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- Hola a todos, feliz jueves.
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Hoy veremos cómo
enfrentarnos a los cambios.
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Pero, antes de empezar,
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¿sois nuevos en mi canal?
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Bienvenidos. Soy una terapeuta
con licencia
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y creo vídeos educativos
sobre salud mental.
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Publico vídeos los lunes
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y los jueves,
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así que suscribíos
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y activad las notificaciones
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para no perderos ninguno.
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Sumerjámonos en el tema de hoy.
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Si me seguís en Instagram,
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sabréis que, hace poco, descubrí
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que el estudio de yoga al que voy
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desde hace 12 años va a cerrar.
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Indagué un poco y descubrí que la razón
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es la poca asistencia,
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los profesores no se registran
para impartir más clases,
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así que el estudio
ha estado muriendo lentamente
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durante el último año aproximadamente.
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Para mí, ha sido una noticia horrible,
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y no hay nada que
pueda hacer para evitarlo.
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Esto es lo que me ha animado
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a preguntaros a todos en Instagram
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si queríais que hiciera un vídeo
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sobre cómo enfrentarnos
a cambios difíciles.
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Y muchísimos de vosotros
respondisteis que sí.
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Estos son mis cinco consejos
para enfrentarnos al cambio
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de una forma sana.
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El primero es algo obvio,
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pero me parece que es necesario decirlo:
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tenemos que aceptar
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que el cambio es parte de la vida.
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Sé que no es demasiado útil,
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pero creo que es importante reconocer
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y aceptar que los cambios
ocurren continuamente.
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Tenemos control sobre algunos,
pero no sobre la mayoría.
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Y si nos damos la oportunidad
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de reconciliarnos con el hecho
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de que la vida continúa,
de que la gente cambiará
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y de que se os pedirá que
también vosotros cambiéis,
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si lo hacemos, puede
ayudarnos a seguir adelante
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o a ver las cosas
de una manera diferente.
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Personalmente, me encanta
recordármelo a mí misma,
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porque significa que nada
permanece igual para siempre.
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Tiene que cambiar, y la
verdad es que esa idea
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puede llegar a ser una liberación.
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Mi segundo consejo es
que debemos permitirnos
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sentir la pérdida, el enfado,
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la ira, la tristeza
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o lo que sea que sintáis.
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Daos tiempo para sentirlo.
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Hablad sobre ello, escribid
sobre ello, quejaos a un amigo,
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terapeuta o familiar.
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Eso es bueno. Y solo para asegurarnos
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de que este tiempo es
beneficioso, seguid desahogándoos
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y centraos en cómo os sentís ahora.
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En por qué esa persona, lugar o cosa
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era importante para vosotros
y qué echaréis de menos
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en el futuro.
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Intentad evitar lamentaros sobre cosas
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que deberíais haber dicho o hecho,
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o revivir experiencias pasadas
que ahora no podemos cambiar.
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O, básicamente,
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evitad cualquier cosa que
nos lleve de nuevo a un pozo
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de desesperanza e impotencia.
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Intentemos centrarnos en el presente
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y en lo que ocurre ahora.
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En cómo nos sentimos ahora,
lo que nos gustaba de ello,
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lo que echaremos
de menos sobre esa persona,
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etc.
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Vivid en el presente todo lo que podáis.
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Mi tercer consejo: escribamos la historia
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que nos vamos a contar
sobre esta pérdida o cambio.
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¿Vamos a escribir una historia triste?
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A lo mejor es esperanzadora,
posiblemente sea dolorosa.
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¿O vamos a intentar predecir el futuro?
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Eso es lo que yo hago.
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¿O hemos perdido
la esperanza en el futuro?
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Quizá nos ilusione el cambio
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y lo que nos traerá.
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Pero intentad escribir sobre ello.
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Sin juzgar, simplemente sed
honestos con vosotros mismos
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y con vuestro proceso.
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Esto puede ayudarnos mucho a ver
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lo que quizá ya estemos asumiendo
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o nuestros sentimientos reales
hacia algo.
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Puede ser otro modo
de acercarnos a nuestro dolor,
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o a nuestra ira o tristeza, o
incluso a nuestras ilusiones,
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y descubrir su origen
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y lo que nos decimos
a nosotros mismos sobre ello.
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Mi cuarto consejo es que quiero
que escribáis la historia
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que queréis tener
sobre esta pérdida o cambio.
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Claro que estas dos historias
pueden ser iguales
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si lo aceptáis y
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sabéis que todo saldrá bien.
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Pero también pueden ser muy diferentes.
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Es normal estar atrapados
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en un tipo de historia
y podemos estarlo tanto
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que todas las historias
de nuestra vida nos parezcan
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seguir el mismo patrón.
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Por ejemplo, puede que solo sepamos contar
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historias tristes sin futuro,
o en las que siempre
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somos la víctima.
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O quizá solo sepamos contar
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historias alegres y llenas de ilusión.
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Quizá nos resulte muy difícil usar
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la tristeza o la ira.
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De cualquier modo, filtramos
nuestra experiencia
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y solo nos permitimos ver
la vida de esa manera.
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¿Tiene sentido?
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Solo podemos contar
un tipo concreto de historias
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y eso puede limitar nuestra capacidad
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para superar cambios,
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disgustos o, incluso,
evitar que veamos claramente
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nuestra vida.
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Dedicad tiempo a este consejo.
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Pensad en cómo
os gustaría ver este cambio.
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Y si lo ponéis en práctica,
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podréis cambiar vuestro modo
de pensar sobre él.
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Es como magia terapéutica, os lo prometo.
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Por último, mi quinto consejo
es cuidar de vosotros mismos.
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Ya sé que parece que todo el mundo
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habla sobre cuidar
de uno mismo últimamente.
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Pero nadie nos dice qué es ni lo define.
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Y no, cuidar de nosotros
mismos no es simplemente
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darnos un masaje o ir de vacaciones.
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Puede ser mandar un mensaje a un amigo
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cuando necesitamos consejo
o un nuevo punto de vista,
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o ir a dar una vuelta.
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Pensad en cualquier cosa que os brinde
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un poco de felicidad, que os ilusione
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o que os haga sentir mejor.
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Después, haced todo lo posible
por incluir,
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al menos, una de ellas
en vuestra rutina diaria.
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A lo mejor es levantaros
cinco minutos antes
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para poder disfrutar
de un café, ver las noticias
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y hacer ejercicios de respiración.
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O quizá sea daros
un baño una vez a la semana
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y dedicar tiempo a relajaros.
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O plantar flores en el jardín.
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O simplemente dedicar un minuto a respirar
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y a hacer estiramientos.
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Cualquier cosa que podáis permitiros,
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intentad hacerla más a menudo.
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Recordad que es más importante
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cómo pensamos sobre el cambio
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que el cambio en sí.
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Percibid si vuestros pensamientos
os llevan en una dirección
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que no queréis
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o si os cuentan una versión
muy filtrada de la historia.
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Entonces, volved a la historia
que escribisteis,
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la que queréis tener sobre este cambio,
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y leedla de nuevo.
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Incluso, podéis plantearos
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qué podríais hacer hoy
para que ocurra esa historia.
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Pensamiento a pensamiento y paso a paso,
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podemos acercarnos más y más a ella,
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hasta que la historia que queremos tener
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sea la que estemos viviendo.
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Mi profesor favorito
de yoga siempre nos recuerda
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que son los árboles frágiles
los que se rompen
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en las tormentas,
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mientras que el bambú, que es flexible,
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se dobla cuando es necesario.
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Espero que todos estos consejos
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os ayuden a sentiros más flexibles
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para que podáis doblaros como el bambú
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y superéis cualquier tormenta
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que surja en vuestro camino,
porque, en la vida, se dan
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siempre cambios, grandes o pequeños.
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Y solo espero que alguno de estos consejos
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os sean útiles en vuestra propia vida.
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Como siempre, compartid
vuestros propios consejos
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para enfrentaros
al cambio en vuestras vidas
-
en la sección de comentarios.
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Hasta la próxima. Adiós.
