El Futuro de la Comida: Cultivar en la era del cambio climático

A medida que el cambio climático empeora y la población mundial crece,
nos arriesgamos a enfrentarnos con la escasez de alimentos en todo el mundo. ¿Será que los cultivos orgánicos e hidropónicos son el futuro de la agricultura?

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Los patrones climáticos imprevisibles están obligando a los granjeros a adoptar nuevos métodos para mantener la viabilidad de su negocio y hacer que la producción de comida sea lo más eficiente posible.

Una pequeña granja en el sur de Dakota se ha pasado al cultivo orgánico y ha invertido en su tierra, mientras que otros han eliminado el cambio climático de la ecuación y han invertido en el cultivo hidropónico para cultivar vegetales en grandes almacenes.

En la última entrega de QUÉ PASARÁ DESPUÉS, echamos un vistazo al futuro de la comida a través la agricultura.

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Ya me he resignado a mi destino,

que es, de algún modo,

ser el tipo que se preocupa por esto
antes que todos los demás.

QUÉ PASARÁ DESPUÉS

EL FUTURO DE LA COMIDA

Un trozo de tarta de queso
al estilo de Nueva York.

¿Por qué será que en muchas
películas de ciencia ficción...

El desayuno de los campeones.

...la comida del futuro
sale de un artilugio?

Hidratar a nivel cuatro, por favor.

Pero si de verdad
quieres entender la comida del futuro,

seguramente no deberías
centrar tu atención en los artilugios.

Las personas
que se dedican a cultivar comida

dicen que el mayor desafío que se avecina
es la forma de cultivarla.

Somos como una vuelta a otra era.

Esta granja de Dakota del Sur
parece anticuada,

pero la familia Ortman la ha diseñado

en torno a la visión
que tienen del futuro.

Es mejor aceptar el cambio a tu manera

que esperar a que el cambio
se te lleve por la fuerza.

Hace algunos años, los Ortman

empezaron a reconstruir
su actividad desde cero,

tras darse cuenta
de que apenas cubrían sus gastos

centrándose en una cosecha convencional
de maíz, sobre todo.

Después de sacar cuentas,
llegué a la conclusión

de que volver a lo orgánico
iba a funcionar mejor, económicamente,

porque tiene un precio más elevado.

Esto no vino por una especie de sueño,

de deseo o por alguna clase de filosofía.

Realmente surgió del lado económico.

Pasar de la agricultura convencional
a lo orgánico fue un cambio enorme.

En vez de arar y fumigar
para matar las malas hierbas,

los Ortman hacen varios viajes
por los campos

para arrancarlas con mucho cuidado.

En vez de fertilizar
con sustancias químicas,

pasan meses preparando

una de las técnicas más antiguas
de la agricultura.

Nuestras actividades
se basan en el abono orgánico.

Estamos hablando de estiércol.

Para estos agricultores,
todo ese esfuerzo vale la pena

porque para ellos, el futuro de la comida

tiene mucho que ver
con el futuro de la tierra.

Si reduces la producción de comida

a su forma más básica,

todo lo que comemos viene,
en primer lugar, de la tierra.

Y la tierra es un organismo vivo.

Tendemos a darla por sentada.

Es la principal fuente
de casi toda nuestra comida.

La historia encierra lecciones
para las sociedades

que no tienen en cuenta la tierra.

Si consideras la expansión
de la civilización occidental,

en muchos casos, es la historia

de personas que degradan la tierra
y se marchan a otra.

Las sequías individuales,
los acontecimientos políticos

o la guerra con los vecinos;

esos acontecimientos son el tipo de cosas

que realmente hacen caer
a las civilizaciones.

Se podría decir que el estado
de la tierra lo determina todo.

¿Una razón por la cual
esto es tan importante?

El cambio climático.

Los agricultores notarán el impacto
en sus campos

mucho antes de que nosotros
lo notemos en las tiendas.

Todas las tendencias
conducen a los extremos.

La lluvia ya no llega poco a poco
a lo largo del año.

Llega en dosis más escasas,
pero más abundantes

que la tierra no es capaz de absorber.

Will dice que la tierra
mínimamente labrada

y enriquecida con material orgánico
como el abono,

tiende a absorber mejor el agua de lluvia
y se mantiene húmeda en épocas secas.

Otros agricultores han encontrado
soluciones más drásticas.

Esta explotación hortícola cubierta
de Nueva Jersey

ha dejado de utilizar tierra
y recrea el clima desde cero.

Cultivamos en almacenes,
sin tierra ni luz solar,

sin depender de las estaciones,
sin depender del clima.

Y así es como podemos revertir

este creciente desafío
del cambio climático.

Otra vulnerabilidad podría ser
el modelo clásico de agricultura

que se practica en todo Estados Unidos.

Tiende a favorecer
a las grandes operaciones

que se especializan
en unos pocos cultivos o animales.

Este agricultura de monocultivo,
que siempre hemos tenido,

es muy vulnerable
a los cambios meteorológicos,

al clima y a las plagas.

Si alguna plaga destruyera
el cultivo de trigo en todo el mundo,

esto tendría un impacto global

potencialmente catastrófico
y devastador en todas partes.

No digo que vaya a pasar mañana.

Solo digo que un buen agricultor

debe ser un buen gestor de riesgos.

Los Ortman
gestionan el riesgo distribuyéndolo.

Trabajan con varios cultivos,

como maíz, centeno, frijoles negros,
soja y fresas.

También crían reses y gallinas ponedoras.

Es como una cartera de valores.

Lo normal no es que la gente

ponga todos sus activos
en una sola acción.

Las pequeñas explotaciones orgánicas
podrían ser parte de la solución

a los desafíos que depara el futuro.

Pero en un mundo cuya población

se aproxima
a los 9000 millones de personas,

seguramente no sea la única solución.

Eso es porque la raza humana

consumirá más comida
en los próximos 50 años

de la que ha consumido
en los últimos 10 000.

Es un problema complicado,

pero la humanidad puede lidiar con él.

Vamos a necesitarlo todo,

desde la agricultura tradicional
hasta la agricultura exótica,

desde la agricultura industrial

hasta la agricultura a escala local.

Y tenemos que recordar
que superpuesto a todo

está el consumidor.

Y el consumidor es rey y reina.

Ellos son quienes acaban decidiendo
lo que van a comer

y, por tanto, cómo será
el futuro de la agricultura.

Para alimentar el futuro
tendremos que cultivar más comida.

Pero seguramente también
tendremos que desperdiciar menos.

Casi el el 35 % de toda la comida
que se produce se desecha.

Eso es aquí en los Estados Unidos
y en todas partes.

Esa es la oportunidad más fácil.

Si pudiéramos averiguar

cómo lidiar con ese problema,
casi sería suficiente

para alimentar a la gente
durante las próximas dos décadas.

Aquí en nuestro rinconcito del mundo

estamos haciendo lo que podemos
para enriquecer nuestro suelo,

para diversificarnos.

Espero que la gente se dé cuenta

de que la tierra responde bien
a lo que hacemos.

Espero que la gente vea
que no nos morimos de hambre,

que estamos bien económicamente.

Toco madera.

Y los Ortman creen
que sus actividades podrían

ser lecciones asequibles
para mejorar la resiliencia

en los países en vías desarrollo,
donde las granjas son pequeñas

y las poblaciones son numerosas.

No será un artilugio lo que nos dé comida.

Hay un intercambio constante de ideas

y de experiencias.

No quiero que mis hijos digan:

"Cuando era niño
hubo muchas señales de alerta,

pero mi papá no les hizo caso

y mira con lo que tenemos
que lidiar ahora".

Esta es el arca que estamos construyendo
antes del diluvio.