-
- Antonio
- ¿Sí? Dime
-
- ¿Está cerrada la cocina?
- Ya no hay nadie, ¿por qué?
-
- Ha llegado un señor de Roma, del ministerio. Querría comer algo
- La cocina está cerrada
-
- ¡Lástima!, te hubiera dado una buena propina.
- La cocina está abierta
-
- Siéntese
-
- Por favor
- Gracias
-
- Señor, ¿no va a comer nada?
- No, no
-
- Buenas noches
- Sé que la cocina está cerrada, aunque sea algo frío, lo que tenga...
-
- Mire, todo esto está buenísimo, ¡elija algo!
- Algo ligero
-
- Bien, tenemos carne: un precioso bistec bien grande, o cordero, riñones, hígado frito rebozado
-
- O si lo prefiere pescado
- Pescado, pescado..
-
- Bien, tenemos un rodaballo enorme, o bacalao aceitoso, empanado, engrasado con grand marnier,
-
- O si lo prefiere salmón sin grasa...
- Un salmón, muy amable
-
- ¿Acompañamiento?
- ¿También hay acompañamiento?
-
- Claro… Tenemos setas bien fritas, o patatas con crema de mantequilla de Nancy con crema escamosa, o…
-
- No tendrían una ensalada muy ligera... si no nada
-
- ¿Una ensalada ligera? Qué lástima, porque las setas bien fritas son realmente excepcionales.
-
- Entonces hemos dicho... ensalada ligera, salmón sin grasa... ¡y un vaso de vino blanco!
-
- Perfecto, lo más rápido que pueda, por favor
- Haré lo posible
-
- Por favor...