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El 30 % de los alimentos se pierde
o desperdicia a nivel mundial.
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Esto promedia 614 kilo-caloría
por persona, diariamente,
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lo que equivale a ¡10 huevos medianos
o 21 zanahorias grandes!
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Pero ¡espera! ¿Qué tiene que ver esto
con el cambio climático?
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Ciencia climática.
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Cuando los alimentos
se pierden o desperdician,
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todos los recursos que se utilizaron
también se desperdician.
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Esto representa 1,4 billones hectáreas
de tierra desperdiciada a nivel global
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y 250 km³ de desperdicio
de agua anualmente.
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Esa superficie de tierra es mayor que
Canadá e India juntos
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y es suficiente agua para llenar
¡100 millones de piscinas olímpicas!
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Y es más, la pérdida y desperdicio
de alimentos son responsables
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del 8 - 10 % de las emisiones globales
de gases de efecto invernadero.
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Estas emisiones no solo se originan
de la producción y el transporte
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de la comida desperdiciada
sino que vienen directamente
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de los alimentos en descomposición
cuando son descompuestos
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por los microorganismos.
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A pesar de todo este desperdicio,
en el 2019 cerca del 1 de cada 10 personas
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en el mundo estuvieron expuestos
a una inseguridad alimentaria severa.
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Con solo reducir en un 50 %
la pérdida y desperdicio de alimentos
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habría suficiente comida para alimentar
toda esta gente y aún más.
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Aunque la pérdida alimentaria
ocurre en todas las etapas
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de la cadena de suministro alimentaria,
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la causa principal varía
entre diferentes países.
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En los países más ricos, más del 40 %
de la pérdida y desperdicio de alimentos
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ocurre en el comercio minorista
y de consumo, mayormente se debe
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al comportamiento del consumidor
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y oferta alimentaria
que supera a la demanda.
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La pérdida de alimentos
en países de ingresos bajos,
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mayormente ocurre
en la cadena de suministro
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debido a técnicas de cosecha
deficientes, almacenamiento insuficiente
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e instalaciones de enfriamiento
y escasez de infraestructura
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para transportar
y mercadear los alimentos.
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¿Qué podemos hacer para reducir
esta pérdida y desperdicio de alimentos?
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Bueno, empecemos por el inicio
de la cadena de suministro:
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tenemos que reducir la pérdida alimentaria
en la propia granja.
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Las condiciones subóptimas,
como falta de agua y mucho calor,
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reducen significativamente el potencial
de crecimiento de cultivos alimentarios
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y un 20-40 % de cosechas a nivel mundial
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se pierden por pestes de insectos,
maleza y enfermedades.
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La calidad de suelo mundial también
se está degradando, lo que es más difícil
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para que las plantas accedan
a los nutrientes que necesitan
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para crecer y los agricultores
tienen que depender
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de fertilizantes artificiales.
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Al mejorar la calidad del suelo y explotar
interacciones naturales entre las plantas,
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los animales y su ambiente,
los agricultores pueden mejorar
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su producción agrícola mientras
reducen el desperdicio y uso de recursos.
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Proveer a los agricultores
con tecnologías de cosecha efectiva
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será importante también, ya que la comida
se pierde por daño o derramamiento
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durante el proceso de la cosecha.
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Una de las mayores causas de la pérdida
de alimentos en países de ingresos bajos
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es el almacenamiento: si los alimentos
de dejan en un lugar que es muy caliente
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o muy húmedo, fácilmente se puede
desperdiciar o descomponer.
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Mejorar las instalaciones de almacenaje
y la infraestructura de transporte
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puede reducir significativamente
la pérdida: si los países de bajo ingresos
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tuvieran el mismo acceso
a la refrigeración
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como las naciones más ricas, la pérdida
de alimentos se reduciría ¡en un 25 %!
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Para solucionar este problema,
tenemos que desarrollar
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soluciones aisladas de bajo costo
para la preservación de alimentos
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como el almacenaje
de energía solar portátil.
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La elaboración de alimentos y un empaque
más duradero también puede prevenir
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la descomposición de alimentos durante
el almacenamiento, transporte
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y la etapa de consumo, aunque
tendríamos que considerar
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la sostenibilidad el empaque
que sea utilizado.
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Sin embargo, la innovación
solo nos puede llevar hasta aquí.
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Los comportamientos de minorista
y consumidor también tendrán que cambiar.
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Por ejemplo, los supermercados
establecen estándares muy altos
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de cómo deben verse los alimentos,
lo que significa que la comida
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no bien presentada se descarta
aunque está perfectamente consumible.
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El aceptar estos alimentos "feos"
a nivel de minorista y consumidor
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reducirán significativamente
qué tanto se tira.
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Los restaurantes, minoristas, proveedores
también pueden reducir su desperdicio
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al vender los alimentos en porciones
adecuadas y al donar los alimentos
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que sobraron a los que
no están en capacidad de costearlos.
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Pero ¿qué podemos hacer como individuos?
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Bueno, podemos empezar por planificar
y solo comprar lo que necesitemos.
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Podemos cocinar con los sobrantes
y congelar para mantenerlos frescos
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por más tiempo.
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Además de promover prácticas de menos
desperdicio, también tenemos
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que estar más conscientes de cómo guardar
la comida adecuadamente
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y cómo saber si está buena para consumir
después de la fecha de vencimiento.
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Mientras el mundo es más rico,
el desperdicio de alimentos
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a nivel de consumidor, se ha convertido
cada vez más en un problema.
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Por lo tanto, es importante que la gente
esté consciente del impacto
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del desperdicio y qué pueden hacer
para hacer la diferencia.
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¡Hasta la próxima!