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Si te cuesta reconocer consentimiento,
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imagina que en lugar de sexo
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les estás ofreciendo un té.
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Si dices: "¿Te gustaría tomar un té?"
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y te dicen: "¡Joder, claro que sí!
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¡Me encantaría tomarme un té!"
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Entonces sabrás que quieren té.
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Si dices: "¿Te gustaría tomar un té?"
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y te dicen: "No estoy muy seguro",
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entonces podrías hacerles el té,
o no,
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pero ten en cuenta que
puede que no se lo tomen.
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Y si no lo beben, entonces
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- y esta es la parte importante -
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¡no los obligues a beberlo!
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El hecho de haberlo preparado no implica
que puedas mirarlos bebérselo.
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Y si te dicen "No, gracias",
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entonces no les prepares ningún té.
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Simplemente no les hagas un té.
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No los obligues a beber té,
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no te enfades porque no quieran un té,
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simplemente no les apetece un té, ¿vale?
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Podrían decirte: "Sí, por favor,
muy amable de tu parte",
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pero cuando llega el té,
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resulta que no les apetece tomarlo.
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Claro, es un poco molesto,
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ya que te has molestado en
prepararles el té,
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pero ellos no están obligados a tomarlo.
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Antes querían un té, pero ahora ya no.
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Alguna gente cambia de opinión mientras
se calienta el agua, se hace el té,
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y se añade la leche.
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Y no pasa nada si la gente
cambia de opinión.
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Y tú sigues sin tener el derecho de
observar como se lo beben.
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Y si están inconscientes,
no les prepares un té.
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Personas inconscientes no quieren té,
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y no pueden responder a la pregunta
de "¿quieres un té?,
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porque están inconscientes.
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O tal vez estuvieran conscientes cuando
les preguntase si lo querían,
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y te hayan dicho que sí, pero mientras
herbía el agua, se hacía el té
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y se añadía la leche,
calleron inconscientes.
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Deberías soltar el té,
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asegurarte de que la persona está segura.
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Y de nuevo esta es la parte importante:
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¡No los obligues a beber el té!
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Habían dicho que sí, es verdad,
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pero personas inconscientes
no quieren té.
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Si alguien dijo que sí, empezó a beberlo
y calló inconsciente antes de terminarlo,
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no sigas echándoselo en la boca.
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Quita el té y asegúrate de que estén bien.
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Porque personas inconscientes
no quieren té, créeme.
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Que alguien aceptara tomar un té
en tu casa el sábado,
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no significa que quieran que
se lo hagas siempre.
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No querrán que te presentes en su casa
de imprevisto,
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les hagas té y obligues
a beberlo diciendo:
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"¡La semana pasada sí querías!"
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O despertar mientras tú les
echas el té en la boca y dices:
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"Pero anoche sí lo querías".
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Si puedes entender lo absurdo que es
obligar a la gente a tomar té
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si no lo quiere,
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y eres capaz de entender
cuándo la gente no quiere té,
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entonces ¿qué te cuesta entenderlo
cuando se trata de sexo?
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Se trate de té o de sexó,
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el consentimiento lo es todo.
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Y dicho esto,
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voy a prepararme una taza de té
para mí mismo.