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El maestro zen Thich Nhat Hanh responde
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[Mi padre me hace sufrir mucho.]
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[Le he dado oportunidades para cambiar,
pero ahora ya no quiero verle más.]
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[¿Tengo aún que intentar cambiarle,
intentar estar con él?]
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Querido Thay, querida Sangha,
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Mi padre me hace sufrir mucho.
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Él es...
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Me es difícil verle,
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casi se ha vuelto peligroso.
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No quiero verle más,
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le he dado varias oportunidades
de cambiar.
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Me he obligado a ir,
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pero ahora no puedo.
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Mi pregunta es:
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¿Tengo aún que intentar cambiarlo,
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intentar ir a verle,
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aunque eso me esté agotando?
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(Hna. Pine) Querido Thay,
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nuestro amigo dice que tiene
muchas dificultades con su padre.
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Le ha sido muy difícil ir a ver a su padre
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y nota que incluso se ha vuelto peligroso.
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Ha intentado forzarse a ir
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para darle varias
oportunidades de cambiar,
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de transformarse,
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pero siente que no lo ha logrado.
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Siente que no puede
obligarse más a ir a verlo,
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pero pregunta a Thay
si debe seguir intentándolo,
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hacer que su padre cambie, se transforme,
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obligarse a intentar ayudar
a su padre a cambiar.
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Para encontrar la respuesta correcta,
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primero hemos de mirar,
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mirar más profundamente,
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contemplar la relación
que tenemos con esa persona,
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bien sea padre e hijo,
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bien sea madre e hija,
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o bien se trate de cónyuge a cónyuge.
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Si tienes una dificultad con el prójimo
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y quieres que esa persona cambie,
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lo primero que hacer es mirar
profundamente en nosotros
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y en esa persona,
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para comprender,
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para ver la relación, la conexión.
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Solemos pensar que esa persona
está fuera de nosotros.
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Y esa no es una visión correcta.
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En este caso, creemos que el padre
está fuera de nosotros,
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que solo necesitamos cambiar
el exterior, no el interior.
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Hemos de ver que
el padre está en nosotros.
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El padre está presente
en cada célula de nuestro cuerpo.
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Tenemos a nuestro padre en nosotros.
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Somos la continuación
del padre en nosotros.
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Puede sernos más fácil cambiar primero
al padre dentro de nosotros.
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Y podemos hacerlo 24 horas al día.
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No necesitamos ir a verle,
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hablarle para que cambie.
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Nuestra forma de respirar, de caminar,
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puede cambiarle dentro de nosotros.
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Invítalo a caminar con nosotros,
a sentarse con nosotros,
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a sonreír con nosotros.
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Y el padre en nuestro interior cambiará.
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Si no, crecerás y te comportarás
exactamente como él ahora.
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Hay muchos niños que odian a su padre,
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que prometen que cuando crezcan,
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no actuarán ni hablarán
como su padre.
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Pero cuando crecen,
actúan igual que su padre.
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Hablan igual que su padre.
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Esto ha ocurrido siempre, muchas veces.
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Lo odias,
no quieres hacer eso,
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no quieres decir eso,
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y sin embargo actúas de la misma manera,
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y hablas de la misma manera.
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Es lo que en budismo llamamos samsara,
caminar en círculo.
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Eres la continuación de tu padre,
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no solo por el cuerpo,
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sino por tu forma de vivir.
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Por eso, cuando descubres el Budadharma
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tienes una oportunidad.
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Primero has de cambiar
al padre en ti.
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Cuando hayas podido cambiar
al padre en ti,
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él ya no regresará al samsara.
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No transmitirás ese hábito a tus hijos.
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Acabas con el círculo del samsara,
recorrer ese círculo,
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volver a recorrerlo
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Cuando el padre en ti
haya sido transformado,
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la transformación del padre exterior
será mucho más fácil.
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Esa es mi experiencia.
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Tengo compañeros monjes de difícil trato.
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(Risas)
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Son dignatarios de la iglesia budista.
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Son muy conservadores.
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Conservadores.
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No dejaron que la comunidad
se transformara.
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Sabes que para servir a la sociedad,
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debes renovar tu comunidad.
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Lo mismo si es la comunidad cristiana,
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la budista, la musulmana
o la judía, ¿verdad?
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Muchos deseamos renovar la tradición,
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para servir mejor a la sociedad
y a la humanidad, ¿verdad?
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Pero hay muchos elementos
conservadores en la iglesia.
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Esa es también la verdad en mi caso.
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Pero me di cuenta muy pronto.
Dije:
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Tenemos...
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Están dentro de nosotros.
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Primero tenemos que cambiar nosotros.
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Si formas una pareja,
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y tu pareja no cambia,
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no creas que tu pareja está fuera de ti.
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Está dentro de ti.
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Aunque te hayas divorciado.
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Ayer recibí una pregunta:
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¿Podemos reconciliarnos, empezar de nuevo,
con la persona de la que nos divorciamos?
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Es precisamente la pregunta
que debemos responder.
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Porque incluso...
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Al principio crees que tras el divorcio
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puedes ser tú mismo completamente,
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que puedes deshacerte
de esa persona totalmente.
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Es un error.
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(Risas)
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Nunca puedes extraerle de ti.
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Nunca puedes sacar a esa persona de ti.
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No hay manera.
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Antes de tratar de hacer algo
con la persona ajena,
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intenta ayudarle a transformarse en ti.
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Con esta práctica,
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podemos lograr transformarnos
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y convertirnos en un modelo.
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Nos hacemos frescos.
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Somos exactamente
como queramos que sea esa persona.
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Así que a través del habla,
la acción, la vida,
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empiezas a cambiarle.
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No le cambias hablando,
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quizá hablar no pueda cambiarle.
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Pero tu forma de reaccionar, de actuar,
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tu forma de responder
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ayudará a cambiar a esa persona.
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Porque posee inteligencia
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y puede notarlo.
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Y sabes,
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que para lograr cambiarte a ti
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y cambiar a esa persona,
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necesitas una sangha,
necesitas amigos que te apoyen.
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Por eso tenemos que
tomar refugio en la sangha.
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Hemos de saber hacer buen uso
de la energía colectiva de la sangha
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para apoyar nuestra
transformación y sanación
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y ayudarnos a transformar al prójimo.
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No tengas prisa por transformarle ya.
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Primero, hemos de aceptarlo como es.
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Hemos de aceptarlo, aceptarla primero.
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Tras esa aceptación,
ya te sientes mejor.
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Y empiezas a cambiarlo en tu interior.
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Es una práctica muy profunda.
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Como nuestro amigo ha venido
a Plum Village todos los años,
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y ha practicado con nosotros
desde que era niño,
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creo que puede hacerlo.
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Intentamos ayudarle a hacerlo.
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No perdemos la esperanza.
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La forma de no perder la esperanza
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es progresar cada día
por la práctica diaria.
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Gracias por hacer esta pregunta.
Es muy buena.
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conéctate,
inspírate, nútrete
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(Campana)