Construyendo tu sueño: Mario Alonso Puig en TEDxGranVia

Todos tenemos sueños que creemos que son difíciles o, incluso, imposibles de alcanzar. Sin embargo, no nos damos cuenta de que la principal barrera para lograr estos sueños somos nosotros mismos con nuestras dudas, inseguridades, desconfianzas y, sobre todo, miedos. En esta charla, Mario Alonso Puig nos muestra cómo vencer y superar todas estas barreras, enfrentarnos a estas complicaciones y, finalmente, llegar a construir nuestro sueño.

Vamos a hablar de
la construcción de un sueño.

Lo que es muy importante es
distinguir fantasía de imaginación.

Donde hay confusión,
el ideal es poner distinción,

y casi todas las distinciones del ser humano
se hacen a través del lenguaje,

pues tenemos un gran componente
linguístico en nuestro propio ser,

a nivel ontológico, a nivel
de nuestra propia esencia.

Fantasía es aquello que nos evade
de la realidad, nos aleja.

Bueno, nos desconectamos de la realidad
porque a lo mejor no estamos a gusto,

estamos incómodos
por lo que sea.

La imaginación es lo que nos ayuda
a crear una nueva realidad.

Pues, nosotros vamos a ver algunos
de los procesos, algunas de las formas

a través de las cuales se puede
crear una nueva realidad.

Muchos de nosotros
o, casi todos de nosotros,

hay momentos en la vida en los que
nos encontramos frente a situaciones así:

sabemos que tenemos que dar un salto,
nos gustaría dar un salto,

imaginamos, usamos esa imaginación,
no esa fantasía sino la imaginación

--la capacidad de crear
una nueva realidad--

para de alguna manera intuir,

dibujar en nuestra mente algo
que nos hace ilusión experimentar

y que ahora, por la razón que sea,
no lo estamos experimentando.

Lo que pasa es
que hay un espacio

entre donde estamos
y donde quisiéramos estar

que genera habitualmente
una serie de emociones,

y la fundamental es
la emoción de vértigo.

Tienes esa sensación, es un miedo especial
--el vértigo es un miedo especial--,

es un miedo distinto a la ansiedad,

es un miedo distinto a la angustia,

tiene sus propias connotaciones.

Y vamos a ver hoy, para vuestra
reflexión, como propuesta

qué podemos hacer cuando la vida

nos está llamando a dar un salto
así y sentimos ese vértigo.

Vamos a ver cómo
se nos ha dicho,

a lo largo de mucho tiempo

o, de muchas conversaciones
que hemos podido tener,

se nos ha dicho
cuál era el sistema.

Y ese sistema normalmente no funciona.

Y no funciona por propia experiencia.

Y vamos a ver qué
otro sistema podríamos utilizar.

Durante mucho tiempo
se ha considerado

que lo único fiable
en nosotros era el intelecto.

Tú accedías a los mejores sitios
si tenías muy buen currículum,

si demostrabas que eras una persona
con un alto cociente intelectual,

si eres una persona
que se consideraba muy inteligente.

Y, sin embargo, cuando
nosotros observamos

a las personas que tienen
verdadero éxito en la vida,

nos damos cuenta de que
hay muchas de ellas

que no han pasado
por las universidades,

incluso han sido
fracasos escolares, etc.

y les preguntamos, ¿por qué?

Si el intelecto, como
decía René Descartes,

es lo único fiable en el ser humano,

y por tanto, aquéllo
de lo que te puedes fiar

a la hora de dar ese salto desde
donde estás a donde quieres estar,

¿como es posible que eso,
en la realidad, no funcione así?

Y es que vivimos
dentro de un paradigma

--paradigma viene del griego,
forma de ver--

que nos hace ver que la clave
es acumular conocimientos.

Cuanto más sepas,
más fácilmente darás el salto.

Y todos tenemos que
cuestionarnos las ideas,

no sólo generar nuevas ideas, tenemos
que cuestionarnos las ideas que están en marcha

y decir: "¿Esta idea verdaderamente refleja
la realidad o hay algo en mi interior

que me dice, esta idea no es así?"

Bien. Aquí tenemos uno de los más grandes
filósofos norteamericanos, Emerson.

Y Emerson decía: "El elemento
que más batallas ha ganado al ser humano

a lo largo de la historia es el miedo.

Y claro, si nosotros pensamos

que vamos a superar nuestro miedo
a la hora de dar el salto,

en base a nuestro intelecto,
en base a lo que sepamos,

nos daremos cuenta
de que no es así.

Porque cuántas personas yo
conozco que tienen másters

por algunas de las universidades
más importantes del mundo,

que en cuanto haga
el siguiente máster,

entonces montaré
mi propia empresa.

Cuanto tenga tanto dinero,
yo haré esto.

Cuando tenga un networking
suficiente, yo daré este paso.

Y llegan a tener eso
y no dan el paso.

Lo cual quiere decir
que a la hora de dar el salto,

el intelecto es importante,
no es bastante.

Tenemos que buscar en otro lugar.

Un lugar que de manera
complementaria,

junto con lo que sabemos,
lo que conocemos,

nos ayudará a dar ese salto.

Ese lugar está definido
por dos elementos.

El uno es la fe.

¿Qué es la fe?

La fe es el sentido
de certeza sobre algo

a pesar de no tener evidencias.

Es un poco... bueno, cuando esté
preparado, daré el salto... ¡No!

Da el salto, y te darás cuenta
de que estás preparado.

La fe no es fácil

porque nos gusta mucho
controlar las cosas,

y eso de creer en mí
y en mis posibilidades

--cuando todavía mis posibilidades
no han aparecido--

parece algo que puede resultar
incluso absurdo... ¡Pues, no!

Cuando nosotros estudiamos

--y hemos estudiado algunos
de los más inventores de la historia--

nos damos cuenta que la clave,
a la hora de dar el salto,

nunca fue lo que sabían;

era la fe que tenían

y la pasión que albergaban
hacia sus sueños.

Poco antes de morir,

le hicieron una entrevista a Steve Jobs

y le preguntaron cuál era
el elemento clave en su vida

a la hora de haber
dado ese salto

y haber generado
esa contribución a nivel mundial,

y dijo: "La pasión".

Le preguntaron:
"¿Por qué la pasión?"

Y él contestó lo siguiente
--yo pude ver la entrevista-- contestó:

"Porque yo no habría aguantado
la cantidad de fracasos que he tenido

a la hora de generar
lo que hemos generado,

si no hubiese estado apasionado
acerca de lo que yo hacía".

Ahora, yo me pregunto, ¿qué valor se da
a la pasión en el sistema escolar?

¿Qué valor se da la pasión
en el sistema universitario?

¿Qué valor se da a
la pasión en la vida?

Resulta que algo que es esencial,

muchas veces pasamos
frente a ello y lo ignoramos.

Esto es interesante.

Porque todos sabemos

que si nuestra fe, nuestra
sensación de certeza,

es lo suficientemente grande,

y nuestra pasión es
lo suficientemente inspiradora,

podremos vencer el miedo.

Porque tendremos lo que se llama
una palanca emocional.

La palanca emocional,

que nos permite a superar el miedo
no procede del intelecto.

No digo que no
se ayude del intelecto,

digo que no procede del intelecto.

Procede de un lugar diferente,

como decía tan maravillosamente
Blaise Pascal:

"El corazón tiene razones
que la razón desconoce".

Claro, ¿qué es lo que hace la pasión?

¿Por qué la pasión y
la fe tienen ese poder

de ayudarme a dar el salto

y superar esa sensación de vértigo

--que a veces la noto en el estómago,

a veces en el pecho, a veces
en la cabeza-- cómo lo hace?

Porque el intelecto
no tiene capacidad suficiente

para desplegar el potencial humano.

El intelecto tiene la capacidad
para ayudarnos a analizar,

para ayudarnos a considerar,

pero no para ayudarnos a desplegar.

Lo único en nuestra experiencia

que tiene capacidad
para despertar algo dormido

es la pasión y es la fe.

Despertar algo dormido,
¿qué quiere decir?

Que algo en nuestro interior
ya lo tenemos

pero no sabemos
que lo tenemos.

Suelo utilizar una metáfora,

y una muy importante
es la naturaleza,

como el caso de un gusano.

Todos los que estáis aquí,

todos los que nos están viendo
en distintos lugares del mundo,

sin excepción, tenéis,
tenemos en nuestro interior

talentos, capacidades
y energías dormidas.

Lo triste es que muchas veces

nos vamos de nuestro planeta azul

sin habernos, siquiera,
planteado que eso existe.

Claro, la transformación
de un ser humano

no implica que se convierta
en alguien distinto de quien es,

implica que se convierta
en su mejor ser, en su mejor yo.

Que alcance su plenitud a base
de desplegar su verdadero talento

y su verdadero potencial.

Por eso es fundamental
pasar tiempo en introspección.

¿Qué es introspección?

Introspección es reflexión interna,

en la cual tú te haces preguntas

sobre qué quieres
experimentar en tu vida.

Pasamos demasiado tiempo corriendo
de un lado a otro y al final,

llegamos a lugares y decimos:
"Pero si yo no quería llegar aquí".

Pero, claro, como
no nos paramos a pensar.

Fijaros qué bonito
lo que decía Gauguin.

Gauguin decía:
"Cierro mis ojos para poder ver".

Es una paradoja.

"Cierro mis ojos para poder ver".

Para poder ver dónde...

Si cierro los ojos no veo lo que hay fuera,
claro que no, ¿pero dónde puedo ver?

Lo que hay dentro. Porque todos
los que hacéis trabajo interior,

todos los que hacéis
ejercicios de reflexión,

sabéis que hay que desconectar
un poquito del exterior

para poder meterte en el interior.

Don Miguel de Unamuno,
catedrático de filosofía,

trabajó muchos años en
la Universidad de Salamanca,

qué bonito lo que él decía:
"Ni adelante ni atrás,

ni a la derecha
ni a la izquierda,

ni arriba ni abajo,
sino adentro".

Y qué sorprendente también
lo que dicen los filósofos griegos,

luego seguido y trabajado
por los filósofos romanos:

"La inteligencia --intus legere--

es la capacidad
de penetrar en tu interior,

de penetrar en el interior de las cosas,

para descubrir aquello
que los sentidos no pueden captar

y, sin embargo, pertenece
a la verdad de la cosa".

Nuestros sentidos,
cuando miramos un gusano,

no pueden captar la mariposa,

solo vemos la forma del gusano,
sus manchas, sus patas, etc.

Pero nuestra inteligencia,

nuestra capacidad de penetración,
de abstracción puede ver

en el gusano a
la mariposa dormida.

Por eso lo que
tenemos que hacer

es animarnos a
este trabajo interior,

a dedicar un poquito
de tiempo al día... en la quietud,

para hacernos esta pregunta:
¿Qué es importante en mi vida?

Y si ya lo sabéis,
de dónde puedo sacar esa fe,

de dónde puedo sacar esa pasión
para vencer a mi vértigo.

Don Santiago Ramón y Cajal, una persona
que ha inspirado muchísimo en mi vida,

descubrió que esta penetración en el interior,

que esta capacidad de soñar,

que esta capacidad de atreverse
a salir de la zona de confort,

abrazar la incertidumbre, el cambio,

para poder crecer y evolucionar,

implicaba, llevaba a cambios
profundos en el tejido cerebral.

Él ganó el premio Nobel en 1906,

en aquélla época,
en los albores del siglo XX,

no había tecnología
para demostrar esto.

Pero él descubrió algo
que ningún otro

científico neuro, anatomía y neurohistología
había descubierto antes.

Estudiando las neuronas, observó esto,

estos pelitos que salen de las dendritas,
de las ramas de las neuronas,

él fue el primero que
las descubrió y las describió;

se llaman espinas
dendríticas de Cajal.

Le puso nombre espinas porque
le recordaban a una rosa.

Las espinas desdríticas de Cajal
aumentan cuando una persona

está apasionada por hacer
realidad sus sueños.

Él lo intuyó y así lo dijo:

"Todo ser humano,
si se lo propone,

puede ser escultor
de su propio cerebro".

Lo que dijo Cajal, hoy
se ha demostrado que es cierto.

Las personas que se atreven
a salir de su zona de confort,

las personas que
abrazan la incertidumbre,

que, a pesar de las dificultades,

de los cambios, de las frustraciones,
de los miedos,

siguen teniendo la fe,
siguen teniendo la pasión

en que van a experimentar eso
que les hace ilusión experimentar,

se sabe que aumentan la población,

la conexión entre las neuronas.

Aumentar la conexión
entre las neuronas,

fenómeno llamado neuroplasticidad,

equivale, literalmente, no voy
a hablar metafóricamente,

hablo literalmente, a que te conviertes
en una persona más inteligente.

La inteligencia está
relacionada directamente,

con la cantidad, con la riqueza
de la neuroplasticidad.

Si las neuronas comparten
más información entre ellas,

la mente global
que sale de allí,

obviamente, es más inteligente.

También sabemos que hay
un movimiento de células madres,

de células pluripotenciales
de las cavidades cerebrales

a una estructura
llamada el hipocampo.

Y que esto se produce
a cualquier edad de la vida.

No sólo en los niños;

también en los adultos y
en las personas más mayores.

Pero para que se produzca
este movimiento

de células madres
a los hipocampos,

es necesario que la persona
esté ilusionada frente al reto,

que se atreva a
pesar de la dificultad.

Y entonces, estas
humildes células madres,

en un proceso
de tres semanas,

se convierten en neuronas.

Proceso llamado neurogénesis,

fue descubierto
hace no muchos años,

en el Instituto Salk en La Jolla
--el más avanzado del mundo--.

Ahora, hay que ser muy cauto
con la conversaciones negativas.

Cuando nosotros nos encontramos
frente a ese acantilado,

a esa sensacion de vértigo,

que tenemos que saltar a la hora
de alcanzar nuestros sueños,

muchas veces se alza
esta voz negativa

que empieza a contarnos
cosas que nos anulan,

nos reducen como personas...

"No puedes, no eres capaz, tienes que
hacer más, porque sino no se puede..."

Mensajes que nos achican
como seres humanos

y es muy importante no caer en
la seducción hipnótica de esta voz

--llamada voz egoica disfuncional--

porque se ha estudiado,
con técnicas de neuroimagen,

el efecto que tiene en el cerebro.

Podéis ver un robo de sangre
de la parte prefrontal,

la parte anterior del cerebro
que es básica, fijaros para qué...

Para analizar el salto
que vas a dar,

para tomar decisiones a largo plazo,

para aprender deprisa
y para ser creativos.

No podemos darnos ese lujo porque
entonces, estas neuronas funcionan pobremente.

Por eso la fe,
la convicción de que puedes,

creer que en tu interior hay
un potencial que se va a desplegar,

es fundamental.

Todo lo que necesitamos
es una chispa.

Una chispa de ilusión,
una chispa de entusiasmo,

dejar de ser zombis, que vamos
muchas veces siguiendo una vida rutinaria,

y entender que nosotros
estamos aquí todos, sin excepción,

para marcar una diferencia.

Una chispa de ilusión, una chispa
de alegría, una chispa de generosidad,

tiene la capacidad de activar
un fuego en el interior.

Ese fuego se llama entusiasmo.

Entusiasmo, literalmente,
quiere decir, "inmerso en lo divino".

Cuando tú estás
inmerso en lo diivino,

movido por ese entusiasmo,
no hay quien te pare.

Porque cada vez que te caigas
te volverás a levantar.

Recordemos lo que
decía Steve Jobs:

"Si yo no hubiese tenido
ese entusiasmo, esa pasión,

no me habría levantado".

Pero todavía hay muchas personas

que creen que la clave
para levantarse es el intelecto.

No lo es. Es la fe y la pasión.

El intelecto ayuda,
pero no es lo esencial.

Por eso, lo que
os quiero transmitir,

es que hay un montón
de posibilidades

deseando abrirse en vuestras vidas.

Un montón de posibilidades.

Y decía Albert Camus,

magnífico literato, extraordinario filósofo,
ganador del Premio Nobel de Literatura,

dijo en medio del duro invierno:

"Descubrí por fin que dentro
de mí hay un ser invencible".

Claro que salirse de
la zona de confort es complicado,

claro que hay obstáculos,
recordad a Steve Jobs,

claro que nos vamos a caer,

pero, precisamente, en el proceso
vamos descubriendo

que en nuestro interior
hay un ser invencible.

Mi sugerencia:
Pensar en grande.

Sólo los sueños grandes
pueden inspirar;

los sueños razonables,
¡no inspiran a nadie!

¡A nadie!

Lanza tu corazón,
que el resto lo seguirá,

pero no basta lanzar el corazón,

tienes que tener una estrategia,

un plan de acción.

No es de buscar
el plan de acción ideal,

el mejor plan de acción
es el que se ejecuta.

Un plan de acción.

Una descripción de
lo que vas a hacer.

Y actúa en pequeño;
poco a poco,

pero cada paso
que des en tu vida,

házlo pensando que
te va a llevar a tu sueño.

Y verás cómo el futuro
te elevará en el presente.

Y el resultado es que,
poco a poco, te convertirás

en quien realmente eres,

y tendrás la experiencia de que
estás viviendo en plenitud.

Muchas gracias.
(Aplausos)