El poder del residuo | Priyanka Bakaya | TEDxAmherst

Priyanka Bakaya y su compañía, PK Clean, sostienen que "es terrible desechar los residuos". Su misión es eliminar los plásticos destinados a vertederos mediante su transformación en combustibles. Priyanka comparte sus experiencias con la tecnología y su visión del reciclaje en el escenario de TEDxAmherst.

Priyanka Bakaya es la actual CEO de PK Clean, cuya visión es acabar con el residuo plástico para siempre al transformar plásticos destinados a vertederos en combustibles de alto valor. La primera demostración de este proceso por parte de la compañía a escala de mercado es en Salt Lake City, Utah. Firmaron un contrato por su próxima unidad y también se expandirán a los mercados en desarrollo como los de India y África. Bakaya ha sido anteriormente seleccionada como Referente Mundial en el Foro Económico Mundial, Empresaria Miembro de Lightspeed, y mencionada en la Lista Fortune "40 menores de 40" para Mirar y en la Lista Forbes en Energía "30 menores de 30". Priyanka se graduó de MIT y de la Universidad de Stanford con Honores.

Esta charla fue presentada en un evento TEDx, con formato de conferencia TED, pero organizada independientemente por una comunidad local. Más información en http://ted.com/tedx

Hace cinco años, emprendí una misión.

Una estadística mostraba

que se generan 2 kg de residuos
cada día por persona en Estados Unidos.

Es decir, yo generaba mi propio peso
en residuos cada cuatro semanas.

Era abrumador pensar que generamos
tantos residuos por día,

sin siquiera considerar a dónde va.

Hoy, quiero compartir con ustedes

tres historias cortas sobre lo que aprendí

sobre cómo los residuos son percibidos
desde puntos de vista diferentes.

Y luego les contaré un poco
sobre la solución que hemos desarrollado

en nuestra empresa, PK Clean.

La primera historia es sobre
una comunidad marginalizada.

Los recolectores representan el 1%

de la población urbana
del mundo en vías de desarrollo.

Estos son algunos de los recolectores
que conocí en India hace unos meses.

Me contaron que ganaban
menos de un dólar por día

y que sus ingresos no han cambiado
en la última década.

Lo que aprendí de ellos

fue que la recuperación de plásticos
de poco valor no valia la pena,

y me explicaron
que los envoltorios de plásticos,

como los envoltorios de dulces
que enviamos de fuera,

se convierten en una carga medioambiental
para los países en desarrollo.

La siguiente historia que deseo compartir

se trata de cómo los residuos plásticos
afectan nuestra vida marina.

Mi primer encuentro con esto
fue en mi infancia en Australia,

durante las limpiezas de playas.

Al parecer, eso sólo fue
la punta de iceberg,

pues se estima que hay 5,25 billones
de piezas de residuos plásticos

en la superficie del océano
a nivel mundial.

Nada ilustra esto de manera más poderosa
que estas imágenes,

y tal vez aún más poderoso es el impacto
que esto tiene en los humanos,

quienes comen
diferentes tipos de vida marina.

La tercera y última historia

se trata de cómo el norteamericano común
percibe el residuo.

Esta historia es sobre mí.

Una mirada honesta a mi propio consumo
es vergonzosa.

Esta es una imagen
de mi consumo de alimentos diario.

Si bien esto puede parecer
muy saludable y orgánico,

sé que esos envoltorios plásticos
no serán reciclados.

Porque aunque los arroje
en mi bote de reciclaje,

mi reciclador no los tomará,
debido a su bajo valor de reciclaje.

Estos productos irán a vertederos,

o tal vez se envíen a Asia
para así evitar el costo del vertedero,

y ser luego recogido por recolectores.

O aún peor,

tal vez en el transcurso caigan al océano.

El elemento común
que estas tres historias comparten

es lo desafiante que puede ser
el residuo plástico.

La tasa de reciclaje de metales y papeles
aumentó con el tiempo,

mientras que la del plástico
se mantuvo igual, por debajo del 10%.

El plástico es la peor clase de residuo,
pues nunca se descompone.

Mi mayor duda era:
¿Por qué la tasa del plástico es tan baja?

Resulta que para reciclar plástico,

necesitas una gran cantidad
de cierto número;

números del uno al siete,

que puedes encontrar
debajo del envase plástico.

Si los números de pástico se mezclan
en el bote de reciclaje,

se vuelve muy difícil separarlas.

Las papeleras extraen PET:
como las botellas de agua o refrescos,

y también PEAD:
como botellas de leche y detergentes,

y el resto del residuo plástico

se convierte en un flujo
de desechos mezclados.

que luce así.

Lo que están observando aquí

es el desafío que enfrenta la vida marina,
los recolectores y los recicldores.

Es que ciertos flujos
de residuos plásticos

están muy mezclados y sucios
como para separalos.

Como el plástico proviene
del aceite, sabia que

debería haber una manera
de recuperar el aceite del plástico.

Por eso, creé PK Clean.

Tomamos el residuo plástico mezclado,
sucio, destinado al basurero,

y lo colocamos en un reactor
libre de exígeno

que se calienta,

y los vapores resultantes se condensan
y vuelven a ser aceite.

En un alto nivel,
la química es muy directa.

El plástico está compuesto
por largas cadenas de carbono.

Lo que hacemos es reducir estas cadenas
a cadenas más pequeñas entre C12 y C20,

que es similar al combustible gasoil.

El producto final es un combustible
que luce así.

Podemos lograr una recuperación energética
de casi 95% del total.

(Aplausos)

En Nueva York,

los camiones diésel transportan basura,
por casi 40 millones de km por año,

y consumen cerca de
42 millones de litros de diésel.

Nueva York envía
sus flujos de residuos plásticos

a vertederos en estados
como Pensilvania y Ohio.

Si, en su lugar, lo convirtiéramos
en combustible,

podríamos obtener más que suficiente

combustible para los camiones
de Nueva York.

Hasta ahora, demostramos este proceso
en Salt Lake City

en nuestra instalación,
que pueden ver aquí,

y luego, nos dirigiremos
a cuidades más grandes.

Además, vemos una gran oportunidad
en paises en vías de desarrollo,

y planeamos trabajar junto
con los recolectores

para ofrecerles
un mayor valor por sus plásticos.

Y finalmente, trabajamos con
el Proyecto Plastic Ocean,

para implimentar nuestra tecnología
en comunidades de playas e islas

para poder convertir

las toneladas de residuos plásticos,
arrastrados hasta a las orillas cada año,

en combustible.

Se espera que los residuos mundiales
se dupliquen en la próxima década,

de 3.5 millones de toneladas
a 6 millones de toneladas por día.

Se necesita innovación
para desacelerar este crecimiento.

Aún así, pocas mentes jóvenes
piensan en los residuos como una carrera.

Tal vez no sea tan glamorosa
o no tengamos la paciencia suficiente,

o tal vez no pensamos en los residuos
más allá del bote de basura.

Los residuos son un gran recurso
sin explotar,

y como sociedad,

necesitamos cambiar nuestra idea
de que el residuo es solo residuo.

Esto requiere respetar las cuatro R:

reducir, reusar, reciclar,

y recuperar energía de lo restante.

Pero lo más importante

es que debemos convertir al desafío
de la generación anterior

en una gran oportunidad
para nuestra generación.

Así que la próxima vez que deseches algo
recuerda que hay poder en los residuos,

y es tiempo de que lo aprovechemos.

(Aplausos)