Volver a pensar el emprendimiento social | Brian Forde | TEDxLondonBusinessSchool

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

Como presidente, Brian Forde dirige las iniciativas estratégicas de Llamadas S.A. para llevar un servicio de telefonía de bajo coste a las zonas rurales de Nicaragua a través de una serie de proyectos de telefonía innovadores creados específicamente para los países en vías de desarrollo. Llamadas S.A. ha sido nombrada recientemente la Empresa de Emprendimiento Social del Año a través del programa "Pioneers of Prosperity" (Pioneros de la Prosperidad) del Banco Interamericano de Desarrollo.

Antes de fundar Llamadas S.A., Brian daba pequeñas clases de negocios en las montañas de Nicaragua como voluntario de Cuerpos de Paz, otorgando a sus alumnos de último curso de secundaria la capacidad de ser autónomos a la hora de constituir sus propias empresas. Brian se graduó en Sociología en la Universidad de California de Los Ángeles.

Hace ocho años me mudé a Nicaragua.

Era el comienzo de un viaje de dos años
que se prolongó otros cinco años más

por una llamada telefónica.

Como cualquier buen hijo
que se muda a un nuevo país,

quise llamar a mi madre
para que supiera que estaba bien.

Tras viajar en varios autobuses
durante algunas horas,

al final di con un teléfono que podía
hacer llamadas internacionales.

Desgraciadamente,
gasté el salario de dos días

en hacerle una llamada de cinco minutos
a una madre con la voz quebrada.

No imaginaba que esa llamada decisiva
haría que cargase cabinas de teléfono

en la carretilla de un burro
dos años más tarde

para constituir una empresa
de emprendimiento social.

Siendo sincero, hace cinco o seis años
no lo llamaba emprendimiento social

porque no sabía lo que era.

Lo que sí sabía bien
como voluntario de Cuerpo de Paz

era que había muchos problemas
que podrían resolverse

con un espíritu emprendedor.

Así pues, hoy quiero hablarles

de cómo la empresa
que constituimos en Nicaragua

llegó a ser una de las mayores
empresas de telefonía del país

reduciendo el coste de llamada en un 90 %

y desestabilizando la industria local
de telecomunicaciones.

Hace seis años, mi amigo Edgar y yo
alquilamos una pared en una heladería.

Instalamos cinco cabinas de teléfono

y, poco a poco, hicimos crecer la empresa

abriendo locutorios por todo el país.

Tras dos años sacrificando el salario,

empezamos a buscar formas
de expandir nuestra empresa

más allá de los locutorios
para ampliar los beneficios.

Como muchos de Uds. saben,

al visitar un país en vías de desarrollo,
se pueden ver bicicletas de reparto.

Estas bicis son la forma más efectiva
de transportar bienes a las zonas rurales.

La gente lleva coque,
naranjas e incluso helado

a los pequeños pueblos
mediante estas bicicletas.

Lo cual me hizo pensar:

"Si podemos llevar helado a zonas rurales,

¿por qué no llevar nuestra tecnología
de telefonía de bajo precio

a esas mismas zonas?"

De este modo, mi amigo Edgar y yo
intercambiamos ideas rápidamente

y decidimos construir un locutorio móvil.

Lo llamamos "llamadas pedaleadas",
o "pedalled phone calls".

Es fácil entender qué es
una cabina de teléfono,

pero quizá sea mucho más difícil
entender lo que es un locutorio móvil.

Así que déjenme mostrarles
el proceso de cómo lo construimos.

Instalamos un alternador usado
en una bicicleta de transporte.

Al pedalear,

se produce electricidad que se almacena
en una batería de automóvil usada.

De esa batería de automóvil usada,

tenemos un sistema de alimentación
para convertir la energía en 110 voltios

que le proporcionará la energía
a nuestra tecnología de bajo coste,

permitiendo a la gente de zonas alejadas
hacer llamadas telefónicas

donde no hay electricidad.

De modo que si les preguntara

qué fue lo que nos permitió
alcanzar 100 000 clientes,

las cabinas de teléfono o la bicicleta,

¿qué elegirían?

Público: La bicicleta.

Brian Forde: La bici, ¿no?

Si eligieron la bicicleta,
concuerdan con la CNN

y con cualquier inversor con el que
he hablado en los últimos años

desde que subí un vídeo de eso a Internet.

Como cualquier innovador orgulloso,
me entusiasmaba presumir de mi invención.

Como cabía esperar, cinco horas después
de haberlo subido a Internet,

la CNN lo estaba retransmitiendo
para millones de personas.

Pero como podrán imaginar,
la bici fue un fracaso comercial

(Risas)

y las cabinas de teléfono sirvieron
a 100 000 clientes el mes pasado.

Lo cual me hizo pensar.

Comencé a advertir que,
al igual que en la industria cervecera,

el sexo vende en empresas como la nuestra.

(Risas)

Solo que tenemos
nuestra propia versión de sexy.

Palabras clave sexis.

Tomé la mala decisión
de desarrollar un producto

que seguía las tendencias, las palabras
en boga y las modas pasajeras,

en vez de escuchar
las necesidades de mi cliente.

De modo que si tuviera
que describir esta bici,

diría que es un generador de empleo
de microfranquicia a pedales

de origen local.

Lo cual no es comercialmente viable.

(Risas)

Créanme que intentamos hacerla
lo más comercialmente viable posible.

Probamos con nuestros empleados
y con microfranquicias,

probamos en grandes ciudades
y en los pueblos más pequeños,

y al final acabamos con
más ruedas pinchadas que ingresos.

(Risas)

Aunque me siento muy halagado

por tener tanta atención
de la prensa y los inversores,

e interés en nuestra bicicleta,

me preocupa que si vendemos
la empresa social

como algo del momento,
con palabras de moda,

los medios y los inversores se alejen.

Ahora quiero contarles
dos de mis conclusiones.

Una: no se pueden purgar
los pecados de un modelo empresarial

con el agua bendita de ayudar a los demás.

Dos: los productos deben diseñarse
para los clientes,

y no para las últimas modas,

porque, sencillamente, he descubierto

que enfocar una vieja solución
de una nueva manera

puede tener el mayor impacto
económico y social.

Gracias.

(Aplausos)