que yo
-
me encontré con mis
alumnos de 5to semestre
-
de la licenciatura en letras hispánicas
-
después de la suspensión que hubo
-
después del sismo
-
del 19 de septiembre del año pasado (2017)
-
Todos estaban con caras horrorizadas,
-
podía ver que no habían dormido
-
yo les preguntaba:
-
Chavos, sus profesores ya
hablaron con ustedes
-
¿Ya externaron lo que sintieron?
-
Y madamas se me quedaron viendo
-
con ojos absortos
-
y me decían: no
-
Y me di cuenta,
-
de que la planeación perfecta que yo
-
había echo de día por día hora por hora
-
semana por semana mes con mes
-
de todo ese semestre de esa materia
-
que era didáctica de la lectura ,
-
me di cuenta de que no servía para nada
-
yo dije:
-
"¿Cómo me va a servir esta planeación
-
si yo no puedo darles a mi
alumnos la certidumbre
-
de que al menos se pueden expresar
-
y pueden procesar todo lo que pasaron?"
-
Creamos un taller de escritura creativa,
-
hicimos catarsis yo junto
con ello por supuesto
-
y después de eso
-
la planeación
ya no nos ayudó,
-
ya no nos sirvió
-
pero si nos dimos cuenta
-
de que era necesario anteponer
-
las necesidades
-
tanto de los alumnos
-
como del maestro.
-
para finalizar
-
Entré a una secundaria recientemente
-
en donde les puse una
actividad en la cual
-
tendrían que escribir con un esténcil,
-
tenían que escribir algo un mensaje,
-
tenían que ponerse de acuerdo.
-
Este fue el mensaje que escribieron y
-
era mi primer día con ellos,
-
escribieron:
-
[“nos sentimos en una cárcel, abrumados "]
-
[y sin libertad. Deseamos respirar.]
-
Quizá un profesor de
educación tradicional
-
hubiera dicho que voy a tirar
-
esto a la basura, lo voy a esconder.
-
Yo en cambio les pregunté:
-
¿Qué quieren que haga con este mensaje?
-
y ellos me dijeron:
-
"Miss, llévalo por favor a la coordinación
-
porque ese es el mensaje
-
que queremos darles a los directivos,
-
a la coordinación”.
-
Lo llevé pensando en que
iba a perder mi trabajo
-
y afortunadamente hubo un dialogo
-
y se arreglaron las cosas.
-
Prefiero ser la peor docente
-
porque mi trabajo como docente
-
no es seguir las planeaciones,
-
no es rendir cuentas de
comprensión lectora.
-
Mi trabajo como docente es acompañar
-
paso a paso,
-
día a día a mis alumnos
-
para que ellos puedan sacar
lo mejor de sí mismos
-
y para que ellos,
puedan ser felices.
-
Muchas gracias.
-
[Aplausos]