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El maestro zen Thich Nhat Hanh responde.
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Cuando llegas a la otra orilla,
¿aún piensas o sufres?
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(fr.) ¿Cómo es llegar a la otra orilla?
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¿Aún se piensa?
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¿Aún se sufre?
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(Traductora) Querido Thay,
cuando llegas a la otra orilla
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¿Aún piensas?
¿Aún sufres?
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Sí.
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Aunque hayas llegado a la otra orilla,
sigues sufriendo,
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pero sufres de otra manera.
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Hay una forma de sufrir
que te ayuda a crecer,
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que te ayuda a sanar,
te facilita ayudar a los demás.
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(vietnamita)
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(Traductora)
¿Hay algún traductor de francés?
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Puede que creas que
el Buda Shakyamuni, nuestro maestro,
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es una persona siempre feliz,
que no sufre.
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Pero eso no es cierto.
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¿Cómo puedes ser así
cuando tantos sufren a tu alrededor?
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Cuando eres consciente
del sufrimiento que hay en el mundo,
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quieres hacer algo
para que se sufra menos.
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Tienes una buena comunicación
con los demás seres vivos
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y por eso sufres junto a ellos.
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Sientes el sufrimiento en ellos y en ti.
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Pero como te has transformado,
posees mucha compasión y sabiduría.
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Por eso no eres
una víctima del sufrimiento.
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Sabes cómo hacer
un buen uso del sufrimiento
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para hacer surgir
sanación y transformación.
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Algunos de nosotros sabemos
cómo no ser víctimas del sufrimiento,
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sabemos hacer un buen uso del sufrimiento
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para sanar,
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para generar alegría y felicidad.
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Es como si fueras un jardinero.
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El jardín produce
bellas flores y hortalizas.
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Pero un jardín
también produce otras cosas
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que no son ni flores ni hortalizas.
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Produce tanto flores como desechos.
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Pero un jardinero ecológico
no tira los desechos.
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Los guarda y les da un buen uso
para nutrir las flores.
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Así que si quieres cultivar lotos,
necesitas barro.
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El barro es necesario
para cultivar lotos.
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Ocurre lo mismo
con el sufrimiento y la felicidad.
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Necesitas algo de sufrimiento
para generar felicidad.
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Si eres un buen jardinero,
no serás víctima de los desechos.
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Estás al mando.
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Sabes cómo emplear los desechos
para generar compost.
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Buda es así.
Es un jardinero.
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Sabe cómo hacer
un buen uso de los desechos,
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del sufrimiento, la ira,
el miedo, la desesperación,
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para transformarlos en algo diferente.
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Es como izquierda y derecha.
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La izquierda se apoya en la derecha
para manifestarse.
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Así, sufrimiento y felicidad
son dos aspectos de la realidad.
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Si no existiera el sufrimiento,
tampoco existiría la felicidad.
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En la otra orilla hay sufrimiento,
pero no eres su víctima.
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Sabes cómo hacer buen uso de él.
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Mi idea sobre el Reino de Dios es similar.
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El Reino de Dios no es un lugar
en el que no exista el sufrimiento.
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Es un lugar en el que la gente
sabe hacer un buen uso del sufrimiento
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para generar
comprensión y compasión.
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Porque sin sufrimiento
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no puedes producir
comprensión y compasión,
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que son la base de la felicidad.
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Está muy claro.
Es la profunda visión del interser.
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La visión correcta.
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La noción de que el Reino de Dios
es un lugar sin sufrimiento,
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donde solo hay felicidad,
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es una visión errónea
según la profunda visión del interser.
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Por tanto,
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si nuestra sangha sabe
hacer un buen uso del sufrimiento
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y transformarlo en felicidad,
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estaremos en el Reino de Dios
aquí mismo.
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Y tenemos el poder de crear
el Reino de Dios con nuestra práctica.
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Para mí, el Reino es ahora o nunca.
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conecta,
inspírate, nútrete.
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(Campana)