Por qué fracasan las naciones | James Robinson | TEDxAcademy

¿Por qué algunos Estados disfrutan de riqueza, seguridad, salud y nutrición mientras que otros se enfrentan a la pobreza, el desempleo, la falta de atención sanitaria y seguridad?

James Robinson es politólogo y economista. El profesor Robinson imparte economía, historia y gobierno en la Universidad de Harvard. Su principal campo de investigación se centra en el estudio de las economías de los países en desarrollo. Viaja mucho por América Latina y África y pasa los veranos enseñando en la Universidad de Bogotá. En 2012, fue elegido miembro de la Academia Americana de Artes y Ciencias. En 2007, James Robinson y Daron Acemoglu fueron coautores del libro "Orígenes económicos de la dictadura y la democracia". El libro fue considerado como el mejor sobre política estadounidense y relaciones internacionales. Su último libro, "Por qué fracasan las naciones", fue incluido por el Washington post en la lista de los mejores lanzamientos del 2012.

Esta charla se dio en un evento de TEDx que utilizó el formato de conferencia de TED pero fue organizada de manera independiente por una comunidad local. Más información en: http://ted.com/tedx

Muchas gracias. Soy James Robinson.

Hablaré de por qué unas naciones
fracasan y por qué otras prosperan,

es decir, de por qué
algunos países son pobres

y otros países son prósperos.

Resulta que se puede saber mucho
sobre las respuestas a esa pregunta

mirando a la península
de Corea de noche.

Si observan la península de Corea
por la noche, verán cosas muy obvias.

Que Corea del Sur
tiene mucha luz, electricidad.

Corea del Norte, por otro lado,

está bastante oscura.

Allí se ve un punto de luz.

Probablemente sea el palacio
presidencial en Pyongyang.

(Risas)

Puede haber distintas razones
por las que está tan oscura de noche.

Puede ser que los norcoreanos
tienen electricidad y bombillas,

pero piensan que las velas
son más románticas.

(Risas)

Por otro lado, podría ser

que los norcoreanos
tengan electricidad y bombillas,

pero estén intentando reducir
el impacto ambiental.

Sin embargo, creo
que la explicación más verosímil

es que, en realidad, los norcoreanos
no tienen acceso a ciertas tecnologías

como la electricidad, las bombillas
y la energía que tienen los surcoreanos.

Y eso reduce enormemente
su potencial económico.

Sabemos que una de las diferencias
entre países pobres y ricos

es que los países pobres,
como Corea del Norte,

suelen tener una tecnología
mucho peor que los países ricos.

Permítanme contarles
más cosas que sabemos

sobre las diferencias
entre países pobres y ricos.

Los países pobres tienen gente
con peor nivel educativo.

Suelen tener gente mucho menos sana.

Viven menos.

Tienen peores servicios públicos,
infraestructuras, por ejemplo.

He aquí una idílica escena congoleña,
conduciendo por una parte del mundo

donde yo investigo mucho:
la República Democrática del Congo.

Es conocida, de manera un poco irónica
en el Congo, como la interestatal nº 1.

Y pueden ver que, al conducir
en la interestatal nº1,

se pasa mucho tiempo sacando
el auto de la arena y el barro.

Esto es en temporada seca. Si fuera
temporada de lluvias, olvídenlo.

No se va a ninguna parte.

Así que los países pobres tienen
infraestructuras mucho peores.

¿Por qué los países pobres y ricos
difieren en sus servicios públicos,

sus tecnologías y sus niveles educativos?

Algunos piensan que los países pobres

son demasiado pobres
para construir carreteras,

o muy pobres para tecnología moderna
como la electricidad y las bombillas;

que no son tan modernas,
si se piensa en ello.

Pero en fin, son demasiado pobres.

Pero yo no creo que sea verdad.

Casi todos los países pobres
donde investigo

desperdician muchos de los recursos
que se podrían usar para estas cosas.

Aquí tenemos un ejemplo.

Puede que conozcan
a este caballero, Robert Mugabe.

Es el presidente de Zimbabue.

Ha sido presidente 34 años.

Probablemente les suene
como un buen político.

Lo que no sabían es que es un hombre
sorprendentemente suertudo.

De hecho, ha ganado la lotería.
¿Qué les parece?

Alguien que es un gran político
y que también gana la lotería.

Es decir, ¡vamos!
¿Grecia tiene políticos así?

Gran Bretaña no.

Es un tipo afortunado y estoy pensando
que parece que estoy sugiriendo

que no es del todo coincidencia

que lleve siendo presidente 34 años

y que en su tiempo libre gane la lotería.

(Risas)

Por cierto, la carretera que les mostré
en 1960 en el Congo, perdón en 2010,

en 1960 era una bonita carretera asfaltada

que desde entonces se ha ido deteriorando.

Así que no creo que la verdadera razón
por la que los países pobres son pobres

y los países prósperos son prósperos

sea que los países pobres
no pueden permitirse

hacer las cosas necesarias
para volverse ricos.

Creo que la explicación es,

y esto es lo que voy a razonar
durante mi presentación,

que los países pobres y los ricos están
organizados de maneras muy diferentes.

Y que la organización en los países ricos

crea incentivos
y oportunidades para la gente,

y en los países pobres no lo hace.

De hecho, casi todos los países
pobres están organizados

para bloquear los incentivos
y las oportunidades de la gente.

Y eso es lo que crea pobreza.

Déjenme darles un ejemplo muy concreto

que me he dado cuenta
que es un poco el tema, ya saben,

es casi la idea central
del evento: la bombilla.

Solo pretendía asociar esto
a Corea del Norte y Corea del Sur,

pero luego han aparecido
todas estas bombillas y Shakespeare.

¿Qué es esto?

Es una patente.

Thomas Edison, el inventor
de la bombilla, la obtuvo en 1880.

Edison realizó un invento.

¿Y qué hizo? Obtuvo una patente.

La patente protegía sus derechos
de propiedad intelectual.

Evitaba que la gente copiara su idea.

Y eso creó incentivos
para que la gente innovara.

Fue un importante estímulo en EE.UU.
para la innovación en el siglo XIX.

Permítanme decirles más cosas
sobre el sistema de patentes.

El sistema de patentes fue establecido
por la Constitución de EE.UU.

La primera ley de patentes data de 1790,

y Thomas Jefferson,
no Thomas Edison, Jefferson,

uno de los padres fundadores de EE.UU.,

se encontraba en la primera junta
que otorgó patentes.

El sistema estaba abierto a todos.

No importaba quién fueras,
pagando la misma cuota

conseguías una patente,

y el gobierno protegía tus derechos
de propiedad intelectual, ¿sí?

Esto es absolutamente crucial porque,
como economistas, sabemos

que una de las grandes diferencias
entre los países pobres y los ricos

es precisamente la innovación,
precisamente el cambio tecnológico.

Son las nuevas tecnologías
que no se extienden

desde Corea del Sur a Corea del Norte.

He aquí un ejemplo de lo que sería
una institución económica,

un tipo de norma que crea incentivos
y oportunidades para la sociedad,

y esta institución tiene
una propiedad particular

a la que voy a llamar inclusiva.

Es inclusiva de una manera
particular e importante

porque si miran quiénes son
estas personas que solicitan patentes…

Saben, Thomas Edison. ¿Quién?

¿Cuál era su origen social?

Bueno, resulta que venían
de todas las clases sociales.

Pobres, ricos, elitistas, no elitistas,

agricultores, artistas, profesionales,
gente con educación y sin educación.

El talento, las ideas, las habilidades,
la creatividad y el emprendimiento

se difunden muy ampliamente
en la sociedad.

Y si se quiere tener
una sociedad próspera,

se necesita una serie de instituciones

que puedan aprovechar
el talento latente en la sociedad.

En eso consisten
las instituciones inclusivas,

y así es cómo funcionaba
exactamente el sistema de patentes.

Países como Zimbabue
o la República Democrática del Congo

o Corea del Norte, que son pobres,

tienen instituciones económicas

que crean incentivos
y oportunidades muy distintas

a las instituciones económicas inclusivas
como el sistema de patentes.

Para ilustrarlo de una manera más clara,

déjenme que de un salto en el tiempo
desde 1880 hasta hoy en día,

y que hable de por qué EE.UU.
es más rico que México,

justo al otro lado de la frontera.

Lo haré en un contexto muy particular.

Los haré pensar en los dos hombres
más ricos del mundo:

Bill Gates y Carlos Slim.

Bill Gates de EE.UU.,
Carlos Slim de México.

Lo que es realmente interesante
de esta comparación

es la manera en la que los dos
consiguieron sus fortunas.

Bill Gates fue un emprendedor.

Creó una compañía
cuando estudiaba en Harvard.

Hizo una fortuna gracias a la innovación
en la industria de software informático.

Carlos Slim, por el contrario,

hizo una fortuna por crear monopolios,

y por poseer un monopolio,
un monopolio de telecomunicaciones.

Según la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico,

el monopolio de Carlos Slim le generó
una gran cantidad de riqueza,

redujo la renta nacional en México
alrededor de un 2% anual,

entre los años 2005 y 2009 llegó
a bajar la renta nacional en México

USD 130 mil millones.

Así que, en EE. UU.

Bill Gates respondió a la naturaleza
inclusiva de las instituciones,

creando incentivos,
creando oportunidades.

¿Y qué pasó?

Él generó innovación,
generó nuevas ideas,

y eso le generó riqueza,

creó una gran cantidad
de riqueza para la sociedad.

Lo que sucedió en México
fue algo muy distinto.

La forma como se creó la riqueza
no fue a través de la innovación

sino a través de monopolios.

Los monopolios bloquean
las oportunidades de la gente,

y bloquean los incentivos de la gente.

Así que, llamaré instituciones extractivas
a lo contrario de las inclusivas.

Di el sistema de patentes como ejemplo
de institución económica inclusiva

Permítanme decirles que hay algo más,

y es lo que está pasando en México,
Corea del Norte y en Zimbabue.

Voy a llamarlo instituciones
económicas extractivas.

Normas en la sociedad que impiden
los incentivos y las oportunidades.

En resumen, esa es la diferencia
entre los países pobres y los ricos.

Pero ahora, demos un paso atrás

y preguntémonos: "Está bien. Y,
¿cómo es que los EE.UU. es así?"

o "¿cómo es que México es así?"

y "¿por qué Zimbabue es así?"

El ejemplo del presidente Mugabe
ganando la lotería

puede que haya plantado
una semilla en sus mentes.

Y ahora me gustaría
que la semilla creciera un poquito.

Pero no voy a hacer
que crezca en Zimbabue.

Permítanme volver a EE.UU.
y al sistema de patentes, en 1790,

cuando Thomas Jefferson estaba
en el Consejo de Patentes,

y quiero que piensen:

"Entonces, ¿cómo llegaron
a un sistema de patentes así?

¿Cuál fue el secreto?"

Y creo que había dos secretos,
y los dos son políticos.

Así que, al final, creo que lo que importa
para la prosperidad económica,

para el éxito y el fracaso, son las
instituciones inclusivas y extractivas.

Pero detrás de eso está la política.

Y quiero recalcar
dos dimensiones de la política.

Una es cómo llegamos en EE.UU.

a esta ley de patentes
que trataba a todos igual,

que permitía a todos patentar
bajo las mismas condiciones.

Esto se debió a que en EE.UU.
a finales del siglo XVIII,

el poder político estaba suficientemente
distribuido en la sociedad,

pero no se podía tener un sistema
de patentes oligárquico.

No se podía tener un sistema
de patentes en el que Jefferson dijera:

"Mmm, tal vez consigas
una patente y tal vez tú no.

Quizá te dé una patente,
pero no me gusta tu cara.

No te voy a dar una patente".

Era imposible, siendo EE.UU.
una sociedad tan democrática entonces.

Una de las cosas importantes a la hora
de crear esas instituciones inclusivas

fue la distribución,
del poder político en la sociedad.

La amplia distribución del poder político.

Otra cosa importante
era que en ese momento,

EE.UU. tenía un estado fuerte
que podía hacer cumplir la patente.

No era sólo cuestión de aprobar la ley,

sino de hacerla cumplir.

El Estado llegaba y protegía
los derechos de propiedad intelectual.

Por lo tanto, ambas cosas
son muy importantes.

Así que déjenme aplicar eso al presente

y mostrarles una fotografía
de Bill Gates en Washington DC.

¿Qué está haciendo allí?

Está testificando ante las autoridades
antimonopolio de EE.UU.

Aquí está el fuerte Estado
estadounidense en acción.

Ambos elementos de los que he hablado,

la distribución del poder
y la fortaleza del Estado

son cruciales para entender

la diferencia entre Bill Gates
y Carlos Slim.

¿Cómo obtuvo Carlos Slim
sus monopolios?

Era un Estado unipartidista, el PRI,

que llevaba en el poder
desde finales de los años 20,

y en los años 90 le privatizó
un monopolio a Carlos Slim.

México tiene leyes antimonopolio
muy bonitas.

Pero es inconcebible que Carlos Slim
tuviera que hacer lo que hizo Bill Gates,

que fue llegar y, ya saben:

"Juro decir la verdad, toda la verdad
y nada más que la verdad",

frente a las autoridades
antimonopolio en Washington DC.

Este es el poder del Estado.

Y si piensan en estos dos ejemplos,

ambos elementos entran en juego.

El hecho de que Carlos Slim
pudiera crear sus monopolios

porque el poder político no estaba
ampliamente distribuido en México,

y las leyes antimonopolio existentes
no se puedieron hacer cumplir,

porque el Estado
era muy débil para hacerlo.

En EE. UU. es inconcebible

que se pueda tener
tal monopolización de la industria,

y el Estado puede hacer cumplir la ley.

Y de hecho, las leyes antimonopolio
son un ejemplo fascinante.

Retrocedamos 100 años.

Este es el pulpo
de la empresa Standard Oil.

La empresa Standard Oil
estaba dirigida por John Rockefeller.

Fue un gran intento de construir
un monopolio en EE. UU.

Como pueden ver, tiene sus tentáculos
alrededor de la Casa Blanca,

tiene sus tentáculos alrededor
de los políticos, alrededor del Congreso,

está envolviendo al sistema político
con su riqueza y sus contactos.

Fue desarticulada
por la autoridad federal antimonopolio.

Así que hay una larga batalla
contra los monopolios,

contra las instituciones extractivas
en una sociedad inclusiva.

¿Y qué pasa con Grecia?

(Risas)

Permítanme decir algo sobre Grecia.

¿Cómo encaja Grecia en todo esto?

Por supuesto, comparada con Zimbabue
o la República Democrática del Congo

o Haití, o Corea del Norte,
Grecia es un éxito enorme.

Grecia ha sido económicamente
muy exitosa los últimos 100 años.

Ha diversificado su economía,

ha elevado ampliamente
el nivel de vida de la gente,

ha ampliado la educación, la salud, etc.

Pero creo que los problemas
de Grecia durante la última década

vienen de los problemas de reconciliar
estos dos aspectos de la política

que se necesitan para crear
una sociedad inclusiva.

Reconciliar, construir
un estado moderno fuerte y efectivo

con una democracia

donde el poder político
esté ampliamente distribuido.

Cuando hablaba de los EE.UU.,

puede que hayan pensado:
"Todo encaja a la perfección,

se tiene una cosa, se tiene la otra…".

Se quiere tener una amplia
distribución de poder

que haga al Estado responsable.

Se quiere un estado fuerte ya que hace
que la democracia sea efectiva.

Se pueden aplicar las leyes,

pero creo que cuanto
más se mira y más se piensa,

se ve que, de hecho,
en muchos contextos,

estas dos dimensiones
son difíciles de conciliar.

A veces tienen una característica
contradictoria enorme.

Y creo que eso es parte
del problema en Grecia,

particularmente desde
la redemocratización de 1974,

y es que a la sociedad griega
le ha resultado difícil conciliar

la construcción de un Estado central
eficaz basado en normas.

Recuerden mi ejemplo
del sistema de patentes,

lo crucial que era que fuera una norma,
el sistema de patentes aplicado a todos,

las mismas normas aplicadas a todos.

Eso fue lo que generó
incentivos y oportunidades.

Si Thomas Jefferson hubiera entregado
patentes a la gente sobre la base de:

"Oye, quiero ser presidente,
así que si me apoyas,

construiremos una coalición,
entonces tú conseguirás tu patente".

"No me gusta tu cara. No parece
que vayas a estar en mi equipo.

No vas a conseguir una patente."

Si así hubiera funcionado
el sistema en EE.UU.,

entonces no habría tenido
los beneficios de incentivo,

los efectos sobre la innovación
y el desarrollo económico que tuvo.

Y creo que una vez que se piensa en ello,

se puede ver que cuando se aumenta
el poder político,

cuando se crea el poder político
ampliamente en la sociedad,

eso puede crear presiones para socavar
la funcionalidad del Estado.

Para debilitar al Estado fuerte.

Hacer que el Estado se convierta
en una herramienta de la lucha política

en vez de un árbitro neutral de normas
nuevas y principios universales.

Y yo diría que esa es la raíz
de muchos de los problemas,

desde mi punto de vista, en Grecia.

Intentar que el Estado funcione bien,
hacer que se cumplan las leyes,

no ser clientelista, hacer que se cumplan
los principios universales.

Y gran parte de la economía viene de ahí.

Mi manera de hablar ahora mismo
es una especie de política.

Política, se trata de política.
La economía es crucial.

Pero las instituciones, los incentivos
y las oportunidades económicas

están incrustadas
en una sociedad política.

Y surgen de un proceso político.

Y creo que ese es el problema en Grecia.

Piensen en el déficit
o en el problema fiscal.

¿Por qué pasó eso?

No pasó por motivos técnicos.

No pasó por tener los asesores
económicos equivocados.

Sucedió debido al problema
de reconciliar la democracia

con la creación de un Estado fuerte.

Si el Estado pasa a ser una herramienta
al servicio de los intereses privados

y no de los intereses públicos,

sirviendo a los individuos y no
al bienestar colectivo de la sociedad,

entonces, sin duda, se va
a tener una política fiscal terrible

y problemas de deuda insostenibles.

Las políticas macroeconómicas estables
son un bien público,

pero si el Estado cae en la clientela,
ya no se trata de dar bienes públicos.

Se trata de dar bienes privados.

Y, ¿quién está internalizando
la deuda o el déficit? Nadie.

Este es el contexto natural para tener
una política fiscal insostenible.

Entonces, ¿cuál es la solución?

No la austeridad fiscal.

La austeridad fiscal puede ser necesaria
para contentar a los alemanes,

pero se están tratando
los síntomas, no la causa.

La causa es política.

La solución al problema es encontrar
una forma de reconciliar

estos dos elementos para construir
instituciones políticas inclusivas.

¿Y de dónde viene todo eso?

Es un proyecto político.

Se trata de organizar a la gente
de manera colectiva.

El clientelismo siempre
es individualmente racional,

pero no es racional para la sociedad
de manera colectiva.

Así que hay que construir un proyecto.

Los políticos deben construir
un proyecto para construir el Estado,

un Estado no clientelista,

para reformar la interconexión
entre el Estado y la sociedad en Grecia.

Y si me preguntan si soy optimista
o pesimista sobre Grecia,

entonces empezaría por mirar la política,
y por mirar a la sociedad civil

y preguntar: "¿Quién tiene
ese proyecto? ¿Dónde está?"

(Aplausos)

Gracias.

(Aplausos)