-
Prometiste ver el partido
sin aburrirte...
-
...si iba a la òpera.
Ya he comprado los tapones.
-
Con tu vista, me sorprende
que veas el disco.
-
¡Bien!
-
Qué ganas de acostarme.
-
- Dan un filme de Bob Hope en TV.
- Lo sé.
-
¡Qué tío! Matò, descuartizò
y se comiò a 12 personas.
-
- ¿Sí? Un estilo de vida alternativo.
- Sí, claro.
-
¡Retenga el ascensor!
-
- Retenga el ascensor.
- Vale.
-
- La veo a veces en el gimnasio.
- ¿Sí?
-
- Vivimos ahí.
- Voy cuando logro disciplinarme.
-
- Es importante el ejercicio.
- Desde luego.
-
Ha cambiado mi vida.
-
Yo prefiero atrofiarme.
-
Compramos una cinta de footing.
-
Nosotros nos deshicimos
de la que teníamos.
-
Hay que usarla
de vez en cuando.
-
Te confunden tantos
programas computerizados.
-
- Nunca llegaré a entenderlo.
- Ya sé.
-
Ha sido maravilloso.
-
Uno nunca conoce a sus vecinos.
-
Buenas noches.
-
Son encantadores.
-
- ¿Oigan?
- ¿Sí?
-
¿Por qué no pasan a tomar algo?
Nos encantaría.
-
- Bueno.
- Hace un gran café irlandés.
-
- Venga.
- Dan un filme que quiero ver.
-
Enséñeme còmo funciona la cinta.
-
Créame, si yo soy capaz de
utilizarla, cualquiera es capaz.
-
- No sé lo que hago.
- Es fàcil.
-
- Estoy en el nivel 5.
- ¿Tan avanzada?
-
Trabajo mucho.
Mire estos diagramas.
-
Es increíble.
-
- No los entiendo.
- A ver.
-
Sí, bueno. ¿Ve esto?
-
Le enseñaré uno de
correo aéreo de 1933.
-
Muy raro y muy bonito.
Fíjese.
-
Es único porque tiene
un defecto de grabado.
-
- A ver si lo ve.
- Es difícil.
-
- Le daré una pista: En la esquina.
- ¿Esa cosita?
-
Sí, eso le da mucho valor.
-
Tengo una serie conmemorativa
muy valiosa. Fíjese en el color.
-
- Èstos...
- Les estamos entreteniendo.
-
- No, qué va.
- Debo irme.
-
- ¿A qué se dedica?
- Edito libros.
-
¿De veras?
-
Yo estoy reformando
un cine viejo.
-
Antes tenía 3.
Pero ya no es lo que era.
-
Mire éstos.
Las perforaciones estàn intactas.
-
- ¿Y Carol? Debo irme.
- ¿En serio?
-
- Sí.
- El café està listo.
-
- Olvidé el café.
- Seguiremos después con esto. Vamos.
-
No tenemos hijos,
pero es fàcil comprenderlo.
-
- ¿A qué universidad va su hijo?
- Brown.
-
Bonito color.
-
Paul no estudiò.
Se hizo a sí mismo.
-
El conocimiento es la 2ª cosa
màs importante.
-
Primero la salud. Luego el
conocimiento. Y luego el dinero.
-
- Còmo pasa el...
- ¿Trabaja?
-
- ¿Yo?
- Sí.
-
Bueno, yo trabajé en publicidad,
pero eso fue hace muchos años.
-
Pero estoy pensando en
poner un restaurante.
-
- ¿En serio?
- Pero Larry intenta disuadirme.
-
Es una gran cocinera.
Su tortilla de hinojo...
-
...te deja en posiciòn fetal
y postrado en la cama.
-
Le gusta burlarse de mí,
pero adora la comida exòtica.
-
Mi debilidad son los postres.
Nata, mantequilla...
-
Le haré un postre que alucinarà.
Deberà hacer gimnasia durante un mes.
-
Iremos a Le Cirque
para el aniversario.
-
28 años en noviembre.
-
- ¿Qué regalo a quien tiene de todo?
- Ya tenemos tumbas gemelas.
-
Yo creo que un Bentley
es de buen gusto.
-
En nuestro 20º, le di
unos pañuelos preciosos.
-
- Con mis iniciales.
- De mucha clase.
-
Y ni siquiera sabía su talla.
-
¿No podías alargar màs
la conversaciòn?
-
- Hice señales.
- Intentaba ser buena vecina.
-
Si este tipo vuelve a
enseñarme sus sellos...
-
Mi aficiòn favorita
es mirar matasellos.
-
Vamos, ha sido agradable.
Estàn impacientes por su aniversario.
-
Y yo por ver ese filme.
No sé por qué lo dan tan tarde.
-
- ¿Crees que nos pasarà eso?
- ¿Qué?
-
Que nos volvamos como ellos.
Una pareja aburrida de viejos...
-
Ya lo somos...
-
...con nuestros paseítos,
TV y tumbas gemelas.
-
Ojalà podamos estar
tan en forma a su edad.
-
¿Has visto las pesas
que levanta ese tío?
-
A mí me saldría una hernia
como la Falla de San Andrés.
-
- ¿Con qué frecuencia haràn el amor?
- Màs que nosotros.
-
Seguro que una vez por semana.
-
- ¿Larry?
- Estoy reventado. ¿Qué?
-
¿Aún me encuentras atractiva?
-
¡Qué cosas preguntas!
Pues claro.
-
¿No nos volvemos
unos còmodos zapatos viejos?
-
De còmodos, nada.
No te preocupes por eso.
-
- ¿Qué tal?
- Bien.
-
- Nos llevaremos éste.
- Es bonito.
-
¿Os veremos el jueves
donde Elaine?
-
No. El jueves vamos a la òpera.
-
- Ted irà.
- ¿Còmo està?
-
- Se alegra de estar divorciado.
- Qué va.
-
No se las arregla bien.
No està acostumbrado.
-
Parece contento.
-
- ¿Vais a curiosear?
- Vamos al cine.
-
A ver Double Indemnity.
-
- ¿Venís?
- Empieza pronto.
-
Pondría a la policía tras ella.
-
La interrogarían.
Y no veas lo que sacarían.
-
No tienen motiv os.
-
No muchos.
-
Sólo 26 años de experiencia y
un trozo de cemento en mi estómago.
-
- Ese filme es genial.
- Es uno de mis favoritos.
-
¿Con quién podríamos
emparejar a Ted?
-
- Habrà alguien en tu oficina.
- ¿Ted?
-
- Siempre pensé que le gustabas tú.
- ¿Yo?
-
- ¿Por qué te extrañas?
- Le adoro, pero es como una amiga.
-
- Ahora està divorciado, ¿lo sabes?
- ¿Detecto una pizca de celos?
-
- Llamé a urgencias.
- ¿Qué pasa?
-
- ¿Es urgencias?
- ¿Qué ocurre?
-
- Le ha dado un ataque.
- Cielos.
-
- Està muerta.
- ¿Muerta?
-
- Muerta.
- Le estàn dando un calmante a él.
-
Era la salud personificada.
-
- No han podido hacer nada.
- La conocimos anoche.
-
- Es terrible.
- ¿Qué ha pasado?
-
Ha sido el clàsico infarto.
De repente.
-
¿Podemos ayudar?
-
Pueden ser buenos vecinos.
Le hemos calmado.
-
Les conocimos anoche.
-
- Nos invitaron a café.
- Era encantadora.
-
Muy maja.
-
- Cielos.
- Estàs preciosa.
-
- Hola.
- Hola.
-
- Lo siento mucho.
- Gracias por las flores.
-
Todo un detalle.
-
- Si podemos hacer algo...
- Lo que sea.
-
Ha sido tan horrible,
tan repentino.
-
- Parecía tan sana.
- Tenía el corazòn delicado.
-
¿En serio? No lo mencionò.
-
- No era su estilo.
- Ya, bueno...
-
- Si podemos hacer...
- Lo que sea.
-
Si se siente solo,
pase a vernos.
-
- Me debe un postre francés.
- No lo he olvidado.
-
- Van muy elegantes.
- Vamos a la òpera.
-
Que se diviertan.
-
- Buenas noches.
- Buenas noches.
-
Vamos, es tarde.
-
El trato era que
tú verías toda la òpera.
-
No puedo escuchar tanto Wagner.
Me entran ganas de invadir Polonia.
-
Es raro. Una noche toma café,
¿y a la siguiente està muerta?
-
Y no parecía que estuviera
a punto de morirse.
-
Quizà la matò.
Igual tiene una amiguita.
-
Deberías verle.
-
Se pone cachondo lamiendo sellos.
Es un aburrido...
-
Depende de quién esté
en el sello.
-
Ella no dijo que tuviera
el corazòn delicado.
-
¿Qué iba a decir? " Hola...
-
...tengo mal el corazòn".
-
Me contò lo de su histerectomía.
-
Es màs fàcil hablar
de una histerectomía.
-
Le gustaban los postres, ¿no?
-
Pues se pasaría.
-
No hacía régimen.
Hablamos de eso.
-
Es un modo genial
de matar a alguien.
-
- ¿Còmo?
- Obstruyéndole las arterias...
-
...con nata, mousse de chocolate,
mantequilla. Se quedan secos.
-
- Es genial.
- Repulsivo, pero...
-
Me encanta.
-
A mí me gustaría
morir empastelada.
-
Te ayudaré.
-
Me comería otro trozo de pastel.
-
¿En serio que vas a
poner un restaurante?
-
Cuenta conmigo.
Quiero participar.
-
En serio.
-
- Anímate.
- No sé. ¿Lo dices en serio?
-
- Sería maravilloso.
- ¿Por qué la animas tanto?
-
- Cocina bien.
- Gracias a ti.
-
Fue idea suya
lo de las clases de cocina.
-
Un restaurante es
un asunto serio.
-
- No debe tomarse a la ligera.
- Y no lo hago.
-
¿Sabes lo esclavo que es?
-
- Oye.
- Si no, te roban.
-
- Es lo mío.
- Ella cocinarà. Es una profesional.
-
Ella cocinarà y yo daré la cara,
como Rick en Casablanca.
-
Al menos, ganaría
dinero haciéndolo.
-
Yo seré el primer cliente.
-
Pensé en emparejar
a Ted con Helen Dubin.
-
Pero igual se ponen a discutir
sobre la envidia del pene.
-
- El pobre sufre mucho con eso.
- ¿No parecía demasiado alegre?
-
Yo le he visto
como siempre, pero...
-
...hablando sobre el restaurante,
se ha iluminado.
-
¿El restaurante?
-
Se ve a sí mismo como
Bogart en Casablanca.
-
Yo le veo como Peter Lorre.
-
Me refiero al Sr. House.
¿No parecía demasiado alegre?
-
- ¿Nuestro vecino viudo?
- Sí.
-
Demasiado tranquilo para alguien
que acaba de quedarse viudo, ¿no?
-
¿Qué quieres, que vaya
por la calle sollozando?
-
Sòlo sé que parecían esperar
impacientes su aniversario...
-
Si me cayera muerta,
¿no me llorarías unos meses?
-
No bromees con eso.
No me gusta.
-
Soy yo quien
necesita un chequeo.
-
No sé. Yo le he visto
demasiado alegre. ¿Comprendes?
-
De pronto quiere sus postres
y "Que se diviertan en la òpera".
-
Y "Van muy elegantes".
Debería estar destrozado.
-
Ya. Ademàs, no me quito de la cabeza
el tema de The Flying Dutchman.
-
Recuérdame que compre discos de
Wagner y alquile una sierra mecànica.
-
Helen Dubin no pega con Ted.
-
- Es demasiado sosa.
- Y él.
-
Pueden sazonarse mutuamente.
-
Oh, cielos.
-
¿Diga?
-
Sí. Claro que
nos has despertado.
-
No todo el mundo està levantado a
la 1 viendo pornografía. Te la paso.
-
- ¿Quién es?
- Ted. Para ti.
-
Hola, Ted.
-
Sé còmo la matò,
simulando un infarto.
-
La amordazò y la atò
a la cinta de footing.
-
Y luego puso el nivel olímpico.
-
No, no. Pero creo que ese hombre
està demasiado alegre.
-
No se comporta como un hombre
cuya pareja durante 28 años...
-
¿Sigues con eso?
Creía que bromeabas.
-
- Lo sé.
- Pàsamelo.
-
¿Qué? Un momento.
Te paso a Larry.
-
Escucha, no fue asesinada.
-
Fue un infarto.
Allí había un médico, un anciano.
-
- ¿Còmo sabes que era médico?
- No contestaré.
-
Quiero dormir.
-
Pàsame otra vez a Carol.
-
Yo llamaba por otra cosa.
-
Oye, conozco un local genial
para un restaurante.
-
Mira. ¿No es genial?
-
- Qué oscuro.
- Mira qué paredes.
-
Es como atravesar una cueva.
-
- Luego sales aquí.
- ¡Vaya!
-
- Es precioso.
- ¿No es genial?
-
- Pero demasiado oculto.
- No. Èsa es la gracia.
-
Es tan romàntico,
así, escondido.
-
No quieres gente de paso.
-
Quieres un lugar de parejas
donde cueste...
-
...reservar mesa.
- Lo tienes bien pensado.
-
Venía con Julie cuando
estàbamos casados.
-
Paseàbamos por aquí.
-
- De noche es precioso.
- Seguro.
-
Yo pensaba: "¿Qué hacemos aquí
si ya nos queremos?"
-
Y resultaba
doblemente doloroso.
-
Hola. ¿Qué tal?
-
Mis "islas flotantes".
¿Le gusta el merengue?
-
- Me encanta. Adelante.
- Vale.
-
Esto es increíble.
-
- ¿Lo ha hecho Ud.?
- Sí.
-
Se lo dije.
Esto es salsa de vainilla.
-
Adelante.
-
- Trufas.
- Compartàmoslo.
-
- Es para Ud.
- Es demasiado.
-
- Haré café.
- Yo lo haré.
-
Ya ha hecho mucho.
-
Insisto. Siéntese,
descanse y disfrute.
-
- Qué amable es.
- Ya ha sufrido bastante.
-
- ¿Se va recuperando?
- No sé.
-
He pensado en irme, pasado un tiempo.
Esto està lleno de recuerdos.
-
- ¿Tiene a alguien?
- Un hermano en Florida.
-
Espero que tenga tiempo.
¿Le gusta bucear?
-
No. Me pongo nervioso
cuando un pez me mira así.
-
- Le enseñaré unos sellos.
- ¿Sellos? Bueno.
-
Mire éstos.
-
Bien.
-
Café. ¿Estarà aquí?
-
- Està riquísimo. Es Ud. una artista.
- Muchísimas gracias.
-
- ¿Mucha gente en el funeral?
- No.
-
- Teníamos pocos amigos.
- Un acto sencillo.
-
- Es lo mejor, ¿verdad?
- Sí.
-
Y luego te colocan
para que descanses y...
-
Me preguntaba...
¿Dònde estàn las tumbas gemelas?
-
Hemos pensado que es
una idea muy romàntica. ¿Verdad?
-
¿Recuerdas cuando hablamos de lo
romàntico que es tener tumbas gemelas?
-
- ¿Recuerdas?
- Sí. Lo hablamos.
-
Pasar la eternidad
junto al amado.
-
- Parezco uno de esos tipos.
- Sí.
-
Y yo me preguntaba,
¿dònde està el cementerio?
-
Està en Nyack.
-
Pasamos algunos veranos allí.
-
¿Qué era eso de
las tumbas gemelas?
-
He visto que querías decirme algo
y lo he cogido al vuelo.
-
Yo estaba en la cocina
haciendo el café.
-
Como no lo encontraba,
busqué en los armarios.
-
Y allí vi una urna, ¿comprendes?
La abrí y en ella había cenizas.
-
- ¿Te lavaste las manos?
- ¡La hizo incinerar!
-
¿Còmo sabías que era ella?
¿Se parecían a la Sra. House?
-
¿Quién màs podía ser?
-
Un pariente,
su contable, el gato.
-
- Ya. ¿Escondidas?
- ¿Qué quieres decir?
-
- Ese tío no ha hecho nada.
- Yo sòlo sé que ha mentido.
-
Quizàs le dé vergüenza.
-
O no quiera pasar
la eternidad con su amada.
-
Por eso nos dijo eso.
¿Qué màs da?
-
- ¿A quién llamas?
- A Ted.
-
Vaya. Déjale en paz.
-
Es un pobre viudo. Quiere
irse de vacaciones o algo así.
-
¿Sí? ¿Dònde? Ya sé:
Buceando, ¿verdad?
-
¿Y qué? Si le divierte sentarse
en el fondo del mar con un calamar.
-
Claro.
Pero, ¿y si tenían...
-
...una gran pòliza de seguros?
- Sobredosis de Double Indemnity.
-
Hola.
Sí, hola, soy yo.
-
Acabamos de estar
en el piso del vecino.
-
Y me he encontrado
una urna con cenizas.
-
Y él dice que hizo
enterrar a su mujer.
-
Eso se hace para evitar
una autopsia.
-
Que descubran algo,
como un veneno.
-
Claro. Habrían
detectado el veneno.
-
No lo sé. Hay montones
de venenos exòticos.
-
Pero, ¿por qué
tendría que mentir?
-
Os precipitàis
hacia una loca obsesiòn.
-
¿Lo harías?
Yo no sirvo para esas cosas.
-
Bien, de acuerdo.
Luego hablamos. Adiòs.
-
- A la cama.
- No estoy cansada.
-
- ¿Còmo es eso?
- Ted va a llamar a la funeraria.
-
No entiendo còmo
no te intriga esto.
-
- Igual vivimos junto a un asesino.
- Nueva York es un cajòn de sastre.
-
Oh, Dios mío.
-
- ¿Estàs bien?
- Larry, he oído un ruido.
-
En el pasillo. Creo que el
Sr. House entraba en el ascensor.
-
- ¿Segura?
- Estoy casi segura de que era él.
-
¿Y qué? Entrar en el ascensor
no es delito.
-
- ¿Quién lo haría a la 1:30?
- Estaba sopa.
-
¿Qué màs da?
-
¿Sabes esa broma nuestra
sobre la planta geriàtrica?
-
Vale, era él. Ha entrado al ascensor.
No es un delito. Tiene derecho.
-
Vuelve a la cama.
Esto es de locos.
-
- Mañana tengo que madrugar.
- Sé lo que voy a hacer.
-
Voy a llamarle
para ver si està.
-
- ¿Ahora?
- Sí, porque es...
-
- ¿Qué?
- Muy sosp...
-
- ¿Qué haces? No le llames.
- ¡Quita!
-
Es un viudo. Déjale en paz.
Estàs loca. ¡Basta ya!
-
- Le viste. ¿Y qué?
- No està.
-
- Dame esto.
- ¿Qué haces?
-
Para saber quién saliò,
llama abajo.
-
Llamaré.
Esto sigue sonando.
-
¿Qué te propones?
-
¿Dònde està ese tío
a la 1:30?
-
No es asunto tuyo.
Puede ir donde le dé la gana.
-
¿Oiga? Hola.
Soy la Sra. Lipton.
-
¿Acaba de salir
alguien del edificio?
-
¿Seguro? ¿Seguro que nadie...?
No. Muy bien, gracias.
-
- ¿Contenta? ¿Vamos a la cama?
- No lo entiendo.
-
Estàs montando un misterio
donde no hay nada.
-
Ya lo tengo. Espera. Ya sé.
No, espera. Escúchame, Larry.
-
- Entrò en el ascensor. ¡Espera!
- Me voy a dormir.
-
No quiero estar aquí.
-
Entrò en el ascensor
y bajò al sòtano.
-
- Genial. ¿Y qué?
- Tiene coche y la llave del garaje.
-
- Abriò...
- ¿Y qué?
-
"¿Y qué?"
-
Sale de noche y se va
en coche a alguna parte.
-
- Pues tengo razòn.
- Bueno, tienes razòn. Pues vaya.
-
Esa "razòn" va a
llevarnos a la cloaca.
-
- Dice màs de ti que de él.
- ¿Y tu cerrazòn?
-
Vete a la cama.
¿Qué te ocurre?
-
Hola.
-
¿Jack? ¿Podrías subir hoy?
Tengo un escape en la cocina.
-
- Sí, claro.
- ¿Por la tarde?
-
Vuelvo enseguida.
-
- Espere un segundo. Ahora vuelvo.
- Muy bien.
-
Oh, Dios mío.
-
- ¿Diga?
- Ted, estoy en su piso.
-
La urna ya no està. Ha volado.
Sí, puede haber sido eso.
-
Anoche tenía una bolsa.
Quizà la llevaba en ella.
-
Yo en tu lugar
saldría de allí.
-
No, vete. Seguiremos
hablando desde tu piso.
-
No va a bucear con su hermano.
-
Tiene 2 billetes para París y
una reserva en el Hotel Georges V...
-
...con una tal Helen Moss.
-
Hola. ¿Còmo està?
-
Bien. ¿Ha recibido
lo del aumento?
-
¿Cuàndo ha sido?
-
Voy a ver qué màs descubro.
-
Sí. Créeme, esto es...
Estoy aturdida por la excitaciòn.
-
Èsta es la mayor locura
de mi vida.
-
Sí, es una locura. Pero pronto seremos
viejos para hacer locuras. Vete ya.
-
¿Diga?
-
Hola. Sí.
-
Lo sé. Sí, yo también
te echo de menos.
-
Lo tengo todo listo.
-
Sí, mira, yo...
Tengo prisa.
-
Pero luego nos vemos, ¿vale?
-
De acuerdo.
-
Extensiòn cinco.
-
Pues siga insistiendo.
-
Acabo de hablar con ella.
-
¿Qué?
-
De acuerdo.
-
¿Querrà decirle...?
Dígale que ha llamado Tom.
-
Tom.
-
Gracias.
-
Tus revisiones han mejorado
el libro. Es denso, pero...
-
- No quiero que sea transparente.
- No te preocupes por eso.
-
A su lado, el Finnegan's Wak e
parece una fotonovela.
-
Sòlo de ti acepto sugerencias,
pero no me aprietes.
-
No te aprieto.
El libro es genial, pero...
-
¿Cuànto hay de ti...
-
...en Dorothy? ¿Hasta qué punto
se basa en tu vida?
-
Bueno, fui camarera, viví
con un poeta, fui crítica de cine.
-
¿Pero no con un croupier?
-
No, pero me pagué
los estudios con el pòquer.
-
- ¿Aún juegas?
- No, pero todavía sé.
-
¿Sí? ¿Eres buena? Podrías
enseñarme algunos trucos.
-
Podría cambiar
tu juego en 2 horas.
-
¿En serio? Es genial.
Sabes hacer...
-
...tantas cosas, y eres tan guapa,
escribes tan bien y...
-
...sabes jugar al pòquer.
Demasiado...
-
- No diría que soy guapa.
- Yo sí.
-
Pero tengo
un atractivo tremendo.
-
Està bien.
Me has convencido.
-
¿Sales con alguien?
-
No. Que no te engañe mi seguridad.
Es fachada. ¿Por qué lo preguntas?
-
Tengo un amigo recién divorciado,
y seguro de que le chiflarías.
-
¿Cuàndo quieres
las clases de pòquer?
-
La semana pròxima.
Podría invitarte a comer.
-
Lo cargaré a gastos, y tú me enseñas
cuàndo hay que apostar o pasar.
-
- ¿Qué tal una hamburguesa ahora?
- Es una posibilidad.
-
Podríamos... ¿Diga?
-
Sí.
-
¿Dònde estàs?
-
¿Todo marcha bien?
-
¿Seguro?
-
No, podría.
Seguro. Podría.
-
Sí. Necesito unos
cinco minutos. De acuerdo.
-
Sí, sé dònde està.
Vale, espérame.
-
No puedo ir. Mi mujer...
Debo hacer algo.
-
Tomaremos la hamburguesa
la semana pròxima.
-
La historia de mi vida.
-
¿Te colaste en su piso?
¿Estàs loca?
-
- No seas tan carca.
- ¿Carca yo?
-
¿Pero qué dices?
Es un delito.
-
Allanamiento de morada.
-
¿Qué te ocurre? Guarda algo
de locura para la menopausia.
-
Cogí la llave y me colé.
-
Acabaràs alojada
junto a John Gotti.
-
No puedes robar una llave
y entrar en el piso de alguien.
-
No se va a bucear
con su hermano.
-
No quiero ser còmplice.
-
Se va a París
con una tal Helen Moss.
-
- Díselo a Ted.
- Ya se lo he dicho.
-
- ¿Antes que a mí?
- ÈI es màs abierto.
-
Lo sé. Soy un rollo. No infrinjo
la ley. Obedezco la Constituciòn.
-
- Y se ha deshecho de la urna.
- No quiero oírlo.
-
- Le llamò una mujer.
- ¿Còmo lo sabes?
-
- Volviò estando yo allí.
- ¿Sí?
-
Me escondí bajo la cama.
-
No me vio, Larry.
-
No puedo creerlo.
Se me corta el estòmago.
-
Estaba que se derretía
con su tontita.
-
No dejaba de decir: "Tranquila.
Todo saldrà bien. Estaremos juntos".
-
- ¿Y si llega a verte?
- No pensé en tanto.
-
¿En tanto? Estàs hablando
de 2 segundos.
-
Sí, pero escucha.
-
Volviò a llamar a esa mujer.
-
No quiero saberlo.
-
Y cuando la llama,
ella ya no està.
-
Entonces deja este mensaje:
-
"Dígale que ha llamado Tom".
¿Comprendes? ¡Tom!
-
Lo entiendo. Se llama Paul.
Pero me da igual.
-
Creo que he hecho
un gran trabajo, y Ted también.
-
Un detective no lo
habría hecho mejor.
-
Puse todo en su sitio,
tuve cuidado y sòlo cometí un error.
-
- ¿Cuàl?
- Dejé mis gafas sobre su mesa.
-
Le traigo mousse de chocolate.
Sé cuànto le gustò el último postre.
-
Y le daré algo
realmente delicioso.
-
¿Quiere que lo sirva yo?
Es mejor recién hecho.
-
- Para todos.
- Estupendo.
-
Traeré unos platos.
-
- Fabuloso.
- Las puse por aquí.
-
¿Qué tal por ahí?
¿Necesita ayuda?
-
- No, voy enseguida.
- Bien, estupendo.
-
No. Vas a destruirlo todo.
-
¿Qué haces?
-
- ¿Podemos ayudarle?
- ¿Café o té?
-
- Té para mí.
- Encontré sus gafas.
-
- ¿Mías?
- ¿No lo son?
-
- ¡Sí! No, no.
- No son las tuyas. Son iguales.
-
Pues sí, son las mías.
-
- Qué coincidencia.
- Me las debí dejar.
-
- No me di cuenta.
- Qué raro.
-
Pensaste que se quedaron
donde tu madre.
-
Esa mousse parece fabulosa.
-
Me encanta.
-
- ¿Tiene ganas de ir a bucear?
- Muchas.
-
Encontré las gafas
bajo mi cama.
-
Se me debieron caer
e irían allí a patadas.
-
Siempre se le caen cosas
y les da patadas.
-
- ¿Mousse?
- Sí.
-
¿Recuerdas que
pateaste una mousse?
-
- Sí.
- Tardamos 3 meses en...
-
- Siento el retraso. Qué tràfico.
- Lo sé. ¿Adònde vamos?
-
Busqué Helen Moss en el listín.
Ponía "H. Moss".
-
Està en la calle Bank.
Vigilaremos.
-
Traigo un montòn de comida.
Es genial.
-
- Ahí està su casa.
- Así que esperamos, ¿no? Muy bien.
-
Quizà pensò que, si se divorciaba,
le pediría una pensiòn.
-
- O ella controla la fortuna familiar.
- Quizà nos equivoquemos.
-
Quizà muriò de causa natural,
y nosotros tengamos una...
-
...imaginaciòn desbordada
y falta de adrenalina.
-
- Yo necesito algo.
- ¿Qué es eso?
-
Buñuelos de jalea.
¿Quieres uno?
-
Vamos, tienes que echarle ganas.
-
- Oh, Dios mío. ¡Mira!
- ¿Qué?
-
- ¡Helen! ¡Helen! ¡Agàchate!
- ¡Ted!
-
¡Helen!
-
- No es ella.
- ¿No?
-
No, no es ella.
-
- ¿Qué?
- Dios mío.
-
Realmente has pensado
en todo, ¿verdad?
-
Pensaba que iría a trabajar.
-
Quizà no trabaja. Quizà es como tú
y tiene horario de escritor.
-
Escribo una obra sobre
algo que nos pasò.
-
Cielos. ¿El qué?
-
¿Recuerdas cuando fuimos
a Francia con Larry y Julie?
-
Dios mío. Sí.
-
¿Cuando se olvidaron recogernos?
-
Nos alojamos juntos.
-
¿Recuerdas aquellas casitas?
-
Y recuerdo que
compartimos habitaciòn.
-
Pero no cama.
-
Eras demasiado caballero
para proponer eso.
-
- No es que no lo pensara.
- No.
-
Yo sabía lo que te rondaba
porque...
-
...no parabas de servirme
Château Margaux.
-
Pudo haber sido nuestro secreto.
Luego te quedaste frita.
-
Sí, cielos. Parece que
fue hace mucho, ¿verdad?
-
No fue hace tanto.
-
Mira, mira.
-
¿Qué?
-
- ¡Helen! Agàchate.
- Sí, bien.
-
- No nos ha visto.
- ¿No?
-
- Tiene que ser ella. Se ha vuelto.
- Es guapa.
-
- Sí.
- Es...
-
- ¿Qué hace?
- Llamar a un taxi. Sigue abajo.
-
- Tranquilo.
- Voy a seguirla.
-
Cuidado. Està muy empinado.
-
- Es precioso.
- ¿Verdad que sí?
-
Damos reposiciones.
Esta semana, F. Astaire.
-
La que viene, Orson Welles.
-
Serà lo último que hagamos
antes de la reforma.
-
- Paul.
- Venga, si aquí no hay nadie.
-
De acuerdo.
-
- Nunca había estado tras la pantalla.
- Es raro, ¿verdad?
-
Era un cine de estreno
cuando el barrio era mejor.
-
- ¡Cuàntos espejos!
- Antes estaba lleno.
-
Reemplazaré todos
los espejos rotos.
-
Se daban espectàculos en vivo.
Ahora sòlo películas antiguas.
-
- Qué sensaciòn de soledad.
- Ahora estoy solo. Y la Sra. Dalton.
-
Lo reformaré y lo venderé.
-
- El dinero nos vendrà de perillas.
- Seguro.
-
- ¿Qué ruido es ése?
- ¿Dònde?
-
Sra. Dalton, estaba Ud. aquí.
-
No sabía que hubiera alguien.
-
- Oí un ruido. Disculpe.
- No pasa nada.
-
Me encantaría trabajar
como actriz.
-
- Me harta ser modelo.
- Quizà no debas trabajar màs.
-
Oh, Dios mío.
-
- ¿Qué pasa?
- Ven aquí.
-
- Caramba.
- Vamos.
-
Estaba soñando con azafatas.
-
Parece que se ha ido.
Sí, sí, se ha ido.
-
- Otra vez no.
- Echaré otro vistazo a su piso.
-
¿Pero qué dices?
¿Adònde vas?
-
- No volverà, Larry.
- ¿Qué?
-
- Que no volverà.
- ¿Tienes la llave?
-
- Sí.
- ¿Bromeas?
-
Le seguiste hasta el cine.
Dijiste que no pasò nada.
-
Estaba con una especie de modelo,
y hablaban de dinero.
-
- ¿Y qué?
- Èse es el mòvil.
-
- Escucha.
- ¿De qué hablas?
-
- Espera.
- ¿Còmo?
-
Debes volver al psiquiatra,
ver al Dr. Ballard.
-
Ya fui durante dos años.
-
Como la General Motors,
que retira...
-
...sus coches defectuosos.
- Seràn 5 minutos.
-
Soy tu marido y
te ordeno que duermas.
-
Te lo ordeno. ¡A dormir!
-
De haber sido hace unos años,
habrías hecho lo mismo.
-
Recuerda que una vez
resolvimos un misterio.
-
El de los "ruidos en el àtico".
-
La casa de campo.
Fue un misterio agradable.
-
Esto es un asesinato.
-
- Estàs de acuerdo. Es un asesinato.
- ¡Te prohíbo que vayas!
-
¿Así obedeces mi prohibiciòn?
-
No te voy a prohibir
muchas cosas si...
-
¡No lo hagas!
-
Deberíamos estar
durmiendo abrazados.
-
Silencio. Vas a despertar
a los vecinos.
-
- Ya està.
- No està bien.
-
Esto sòlo nos traerà
una gran desgracia.
-
- Càlmate.
- ¿Còmo puedo calmarme?
-
Estoy en un piso ajeno,
en camiseta y pijama.
-
- Ted me dijo que probara una cosa.
- ¿Qué es, tu mentor?
-
- Ted es tonto del culo.
- Calla.
-
- ¿Y si volviera? Tengo el corazòn...
- Larry.
-
- ¿Waldron?
- ¿Quién?
-
- ¿Quién es? ¿Qué desea?
- ¿Quién es?
-
- ¿Conoces a alguien llamado Waldron?
- Cuelga.
-
- Ahora nos han colgado.
- Mejor.
-
Déjame pensar.
¿Waldron? ¿Helen Moss?
-
Usò el nombre de Tom Waldron.
-
- Hay que verificarlo.
- ¿En la morgue?
-
Usas toda la jerga.
¿Adònde vas?
-
No soy trasnochador.
No quiero...
-
No sé lo que busco.
-
- Espera. Mira.
- ¿Vas a revisar su correspondencia?
-
Es de locos.
-
- ¿Qué quieres decir?
- ¡Cielos!
-
- Recògelo. Ràpido.
- ¿Con la aspiradora?
-
- Ponlo bajo la alfombra.
- Es moqueta.
-
- He roto...
- Pues pégala.
-
- ¿Còmo que la pegue?
- Mira.
-
- ¿Qué?
- Mira.
-
¿Y qué? Guantes.
Yo tengo guantes.
-
¿Tú los usas con este tiempo?
-
- Vàmonos.
- Es muy extraño.
-
Los ha dejado fuera.
Todo es siniestro.
-
Según el color del cristal.
Ponte gafas alegres.
-
Me llevaré estos trozos.
Los tiraremos.
-
- ¿Te gustò la tarta de cumpleaños?
- Mucho.
-
Me gusta todo lo
que lleva chocolate.
-
- ¿De qué te ríes?
- Si pudieras quedarte...
-
Nos hacen estudiar mucho.
Tengo que volver.
-
Le llevaré a comprar su regalo.
-
Ella va a una
degustaciòn de vinos.
-
Si voy a poner un restaurante,
deberé saber de vinos.
-
- Hola.
- Hola.
-
Quiero presentarte a alguien.
-
- Hola, Larry.
- ¿Còmo estàs?
-
- Bien. ¿Y tú?
- Èsta es mi mujer.
-
- Carol. ¿Me recuerdas?
- Marcia Fox.
-
- Hola.
- Encantada.
-
Es su cumpleaños.
Por eso hemos venido al 21.
-
Me llamò tu amigo.
Me lleva a cenar a Nueva Jersey.
-
La puse en contacto con Ted.
-
Aquel lugar donde comimos.
-
Lo pasaréis muy bien.
-
- Me alegro de veros.
- Adiòs.
-
- Se lo pasarà en grande.
- Èsa es Marcia Fox, ¿eh?
-
- ¿Y esa cara?
- ¿Crees que es el tipo de Ted?
-
Es el tipo de cualquiera.
Genial, talentosa.
-
- Tienes las pupilas dilatadas.
- Es peligrosamente sexy.
-
En esa degustaciòn, cuando vuelvas
a la vida real, escúpelo.
-
- No bebas mucho.
- ¿Còmo?
-
No quiero que pases la noche
con la cabeza en la taza del vàter.
-
- Ese Mouton del 45.
- ¿Te gustò?
-
- Era sublime.
- Sí.
-
El español barato,
¿no ha sido una sorpresa?
-
Era fantàstico.
Mira esos cuadros.
-
- Y...
- Me encanta ese azul.
-
- Larry te ha emparejado con Marcia.
- Sí, bueno.
-
Dice que es maravillosa.
Y yo...
-
Intento conocer gente.
No es que me muera de ganas.
-
- ¿Vas a llevarla a Vincent's?
- Sí, eso creo.
-
- No es mi mujer ideal.
- ¿No?
-
Mira eso.
Ese parque es precioso.
-
- No puedo tener a mi mujer ideal.
- ¿No?
-
- Estoy borracho. No sé lo que digo.
- Y yo.
-
- Llegaré tarde al psiquiatra.
- ¿Debes ir?
-
- Sí.
- De acuerdo.
-
¿Sabes? Tú serías
mi mujer ideal.
-
- Yo, ¿eh?
- Sí.
-
Vaya.
-
Caramba.
-
¿Te dejo en algún sitio?
-
No, me quedaré un rato.
Me siento un poco piripi.
-
- No te habré ofendido.
- No.
-
No me has ofendido.
Me he sentido muy halagada por eso.
-
- Bueno...
- Hasta luego.
-
- Hasta luego. Cuidado.
- Perdòn.
-
Le he comprado a Nick
un suéter precioso.
-
De cachemira. Muy caro.
Pero le quedaba de fàbula.
-
He decidido cocinar.
Guiso de atún.
-
- No me extraña que la incinerara.
- ¿Qué?
-
A la Sra. House.
-
¿Otra vez con la Sra. House?
-
He pensado que
una cena ligera...
-
- Acabo de ver a la Sra. House.
- ¿De qué hablas, de las cenizas?
-
La he visto pasar
en un autobús.
-
¿La muerta en un autobús?
¿El que va al Cielo?
-
No bromeo. Créeme,
la he visto de verdad.
-
¿Quieres tumbarte un rato?
¿Compresa fría o caliente?
-
Yo estaba en la degustaciòn,
sentada junto a una ventana.
-
Miré hacia fuera.
Pasò un autobús, y ella iba en él.
-
Te dije que lo escupieras.
-
Dijiste que ibas
a degustar vino.
-
Te lo tragaste.
Y por eso estàs así.
-
Sí, tomé unas copas,
pero la he visto.
-
Sí, seguro. ¿Còmo vas a verla
si està muerta? E incinerada.
-
¿Estàs diciendo
que no la he visto?
-
Es razonable pensar que un muerto
no aparezca en un autobús.
-
No sé lo que pasa, Larry.
-
¿Lo que pasa? Lo expresaré así:
Crisis psicòtica total.
-
Igual era una gemela.
Olvídalo.
-
Dime si he puesto
demasiado dulce.
-
Últimamente te has vuelto
muy cerrado. Oh, cielos.
-
- ¿Diga? Ted.
- Ted.
-
No te lo vas a creer.
He visto a la Sra. House.
-
Sí, la Sra. House.
La mujer asesinada.
-
No fue asesinada. Fue un infarto.
No sé de qué habla.
-
No, seguro que la vi.
Iba en un autobús.
-
Poco después de que te fueras.
-
Claro. ÈI también estaba
en la degustaciòn.
-
¿Lo harías? Si verificaras
si Paul y Lillian House...
-
No verifiques nada. Llama luego.
Mi matrimonio se hunde.
-
Para tener un lío con ése,
no necesitas un asesinato.
-
Créeme: He visto
a la Sra. House.
-
Sí, en el autobús de
los muertos. Siéntate.
-
Puedo enseñarte el lugar exacto.
-
- ¿Comemos allí mañana?
- No, tengo una comida de trabajo.
-
Ha sido una impresiòn tremenda.
-
- Aún tiemblo.
- Tenemos entradas para el teatro.
-
¿Qué? Yo no voy al teatro.
-
Compramos estas entradas
hace meses.
-
¿Percibes la importancia
de lo que te estoy diciendo?
-
- Díselo a la policía, no a mí.
- ¿Qué voy a decirles?
-
- Tu historia.
- No tengo historia.
-
- No tengo nada.
- Eso es, no tienes nada.
-
- A no ser que la localice.
- Vale.
-
- ¿De acuerdo?
- Siéntate, que vamos al teatro.
-
Jack, Ud. vio a
la Sra. House muerta, ¿verdad?
-
- ¿La vio?
- Estaba tumbada.
-
- ¿Seguro que era ella?
- Seguro.
-
- Està seguro.
- Claro.
-
Mi mujer ha tenido pesadillas
y no sabe de lo que habla.
-
Esto por aparecer meses después
cuando le llamo para arreglar el grifo.
-
El portero es un borracho.
-
Le hemos pillado
oliendo a Jack Daniels.
-
Sí, pero...
-
- Sé que no vio a la Sra. House.
- Si tiene una gemela, es diferente.
-
- Pero no lo crees.
- No sé.
-
Oh, ya sé.
-
A menos que esté involucrado.
-
¿El portero? Si no sabe
ni cambiar un fusible.
-
Ella...
-
- ¿Qué?
- Ella està viva. Mi pregunta es:
-
- ¿Quién iba en aquel saco?
- No està viva si no tiene una gemela.
-
- ¿Vale? Ahora calla.
- Oye, alguien...
-
Alguien fue incinerado, Larry.
-
Calla.
-
Lillian House. De soltera, Lillian
Beale. Naciò en Pennsylvania, 1935.
-
Casada con Paul House.
No tenía gemela.
-
Tenía una hermana que fue a Inglaterra
y un hermano que muriò en 1987.
-
- Es aquí.
- Es donde estuvimos.
-
Lo sé. Después de que te fueras,
estaba ahí, tomando vino.
-
- Miré hacia fuera y...
- ¿Después de irme yo?
-
La vi en un autobús que pasaba.
-
Fue como...
-
¿Estàs segura de que la viste?
-
- ¿Viste su cara?
- La vi.
-
Perdone.
-
¿Cuàl era el número del autobús?
-
No sé cuàl era,
pero iba de oeste a este.
-
Era obviamente un autobús
que cruza la ciudad.
-
El final de la línea està
a unas manzanas.
-
- Tuvo que apearse por ahí.
- En las 6 manzanas siguientes.
-
Echemos un vistazo.
Quizà veamos...
-
...alguna pista o algo.
-
- Igual la vemos. ¿Le viste la cara?
- Claramente. No bromeo.
-
Creo que hemos llegado
al final de la línea.
-
- Cuidado.
- Sí, ¿qué? Oh.
-
Mira. Da la vuelta.
Esto es el final.
-
- ¿Qué piensas?
- ¿Qué?
-
¿Debemos desandar lo andado?
-
- ¿Llevarías corbata con un vestido?
- No sé còmo me quedaría...
-
- Demasiado masculino con pantalones.
- No la lleves con pantalones.
-
Ted.
-
- Mira.
- ¿El qué?
-
- El hotel.
- ¿Qué pasa?
-
El Waldron. Cuando estuve
en su piso, pulsé rellamada.
-
- Y contestaron: "Waldron".
- Vamos a un teléfono.
-
Con la Sra. House, por favor.
-
La Sra. House. ¿Puede
ponerme con su habitaciòn?
-
¿De veras?
-
¿Qué? Bueno, puede
que dejara el hotel.
-
- Dios mío.
- Nadie. Nadie en absoluto.
-
¿Y Helen Moss?
Moss.
-
¿Està seguro? Nadie en absoluto.
De acuerdo.
-
Muy bien. Lo siento.
Gracias.
-
Genial.
-
Parece que va a llover otra vez.
-
Bueno.
-
Si pillo dos reyes, cojo una.
Si no, no voy.
-
Yo siempre voy.
-
- No puedo...
- Así se acaba en la beneficencia.
-
Por algún motivo,
necesito la emociòn.
-
- ¿Cortas?
- No, adelante. Me fío de ti.
-
- Te noto un poco raro.
- Estaré algo borracho.
-
- ¿Con Perrier?
- He tomado tarta al ron.
-
- ¿Quieres cartas?
- Un momento.
-
A ver qué posibilidades tengo.
-
Sí. Dame, eh...
-
Dame, eh...
-
- Dame cuatro.
- Cuatro.
-
- Engordar para morir.
- Dentro y fuera.
-
Estàs en un aprieto.
-
Se me ha metido en la cabeza que
mi mujer se siente atraída por otro.
-
- Y eso me fastidia.
- ¿En serio?
-
Sí, por eso no juego
como sé hacerlo.
-
Es un tipo màs aventurero
que yo, y se caen muy bien.
-
Me voy a quedar muy solo,
si ocurre.
-
- Debes de quererla mucho.
- Sí, la quiero.
-
Si no quieres perderla,
haz un esfuerzo. ¿Quién es él?
-
- Ted. El que te invitò a cenar.
- ¿Ted?
-
Podríamos intercambiar:
Ted con Carol, y yo contigo.
-
Quizà debería hacer
un mayor esfuerzo con Carol.
-
- ¿Te aburres?
- Es màs divertido que la òpera.
-
Para mí, es una de las aventuras
màs emocionantes que he vivido.
-
¿Preferirías estar
aquí con Ted?
-
Bueno, él tiene màs entusiasmo.
-
- ¿Entusiasmo?
- Sí.
-
- ÈI es divertido. Yo soy pesado.
- Antes eras muy divertido.
-
ÈI es perfecto
para una gincana fuerte.
-
Lo sé, pero...
-
- ¿Sabes que este barrio...
- ¿Qué?
-
...fue donde te traje
cuando empezamos a salir?
-
Te has vuelto
muy aburrido de mayor.
-
- ¿Recuerdas que había un cine...?
- Sí, lo recuerdo.
-
Vimos Last Year at Marienbad.
-
Tuve que explicàrtela
durante 6 meses.
-
¿Quién iba a saber
que eran flashbacks?
-
Tenemos tiempo de sobra
para ser conservadores.
-
Es como si una ciruela tentadora
nos hubiera caído encima.
-
La vida es una aburrida rutina,
y aquí estamos.
-
En el umbral de
un auténtico misterio.
-
¿Vas a cantar?
Estamos en un coche.
-
No te burles.
Estoy abierta a cosas nuevas.
-
Una pregunta personal:
¿Te has acostado con Ted?
-
- No te pongas nerviosa.
- ¿Estàs loco?
-
En aquel viaje a Francia,
pasasteis una noche juntos.
-
Lo sé. ¿Y tú, qué?
¿Recuerdas?
-
Pasaste la noche con Julie.
-
No fue nada. Julie
me despreciaba, lo sabes.
-
Para ella, yo era un rastrero,
un gusano. Defiéndeme cuando quieras.
-
Espero a que digas algo con
lo que no esté de acuerdo.
-
Vaya, me has dejado K.O.
-
Larry.
-
Larry, mira. ¡Es ella!
¡Te digo que es ella!
-
- Dios mío, sí.
- ¿Ves como yo tenía razòn?
-
- ¿Estàs segura?
- Totalmente.
-
- Madre mía.
- ¿Lo ves? ¿Lo ves?
-
- Estoy... Es ella.
- Lo sé. Bueno, vamos.
-
- Ya te lo dije.
- ¿Còmo? Estàs loco.
-
- Madre mía.
- Estàs blanco.
-
Lo sé. Toda mi sangre
se me ha ido.
-
- Averigüemos qué pasa.
- No quiero.
-
- ¿Tienes miedo de ella?
- No. Soy un macho viril.
-
Pero tengo miedo.
Quizà porque està muerta.
-
- Voy a llegar hasta el fondo de esto.
- ¿Còmo?
-
- Ojalà estuviera Ted.
- Déjate de Ted.
-
- Vàmonos de aquí.
- No, tengo una idea.
-
Le daremos una sorpresa.
Nos colaremos en el hotel.
-
- ¿Còmo?
- Vamos.
-
- Disculpe. Hola.
- Hola.
-
¿Ha visto entrar a una mujer?
Era bajita, de 1,60 m.
-
- Con suéter gris.
- ¿Mayor?
-
- ¿La Sra. Caine? ¿Morena?
- La Sra. Caine, sí.
-
- Le traemos un regalo.
- ¿Su habitaciòn?
-
- 611.
- 611. Muchísimas gracias.
-
Quizà necesitemos màs informaciòn.
La trataremos bien si colabora.
-
- ¿Por qué pone esa cara?
- ¿Quieres venir?
-
- Ya voy.
- ¿Qué haces?
-
Bien.
-
- 607.
- Muy bonito.
-
Me encantan los hoteles
con polvo azul en los zòcalos.
-
611. Aquí, Larry.
-
¿Sra. House?
-
- ¿Sra. House?
- Hola.
-
- ¿Hola? Sra...
- No creo que esté.
-
- No la veo.
- Quizà no sea el sitio exacto.
-
Espera, Larry.
-
- Espera.
- Ahí no hay nada.
-
- ¡Larry! ¡Espera!
- ¿Qué pasa?
-
¡Dios mío, mira! ¿Sra. House?
¿Sra. House?
-
¿Qué ocurre?
-
- Larry.
- ¿Qué?
-
- Està muerta, creo.
- Dale el regalo.
-
- ¿Sra. House?
- ¡Venga, vàmonos!
-
Està muerta, creo.
-
Estoy pensando en correr el maratòn.
Esta mujer no para de morirse.
-
Vamos, ràpido. ¡La adrenalina
me gotea por la orejas!
-
- Por las escaleras.
- De acuerdo.
-
Yo sospechaba del Sr. House...
-
...miro a mi alrededor y, de pronto,
veo una mano en el suelo...
-
...y no tiene gemela...
-
- Intenté calmarme.
- No hay nadie.
-
- ¿Còmo?
- No hay ningún cadàver.
-
- ¿Còmo que no?
- ¿Quieren mostrarnos dònde la vieron?
-
- Estaba muerta del todo.
- Està ahí.
-
- Estaba aquí.
- Estaba aquí, seguro.
-
- No estamos locos.
- Como si estuviese estrangulada.
-
- Somos gente seria.
- Yo soy editor.
-
Y yo voy a montar
un restaurante. Francés.
-
Es una gran cocinera.
Yo me opongo...
-
¡Càlmense! ¡Por favor!
-
Mientras ustedes llegaban,
alguien se ha llevado el cadàver.
-
No es que tardaran.
Sòlo fueron 3 minutos.
-
Màs la 1 l2 hora que la operadora
tardò en entenderme.
-
Nadie les pone en duda.
Registraremos el edificio.
-
Muy bien.
-
¿Comprobaste...?
-
- Ha estado en su trabajo.
- ¿Algún testigo?
-
- Sí.
- No habrà dado nuestros nombres.
-
No. Si creen haber visto
a su mujer, ¿no debería saberlo?
-
No. ÈI està tramando algo.
-
Deben rellenar un informe.
Si surgiera algo, quedarà registrado.
-
- Llàmennos. Que pasen un buen día.
- Muchas gracias.
-
Necesito una copa.
-
¿Dònde estarà Ted?
-
Està citado con Marcia esta noche.
Habrà ido a comprar un afrodisíaco.
-
- Quizà Helen Moss esté implicada.
- Me da igual.
-
Deberíamos cambiar
nuestras vidas. Mudarnos.
-
Empezar de cero, quizà en México.
Vender mantas con un coche.
-
- Estoy empezando a aterrizar.
- No sé qué pasa.
-
Era como un espectàculo en que
abres la puerta y ves un cadàver.
-
Yo jamàs había visto un muerto.
-
Yo sòlo a mi tío Morris,
que tenía 94 años.
-
La diñò por un exceso
de grumos en la papilla.
-
¿Es esto lo màs emocionante
que nos ha ocurrido?
-
Demasiado emocionante.
-
Prefiero pescar o el Día del Padre. O
cuando vi a Bing Crosby por la calle.
-
No necesito un crimen
para animarme la vida.
-
Quien lo hizo, debía de estar
aún en la habitaciòn.
-
Recuérdamelo esta noche
antes de acostarnos.
-
- Seguro que nos vio.
- No podré volver a dormir.
-
Estoy aterrado.
Y un poco borracho.
-
- ¿A quién incineraron?
- Bueno, fue...
-
- No fue el Sr. House. Tiene coartada.
- Sí, pero no me la trago.
-
Ella no se traga la coartada.
-
Vàmonos de aquí.
Quiero irme a casa.
-
Ya empieza a llover otra vez.
-
Si estuviera Ted,
tendría una teoría.
-
Su mente es
un colador de acero.
-
Esa habitaciòn estaba al final
del pasillo. Es ésa de ahí arriba.
-
- Èsa es.
- Lo sé.
-
¿Y si sacaron el cuerpo
por ese tejado?
-
¡Larry, las luces!
-
- Es extraño.
- Me dan escalofríos.
-
- Llamemos a la policía.
- No, comprobémoslo.
-
¿Comprobarlo?
No pienso hacerlo.
-
- Hay luces encendidas.
- Sí, es de locos.
-
¿Por qué no llamamos
a la policía?
-
¡No! Èste caso es mío.
-
¿Còmo que es tuyo?
No quiero hacerlo.
-
Ojalà Ted estuviera aquí.
-
Ted temblaría como una magdalena.
Yo sòlo tiemblo como una hoja.
-
Somos de la policía. Nos gustaría
registrar la habitaciòn 611.
-
- Estuvieron antes.
- Sí, eso es.
-
- ¿Son policías?
- Eh... Enséñale tu tarjeta.
-
- ¿Mi qué?
- Tu tarjeta.
-
Tu identificaciòn de policía.
-
Tiene su tarjeta.
-
- Vale.
- Muchas gracias. La 611.
-
- Bien.
- ¿Algún problema?
-
Yo soy detective.
Han disminuido la talla mínima.
-
Me llevo la tarjeta.
Son muy caras.
-
Ya està.
-
- Ten cuidado.
- ¿Que tenga cuidado?
-
- No tires nada.
- No tiro nada.
-
Sòlo dejaré huellas dactilares
para que puedan trincarnos.
-
El asesino debía estar
en este armario.
-
Vamos. Mañana debo
madrugar para ir a misa.
-
Debiò arrastrar
ràpidamente el cadàver.
-
¡Lo siento!
La camarera.
-
No debe deshacer las camas.
Y cruasanes para el desayuno, no.
-
Tome, esto para Ud. y siga
dejando dulces en la almohada.
-
- Vaya...
- Por eso estaba la luz encendida.
-
- Esto es de locos.
- Espera.
-
Déjame mirar
un poquito por aquí.
-
He hecho un estropicio.
-
- ¡Larry!
- ¿Qué?
-
- Mira. Es la alianza de ella.
- ¿Còmo lo sabes?
-
- Se la vi puesta.
- ¿Seguro?
-
Y la policía peinò este sitio.
¿Dònde estaba?
-
Detràs de esa puerta.
-
Vàmonos. Llévate el anillo. Quizà
haya una casa de empeños abierta.
-
La policía no se empleò a fondo.
Nos tomarían por majaras.
-
Deben recibir 50 llamadas
así por minuto.
-
- ¿Para qué molestarse?
- Es muy fuerte.
-
No deberíamos estar aquí.
Tengo miedo.
-
A saber quién anda metido.
Podría ser algo gordo.
-
Esto podría ser como
la Comisiòn Warren. No me gusta.
-
¿Qué ha sido eso?
-
- El ascensor se ha parado.
- ¿Por qué?
-
- Calma.
- ¡No me digas eso!
-
Mi claustrofobia es
mundialmente famosa.
-
- Dale a algo. Esto no me gusta.
- Tranquilo.
-
Es fàcil decirlo,
pero yo tengo fobia.
-
Hay suficiente aire en
el ascensor. No te asustes.
-
- No me asusto.
- Tú tranquilo.
-
- Voy a rezar el rosario.
- Alguien nos ayudarà.
-
- Alguien nos encontrarà.
- No me gusta.
-
- ¡Hola!
- Que se acabe.
-
- ¡Hola!
- No lo soporto.
-
Corro por el campo.
Veo un semental. Soy un semental.
-
Calla, Larry.
Càllate y càlmate.
-
- Veo hierba, tierra.
- ¡Calla! ¡Hola!
-
Dijiste: "Actúa como un poli".
"No".
-
"Enséñale tu tarjeta".
Yo: "¿Cuàl?"
-
Larry, aúpame y
saldremos de aquí.
-
No puedes salir por ahí.
-
No se abrirà.
Està soldado.
-
- No se abrirà.
- Venga, junta las manos.
-
Estoy respirando.
No puedo respirar.
-
Larry, no tengo màs que
soltar eso, ¿de acuerdo?
-
Junta las manos.
Y ahora aúpame.
-
¡Un momento! ¡Espera!
-
Tienes que dejar esos postres.
-
¡Espera, ahora!
Espera.
-
Mi vida desfila ante mis ojos. Lo peor
es conducir un coche de segunda mano.
-
- Esto debería poder abrirse.
- Tengo miedo.
-
- ¡Dios mío!
- ¡Cielos, es ella!
-
- ¡La escondiò ahí!
- Claustrofobia y un cadàver.
-
El colmo del neuròtico.
-
- Tengo miedo.
- Descendemos.
-
Dios mío, ¿qué pasa?
¡Aprieta!
-
¡No me veo la mano!
¿Còmo voy a apretar?
-
- Debemos ir hacia el sòtano.
- Quiero bajarme en el entresuelo.
-
- ¿Qué haces?
- Yo me vuelvo al ascensor.
-
No veo nada.
-
Aquí arriba no hay nada.
-
Un momento.
¿Qué haces tú con cerillas?
-
Son mis cerillas.
-
¿Cuàndo has estado
en el Café des Artistes?
-
- Estuve con una autora.
- ¿En ese café?
-
Una autora francesa.
-
Espera.
-
Por aquí.
-
Prefiero los sòtanos de pino
y con una mesa de billar.
-
Eh, mira. ¿Qué es eso?
-
No tan deprisa. Esto no me gusta.
Està oscuro y hay ruidos raros.
-
No sé qué es.
¡Oh, Dios mío!
-
- Càlmate.
- ¿Que me calme? No me digas eso.
-
He encontrado la luz.
-
Déjame ver. Estamos encerrados.
¿Qué vamos a hacer?
-
Calma, calma.
La echaré abajo. Apàrtate.
-
Cuidado. No te hagas daño.
-
Serà una de esas puertas nuevas.
-
Aquí.
Intentémoslo por aquí.
-
Dios mío.
Sigo oyendo ruidos.
-
- ¿Qué hay ahí?
- ¿Dònde?
-
¿Adònde vas?
No me dejes.
-
Creo que ésta es
la entrada de servicio.
-
- Pues àbrela. Al trote.
- Ya està.
-
- Vàmonos.
- ¿Adònde?
-
- ¡Espera! ¿Ves eso?
- ¿Qué?
-
Alguien pone un cadàver en un coche,
cubierto con una sàbana.
-
Vamos.
-
Es decir, vàmonos de aquí.
-
- No, sigàmosle. Vamos.
- Yo no pienso seguirle.
-
- Había un cadàver en ese coche.
- No quiero seguirlo.
-
¡Deprisa!
-
Serà un coche alquilado,
con un cadàver alquilado.
-
Vamos.
-
No puedo seguir a ese coche.
-
- Va allí delante.
- ¿Dònde?
-
No sé qué coche sigo.
No soy un buen conductor.
-
No sé perseguir.
Voy a tener un accidente.
-
Me daré contra
un autobús escolar.
-
- De noche, no hay.
- Y las clases nocturnas, ¿qué?
-
- No sabes orientarte.
- Veo perfecto. Bueno, no exactamente.
-
- Sí sé. Ha venido aquí.
- ¿Dònde estamos?
-
No sé.
¡Ahí està su coche!
-
¿Còmo lo sabes?
-
- Es su coche.
- Es su coche, sí.
-
- Salgamos.
- Cuidado, cuidado.
-
¡Mira! ¡Mira!
-
¡Dios mío! ¡Es el cadàver
de la Sra. House!
-
¡Vamos! ¡Tenemos que
impedir que caiga dentro!
-
Oh, Dios mío.
-
Adiòs, Sra. House.
-
- ¡Es el Sr. House!
- ¿Qué vamos a hacer?
-
- Llamaré a la policía.
- Para decirles ¿qué?
-
Tiene pruebas de que su mujer muriò
hace 2 semanas de un infarto.
-
Nosotros no tenemos cadàver.
No tenemos nada. ¿Qué pasa?
-
Oh, Dios mío.
-
- Hola. ¿Qué tal?
- ¿Còmo està?
-
Èsta es Gladys Dalton,
mi ayudante.
-
Larry y Carol, mis vecinos.
Hemos visto Madame Bovary.
-
- Triste historia.
- Sí, lo es.
-
Al final, muere.
-
Pasen a tomar una copa,
antes de mi viaje.
-
Me encantaría.
-
Si saben de alguien que busque piso...
Creo que me mudaré.
-
- Vamos, Gladys.
- Qué làstima.
-
- Buenas noches.
- Buenas noches.
-
Caray, menudo día, ¿eh?
-
No puedo entenderlo.
-
- O bien resulta que él...
- ¿Qué?
-
O ella tiene una gemela
o él un gemelo.
-
O tienen personalidades múltiples.
O tú tienes una gemela o yo un gemelo.
-
- Porque no sé lo que pasa.
- Estàs chiflado.
-
- Oye...
- Espera.
-
- Usaré la lògica.
- Sabemos que ella no tiene gemela.
-
- ¿De qué hablas?
- Quiero aclararlo.
-
Que si gemela o no.
¡Y ahora dices que tenemos gemelos!
-
¿Estàs chiflado?
Vale, ya me calmo.
-
- Usaré la lògica.
- Muy bien.
-
Volvamos al principio:
-
Hubo un infarto. ¿Y si
se lo provocaron? Con algún veneno.
-
No vimos el cadàver.
Podía ser otra mujer.
-
Alguna mujer que se pareciera
a la Sra. House.
-
El portero la vio,
pero es un borracho.
-
La Sra. House
pudo haberse escondido.
-
Aquella noche
oíste un ruido.
-
Pudo ser la Sra. House saliendo
para inscribirse en el hotel.
-
- No puedo dormir...
- Eso no tiene sentido.
-
De repente, la asesina.
¿Por qué?
-
¿Por qué no vamos donde Ted y Marcia,
comemos algo y hablamos con ellos?
-
- ¿A la 1?
- ¿Y qué?
-
Ted la va a llevar a cenar.
-
- ¿lr hasta Nueva Jersey?
- Esta ciudad nunca duerme.
-
Por eso no vivimos en Duluth.
Ademàs, no sé dònde està Duluth.
-
Por suerte.
-
- ¿Le visteis la cara?
- Sin duda.
-
Ha sido el Mr. House.
No hay ninguna duda.
-
Imposible no verlo.
ÈI estaba allí.
-
- Està claro.
- ¿Qué quieres decir?
-
Que ha cometido
el crimen perfecto.
-
- Explícate.
- Mirad.
-
Tenéis que partir de otra mujer
parecida a la Sra. House.
-
Es lo que he dicho.
Yo he tenido la misma idea.
-
Estàn con esta mujer,
puede que cenando.
-
No le provocan el infarto.
Eso es una patochada novelesca.
-
Muere espontàneamente.
No pensaban matarla, pero quizà...
-
...deseaban su muerte.
- ¿Por qué?
-
Quizà se beneficiarían de ello.
-
Ven una oportunidad. La Sra. House
se viste con su ropa y se esconde.
-
- Exactamente mi teoría.
- Se inscribe en un hotel.
-
Hasta ahí llegamos,
salvo lo del infarto.
-
El marido planea irse
a París con esa chica.
-
Engaña a su mujer.
En vez de concluir el plan...
-
...la mata, quedàndose
con su parte de la ganancia.
-
- ¿Helen Moss està metida?
- Es posible.
-
¿Y la Sra. Dalton?
-
Su coartada. La encubriò
cuando estrangulò a su mujer.
-
- Dijo que estuvo en el trabajo.
- Su ayudante.
-
- Quizà le quiere.
- También la engaña con ella.
-
¿Engaña a 2 mujeres?
Al verle, nadie lo diría.
-
Ha cometido el crimen perfecto.
-
No hay cadàveres, y todo
el papeleo es estrictamente legal.
-
- ¿Dònde la encontraste? Es un genio.
- Pero él sabe que sabemos...
-
¿Y qué màs le da?
-
Todo ha sido eliminado. Sòlo él
y quizà su amante saben la verdad.
-
- Tiene razòn.
- No sabemos si es cierto.
-
- Es sòlo una teoría.
- Sí, pero muy buena.
-
- Una gran teoría.
- Todo encaja.
-
Me parece genial.
-
Cuando vuelva del lavabo,
os diré còmo atraparle.
-
¿De dònde la has sacado?
-
Realmente vale. Es como si
una cosa llevara a otra.
-
Qué raro que
no os ahogue la baba.
-
- Es sòlo una primera cita.
- Sabía que tendríais un flechazo.
-
Ibas a echarte en sus brazos.
-
¿Qué dices? Soy su editor.
Soy la figura del padre para ella.
-
Sòlo os ha faltado
acariciaros la mano.
-
Bromeas.
¿Estàs celosa de Marcia?
-
- No estoy celosa.
- ¿A qué viene esto?
-
Mira quién habla. La mirabas
como si fuera Lady Dragòn.
-
¿Estàs celosa porque
le interesa a él?
-
No estoy celosa.
-
¿Llevas a todos
tus autores al Café...?
-
Buen, ya lo tengo.
-
Sòlo podemos
marcarnos un farol.
-
Sin cadàver, no tenemos caso.
-
¿Qué quieres decir?
-
¿Fingimos que no resultò
lo del acero fundido?
-
Podría ser. Os vio allí.
Sabe que le seguís.
-
- Podríais haber sacado el cuerpo.
- Era imposible.
-
Màs allà de unos dedos
y un hombro.
-
¿Y él qué sabe?
Estaría cegado por el miedo.
-
Es un amateur.
-
Tirò el cadàver y se fue.
De algún modo...
-
...lo sacasteis.
-
- Ya podéis trincarlo.
- Tiene morbo, esta mujer.
-
- Te diré por qué no nos creerà.
- Me entra la risa cuando miento.
-
Si tuviéramos el cadàver,
¿para qué decírselo?
-
Iríamos a la policía.
-
Entonces no podríais
chantajearle.
-
Qué perversa es.
Si acudís a la ley, ¿qué ganàis?
-
Le meten en la càrcel
y ¿qué ganàis? Nada.
-
Exacto.
-
Pero si desea
comprar la prueba...
-
...se pone nervioso.
- Hay demasiadas falacias en esto.
-
- Di una.
- ¿Que diga una?
-
El hombre nos dice:
"¿Qué cadàver?
-
- Demuéstrenlo".
- Pues seguimos con el farol.
-
- ¿Còmo?
- Mostramos el cadàver.
-
¿Y lo sacamos
del Museo de Cera?
-
¿Y si alguien de su confianza
lo corrobora?
-
- ¿Quién?
- Su amante.
-
Que diga: "Quiero 100.000$
por el cuerpo de Lillian".
-
¿Por qué lo haría?
-
¿Recuerdas el libro
Murder in Manhattan?
-
De Max Schindler.
La llamada de teléfono.
-
No me has hablado de ese libro.
-
No te gusta la lectura ligera.
-
- ¿Qué libro es ése?
- Sería perfecto porque...
-
...ella es actriz,
o aspirante a actriz.
-
Podríamos usar su teatro.
ÈI es dramaturgo.
-
- Y tu teatro està siempre vacío.
- Genial.
-
- ¿Pero de qué hablas?
- Escucha.
-
La llamamos para una falsa prueba.
Escribes algo que no signifique nada.
-
Ella lo lee, y lo grabamos.
-
Escucha.
-
Editamos la cinta como conversaciòn
y se la ponemos por teléfono...
-
...a House.
- ¿Eso està en el libro?
-
- Venga.
- Es perfecto.
-
Jamàs funcionaría.
No sabes lo que va a decir.
-
En el libro,
usan varios magnetòfonos.
-
- ¿Basàis vuestro plan en una novela?
- Es genial. Genial.
-
Nuestra única oportunidad es
cogerle cuando vuelva a matar.
-
Se le provoca
para que vuelva a matar.
-
Saliò indemne de su 1 er crimen.
-
¿Sabes en qué pienso?
En el libro...
-
...mata a las dos personas
que quieren atraparle.
-
Pero no te preocupa eso.
-
Es eso, o que empiezo
a tener Parkinson.
-
- Podemos controlarle.
- Le hacéis chantaje.
-
Y cuando vaya a por vosotros,
le pillamos.
-
- O eso o se las pira.
- Lo que tú dices...
-
Lo que quieres decir es...
-
...provocar al Sr. House para que
intente matarnos a Larry y a mí.
-
Sí. Perfecto.
¿No tendràs miedo?
-
No, no tengo miedo.
Estoy dàndole vueltas.
-
Sòlo quiero consultarlo antes
con mi confesor.
-
¿Algún mensaje para la B-24?
¿En serio?
-
¿Pruebas para qué?
¿Ha dicho eso?
-
De acuerdo. Espere
a que coja un làpiz.
-
Ya estoy harta de oír
siempre lo mismo.
-
Bien.
Gracias, Suzanne.
-
- Le avisaremos. Suzanne Raphael, ¿no?
- Gracias.
-
Adiòs.
-
- Èsta es Helen Moss.
- Hola.
-
- Hola.
- Hola.
-
¿Has...? Ya sé que
te han dado el texto...
-
...en el último minuto, pero
¿has podido estudiarlo?
-
- Sí, pero tengo algunas preguntas.
- Sí, claro.
-
¿Ella està divorciada?
-
Sí. Sí.
-
- ¿Hace poco?
- Sí. Sí.
-
Pero es... superemotiva.
-
Tiene mucho...
-
Mucho temperamento.
¿De acuerdo?
-
- ¿Empiezo ya?
- Sí, hazlo como lo sientas.
-
- Hola, Joe. Yo...
- Perdona que te interrumpa.
-
Si empiezas màs asustada...
-
...te serà màs fàcil llegar.
- Bien, bien.
-
Hola, Joe.
-
Ahora no puedo hablar.
Si me notas rara, no te asustes.
-
Dame la mano. Espera.
-
- Intenta no caer. Espera.
- "Lo intento".
-
¡Deprisa!
-
Piden 200.000 dòlares por él.
-
Dicen que es un Monet,
pero es falso.
-
Desde que volviò de Vietnam,
Joe lo ve todo negro.
-
Una nube oscura.
Un frío polar.
-
Hola, Joe.
-
Ahora no puedo hablar mucho.
Si me notas rara, no te asustes.
-
Hola, Joe.
-
Ahora no puedo hablar mucho...
-
Hola, Joe.
-
Desde que v olvió de Vietnam,
Joe lo ve todo negro.
-
Una nube oscura.
Un frío polar.
-
Frío polar.
-
... polar.
-
... pol...
-
Hola, Joe.
-
Hola, Paul.
-
Ahora no puedo hablar.
Si me notas rara, no te asustes.
-
- Perfecto. Genial.
- Genial.
-
- Pues sí. Perdòn.
- Es fantàstico.
-
- Ahí està.
- ¿Dònde?
-
- Entretenla toda la tarde.
- Improvisaré.
-
No serà difícil.
Es una actriz con ganas.
-
Haré que hable del papel,
de su vida, de sus antecedentes.
-
Para el coche.
-
- Suerte.
- Lo mismo digo.
-
¿Alguien quiere guacamole?
-
Deja ya el guacamole.
Debemos empezar.
-
Ya habrà vuelto.
-
- Muy bien.
- ¿Tenéis el magnetòfono?
-
Un momento.
Altavoz conectado.
-
- Esto es de locos.
- Esperad.
-
No estoy nervioso.
-
Vino el contratista
y no había nadie.
-
- Yo lo cogeré. Tú ve a llamarle.
- De acuerdo.
-
¿Diga?
-
Hola, Paul. Ahora no puedo hablar.
Si me notas rara, no te asustes.
-
¿Qué ocurre?
-
Tienen el cuerpo de tu mujer.
Me lo han enseñado.
-
Repite eso.
-
Tienen el cuerpo de tu mujer...
-
- ¿Quién? ¿Cuàntos son?
- Tus vecinos.
-
Quieren 200. 000 dólares por él.
-
¿Desde dònde llamas?
Oigo un eco.
-
- Espera.
- Para eso no hay respuesta.
-
- Cambiar de tema.
- ¿Qué tema? Espera.
-
Págales o deshazte de ellos.
-
- ¿Podemos vernos para hablar de esto?
- ¡Sí! La guardan refrigerada.
-
- ¿Qué has dicho?
- Hace unas dos horas.
-
- Dos, ¿qué? Dos horas, ¿qué?
- Espera.
-
- La he fastidiado.
- Estúpido.
-
- Acabémoslo ràpido. Ya està hecho.
- Haz algo.
-
De acuerdo.
-
Hola, Paul. Ahora no puedo hablar
mucho. Si me notas rara, no te asustes.
-
Dices cosas sin sentido.
Sobreponte.
-
- ¿Podemos vernos? ¿Donde siempre?
- Espera.
-
Helen, ¿sigues ahí?
¿Helen?
-
- Deprisa.
- Olvídalo.
-
- Que alguien apriete algo.
- Tú, Carol.
-
No tienes elección. Págales o
deshazte de ellos. Tengo que colgar.
-
- ¿Qué pasa? Te noto agitado.
- No es nada.
-
- Estos días me tienes preocupada.
- Estoy bien.
-
- Estàs distinto.
- ¡Estoy bien! Déjame en paz.
-
- Antes nunca me rehuías.
- ¡Déjame!
-
¡No quiero hablar de esto!
-
Espero una hora y llamo
al Sr. House desde una cabina.
-
- ¿Por qué corres?
- Me tengo que cambiar.
-
- Tengo un cita...
- ¿Por qué estàs tan cabreada?
-
¿Còmo pudiste darle un libro
a Marcia y a mí no?
-
Ha sido un gran éxito. A Marcia
le gusta leer lo mismo que a mí.
-
Nosotros no tenemos
nada en común.
-
Ahora que Nick es mayor,
no compartimos nada.
-
Tienes cosas en común...
-
...con Ted.
Desnudaros, guisar pollo.
-
¿Y Marcia? ¿Qué te enseña
ademàs del pòquer?
-
- Nada, soy su editor.
- Debemos reevaluar nuestras vidas.
-
Ya lo he hecho.
Yo saco un 10 y tú un 6.
-
- Quizà vuelva al psiquiatra.
- No tienes que hacerlo.
-
No tienes nada que no pueda
curarse con Prozac y un mazo.
-
Quisiera estar un rato a solas,
¿de acuerdo, Larry?
-
Tengo un padre loco. Le buscan
en 3 estados por no pagar multas.
-
- Tuvimos que mudarnos a N. Jersey.
- ¿Le buscan por conducir mal?
-
Sí. Fuimos a Hackensack.
-
Me presenté a muchos concursos.
Incluso fui Miss Passaic Adolescente.
-
Qué maravilla.
-
Dios mío.
-
¿Fue antes o después
del 4º aborto?
-
- Después, y antes del premio teatral.
- ¿Premio?
-
¿Recuerdas lo del
Macbeth en topless?
-
Sí, la fiesta de la fraternidad.
-
Macbeth en topless.
¿Còmo lo habré olvidado?
-
Oiga, ¿Sr. House?
Soy Larry Lipton.
-
Tengo un paquete
que le puede interesar.
-
Claro que le costarà 200.000$
en billetes pequeños sin marcar.
-
O en grandes y marcados,
si lo prefiere.
-
Yo tengo otro paquete. Si quiere
ver viva a su mujer, obedezca.
-
¿De veras?
Se està echando un farol.
-
No intente farolear a un farolero.
Si tiene a Carol, que se ponga.
-
¡Larry, ayúdame!
¡Estoy aquí, Larry!
-
Oh, Dios mío.
¡No le haga daño!
-
Le diré dònde debe
traer ese paquete.
-
Cuando lo tenga, recuperarà
a su mujer. Si no, la mataré.
-
Sí. Sí, no. Lo entiendo.
Allí estaré.
-
Sí, llevaré el cuerpo de
su mujer en el maletero.
-
Sí, lo prometo, allí estaré.
-
No tengo el cuerpo de su mujer.
-
Un farol, un farol.
-
- ¿Y Carol?
- Enséñeme a Lillian.
-
- La tengo.
- No pudo sobrevivir al acero fundido.
-
Si no es un farol, ¿dònde està?
-
- ¿Por qué està tan nervioso?
- ¿Dònde està?
-
- En el maletero.
- Àbralo. Ya.
-
Si no està, le meto
una bala en la cabeza.
-
¡Venga, vamos!
-
- Apàrtese.
- La tengo.
-
Si no, ¿còmo es que
tengo su anillo?
-
- ¡Creo que miente!
- Èste es su anillo.
-
- ¿Qué es?
- No sé farolear.
-
Pierdo fortunas con las cartas.
-
Yo no soy un farolero.
-
Suelte.
-
Eso creía Grisby.
Pero ella quería matarle...
-
... después de haberlo utilizado.
Ni siquiera hizo eso.
-
Fue y mató a Broome.
Y aquello no estaba planeado.
-
Broome pudo haber ido a la policía.
Y si ésta sospechaba de Grisby...
-
... y le hacían hablar,
lo contaría todo.
-
Y ella estaría acabada. Por eso
tenía que hacer callar a Grisby.
-
Y yo era el cabeza de turco.
-
Trata de comprender.
-
- Estaba loco. Tenía que matarle.
- ¿Y yo?
-
Podíamos haber huido juntos.
-
- Quien se guía por sus instintos...
- ¡Socorro! ¡Socorro!
-
Detràs de la pantalla no nos ven.
Y el sonido les impide oír.
-
- Ni siquiera un disparo.
- Hola, Paul. ¿No me esperabas?
-
- ¡Sra. Dalton!
- Me hiciste promesas todos esos años.
-
Y luego decidiste abandonarme
por esa modelo joven.
-
- No te di esperanzas.
- Es tarde para excusas.
-
- Nadie puede probar nada.
- Sería estúpido disparar la pistola.
-
Con estos espejos, es difícil decirlo.
Me estás apuntando, ¿verdad?
-
Te estoy apuntando. Claro que
matarte a ti es matarme a mí.
-
- Es lo mismo.
- Pero ya estoy cansada de los dos.
-
- Qué alegría. ¿Estàs bien?
- ¡Dios mío, Larry!
-
¡Jamàs me alegré...
-
...tanto de ver a alguien!
- Desàtame.
-
¿Estàs bien?
-
¡La que se ha armado! Jamàs negaré
que la vida imita al arte.
-
- Debemos llamar a la poli.
- Y al cristalero.
-
- Dios mío.
- Ràpido, marca.
-
Marca. Dios mío, Larry.
Oh, cielos. Cariño.
-
Lo siento, lo siento.
-
Mujercita mía.
-
Oh, Dios mío.
-
4ª COMISARÍA
-
Qué complicado es.
No logro acordarme de todo.
-
Escucha. Te lo explicaré
una vez màs.
-
Sra. House tenía
una hermana en Inglaterra.
-
Al casarse, cambiò de nombre.
Su marido muriò.
-
Volviò a Nueva York siendo
muy rica, pero solitaria.
-
Los House se sabían
fuera de su testamento.
-
Cenando en su casa,
se muriò accidentalmente.
-
Se parecía a su hermana, así que
fingieron que había muerto Lillian.
-
La incineraron. Lillian
se instalò en un hotelucho...
-
...y fingiò ser su hermana:
Liquidando sus bienes...
-
...acumulando un dineral.
No sospechaba...
-
...que su marido la engañaba
con Helen, la modelo.
-
Así que él decidiò no compartir
el botín, largarse con su amante...
-
...y quedarse con toda la pasta.
Y asesinò a Lillian.
-
La incinerò, la echò
al acero fundido o lo que sea.
-
Y entonces aparecimos nosotros.
-
- Tenía grandes coartadas.
- La Sra. Dalton...
-
...su ayudante, le encubriò.
Le amaba. No sabía que era un asesino.
-
Quiero celebrarlo.
¿Qué quieres hacer?
-
¿Vamos a ver qué hacen
Larry y Carol?
-
Querràn estar solos.
-
Sí. De acuerdo.
Bueno, ¿tú qué planes tienes?
-
- Me llevaràs a cenar.
- Pero no podemos acostarnos.
-
¿Por qué?
-
Hoy ya me he acostado con Helen Moss.
Ya no soy tan joven.
-
Eres capaz de todo
por coger a un asesino.
-
Menuda experiencia.
-
Aún estoy vibrando.
-
Me ha sorprendido tu valentía.
-
¿Sorprendido?
Estàs boquiabierta.
-
- Soy un tío pistonudo.
- Lo sé.
-
¿Adònde quieres ir a cenar?
Vayamos donde no sirvan a cobardes.
-
- ¿De qué te ríes?
- ¿Sabes? Te quiero.
-
¿Còmo podías estar celosa
de Marcia? Qué ridiculez.
-
- Te quiero.
- Tú tenías celos de Ted.
-
¿Ted? Sin sus zapatos
con alzas, su moreno y...
-
...sus dientes esmaltados,
¿qué sería?
-
- Tú.
- Me ha gustado. Eso ha estado bien.
-
Subtitulada por:
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