-
Al igual que la mayoría de ustedes,
-
crecimos creyendo que el himen
-
es una prueba de virginidad.
-
Pero resulta que estábamos equivocados.
-
Descubrimos que la historia popular que nos contaron sobre la virginidad femenina,
-
está basada en dos mitos anatómicos.
-
La verdad se conoce en la comunidad médica
-
desde hace más de 100 años. Y sin embargo,
-
estos dos mitos continúan dificultando
-
la vida de mujeres en todo el mundo.
-
El primer mito es sobre la sangre, nos dice
-
que el himen se rompe y sangra
-
la primera vez que una mujer tiene sexo vaginal.
-
En otras palabras, si no hay sangre en las sábanas,
-
entonces la mujer
-
simplemente no era virgen.
-
El segundo mito, es una consecuencia lógica del primero.
-
Como se cree que el himen se rompe y sangra,
-
la gente cree que desaparece,
-
o es, de alguna manera, alterado radicalmente
-
durante la primera relación sexual
-
de una mujer. Si eso fuera cierto, uno podría determinar
-
fácilmente si una mujer
-
es virgen o no, examinando sus genitales,
-
haciendo un chequeo de virginidad.
-
Esos son nuestros dos mitos: las vírgenes sangran
-
y los hímenes desaparecen para siempre. Esto puede
-
sonarles como un asunto menor.
-
¿Por qué debería importarles una pequeña capa escondida de piel
-
del cuerpo femenino?
-
Pero la verdad es que esto se trata de mucho más
-
que un malentendido anatómico.
-
Los mitos sobre el himen han existido durante siglos
-
porque tienen una importancia
-
cultural. Han sido usados
-
como una herramienta poderosa en el intento
-
de controlar la sexualidad de la mujer en casi
-
todas las culturas, religiones
-
y décadas históricas. Las mujeres todavía son
-
desacreditadas, avergonzadas, heridas, y en
-
los peores casos, sometidas a muertes honoríficas
-
si no sangran
-
en su noche de boda. A otras mujeres las obligan
-
a hacerse chequeos vaginales degradantes
-
simplemente para obtener un trabajo, salvar su reputación,
-
o casarse. Como en Indonesia,
-
donde las mujeres son examinadas sistemáticamente
-
para ingresar al servicio militar.
-
Después de la revolución egipcia de 2011,
-
un grupo de protestantes femeninas fueron forzadas
-
por el ejército a hacerse chequeos de virginidad.
-
En Oslo, los doctores examinan los hímenes
-
de chicas jóvenes, para asegurarle a los padres
-
que sus niñas no están arruinadas. Y, tristemente,
-
la lista continúa.
-
Las mujeres tienen tanto miedo de no
-
estar a la altura de los mitos sobre el himen,
-
que eligen usar
-
soluciones rápidas
-
para asegurarse de sangrar. Puede ser a través de
-
cirugía plástica, conocida como revirginización.
-
Puede ser a través de ampollas de sangre derramadas
-
sobre las sábanas después del sexo, o hímenes falsos
-
comprados por internet, acompañados con sangre artificial y la promesa de
-
"despedirte para siempre de tus
-
más oscuros secretos". Al decirle a las niñas que ninguna acción
-
puede mantenerse en secreto, que sus cuerpos
-
las revelarán, sin importar lo que pase,
-
las hemos dotado con miedo. Las niñas
-
tienen miedo de arruinarse, así sea
-
a través del deporte, de jugar, de usar tampones, o de tener actividad sexual.
-
Hemos acortado sus oportunidades y sus
-
libertades. Es tiempo de que pongamos fin
-
al fraude de la virginidad. Es tiempo de que
-
acabemos con los mitos sobre el himen, de una
-
buena vez.
-
Somos estudiantes de medicina, trabajadoras
-
de la salud sexual y las autoras de
-
"La maravilla de allá abajo" (Risas)
-
Es un libro científico popular sobre
-
la genitalia femenina. Y según nuestra experiencia,
-
la gente parece creer que el himen es una especie
-
de cierre de seguridad que cubre
-
el orificio vaginal. Incluso en Noruega, se le llama
-
membrana virgen. Y con esto, imaginamos
-
algo frágil, algo que se
-
puede destruir fácilmente, algo
-
que se puede rasgar al atravesarlo. Tal vez como un pedazo
-
de film plástico de envoltura. Capaz se preguntarán
-
por qué hemos traído un aro al escenario hoy.
-
Les mostraremos
-
-
-
Es muy difícil negar
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-