Celebra lo bueno de este mundo | Dewitt Jones | TEDxSouthLakeTahoe

¿Te sientes desmotivado al ver lo que está pasando en el mundo? Entonces tienes que ver esta charla. Re-descubre en apenas unos minutos las maravillas y las posibilidades que nos rodea a diario y que esperan ser descubiertas y celebradas. Descubre por qué Dewitt Jones, que trabajó como fotógrafo para el National Geographic, es uno de los más inspiradores presentadores del planeta. Dewitt Jones, uno de los más destacados fotógrafos en los Estados Unidos, trabajó por 20 años con el National Geographic, 10 años creando campañas publicitarias y creó dos documentales que fueron nominados a los premios de la Academia. Lleva 20 años presentándose ante el público en todo el mundo, en donde les habla de visión, posibilidades y celebración. Esta charla se presentó en un evento TEDx que utiliza el formato de las conferencias de TED pero organizada de forma independiente por la comunidad local. Puedes ver más en https://www.ted.com/tedx

Pasé gran parte de mi vida
como fotógrafo para National Geographic.

El mejor trabajo del mundo.

(risas)

Pues bien, ese trabajo
cambió mi vida de un modo increíble.

Y esa es la historia que quiero compartir
con ustedes esta noche.

Comenzó mucho antes
de que yo pudiera sostener una cámara.

Mi familia había adquirido
la revista por años.

Una vez que aprendí a leer,
tomaba la revista cuando llegaba,

la llevaba arriba y la leía de noche.

Mi papá me decía:
"Apaga la luz, Dewitt. ¡A dormir!"

Yo la encendía de nuevo
o tomaba una linterna.

Me quedaba despierto mirando las imágenes
en este pequeño libro amarillo,

imágenes que me mostraban
las oportunidades que el mundo ofrecía.

Nunca pensé en trabajar para ellos,
nunca pensé en fotografiar para ellos,

pero ya estaban cambiando
mi forma de ver el mundo.

Porque la revista
tiene una visión extraordinaria...

tan simple y, a la vez, tan profunda.

Lo que me encargaban
cada vez que me enviaban de viaje

era que celebrara
el lado positivo del mundo,

en lugar de sumergirme
en el aspecto negativo.

Es por eso que guardamos
estos libros amarillos.

Es una ofensa nacional
deshacerse de ellos.

- Lo saben.
- (audiencia ríe)

Si todos las Geographic del mundo
desaparecieran un día,

la mitad de los hogares se caerían.

(risas)

Porque están sostenidos
con grandes pilares amarillos en su base.

(risas)

¿Por qué? Porque celebran
lo positivo del mundo.

Cuando empecé a trabajar en el Geographic,

no tenía idea de lo poderosa
que era esa visión,

ni de cuánto cambiaría mi vida.

Pero nuestra visión
controla nuestra percepción,

y nuestra percepción
se convierte en nuestra realidad.

Desde las montañas más altas,
hasta ríos bañados de luz solar,

hasta cataratas y arcoíris.

Donde quiera que miraba

tenía bellezas maravillosas
para fotografiar.

Y bajo la percepción del Geographic,
el hombre no es distinto de esto,

sino que es tan mágico
como todo en el planeta.

Y mientras más viajaba
y celebraba lo mejor de la humanidad,

más podía verlo.

Podía verlo y lo veía
en los rostros de los que trabajan,

en el lenguaje corporal de los que juegan,

de los jóvenes y de los mayores.

(risa)

Pensé que esta sería una buena foto
antes de que sonriera, ¿lo ven?

(risas)

Podía verlo y podía ver la luz,
esa luz que brilla, no sobre nosotros,

sino desde nosotros,
desde nuestro interior,

cuando somos valientes y la dejamos salir.

La misma luz que he visto
en la naturaleza,

la cual no teme a exponerse,

y nos maravilla cada día
con la delicadeza de una flor,

o la luz al final de una tormenta.

Y mientras más fotografiaba
para el Geographic,

más notaba este extraño
y creciente conflicto

entre la visión del mundo
desde el Geographic

y la visión del mundo
con la que fui criado desde niño.

Ya la conocen...

La ley de la jungla...
Comer o ser comido.

Mi ganancia es tu pérdida.

¡El segundo lugar es el primer perdedor!

(risas)

Lo vi en una camiseta.

Esa es una forma deprimente
de ver la vida.

(risas)

Demasiada gente ve el mundo de ese modo...

un mundo de miedos,
carencias y competencias.

Pero eso no era
lo que la naturaleza me mostraba.

La naturaleza me mostraba
una increíble belleza

y posibilidades más allá de una carrera
que decía: "¡Hola! ¡Hola!"

Quiero decir, la Madre Naturaleza
nunca se paró frente al bosque y dijo:

"Hay una hermosa fotografía escondida acá.

Algún fotógrafo la encontrará
y el resto de ustedes serán perdedores".

(risas)

La naturaleza me decía:
"¿Cuántos rollos tienes, Dewitt?

Tráelos. Los llenaré.

Los llenaré con belleza y posibilidades
más allá de tu imaginación.

Empezando desde la semilla
más pequeña de todas.

Y esa era una filosofía
mucho más elegante,

un modo más compasivo de ver el universo

y, en algún punto, decidí adoptarlo.

Decidí que si podía escoger

entre un mundo
basado en carencias y miedos,

y uno basado en posibilidades,

pues claro que escogería
las posibilidades.

Y no importa cuán seco y desolado,

cuán lúgubre y falto de posibilidades
se viera una situación,

si podía celebrar lo mejor de esta...

en este caso, dejándome caer
en ese hueco y mirando atrás...

podría encontrar una perspectiva
que transformaría lo ordinario

en lo extraordinario.

A través de esa lente de celebración,

pude ver una de las lecciones
más importantes de la naturaleza:

Hay más de una respuesta correcta.

Hay más de una respuesta correcta.

Hay miles de formas
de enfrentar cualquier reto

para encontrar esa vista maravillosa.

Y lo supe muy bien
mientras trabajaba en el Geographic.

Me enviaron al pueblo
de Smith River al norte de California.

En esa aldea tienen el 80 %
de la siembra de lirios del este del país,

y esa es la historia que quiero contar.

Y tengo una toma de los lirios
recogidos y no recogidos

y el muchacho recogiéndolos.

Una respuesta correcta. Una muy buena.

Pero como fotógrafo
nunca pensé en parar ahí.

Tomé esta fotografía,
inmediatamente tomé otra lente,

caminé un par de líneas, me agaché
y encontré otra respuesta correcta.

Los mismos parámetros del problema

vistos desde un punto de vista
totalmente distinto,

y ese día mi respuesta favorita fue esta.

Esta es una técnica de levitación avanzada
que aprendí en el camino.

(risas)

Tres respuestas correctas.

Tantas cosas empiezan a cambiar
cuando ves el mundo de ese modo,

con más de una respuesta correcta.

Primero, nunca buscas una sola respuesta.
Siempre hay más.

Pero cuando comienzas
a encontrar más y más respuestas,

te sientes cada vez más cómodo

convirtiendo los obstáculos
en oportunidades.

Geographic me envió
a las Montañas de Selkirk

de la Columbia Británica.

Hermoso lugar.

Estoy paseando y encuentro
un campo de dientes de león.

Debería haber estado contento
pero no lo estaba.

No sé por qué.

En lugar de agarrar mis cámaras
y correr hacia él,

tomé una foto y pensé,

"No lo sé, la luz no está bien,
volveré mañana".

No me emocioné.

Todos sabemos lo que sucede
cuando no nos emocionamos.

Mañana se transforma en el día siguiente,

el siguiente día pasa a ser
la próxima semana,

y el día que volví a ese campo...

No había más dientes de león.
Solo semillas.

Quería dientes de león. Tenía semillas.

Y estaba a punto de irme
cuando una vocecita en mi cabeza dijo:

"Dewitt, ¿qué se puede celebrar aquí?
¿Qué hay de positivo en este lugar?

Querías dientes de león.
¡Te dieron semillas!"

Semillas, semillas, pronto estoy
en el suelo con las semillas.

Comencé a rodar con las semillas.

Estoy encima de las semillas.
Estoy debajo de las semillas.

De repente...

¡Qué maravillosa vista!

Parecía que siempre estuvo ahí,

cuando miré a través
de esa lente de celebración.

Una imagen extraordinaria,

pero ya puedo escuchar
a los cínicos refunfuñar:

"Dewitt, eres tan ingenuo.
El mundo está en llamas...

Guerras, terrorismo, pobreza,
calentamiento global.

¡Y tú estás fotografiando semillas!"

(risas)

Pues a lo cínicos les respondo:
“¡Cambien su lente!”

Celebrar lo positivo no es una perspectiva

que niega la existencia de dolor
y sufrimiento en el planeta.

Más bien es una forma de ver los problemas

desde un contexto más amplio
y más balanceado.

Un contexto en el cual podemos ver
que hay más cosas positivas

que negativas en el mundo.

Cuando me coloco mi lente de celebración,

cuando me permito ver y conectar
con la belleza del mundo,

me siento como un vaso
tan lleno que se desborda.

Siento... Siento como si me enamorara.

Es así como se siente.
Es decir, piénsenlo.

Piensen en cuando están enamorados,

y se despiertan en la mañana,
van al baño y empiezan,

- "¡Ah, el cepillo de dientes...
- (risas)

- ...es un milagro!"
- (risas)

Igual con la jabonera y la toalla.

El mundo entero es hermoso,
y te sientes tan lleno y enérgico.

Y no es de sorprender,
porque cuando nos enamoramos,

estamos en sintonía
con una fuente de energía increíble.

La llamamos... ¡Pasión! ¡Pasión!

Qué no daríamos para estar siempre
conectados con la energía de la pasión.

Bien, una visión extraordinaria
hace eso, libera pasión.

Así que no importa lo extraña
que pueda ser una situación,

lo primero que voy a buscar será:
"¿Qué puedo celebrar aquí?

¿De qué me puedo enamorar?”

En este caso, fue fácil,
porque resultó ser mi hija.

Cualquier padre hubiera ayudado
a su hija en esta situación.

(risas)

Pero no me importó.

Siempre que podía encontrar
lo positivo de una situación,

me sentía apasionado
y energizado para realzarlo

- y deshacerme de todo lo demás.
- (audiencia) ¡Ay!

En lugar de comenzar,
como hacemos siempre,

a ver lo negativo de la situación...

¿cuál es el lado positivo?

Porque eso nos conecta con nuestra pasión.

¡Nos llena de energía!

Celebrar lo positivo nos da energía

para encontrar
esa otra respuesta correcta.

Como Miguel Ángel dijo una vez:

"Vi un ángel en la piedra,
y la esculpí hasta liberarlo."

"Vi un ángel en la piedra...
y la esculpí hasta liberarlo."

Cada día podemos escoger
qué lente usar para ver el mundo.

Es nuestra elección.

¿Y saben qué? Mientras más lo hago,
más escojo la lente de celebración.

Cada vez que me doy cuenta,

tanto en la fotografía como,
aún más importante, en mi vida,

de que la diferencia entre una buena toma
y una magnífica toma

es mucho más pequeña
de lo que me hubiera imaginado.

Una buena toma:
Una gloriosa mañana en una playa de Maui.

Unos pasos más allá...
Una magnífica toma. Magnífica.

Buena toma: Un vaquero en el Cañón Bryce.
Créanlo o no, se llamaba Binky.

(risas)

Tomo la foto de Binky y me encanta.

Pero entonces sigo a Binky 10 metros
hasta la puerta del granero...

Increíble toma, maravillosa.

Buena toma: El Puente Golden Gate
al atardecer con la luna apareciendo.

¡Vaya! ¿Cómo podría ser mejor?
Quince minutos después... Magnífico.

¡Cambien sus lentes, cambien sus vidas!

Doy conferencias en todo el país
a todo tipo de personas.

¿Y saben qué? Todos ansían
tener esta lente de celebración.

Todos quieren intentarlo.

Todos la tenemos.
Está ahí esperando por nosotros.

¿Por qué no hacerlo?

Tal vez porque el Internet y los medios
nos bombardean todos los días

con lo negativo del mundo.

Y es tan fácil sumergirnos en ello.

Es tan fácil quedarnos
mirando la oscuridad.

¿Pero no sería mejor concentrarnos
en la luz en vez de la oscuridad?

¿No preferirían concentrarse
en lo positivo en vez de lo negativo?

Ese es el cambio que hacemos

cuando nos ponemos
la lente de celebración.

¿Siempre tengo puesta esa lente?

Claro que no, soy humano.

Pero hace tiempo
me dieron una piedra angular,

una piedra angular y una guía

que me permitirá ponérmela de nuevo
si me la quito alguna vez.

Me gustaría darles ambas cosas
a ustedes esta noche,

al contarles la historia
de cómo llegaron a mí.

Yo estaba fotografiando en una isla
en las costas de la Columbia Británica.

Y no iba nada bien.

El clima estaba sombrío,
igual que mis fotos,

pero me estaba alistando
para salir de nuevo.

Tenía un gran bolso de cámaras
y un enorme trípode...

y miré arriba, y en las escaleras
de la cabaña donde me quedaba

había un niño de cinco años,

un niño de cinco años
con una gran sonrisa en la cara.

Él me miró y dijo: "¿Tienes una cámara?"

Yo estaba cubierto de cámaras.

(risas)

Respondí: "Sí, tengo una".

Y entonces levantó su mano
y me di cuenta de que me preguntaba

porque él tenía una cámara mágica.

Era amarilla. Tenía una lente azul.

Tenía una mira roja
y el botón de rebobinado turquesa

con una pequeña pajilla saliendo.

Me dijo: "¿Puedo fotografiar contigo?"

Eso era lo último que quería,

pero no pude decirle que no
así que le dije: "Vamos".

Nos adentramos en el bosque
y saqué mi primera toma.

Y este niño era tan simpático,
se colocó frente al trípode así,

se apoyó en él, levantó la cámara, "clic".

- "¿Lo tienes?” "Sí."
- (risas)

Y de nuevo esa sonrisa.
Seguimos andando.

Yo disparando y refunfuñando,
él disparando y sonriendo.

Y comenzó a llover.

Comenzó a llover.

Y me preparaba para la última
toma deplorable de un día deplorable.

Y él solo estaba sentado
junto a mí en la hierba,

mirando con atención todo mi equipo,
y, finalmente, levanta la cara y me dice:

"¿Tu cámara tiene jugo dentro?"

(risas)

Le dije: "No." Me responde: "La mía sí."

(risas)

Y succiona la pequeña pajilla.

Su pregunta casi me tumba...
"¿Tu cámara tiene jugo dentro?"

No, la mía no, y la suya sí.

Yo era quien tenía la perspectiva errónea.

Yo fui quien perdió la pasión

para encontrar esa próxima
respuesta correcta.

No había más que decir,

fui y me compré una cámara de jugo.

(risas y aplausos)

Y cada día, Adam y esta cámara

me recuerdan que celebre
lo positivo del mundo.

Y cada vez que lo hago,

cada vez me permito a mí mismo
enamorarme de todo,

y realmente veo un mundo
de luz y posibilidades.

Vamos, todos lo han visto...

no solo en los rostros
de sus hijos y nietos,

está ahí afuera todo el tiempo.

Y saben que la belleza
de ese mundo... nuestro mundo,

nos muestra un ejemplo maravilloso
de cómo vivir, de cómo amar.

De un banquete servido,
de un vaso rebosante.

Y sé que si permitimos
que esa belleza nos llene,

nosotros también estaremos rebosantes,
y lo expresaremos en todo lo que hagamos.

En nuestros ideales, en la pasión
y compasión que sintamos,

en el amor que ya no temeremos expresar.

Esa perspectiva, esa lente...

cambiará tu vida como ha cambiado la mía.

Amigos míos, vean esa visión,

¡y celebren lo positivo del mundo!

Muchas gracias.

(aplausos)

Gracias.

(vitoreos y aplausos)