El arte de experimentar la vida | Sam Kavanagh | TEDxKish

Esta charla se presentó en un evento TEDx, producido independientemente de las charlas TED.

En esta épica charla Sam Kavanagh comparte con nosotros cómo podemos aprender a definir el mundo desde nuestros propios elementos sensoriales para definir el marco donde poder ser innovadores.

¿Quién recuerda su primer paso?

O mejor aún, ¿quién recuerda
el momento en el que vino a este mundo?

Si lo hicieras, ¿qué te dirías a ti mismo
justo ahora, sobre ese momento?

¿Te dirías que pasaras
con prisa por la vida?

Como si no hubiera descansos,
no hubiera tiempo

para sentarse y experimentar
los sonidos, los olores,

el gusto de vivir por primera vez.

Hace diez años,
me até una mochila de 36 kg,

me puse mis esquís,

y me dispuse a esquiar 32 km
por el campo de Montana.

Había esquiado dos pasos de montaña
y estaba con 5 de mis mejores amigos.

Mi prioridad de este viaje
era que hombres de 25 años

actuaran como chicos de 12 años.

En ese momento de mi vida, había
establecido mi carrera en ingeniería civil

Estaba ascendiendo en la empresa
tenía éxito,

y a los ojos de la sociedad,
la vida parecía perfecta:

Estaba en el camino en el que
todo el mundo quería que estuviera.

Quien se imaginaría que horas después,

me encontraría como un amasijo
sangriento en la base de la montaña

arrollado por una avalancha
que mataría a mi mejor amigo

y dejaría mi pierna colgando
de un hilo de carne.

Recuerdo bajar la mirada
a mi pierna en ese momento,

ver los dedos de mis pies
vueltos hacia atrás

y saliendo de los huesos
atravesando mis pantalones de esquí,

y dándome cuenta de que la vida
se había acabado.

Desde un punto de vista lógico,

no había manera de que
pudiera recuperarme de esto.

El hecho era que estaba
en 32 km de campo,

y nadie me esperaba en casa
hasta dentro de 4 días,

no tenía contacto por radio
con el mundo exterior;

solo me quedaba el torrente de sangre
que estaba en la nieve.

Así que mis ojos
empezaron a pesarme.

Y cuando mis párpados cayeron,
me encontré aceptando mi destino final.

Era una decisión lógica.

Pero hubo un momento
al que me agarré,

y en ese momento dije,
"¿Qué puedes hacer?"

Y todo lo que se me ocurrió
es mantener los ojos abiertos.

Así que mientras volvía
a levantar los párpados,

me llegó una repentina descarga

de cada experiencia que había tenido
en 25 años y me impactó.

Pero estas experiencias
no eran simplemente imágenes,

eran olores, el contacto de mi esposa,

su abrazo cuando
volvía a casa de trabajar.

Era la sensación
de una fría mañana en las montañas,

cuando salía a caminar
y sentía ese fresco aire de montaña.

Era el sonido de los grillos,
cantando en una noche de verano.

Era embriagador.

Estaba vivo.

En ese momento,
mientras abría los ojos,

Estaba viviendo la vida
como no lo había hecho hasta entonces.

Lo que era realmente asombroso
era lo contento que estaba,

Sé que piensan,,

"Este hombre está moribundo,
se está desangrando,

está contemplando un catálogo
de recuerdos en su mente.

Su felicidad es simplemente
el recuerdo de sus experiencias pasadas".

Pero era diferente a eso.
Mi felicidad no era la de un moribundo

Era la de un chico de 25 años
que había vuelto a nacer.

Justo ahora, millones de personas
están mirando internet

recorriéndola para encontrar
ese momento sensacional, el punto clave.

De hecho, en este público,
muchos de Uds. han venido

con la esperanza de inspirarse
para volverse innovadores

y definir y encontrar su punto clave.

Vivimos en un mundo
conectado tecnológicamente

como nunca no lo había estado,
y es constantemente cambiante.

Tenemos acceso a datos, experiencias,
opiniones y observaciones

que nos habría llevado siglos obtener
de otra manera.

Pero lo que es más importante,

nuestro cuerpo generalmente confía
en 5 sentidos clave,

que utilizábamos para sobrevivir
hace tan solo unas décadas.

Y ahora, hemos reducido nuestro mundo
en su mayor parte a un mundo visual

que carece de olores, de gusto,

de emociones o de contacto.

Así que nos encontramos
dándole forma a nuestra perspectiva

de la vida y a lo que es
estar vivo

no tanto a través
de nuestras propias experiencias

sino de nuestras conexiones diarias,
nuestro paso como un rayo

por Facebook o Twitter,
o la que sea tu red social favorita

Experimentamos la vida
en fragmentos de 30 segundos.

Dicen que ver es creer.

Pero, ¿en qué creemos?

Si miramos a un niño.

Un niño es
un gran punto de partida

por que creo que son
los más libres pensadores

que nunca seremos,

porque no tienen contexto,
crean su percepción del mundo

con sus primeras respiraciones.

Pero es también
un punto de equilibro,

todos venimos a este mundo
de manera muy parecida,

nacemos dando patadas y gritando

y notando que podemos meternos

todo el pastel en la boca
porque nos gusta.

Si vemos suciedad,
no la vemos como tierra

o algo que aumentará un jardín,

puede que la veamos como ropa.

Puede que la veamos

como algo que nos hace ver mejor.

Por supuesto mi hijo ya la ha probado
como si fuera comida,

y en más de una ocasión.

Los niños a veces
no tienen paciencia en absoluto,

y sin embargo, otras veces
pueden sentarse en medio de un patio

frío y nevado,
y esperar a que ese sencillo copo de nieve

de contra su lengua,
como si fuera lo más

delicioso que han probado nunca.

Imagínense a mi hijo
mirando esa manguera de agua fresca

y simplemente preguntándose,
"¿de donde vino?".

¿Alguno toma su comida o
cena de la misma manera?

¿Han mirado a su futuro
de la misma manera?

Viví en una tienda durante 48 horas,
y en ese período de tiempo

me dí cuenta, que la vida
como la estaba viviendo

estaba basada en una visión
muy disminuída.

Me dí cuenta de que no unía
mis sentidos y los experimentaba

en el contexto de esas sensaciones,

sino que sentía la vida
basándome en la percepción

que el mundo tiene de mí.

Si miran mis comentarios en Facebook,
podrán leer algo así

desde el principio,
"¿Me veo bien?"

"¿Encajo en la cultura pop?".

No estaba experimentando
autodescubrimiento

o libre pensamiento.

Estaba experimentando
el consumo de ideas.

Mi aspecto de vida libre pensador
no era diferente

del de un mecánico
con el libro de instrucciones

de reparación, para leer
cómo arreglar un motor.

Cuando llegué al hospital,
recuerdo estar lleno de vida.

Estaba emocionado
por lo que venía.

Mis percepciones eran
casi totalmente claras,

por que estaba
viviendo la vida.

Durante los últimos 8 o 10 minutos,

han estado conociéndome
por primera vez.

Han empezado a construir una
percepción de quién soy, qué puedo hacer.

Así que esta es la prueba.

¿Cambió su percepción ahora?

(Aplausos)

Cuando basamos la vida
simplemente en lo que vemos,

nos perdemos el poder de vivir.

En el mismo contexto en el que
pregunté cómo me perciben,

hace años habría dicho,
"¿Cómo percibo que me perciben?".

Y habría establecido o dejado
mi vida establecerse por ello.

Hay atrocidades en el mundo,
hay desigualdades,

pero tus acciones no tienen que reflejar
lo que el mundo dice de ti.

(Aplausos)

Cuando me amputaron la pierna,
tome la mano de mi mujer,

y le dije al doctor
que me cortara la pierna.

No por que fuera a vivir
la vida de alguien

disminuido o discapacitado,

iba a vivir la vida que me
hacía sentir realizado.

Aprendí a esquiar de nuevo.
Aquí es donde la vida se vuelve innovadora

Había ganado mis sentidos,
los olores que me daban fuerza,

tomé el gusto

que me hizo ansiar más.

Sentí el tejido y la textura de la vida

y me inspiró, me dió pasión.

Con esa pasión pasé a la acción,
y esa acción causó que viera la vida

de manera diferente,

a través de unos ojos diferentes,
y la viviera en un contexto diferente.

Cuando hice eso,

empecé a ver soluciones
que mis compañeros no veían.

Diseñé mi propia pierna ortopédica,
para volver a ser esquiador,

porque al fin y al cabo
tenía un perro llamado como el deporte,

y ¿cómo llamas a tu animal favorito como
el deporte si no puedes hacerlo?

Poco después sabía que
montaría en mi bici y pedalearía lejos,

y me encontraría viviendo mi sueño
de correr en el escenario del mundo.

Un sueño al que había dado la espalda
dos años antes de perder la pierna,

ya que estaba convencido de ser
demasiado pesado

y mis hombros demasiado anchos.

Pero la realidad es que aquel día,
mi problema era que tenía las dos piernas.

Nunca les habría dicho
que estaría en el podium

frente al mundo, en Londres en 2012.

Nunca percibí el mundo así
cuando tenía ambas piernas.

Todos tienen un don maravilloso

que está esperando a ser descubierto.

El camino que lleva a este punto
donde yo estoy ahora

no es uno que puedan repetir,
pero por eso tienen

su propio y único
camino a seguir.

No necesitan que les diga
cómo ser innovadores,

deben experimentarlo.

Y cuando lo hagan,

verán conjuntamente
un mundo mejorado.

Todos hacemos cambios
que no solo innovan el mundo,

sino que muestran compasión y gracia
a un nivel que nunca esperamos.

Hoy vivo intentando mostrarles a mis hijos
un mundo amplio y variado,

dándoles la oportunidad

de explorarlo y hacerlo suyo.

Esta noche les animo,
a buscar el más dulce de los sabores,

a escuchar el viento,

a oler el océano,

y después de que lo contemplen
durante un período de tiempo

abran los ojos
y dibujen su obra maestra.

Gracias.

(Aplausos).