Pene de tigre y cuerno de rinoceronte: el mundo del comercio ilegal de fauna silvestre | Annecoos Wiersema | TEDxMileHigh

Un millón de especies de animales se encuentran en peligro de extinción debido al calentamiento global y la destrucción de hábitats. Pero muchos animales —entre ellos elefantes, rinocerontes, tigres y pangolines— se enfrentan a una amenaza más urgente: la gente que los compra y los vende, muertos o vivos. Algunos dicen que hay una solución mágica: legalicemos el comercio de fauna silvestre y el libre mercado dejará a los cazadores furtivos sin trabajo. Annecoos Wiersema explica por qué legalizar el comercio de fauna silvestre no solo es ingenuo sino que puede llegar a ser catastrófico.

Annecoos Wiersema es profesora de Derecho y Decana Asociada de Asuntos Estudiantiles en la Facultad de Derecho Sturm de la Universidad de Denver. Su investigación se enfoca en Derecho Internacional Ambiental, con un énfasis en derecho internacional de fauna silvestre y comercio ilegal de fauna silvestre. Es miembro de la Comisión Mundial de Derecho Ambiental de la IUCN, de la Junta Editorial del Journal of International Wildlife Law and Policy, y del Comité para la Delegación de Autoridad y la Rendición de Cuentas de la Wildlife Justice Commission. Oriunda de Inglaterra, Annecoos disfruta de viajar con su marido y su hijo.

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx.

En Tailandia hay un templo budista que,
hasta hace unos años,

tenía tigres deambulando.

Tigres reales y vivos.

A los turistas les encantaba.

¿A qué otro lugar puedes ir a acariciar
un tigre adulto y sacarte una foto con él?

Pero resulta que en mitad de la noche,

cuando los turistas se habían ido,

los monjes vendían algunos de esos tigres
en el mercado negro.

Y cuando las autoridades
hicieron una redada,

encontraron 40 cachorros de tigres
guardados en los congeladores.

Y esa es solo una historia del mundo
del comercio ilegal de fauna silvestre.

Todos saben que la fauna silvestre
está en apuros.

En mayo, los expertos mundiales estimaron

que un millón de especies
están en riesgo de extinción,

principalmente por el calentamiento global
y la destrucción de hábitats.

Pero para muchas especies,
entre ellas los tigres,

hay una amenaza mucho más urgente:
la gente que lo compra y los vende,

muertos o vivos.

Se estima

que el comercio de fauna silvestre
genera hasta USD 23 000 millones por año.

Es un gran negocio.

La gente quiere marfil de los elefantes
y cuerno de los rinocerontes.

De los tigres quieren
pieles, huesos y penes.

Los pangolines son actualmente
los animales más comerciados en el mundo.

porque la gente quiere
sus escamas y su carne.

Cualquier día, en puertos de todo el mundo

los oficiales de aduana pueden abrir

desde un buque de carga
hasta un tubo de Pringles

y encontrar víboras venenosas, tortugas,
arañas, aves cantoras, orangutanes,

lo que se te ocurra.

He estado estudiando el comercio
de la fauna silvestre por más de 20 años.

Fui a la facultad de Derecho

porque quería hacer algo para evitar
la extinción la fauna silvestre.

Y he oído reiteradamente en los medios,
en diarios y en blogs un argumento

que para algunos conservacionistas
y funcionarios de gobierno

es la solución mágica.

Es simple: legalicemos el comercio.

"La demanda no cambiará,

así que aumentemos la oferta.

Eso hará que los precios bajen
y esos traficantes y cazadores furtivos

se queden sin trabajo."

Es un argumento de libre mercado;

la economía de la oferta
en su forma más simple.

Me gustaría que eso pudiera funcionar,
que fuera así de sencillo

Pero la verdad es que para las especies
en mayor peligro de extinción

esa no es la respuesta

y seguramente
empeoraría mucho la situación.

Así que déjenme explicarles por qué

y proponerles una alternativa.

Una de las principales conjeturas
de los partidarios del libre mercado

es que la demanda de partes
de animales silvestres no cambiará.

Pero eso no es cierto.

La demanda cambia.

Puede subir y puede bajar.

Ellos suponen que la fauna silvestre

se usa principalmente
para prácticas culturales

como la medicina china tradicional.

Pero los usos para la fauna
cambian constantemente.

Las modas van y vienen.

Y esas modas no se basan
en evidencia científica.

Como el cuerno de rinoceronte.

Probablemente hayan escuchado
que se usa como afrodisíaco en China,

como parte de
la medicina china tradicional.

Pero actualmente el mayor mercado
para cuerno de rinoceronte es Vietnam.

Y de acuerdo con TRAFFIC,

una organización internacional que estudia
el comercio de la fauna silvestre,

solo una parte minúscula se usa
para la medicina china tradicional.

La mayoría de sus usos son nuevos:
como cura para la resaca,

los empresarios lo beben en fiestas
para presumir de su riqueza.

Pero a veces no son los usos nuevos
los que amenazan la fauna silvestre,

sino los usos viejos
que pasan de especie a especie

cuando se hace demasiado difícil
vender el animal tradicional.

Por ejemplo, la gente quiere comprar
vino de hueso de tigre.

Los huesos de tigre escasean

y ahora la gente está dispuesta
a comprar vino de hueso de león.

Así que cada vez hay
menos leones africanos salvajes.

En Japón bajó la demanda de cuerno
de rinoceronte cuando los productores

de medicina tradicional
se mostraron dispuestos a usar otra cosa.

Estaban dispuestos a usar cuerno de toro,

pero el gobierno sugirió
que usaran cuerno de saiga,

lo cual fue genial para los rinocerontes,
pero no tanto para los saigas.

Antes abundaban,
pero ahora están en gran peligro.

Ahora las redes sociales
también pueden aumentar la demanda.

En el golfo Pérsico,
durante los últimos años

se ve como algo estupendo
subir fotos en Instagram

de tu guepardo posando con tu auto lujoso.

El tráfico de cachorros de guepardo con
destino al golfo ha aumentado rápidamente,

y ahora a los conservacionistas les
preocupa que no queden guepardos salvajes.

Y aquí tenemos otro.

El loris perezoso.

Adorable, ¿no?

Después de todos esos videos de YouTube
donde parece que les hacen cosquillas

—en realidad están muy estresados—
todos quieren uno de mascota.

Y ahora los loris perezosos
están en problemas.

Peor aún, al legalizar algo

disminuye el estigma
vinculado a consumirlo,

y eso hace que la demanda aumente.

Así que piénsenlo.

Si ven algo a la venta,
como esos brazaletes de marfil,

probablemente piensen
que está bien comprarlos.

Y eso puede aumentar la demanda.

Cuando se legaliza
el comercio de partes de animales,

puede que ese suministro legal
provenga de animales de granja.

Me refiero a tigres de granja,
rinocerontes de granja y leones de granja.

Pero resulta que los consumidores
prefieren la versión salvaje.

Porque piensan que se ve mejor
o es más potente.

Admitámoslo: si eres la clase de persona
que quiere consumir pene de tigre,

probablemente pienses
que la versión salvaje es mejor.

(Risas)

Así que la caza furtiva continúa
y sigue habiendo un mercado negro.

Excepto que ahora la demanda ha aumentado
porque todos creen que está bien comprarlo

y cazar un animal salvaje
puede ser más barato

que criar uno de granja.

Estos traficantes son sofisticados.

Comercian con drogas, armas, personas
y cualquier animal salvaje que se venda.

Si es más barato
capturar un animal salvaje

y venderlo a un mercado floreciente,

harán eso.

El argumento de libre mercado
tiene sus problemas.

Serios problemas.

Se basa en malas conjeturas.

Legalizar el comercio de fauna silvestre
puede aumentar la demanda;

y eso significa
más caza furtiva, no menos.

¿Eso significa que deberíamos prohibir
todo el comercio de fauna silvestre?

No.

Hay mucho comercio legal
que no amenaza con extinguir a la fauna.

Y desafortunadamente no es realista

pensar que podemos dejar de usar
todos los productos de fauna silvestre.

Pero no podemos usar una misma estrategia
para toda la fauna silvestre.

Tenemos que considerar
a cada especie individualmente.

Tenemos que preguntar qué tan amenazado
se encuentra el animal,

cuántas personas lo usan,
y para qué lo usan.

¿Es algo de una sola vez
o se usa diariamente?

Este escenario no es el lugar
para responder esas preguntas

para cada animal.

Pero puedo decirles esto:

para las especies en mayor peligro,
cuya demanda es desproporcionada,

no podemos arriesgarnos
a legalizar el comercio.

Los elefantes, rinocerontes, tigres
y pangolines entran en esa categoría.

Para esas especies se necesita
una prohibición total del comercio.

Puede que ahora se estén preguntando:
"Espera, ¿no hemos intentado eso?".

No.

Hemos tenido prohibiciones del comercio,
pero siempre han habido excepciones:

vacíos legales, como el comercio legal
dentro de los países

y la ocasional
venta internacional de marfil.

Y excepciones para cosas como
la caza de trofeos.

Las prohibiciones no funcionan
tan bien cuando hay excepciones

porque todos pueden ver que el producto
está más o menos disponible.

y es mucho más difícil hacer cumplir
una prohibición parcial.

Miren este cuerno de rinoceronte rallado
que está a la venta aquí.

¿Es de un rinoceronte de granja
o de uno salvaje que fue cazado?

¿Cómo podrían saberlo?

Así como la demanda puede subir,
también puede bajar.

Hay muchos ejemplos.
Permítanme compartir solo algunos.

En los Estados Unidos la gente ya no usa
sombreros de piel de castor.

Durante un tiempo ciertas especies de aves
estuvieron en riesgo de extinción

porque se usaban sus plumas
en sombreros de damas.

La indignación pública ocasionó un cambio
de moda, y esas aves siguen con nosotros.

Y en Yemen

la demanda de mangos de daga tradicionales
hechos de cuerno de rinoceronte

ha disminuido mucho.

Los científicos del comportamiento
y los expertos en mercadotecnia

ya han logrado reducir la demanda
con campañas publicitarias.

Con prohibiciones totales de comercio,

estas campañas serán
incluso más efectivas.

El argumento de libre mercado no alcanza.

No existe una solución mágica.

Legalizar el comercio de fauna silvestre
aumenta la demanda

y puede incrementar la caza furtiva.

Es un experimento que no podemos arriesgar
para las especies en mayor peligro.

Pero no todo está perdido.

La demanda puede cambiar
y es nuestro deber reducirla.

Los gobiernos puede ayudar al implementar
prohibiciones totales y hacerlas cumplir.

Y después depende de nosotros

dejar de usar la fauna silvestre
antes que se extinga del todo

Gracias.

(Aclamación)