Los hermanos Akune: Hermanos en bandos opuestos de la guerra - Wendell Oshiro

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Se pueden contar muchas historias de la Segunda Guerra Mundial, desde las más trágicas hasta las más inspiradoras. Pero quizás una de las experiencias más desgarradoras fue la historia de la familia Akune, enfrentados por la guerra los unos contra los otros y en contra de sus propias identidades. Wendell Oshiro cuenta la sorprendente historia de esta familia devastada por la guerra.

Lección de Wendell Oshiro, animación de Brandon Denmark.

Se pueden contar muchas historias
de la Segunda Guerra Mundial,

desde las más trágicas
hasta las más inspiradoras.

Pero quizás una de las experiencias
más desgarradoras

fue la de la familia Akune,

enfrentados por la guerra
unos contra otros

y en contra de sus propias identidades.

Ichiro Akune y su esposa Yukiye

salieron de Japón en 1918
y emigraron a EE.UU.

en busca de una vida mejor.

Abrieron una pequeña tienda de
comestibles en el centro de California

y criaron nueve hijos.

Pero cuando murió
la señora Akune en 1933,

los niños fueron enviados a vivir
con familiares de vuelta en Japón,

y su padre también
regresó poco después.

Aunque era difícil readaptarse

después de haber nacido
y criarse en Estados Unidos,

el hijo mayor, Harry, desarrolló
un estrecho vínculo con su tío abuelo,

quien le enseñó el idioma,
la cultura y los valores japoneses.

Sin embargo, tan pronto
como Harry y su hermano Ken

tuvieron edad suficiente para trabajar,

fueron mandados de regreso al país
al que consideraban su casa,

y se asentaron cerca de Los Ángeles.

Pero el 7 de diciembre de 1941,
tuvo lugar el ataque a Pearl Harbor.

Declarada la guerra contra Japón,

el gobierno de Estados Unidos
ya no confiaba en la lealtad

de aquellos ciudadanos
que tenían vínculos

familiares o ancestrales
en el país enemigo.

En 1942, cerca de 120 000
japo-estadounidenses

que vivían en la Costa Oeste

fueron despojados de sus derechos civiles

y reubicados por la fuerza
en campos de internamiento,

aunque la mayoría de ellos,
como Harry y Ken, eran Nisei,

ciudadanos estadounidenses o de doble
ciudadanía que habían nacido en EE.UU.

de padres inmigrantes japoneses.

Los hermanos no solo tenían un contacto
muy limitado con su familia en Japón,

pero se vieron confinados en un campamento
ubicado en un área remota de Colorado.

Pero sus vidas dieron otro giro

cuando los reclutadores
del servicio militar

del ejército estadounidense
de inteligencia

llegaron al campamento en busca
de voluntarios que hablaran japonés.

A pesar del trato recibido
por parte del gobierno,

Harry y Ken aprovecharon esta
oportunidad para salir del campamento

y demostrar su lealtad
como ciudadanos estadounidenses.

Al haber sido educados en Japón,

pronto comenzaron su servicio

traduciendo documentos capturados,

interrogando a los soldados japoneses,

y escribiendo propaganda en japonés

pensada para persuadir a las
fuerzas enemigas a que se rindieran.

El valor de su aportación al
esfuerzo de guerra es inestimable

y proporcionó información
estratégica vital

acerca del tamaño y la ubicación
de las fuerzas japonesas.

Pero aún se enfrentaron a mucha
discriminación y desconfianza

por parte de sus compañeros de armas.

Harry recuerda una vez

cuando su equipo de combate
desapareció misteriosamente

justo antes de lanzarse en
paracaídas en territorio enemigo,

y con su oficial blanco
reacio a darle un arma.

No obstante, ambos hermanos
continuaron sirviendo lealmente

hasta el final de la guerra.

Pero Harry y Ken no fueron
los únicos hermanos Akune

que lucharon en el Pacífico.

Sin que ellos lo supieran,
otros dos hermanos menores,

el tercero y el cuarto
de los cinco chicos Akune,

sirvieron con lealtad
en la Armada Imperial Japonesa,

con Saburo en la Fuerza Aérea Naval,

y Shiro, de 15 años, como entrenador

de orientación para los nuevos reclutas.

Cuando terminó la guerra, Harry y Ken

que sirvieron en las fuerzas
de ocupación aliadas

fueron vistos como traidores
por los lugareños.

Cuando todos los hermanos Akune
se juntaron en una reunión familiar

en Kagoshima, por primera
vez en una década,

se descubrió que habían
luchado en bandos opuestos.

Los ánimos se encendieron

y su padre tuvo que intervenir
para evitar que empezara una pelea.

Los hermanos hicieron las paces

y Saburo y Shiro se unieron
luego a Harry y Ken en California,

y más tarde lucharon por el Ejército
de Estados Unidos en Corea.

Hubo que esperar hasta 1988 para
que el gobierno de Estados Unidos

reconociera la injusticia que ocurrió
en sus campos de internamiento

y aprobara pagar daños
a los sobrevivientes.

Para Harry, sin embargo, su mayor
remordimiento es no tener el valor

de agradecer a su tío abuelo japonés
por todo lo que le había enseñado.

La historia de los hermanos
Akune significa muchas cosas:

una familia dividida
por las circunstancias,

el trato injusto sufrido por
los japo-estadounidenses,

y el esfuerzo personal para reconciliar
dos identidades nacionales.

Pero también revela una historia más
amplia sobre la historia de EE.UU.:

la opresión a la que se enfrentan
los grupos de inmigrantes

y su perseverancia para
la superación de la misma.