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Mucha gente cree que el Reino de Dios
es un lugar donde no hay sufrimiento,
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solo hay felicidad.
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Algunos de nosotros piensan
que la Tierra Pura es un lugar
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donde no hay sufrimiento.
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Si tienes un hermoso jardín
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y eres el jardinero,
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sabes que en tu jardín
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hay flores, claro,
pero también hay desechos.
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Porque si hay flores,
debe haber desechos.
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Las flores se convierten en desechos.
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Pero no te importa,
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porque sabes que los desechos
pueden convertirse en nuevas flores.
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Sin desechos no hay flores.
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Sin sufrimiento no puede hacer felicidad.
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¿Puedes imaginar un lugar
donde solo haya felicidad?
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¿Puedes imaginar un jardín
donde solo haya flores?
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¿Y que las flores nunca
se conviertan en desechos?
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Debes estar de acuerdo en el hecho
de que en el Reino de Dios
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hay compasión,
comprensión, amor.
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También en la Tierra Pura
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hay compasión, comprensión,
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perdón.
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Hagamos esta pregunta:
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¿con qué materia
fabricamos la compasión?
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¿Y la alegría, el perdón?
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La cualidad de un buda,
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de un gran ser,
es la comprensión y la compasión.
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Hagamos esta pregunta:
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¿cómo podemos cultivar
comprensión y compasión?
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La comprensión y la compasión
son las flores más hermosas.
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Está claro, cualquiera puede ver
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que si no comprendes el sufrimiento,
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nunca podrás cultivar
compasión y comprensión.
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Experimentar el sufrimiento
es la manera
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de generar comprensión y compasión.
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Si no tienes una oportunidad
de experimentar sufrimiento,
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¿cómo podrás cultivar
comprensión y compasión?
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Así pues,
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la flor de la comprensión y la compasión
está hecha del desecho de sufrimiento.
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Al tocar el sufrimiento,
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al entrar en contacto con el sufrimiento,
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tienes una oportunidad de comprender
la naturaleza del sufrimiento,
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y puedes generar
comprensión y compasión.
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Por tanto, el sufrimiento
es muy, muy importante,
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muy necesario para poder cultivar
comprensión y compasión.
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¿Quieres enviar a tus hijos
a un lugar donde no haya sufrimiento?
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En ese lugar, él o ella
nunca tendrá una oportunidad
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de aprender a ser
comprensivo y compasivo.
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Porque la comprensión y la compasión
nacen de la tierra del sufrimiento.
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Y lo sabes por experiencia.
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Por eso, mi definición del Reino de Dios
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no es un lugar carente de sufrimiento.
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Nunca iría a un lugar
donde no haya sufrimiento.
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No tendría ocasión de cultivar
mi comprensión y compasión.
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Me niego a ir a un lugar así.
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Nunca podrá existir un lugar así.
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Es como un jardín
donde solo haya flores.
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Flores que nunca se marchiten.
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Es absurdo, es imposible.
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Mi comprensión del Reino de Dios
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es un lugar donde hay
comprensión y compasión.
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Y si hay comprensión y compasión,
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también estará
la otra cara: el sufrimiento.
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Es un lugar donde todos saben
transformar el sufrimiento
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en comprensión y compasión.
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También en la Tierra Pura
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hay bodhisattvas que dominan
el arte de la transformación.
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Puedes llevar allí tu sufrimiento.
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Te ayudarán a transformarlo.
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Con ese elemento de sufrimiento
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puedes cultivar comprensión y compasión.
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Creer que el Reino de Dios
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es un lugar sin sufrimiento
es una idea muy naíf.
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Creer que la Tierra Pura de Buda
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es un lugar donde solo hay felicidad,
ningún sufrimiento,
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es una idea absurda, naíf.
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Por eso, es mejor
definir el Reino de Dios
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como un lugar donde hay
innumerables oportunidades de aprender
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a comprender el sufrimiento,
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para poder cultivar
nuestra comprensión y compasión.
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Y hay budas, bodhisattvas y ángeles
que saben cómo hacerlo
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y que nos enseñarán a hacerlo.
Y ya no temeremos el sufrimiento
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porque dominaremos
el arte de transformar el sufrimiento
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en comprensión y compasión.
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En las enseñanzas de Buda,
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observar con hondura
la naturaleza del sufrimiento,
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la primera noble verdad,
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es la oportunidad para ver
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el camino de transformación y sanación,
la cuarta noble verdad,
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'magga', el camino.
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La cuarta noble verdad
es el camino de transformación.
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Si intentas huir
de la primera noble verdad,
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no tendrás ninguna oportunidad
de ver la cuarta noble verdad.
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La primera noble verdad
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y la cuarta inter-son.
Sin una, no puede existir la otra.
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Esa es la enseñanza del interser.
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Por eso, nosotros, practicantes,
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no deberíamos temer el sufrimiento.
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Debemos ser capaces de afrontarlo,
de abrazarlo,
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de mirar con hondura
en la naturaleza del sufrimiento.
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Y luego, comprender
el sufrimiento trae consigo
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el camino de la transformación
y la sanación.
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Si intentas huir del sufrimiento,
no tendrás ninguna oportunidad.
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[Monasterio del Parque del Ciervo
en la gran montaña escondida]
