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Ella acaba de recibir
una carta documento.
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Supone que le piden
que pague o que se vaya
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y piensa en los chicos,
piensa en su trabajo,
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piensa en la pareja que la abandonó;
la abre y lee.
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No entiende, no puede entender.
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Le están pidiendo que se vaya ahora,
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que se vaya ya, los chicos no están,
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las cosas desparramadas.
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Hoy no tendría dónde ir a dormir.
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Si tuviera un traductor en el teléfono,
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sin perder ninguna información,
podría leer esto.
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[Pague en 48 hs, si no será demandada.]
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Y se quedaría tranquila,
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y tal vez se iría al
Centro de Acceso a Justicia
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donde le dirían que tiene tiempo
y que la van a ayudar.
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Pero no hay traductor
del lenguaje abogadil
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a un lenguaje que entendamos todos.
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Google dice que es demasiado caro
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para los pocos que somos la comunidad
de los que hacemos derecho.
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La carta no se entiende
pero manda dos mensajes.
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El primero es "puse un abogado".
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El conflicto escaló y ahora
no lo podemos resolver charlando.
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El segundo es más oscuro.
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El segundo le dice
"Ud. está fuera del lenguaje de la ley".
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El lenguaje le pertenece
a los abogados y a las abogadas,
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a los jueces y a las juezas,
pero no a Ud.
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Como ella se va a tener
que arreglar de alguna forma,
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todos sabemos que
muchas veces en la Argentina,
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"alguna forma" es por afuera de la ley.
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Para que eso no suceda,
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yo formo parte de la
Red Argentina de Lenguaje Claro,
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donde tratamos de acercar
el lenguaje de la ley
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al lenguaje de todos los días.
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Después de todo,
la ley en democracia, es nuestra.
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(Aplausos)