Actitud | Victor Küppers | TEDxAndorralaVella

¿Has pensado alguna vez en controlar tu entusiasmo? Víctor es un entrenador personal optimista y positivo que nos ayudará a sacar lo mejor de nosotros mismos de manera óptima.

Muchas gracias a la organización
por invitarme.

Para mí es un placer
porque estoy como en mi casa.

Yo tengo 18 minutos, la verdad es que
mi problema va a ser el tiempo,

porque a mí me gusta hablar mucho

pero es verdad que también
hablo muy rápido

y entonces quizás eso
también es una ventaja.

A mí me gustaría reflexionar
sobre la importancia

que tienen las actitudes
en el cambio personal

y trabajar el concepto
que ahora presentaban

de que las personas somos como bombillas,

todos somos como bombillas
porque las personas transmiten,

bombillas con patas porque
nos vamos moviendo por la vida.

Ahora bien, hay personas
que van por la vida a 30000 W

y hay personas que van fundidas.

Porque es verdad
que todo el mundo transmite,

¡pero hombre! la diferencia es relevante.

Hay veces que conocemos a alguien y
al cabo de 3 s de conocerle decimos:

¡uau, ole ole y ole! ¡vaya espectáculo!

Y hay veces que conocemos a alguien
y al cabo de 3 o 4 s decimos...

ole
noooo

Llámalo feeling, llámalo química,
pero existen estas sensaciones.

Los seres humanos transmitimos sensaciones

y captamos las sensaciones
que transmiten los demás.

En este sentido somos como bombillas.

En realidad yo quería explicar un ejemplo
para explicar lo de la bombilla.

Esto no está en el guión
pero ya me voy a jugar el tiempo

porque la mejor forma de
explicar las cosas para mí es con ejemplos

Yo disfruto mucho con el frío,
a mí me encanta la montaña.

Yo soy feliz en Ordino

y no entiendo a la gente
que le gusta la playa,

respeto, pero no lo entiendo.

Que hay mucho calor, que hay mucha gente,
¿verdad que no?

el agua calentita, que te quema los pies
en la arena,

la sal del agua
que se mete por todas partes...

que la playa no es lo mío.

Pero tengo la suerte de tener
una mujer y unos hijos

que les encanta la playa.

Entonces hay un fin de semana al año
que hago una excepción

y en vez de quedarnos en Ordino,
vamos a la playa.

Como no conozco hoteles, lo que hago es

que cada año elijo el hotel
de la misma manera: yo envío un tuit

¿alguien conoce un hotel
bueno, bonito, barato

para ir con la familia a la playa,
que esté bien?

Y hay gente que es amable
y te contesta a los tuits.

En las recomendaciones que me hacían había
un hotel que se repetía mucho y pensé:

¡hombre! se repite tanto este hotel,
será un buen hotel.

Me conecto a la página web
y no había ni una foto,

y claro, yo no sé vosotras
o vuestras parejas,

pero mi mujer, si no ve fotos,
no la puedo convencer.

Mi mujer quiere ver fotos, fotos del hotel
fotos del jardín, de la piscina,

fotos de la habitación, del baño,
sobre todo del baño.

Mi mujer tiene una fijación con los baños

como si fuéramos a pasar
el fin de semana al baño.

Total, que no había fotos.

Entonces mando un mail al hotel:

"Apreciados señores, yo quería
hacer una reserva, me lo han recomendado,

pero no hay fotos y yo, sin fotos,
a mi mujer no la convenzo."

Respuesta del hotel: recibo un mail
y ha pasado tiempo, pero lo guardo:

"Apreciado Víctor,
le voy a ayudar a convencer a su mujer"

-empieza así, directamente-

"es verdad que no tenemos
fotos de las habitaciones

porque estamos renovando
nuestra página web.

Le pido disculpas por ello.

Este es un hotel pequeño
y al jefe le ha dado por reformar.

¡Qué le vamos a hacer! se aburre"

-y entre paréntesis pone una sonrisa-

"Lo que he hecho es subir a la habitación
que creo

que mejor les encajaría con los niños

a hacer unas fotos con mi cámara personal.

Se las adjunto en este mail.

Si a su mujer
no le gustan las habitaciones, dígamelo

que hablaré con el jefe
para ver si las puede cambiar"

-y entonces entre paréntesis pone:-

Puestos a reformar la web
ya no va de un par de habitaciones.

Si necesita más fotos
solo tiene que pedírmelas,

es un subir y un bajar, usted pida,
¡será por fotos!

Le esperamos, pronto, a su disposición,
Ana, responsable de recepción."

Claro, tú recibes un mail así
y si eres un poquito normal ¿qué piensas?

Si eres un poquito normal
lo que piensas es ¡coño, coño, coño!

¿pero tú de qué planeta has salido?
¿pero a ti qué te han dado?

Porque ¿cómo hubiera sido un mail serio,
correcto, profesional?

pues un mail serio y correcto
hubiera sido del estilo:

"Apreciado cliente, estamos renovando la
web y no hay fotos, pero no se preocupe ud

que en 2 semanas las tendrá
todas colgaditas. Atentamente, Ana."

Eso hubiera sido un mail serio,
correcto, profesional.

Y el problema es que estamos rodeados

de personas que son serias,
correctas y profesionales.

Y luego hay otras, que aparte de
muy serias, de muy correctas y

de muy profesionales,
generan esta sensación de ¡ole, ole y ole!

De esto vamos a hablar.
Pero también es verdad

que hay gente que me dice:
Mira Kuppers,

yo de la bombilla estoy hasta el coco,
estoy hasta el coco,

porque estoy muy desanimado.

Y el problema es que hay gente
que está muy desanimada.

Pero claro, tú coges un periódico
y te hablan de crisis,

pones la televisión
y te hablan de recortes,

quieres escuchar la radio para desahogarte
un poquito y te hablan del déficit

y claro, llevamos cuatro o cinco años...
Encima en el trabajo las cosas no van bien

hay quien tiene
sus problemas personales también:

una madre que está enferma,
hay quien tiene problemas de pareja,

hay quien tiene un hijo
en la edad del pavo,

hay quien no es del Barça.

Entonces claro, vas sumando,
sumando, sumando...

y dices: ¡hombre! fuentes de alegría
como para ir transmitiendo...

es que no hay,
y es verdad que no hay,

y es verdad que hay mucha gente,
pobrecita, que está desanimada,

desbordada, desquiciada,
está hasta el coco de todo.

Hay una crisis espectacular
de estado de ánimo.

Hay una crisis de...ffff...que no sé
cómo se escribe,

pero el...ffff...es
cuando llegamos a casa y dicen:

- Papi ¿me cuentas un cuento?
- ...ffff...que te lo cuente mami.

- Oye, ¿salimos a tomar una copita?
-...ffff...sal tú que he tenido...

Y éste es el problema,
que vamos con el ...ffff...

¿Y por qué es tan importante
mantener el ánimo?

Hay una fórmula, que es ésta:
¿cuánto vales tú como persona?

¿cuánto vales tú como persona?

(C + H ) x A

¿qué es la C? conocimientos
¿qué es la H? habilidad

Para todo en la vida
hacen falta conocimientos:

para poner una cerveza
hacen falta conocimientos,

para trabajar como financiero
hace falta un conocimiento

y para ser presidente del Parlamento
hace falta un conocimiento.

Luego viene la H

y para todo en la vida la habilidad,
la experiencia cuenta, ¡y mucho!

Y luego viene la actitud,
¿qué es lo importante de la fórmula?

Lo importante de la fórmula es
que la C suma, la H suma,

pero la A multiplica.

La diferencia
entre el crack y el chusquero

no está ni en la C ni en la H,
está en la A.

Tú no eres una persona grandísima,
que lo eres,

porque tengas muchos conocimientos,

tú no eres una persona grandísima
porque tengas mucha experiencia,

tú eres una persona grandísima
por tu manera de ser.

A ti nadie te aprecia por lo que sabes
o los títulos que tienes,

nadie te aprecia por los años
que llevas trabajando, o tus habilidades,

a ti te aprecian por tu manera de ser

y todas las personas fantásticas
tienen una manera de ser fantástica,

y todas las personas de mierda
tienen una forma de ser de mierda.

Perdón, es la presión de...

pero donde pongo persona,
pon lo que tú quieras:

Todos los jefes y jefas fantásticas
tienen una manera de ser fantástica,

y todos los jefes....pues eso,

y si no, piensa en los jefes
que has tenido, ¿con cuál te quedarías?

Yo no digo que la C y la H
no sean importantes,

la C y la H son muy importantes.

No hay nada peor
que un inútil muy motivado...

"No tengo ni idea pero tengo ganas"

Claro que el conocimiento es importante,
pero no lo elegimos por sus conocimientos,

lo elegimos por su manera de ser y
era una jefa brutal por su manera de ser.

En el plano personal es más fácil.

Aquí ¿cómo elegimos los amigos?
¿por C, por H, o por A?

Nadie elige sus amigos por curriculum,
los elegimos por la manera de ser.

Si preguntáramos a tus hijos:
¿qué tal tu papi o tu mami?

"No, mi mami fantástica"

¡Hombre! ¡pues cuéntanos!

"Pues 14 años de experiencia en su sector"

Seguro que no, porque nuestros hijos
tampoco nos definen ni por C ni por H,

nos definen por la manera de ser,

"pues mi mami fantástica o mi padre
fantástico porque me quiere,

porque me ayuda, porque juega conmigo,
porque se pone de portero."

Y así es como nos definen las personas,
nos valoran por la manera de ser.

Y el problema es que,
cuando uno está desanimado,

uno pierde lo mejor que tiene,
que es la manera de ser.

No perdemos ni conocimiento
ni experiencia, perdemos manera de ser.

Y éste es el gran problema:
que estamos muy tarados,

porque estamos muy tarados.

Lo que pasa es que cuando uno está tarado,
rodeado de tarados,

no es consciente de que está tarado.
Pero estamos muy tarados.

Podría contar muchos experimentos
para demostrarlo, pero no tengo tiempo.

Pero pensemos, estamos en un entorno
donde prima la rapidez,

donde prima el todo rápido:
conducimos rápido, caminamos rápido,

hablamos rápido, comemos rápido,
conferencias rápidas,

queremos un libro que nos cambie la vida
en 15 min, y si puede ser en 14, mejor

Uno hace un curso de gestión del tiempo
y lo primero que te dicen es:

si te levantas media hora antes,
tienes media hora de ventaja,

y dices: ¿contra quién?

Y estás cansado de leer
que si no adelantas, retrocedes,

y te pasas la vida adelantando,

que si vas en bicicleta
la vida es como ir en bici,

que si te paras, caes.
¿Cuántas veces lo hemos oído?

Y hay que reivindicar la pausa,
hay que reivindicar el parar,

porque uno para y repara. Y no es verdad
que uno no puede parar en bicicleta.

Hay que parar, porque si no,
igual te equivocas de camino,

y porque en la bicicleta, a veces,
hay que ajustar cosas.

Pero vamos acelerados
como pollos sin cabeza.

Vamos por la vida...
no sé si alguien lo ha visto,

un pollo cuando le cortas la cabeza,
la cabeza cae,

pero el pollo sigue
y sigue 20, 30 y 50 metros

y dices ¿dónde va?

¿Cuántos vamos como pollos sin cabeza?

Si, ¿dónde vas?
"Corro, no sé..."

Que vamos muy tarados y es verdad,
que la vida tiene cosas fantásticas.

La vida tiene momentos espectaculares,

y los que somos del Barça,
últimamente hasta demasiados,

cuesta digerir tanta alegría.

Pero es verdad también que la vida,
cuando te haces mayor entiendes

que pinta más a drama que a comedia,

que hay muchos momentos durísimos
que vamos a vivir, muchos,

o ya hemos vivido.

Porque a veces las personas que queremos
tienen accidentes, o pierden su trabajo,

o cogen enfermedades, o fallecen,
muchas veces sin avisar.

Y cuando la vida nos da un golpe de éstos
es cuando de repente

uno se pone la cabeza y se para a pensar,

y entonces se da cuenta
de lo que es importante

y de lo que es menos importante.

A veces hay que buscar
y reivindicar esa pausa.

El darse cuenta que en la vida
lo más importante es

que lo más importante
tiene que ser lo más importante,

que no es un juego de palabras,
bueno sí que lo es,

pero también tiene fondo ¿eh?
Y cuando uno en su vida

lo más importante está en su sitio,
éste va chutado.

Y hay gente que va chutada,
hay gente que va eufórica,

hay gente que va alegre, optimista,
también en el entorno actual.

¿Y qué se puede hacer cuando uno nota

esta sensación de hacer nada
a toda pastilla?

Porque está lleno de gente
que no hace nada a toda pastilla,

porque es verdad
que todos hacemos muchas cosas

desde las 7 de la mañana
hasta las 11 de la noche,

pero es que no es lo mismo hacer cosas
que hacer cosas importantes.

Y a veces perdemos la vida corriendo.

Nacen, crecen, se reproducen,
discuten y mueren.

Si no se ha enterado
que la vida pasa rapidísimo,

entonces,
¿qué se puede hacer para ir a 30000,

para ir chutado por dentro?

Esta gente que se levanta por la mañana
y dice: ¡vamos, vamos, vamos!

Que ves un tío corriendo y dices:
¡coño! ¿dónde va? ¡a trabajar!

¿Qué hace esa gente?
hace muchas cosas.

Yo no soy ningún experto,
yo copio a los expertos,

pero si alguien lee sobre estas temáticas

todos los expertos coinciden
en los mismos puntos.

Yo solamente voy a indicar dos,

la verdad es que tenía tres,
pero esta mañana he visto

que no me daba tiempo
y he recortado la presentación.

Vamos a ver cuáles son.

¡Vaya! muchas gracias, no, hay dos,
en fin, esto es que ya me echáis.

Primero, y son cosas básicas,
sencillas, simples:

aprender a ser agradecido.
Hay un refrán que dice:

"Tú no sabes lo que tienes
hasta que lo pierdes".

Y no es demagogia,
es una verdad como un piano,

que no sabemos lo que tenemos
muchas veces.

No hay nadie que llegue a su casa,
encienda el interruptor de la luz,

se enciendan todas las bombillas y diga:

"¡uau! ¡ole, ole y ole con la iluminaria!

Eso no existe, estaríamos muy tarados.

Si llegas a casa
y enciendes el interruptor

ya sabes que se va a encender la luz.

En la vida nos pasa lo mismo,
damos muchas cosas por hecho.

Tú te levantas por la mañana
y estás acostumbrado a levantarte

en este maravilloso país
y a ver montañas preciosas.

Uno se levanta y está acostumbrado
a tener una churri fantástica al lado,

a tener unos hijos fantásticos,
a tener salud o a tener trabajo,

y a veces hay que pararse
a valorar las cosas,

porque entonces uno se vuelve
mucho más alegre.

Es verdad que la vida tiene dramas,
la vida tiene grandísimos dramas,

fallecimientos, enfermedades terminales
y no terminales incurables.

Cuando uno pierde su trabajo,
tiene más de 45 años y no tiene

ninguna expectativa de entrar
a corto plazo en el mercado laboral,

y dos niños en casa.
Hay dramas, y la vida tiene dramas.

Y por desgracia los dramas
no tienen solución.

Los dramas no tienen solución,
los dramas hay que sufrirlos,

y el tiempo atenúa el dolor,
no hay solución para los dramas.

Ahora bien, lo que no tiene perdón es
que los que no tenemos dramas nos quejemos

Los que no tenemos dramas en este momento
estamos:

uno, para ayudar
a los que sí que tienen dramas

y dos, lo mínimo que se nos puede pedir
es ser agradecidos

y valorar las cosas que funcionan,

y no pensar solamente
en lo que no funciona,

que deberíamos ir dando
botes de alegría por la calle.

En Andorra todo el mundo tendría que dar
botes de alegría por la calle,

con el país que tenemos, sin embargo,
tú ves gente y no dan botes de alegría,

al contrario, que hay veces que dan ganas
de parar a alguien y decirle:

- perdóneme, ¿qué le ha pasado, con esa
cara que lleva usted, qué le ha pasado?

- Tiene que haber sido muy gordo lo suyo.

Y si nos paráramos a preguntar,
la gente nos diría de lo más peregrino:

- Pues el iPhone, que a todo el mundo
le han cambiado por el iPhone 5

menos a mí, que me han dejado con el 4.

- ¡Hostia! pues vaya problemón
de categoría mundial.

- ¿Y a usted qué le ha pasado?

- Pues nada, que he pedido ventanilla
y me ha tocado pasillo.

Y a veces uno tiene que ser consciente
que en su burbuja,

el problema mayor lo convertimos
en problema mayor mundial,

y hay que relativizar,
la vida tiene dramas,

y cuando uno no tiene dramas,

no tiene problemas,
tiene circunstancias a resolver,

y cuando uno tiene
circunstancias a resolver,

no tiene derecho a perder la alegría.

Es un problema de justicia,
no tiene derecho a perder la alegría.

El día que uno esté muy tocado,
tiene que coger un papel y un boli

y empieza a escribir 20 cosas que tienes
fantásticas en la vida.

Todos tenemos
20 cosas fantásticas en la vida, todos.

También tenemos 20 y 30 problemas

y la cabeza siempre está pensando
en los problemas,

porque el cerebro racional
está diseñado para eso.

A veces hay que llevar la cabeza
a lo que sí que funciona.

Haz la lista, es un ejercicio muy simple.

Pero es que la vida es muy simple,
no fácil, pero simple,

pero nos encanta complicárnosla
o que nos la compliquen.

Haz la lista.
¡Pruébalo!

Los que somos del Barça,
las 5 primeras ya las tienes:

Messi, Messi, Messi, Messi, Messi,
¡coño, que tenemos a Messi!

Lo que pasa es que es tan gordo
que no entra en la cabeza,

¡tenemos a Messi!

que la Champion y la liga es secundario,
¡tenemos a Messi!

¿Tienes una madre con salud?
no sabes lo que tienes.

¿Vives en este país tan maravilloso?
no sabes lo que tienes.

¿Tienes una churri que te aguanta?
no sabes lo que tienes.

¿Tienes dos hijos fantásticos?
no sabes lo que tienes.

Y uno tiene que hacer lista para decir
¡hombre, es que no estamos tan mal!

Que no todo va mal.

Y segundo, ponerse ilusiones.
Los seres humanos funcionamos con ilusión.

No hay nada como tener ilusiones.

Cuando uno va a ser madre,
o le van a dar la moto nueva,

o se va de vacaciones
de aquí a una semana,

éste va chutado.

El problema es que cuando alguien
no tiene ilusiones, está muerto,

y si uno no tiene ilusiones,
se las tiene que poner,

porque el entorno no nos las va a poner.

Si hace frío, abrígate,
¿estás constipado? ¡frenadol!

¿estamos en un entorno que
tiende al desánimo?

pues hay que ponerse ilusiones, y alguien
dirá: sí, claro majete, a mí dame...

- Se ha estropeado el reloj
porque ha corrido más rápido,

que quedan solamente 2 minutos
y deben quedar 5 -

La gente dice: a mí dame un milloncito
y verás cómo me pongo las ilusiones,

pero si lo mejor de esta vida
es casi gratis,

lo mejor de esta vida es casi gratis:

un achuchón al enano que tienes al lado,
si es gratis, eso es gratis.

ir a subir el Casamanya
un día de luna llena

y comerte el bocata de atún en la cima,
eso es gratis.

Si es que no se trata
de hacer cosas extraordinarias,

se trata de disfrutar
las pequeñas cosas ordinarias:

el desayuno, los 20 minutos del desayuno
que son sagrados,

el café con leche, el bocadillo de queso
y el Sport, eso es la felicidad,

o el Marca, cada uno el suyo,
es más o menos felicidad.

Y hay gente que está atragantándose
con el bocadillo de queso allí

porque está mirando la nómina
o la lista de morosos,

que es para decir:
¡váyase a la mierda!

O una cervecita,
los que nos gusta la cerveza,

no hay mayor placer en la vida
que una cervecita cuando apetece,

y hay gente
que disfruta la cerveza a 30 metros,

que ven venir al camarero
con la bandeja y dicen:

¡ehh! ¡la mía, sí, sí, sí, ésa es la mía!
¡qué buena pinta!

Y le traen la cervecita,
se la plantan en la mesa,

y la cerveza se disfruta mirándola,
no se toca, primero se mira,

¡ummm! ves ahí la espumita,
las burbujitas cómo suben,

el agüita que cae
por los lados del vaso fresquito,

¡perdona! que te puede caer el lagrimón
de la emoción, mirando la cervecita,

y cuando la coges,
ese escalofrío que recorre el brazo,

y el primer trago,
que siempre es el más largo,

que pasa fresquita por aquí,
y te deja en el bigotito..

Eso es la felicidad, eso es la felicidad,
vale 2 euros una cerveza,

y en la mesa de al lado hay un tío
que se ha tragado dos cervezas,

que está de espaldas a la montaña

porque está despotricando,
levantando el país, o quejándose de...

No hay que ser iluso, iluso no, pero
no hace falta estar 24 h al día

escuchando Radio Nacional, las noticias
económicas y las perspectivas económicas.

¡Hombre! uno tiene que intentar...
si no, no hay manera de ir chutado.

Acabo.

Ahora voy a contar una cosa
que a mi mujer no le gusta.

Me ha dicho que nos estaba mirando,
pues, lo siento.

A mí me gusta mucho jugar a cartas
con mi mujer: a la brisca, tres y tres...

Mi mujer es de origen nórdico, muy nórdico

pues los muy nórdicos tienen
una parte del cerebro

que funciona de otra manera,
no diré ni mejor ni peor, de otra manera.

A veces estamos allí, barajando,

mi mujer coge las cartas y dice:
- ¡uf! vuelve a barajar

- ¡Hombre, cariñín!

- No, no, que no tengo ningún triunfo,
todo son piedras,

vuelve a barajar que yo con esto...

- ¡Pero esto es trampa!

- ¡Que barajes o no juego!

Pues yo barajo.
- ¿Ahora qué tal?

- Ahora mejor.

- Pues nada cariñín, ¿sales tú o salgo yo?
- Lo que tú digas, como siempre

Estamos ahí, jugando,
a veces coge del mazo y dice:

- ¡oro! la devuelvo, la devuelvo,
que ésta no me va bien ahora.

Pues mi mujer juega así, si te gusta bien,

y si no, estabas avisado,
porque de soltera jugaba igual, igual,

no lo ha cogido ahora,
y lógicamente gana,

porque es sueca, pero no tonta.

Cuántos hay que, siendo andorranos,
catalanes o holandeses,

tenemos un gen sueco por ahí suelto

y uno tiene que entender que, en la vida,
nos guste o no, las cosas son como son,

las cosas son como son,
no como nos gustaría que fueran,

nosotros no tenemos la baraja,
dios baraja y reparte,

y a nosotros nos caen,
sí, sí, pero nosotros jugamos

y la grandeza se demuestra jugando.

Eso es lo que separa
a los grandes de los mediocres.

Nunca, nunca, nunca, nunca, nunca,

podremos hacer nada
para cambiar las circunstancias.

Nunca, nunca, nunca,
podremos devolver las cartas, nunca.

¿Quién ha elegido esta crisis?
¿quién ha elegido enfermedades? nunca

Ahora, siempre, siempre, siempre,
siempre, siempre, siempre,

podemos elegir nuestra actitud.

Esa es la última libertad
que tenemos los seres humanos.

Es verdad que las circunstancias influyen
y el entorno condiciona a veces muchísimo,

pero siempre hay ese pequeño espacio
donde nosotros decidimos nuestra actitud

y cómo afrontarlo.

Y eso es lo que separa
los cracks de los chusqueros.

Y en cada instante,
estamos eligiendo nuestra actitud.

Por eso, cada instante nos acerca
un poquito más, a la grandeza,

o un poquito más a la mediocridad.

Y el único objetivo que tiene esta vida
es sumar instantes fantásticos,

es luchar cada día para ser
la mejor persona

que tú puedes llegar a ser
en los ámbitos que te han tocado,

y que al final,
cuando alguien vea el recorrido de tu vida

aquello sea una obra de arte y te reciban
haciéndote un pasillo, y digan:

¡ole, ole y ole!

Muchas gracias.

(Aplausos)