-
Querida mamá. Estoy intentando recordarte.
-
Vienes a mi en partes. Nunca tú entera de una sola vez. Solo en partes.
-
Como tus ojos. Recuerdo tus ojos. Aquellos
increíblemente grandes, redondos y tristes ojos.
-
Lo primero que vi fueron esos ojos.
Abrí los míos por primera vez y encontré los tuyos.
-
Podía verme reflejado en ellos. Podía ver mis propios ojos, y mi cara,
-
nueva y tan pequeña.
-
Y podía verlos. Podía verlos acercándose.
-
Ellos llegaron y me llevaron lejos.
-
Y entonces empecé a olvidarte.
-
Mamá, recuerdo tu lengua. Tan grande como mi
cabeza, tu lengua. Tan áspera pero tan delicada.
-
Yo nací resbaladizo y húmedo y tú me limpiaste
con esa lengua. O al menos empezaste
-
a hacerlo. Esa lengua fue lo primero que sentí.
Y se sentía como amor.
-
Y luego los sentí a ellos. Sentí sus manos
agarrarme. Ásperas pero no delicadas.
-
No había amor en aquellas manos.
-
Recuerdo tu olor, Mamá. Caliente y
terroso. Mi primer aliento fue de ti.
-
Pero también había otros olores. Suciedad y miedo.
Y ellos. Podía olerlos.
-
Su olor era más fuerte que el tuyo. Te alejaron de mí de muchas formas.
-
El sonido, Mamá. Recuerdo el sonido de tu
respiración. Fue lo primero que
-
oí, tu respiración. Profunda y firme.
Calculada pero trabajosa.
-
Parecía un enorme trabajo, respirar. Un bajo murmullo
ronco, dentro y fuera. Tú entera expandiéndote
-
y colapsando de nuevo.
Podría escucharte por siempre.
-
Pero luego hubo gritos. Tan altos, esos gritos.
Dolía oírlo, Mamá.
-
Y luego ellos estaban ahí. Los Captores.
Habían venido a por mí con sus gritos
-
y sus fuertes olores y sus ásperas pero
no delicadas manos.
-
Vinieron y me llevaron, Mamá,
y empecé a perderte.
-
Y no sé dónde estoy. Es pequeño
y oscuro y no puedo moverme.
-
Hay algo alrededor de mi cuello y duele.
Puedo oír a otros a mi alrededor. Ellos
-
también sufren. Todos sufrimos. Los
Captores vienen a veces con sus ásperas
-
pero no tiernas manos y gritan tan alto
que duele oír. Y vuelven a coger.
-
Cogen a uno de nosotros y se lo llevan.
No sé a dónde van.
-
Intento fuertemente no olvidarte, Mamá.
Por favor, debes saber que lo intento.
-
Mi querido hijo. Te he perdido. Ellos llegaron
y te llevaron. Ha vuelto a pasar y
-
---
-
no puedo pararlo.
-
Te llevé dentro de mí, como a tus hermanos
y hermanas. Entonces podía protegerte.
-
Quería que te quedarás ahí
para siempre.
-
Pero entonces llegaste. Llegaste y eras tan
hermoso y eras mío. Tan pequeño y nuevo.
-
Tan frágil.
-
Yo te limpié para tu nuevo mundo.
Intenté mantenerte cerca y callado. Pero
-
Ellos sabían que llegarías. Siempre lo saben.
-
Quería esconderte dentro de nuevo y
protegerte para siempre, pero ellos llegaron,
-
hijo mío, los Captores vinieron a por ti.
Ellos siempre vienen.
-
Mi cuerpo está tan cansado, hijo mío. No podía
luchar contra ellos. Lo intenté la primera vez.
-
Y la siguiente. Y la siguiente. Y la siguiente.
Y la siguiente. Una y otra vez. Y ahora,
-
hijo mío, no me queda nada.
-
Estoy vacía de nuevo. Te he perdido. De nuevo.
Y pronto intentarán llenarme otra vez.
-
Pero estoy tan cansada.
-
Lloré por ti, hijo mío. Grité tu nombre durante
días. ¿Me oíste? Quería que supieras
-
que estaba aquí. Quería que me encontraras.
Pero ahora no me queda voz.
-
Y tu no estás aquí.
-
Debes de estar hambriento, hijo mío. Tengo
leche para ti pero ellos la cogen. Cada día
-
ellos la cogen.
-
Duele muchísimo. La fría, dura succión.
Estoy hinchada y dolorida. Estoy vacía.
-
¿Cómo te alimentaré cuando regreses?
-
No me queda nada para darte, hijo mío.
Lo siento muchísimo.
-
Ellos se lo han llevado todo. Mi hijo, mi
leche, mi lucha, mi vida. La oscuridad
-
se acerca, hijo mío. Lo siento. Lo siento
mucho. Debes saber que lo intenté.
-
---
-
Mamá, estoy cansado. Están volviendo.
Están volviendo y esta vez vienen a por
-
mí.
-
Los veo, Mamá, con sus pequeños y fríos
ojos. Están viniendo.
-
Me vuelven a coger con sus ásperas pero no
tiernas manos. Pienso en tu lengua caliente.
-
Estoy boca abajo, Mamá. Todos lo estamos.
Huelo a sangre y miedo. Algo va mal.
-
Me muevo, Mamá. Hay Captadores a nuestro
alrededor. Y el ruido. Tan alto.
-
No puedo oír ni oír mis propios gritos.
-
¿Tú puedes oírme? Vienen a por mí,
Mamá.
-
El Captador tiene algo brillante. Y hay
sangre. Tanta sangre. Me estoy acercando.
-
Puedo verme a mí mismo, Mamá, en el reflejo.
Mi propia cara, aun tan pequeña y nueva.
-
Y pienso en tus increíblemente grandes y
tristes ojos, lo primero que vi.
-
Y entonces, Mamá, y entonces... oscuridad.
-
Esta es la historia de una ''vaca lechera'' y su
bebé enviado a la industria ternera. De aquí
-
es de donde viene tu leche. No es un
incidente aislado. Para más información,
-
por favor ve los vídeos enlazados aquí y
en la descripción de este vídeo. Puedes
-
encontrar mas info en el post de este vídeo,
enlazado abajo y en la descripción.
-
Por favor dale a me gusta y comparte este
vídeo para darle voz a las madres e hijos de
-
la industria lechera y subscríbete para más
contenido vegano cada lunes, miércoles y
-
algunos Viernes. Para apoyar este tipo de
mensajes mira en los enlaces abajo
-
o haz click en este texto.
Vivid vegano, dejad la leche, y
-
hasta pronto.