-
Señoras, Señores
-
He convocado este comité de emergencia
porque tenemos un grave problema
-
Tenemos encima más de sesenta
toneladas de desechos tóxicos
-
Acetona, cadmio, amoniaco
-
Tenemos que encontrar una solución
para deshacernos de ellos
-
¡Y rápido¡
-
Escucho vuestras propuestas.
-
¿No podemos enviarlos
a un centro de recuperación?
-
(El jefe) ¡No, no, no!
¡Demasiado caro!
-
(Mujer) Hay que hacer como la otra vez.
Compramos un terreno
-
y los enterramos discretamente.
-
(Irritado)¡Ya no se puede hacer eso!
-
¡Tendremos problemas con los ecologistas
en menos de veinticuatro horas!
-
¿Y si los enviamos a un país
con menos regulación?
-
(El jefe) Pero ¿ya está?
-
(Enfadado)¿No podéis proponerme algo
más simple,
-
más económico,
más eficaz?
-
(Hombre) ¿Y si hacemos que la gente
se lo trague?
-
¿Tragárselo?
-
Pero son cosas repugnantes,
se van a dar cuenta.
-
No, no, no, poco a poco,
-
un poco todos los días
-
No se darán cuenta de nada.
-
Solo hay que acostumbrarlos
lo antes posible.
-
Con jóvenes por ejemplo.
-
La gente de marketing
solo tiene que sugerir
-
que el que fuma es chulo y rebelde.
-
No puede fallar.
-
Pero, y eso…
¿cómo se presentaría?
-
Creo que veo muy bien
como podría ser.
-
Arsénico, acetona, DDT,
amoníaco, polonio 210
-
Fumar es servir de vertedero
para los peores productos tóxicos.
-
No os dejéis engañar por el cigarro.
-
(El jefe) ¿Y cuánto nos va a costar el asunto?
-
(Hombre) Pues nada
-
Los jóvenes están dispuestos a pagar
para tragarse esas mierdas.