Cómo la innovación romperá todos las barreras que enfrentan los refugiados | Bisan Abdulkader | TEDxCesena

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

El emprendimiento de empresas, junto con los refugiados, es un estrategia ganadora. La innovación es un mundo encantador, en especial para que quienes no tienen un lugar en el mundo convencional. Imaginen si tuvieran que pasar una vida sin ciudadanía, ¿cómo podrían crear un hogar y reemplazar el que perdieron? Para sobrevivir, la gente inventa a su manera, y cuando no hay opción de perder, ¡encuentran la única forma de ganar! Ser sobreviviente, inmigrante o refugiado implica tener espíritu emprendedor, actitud audaz y persistencia para romper barreras y crear oportunidades.

¿Creen que la innovación ayude
a empoderar a los refugiados?

Para responder esta pregunta,

ahondaré en un tema muy delicado
de ciudadanía y comunidad.

En lo personal,
nunca he tenido ciudadanía,

ya que pertenezco a la tercera generación
de una comunidad desplazada

de Palentina a Siria;

refugiados que han perdido por omisión
un conjunto de derechos humanos,

una barrera que nos obliga
siempre a pensar fuera de límites.

Nací en Damasco, Siria,
y gocé viviendo los privilegios

de tener padres emprendedores que
crecieron en un ambiente próspero.

Aunque nací como refugiada en Siria,

he vivido un estilo
de vida bastante lujoso

y algunos de mis amigos bromeaban
que era una refugiada aristócrata.

Me mudé a Europa en 2010 y obtuve
una maestría en administración,

iba de Budapest a Nueva York.

Mientras estudiaba,

buscaba volver a respirar

el aire de la ciudad de Jazmín, Damasco.

Pero surgió la crisis

y la zona se volvió insegura,

mi deseo de volver parecía mi negación

al hecho de que mi hogar
estaba en guerra.

Entendí que debía quedarme
en el extranjero por más tiempo,

esperar que el nuevo Jazmín
floreciera de nuevo en Damasco.

Dado que no crecí en Europa,

siempre pensé que me quedaría
aquí por poco tiempo

y me sentí atrapada;

cuando intentaba pertenecer
a un sistema que no me reconocía,

ni mis documentos ni mi historia,

en cada oficina a la que entraba,
encontraba dificultades.

Los servidores, a veces, tenían que
elegirme una ciudadanía de una lista,

para empujar los papeles.

No importa donde fuera,

en el hospital, la universidad,
aeropuertos, a menudo sonreía

cuando veía la forma en que
el servidor examinaba mis documentos.

Una vez, una dama me dijo:

"No puede casarse aquí
porque no reconocemos su estado".

Supe que tenía que hacer más para
lograr lo que a menudo damos por hecho.

Tuve que inventarme mi camino,
crear mis propias oportunidades.

Pero con un título en física y
otro en administración de negocios,

me abrí camino para trabajar
en la comercialización de tecnología.

Me adentré al mundo de
la innovación y los emprendedores

y resalté el valor agregado

de contar con una cultura
y conocimiento diversos.

De esta forma descubrí
el mundo abierto de la innovación;

un mundo, un espacio con menos prejuicios.

El fracaso estaba
tan presente como el éxito.

Muchas veces tuve que maniobrar
discriminación, racismo y burocracia.

Pero colaborar con
innovadores de Italia,

Hungría y muchos otros lugares,

me hizo sentir que
pertenecía a este estado,

el estado de la innovación,
de desafío al statu quo.

Disfruto trabajar en
un ambiente dinámico y abierto

basado en la integración de ciencia,
negocios, tecnología y diseño

para crear nuevos resultados,
nuevas soluciones.

Mientras tanto,

la guerra en casa,
en los últimos cinco años

ha arrebatado mi felicidad.

Mas no mi esperanza,

porque estoy determinada

a crear una ola de impacto
positivo desde aquí

hasta el otro lado del Mediterráneo,
de donde vengo.

Cuando surgió la llamada
crisis de refugiados en Europa,

mi iniciativa fue iniciar una campaña
con un equipo preparado

para que participen
refugiados e inmigrantes

en un ciclo emprendedor
innovador en Italia.

¿Por qué no?

Si emprendedores e innovadores
a menudo desafían el statu quo,

al igual que los refugiados,

su rol clave es hacer a los refugiados
partícipes del ciclo económico.

Así, tuvimos una visión de que
al posibilitar que los refugiados

iniciaran sus propias actividades
en un ecosistema de colaboración,

se crearán oportunidades.

Así los refugiados pueden
ser socios potenciales

y recursos de cambio económico
en lugar de una carga en la economía.

Imaginamos que trabajar
codo a codo con refugiados

creará y servirá para crear herramientas
que use la afluencia de experiencia,

una experiencia variada,

de ingenieros, médicos,
programadores y hacedores

y que participen en una forma
nueva y creativa con los italianos.

Un ejemplo de lo que intentamos
hacer en Italia, es de Alemania;

en Berlín, emprendedores
del Peace Innovation Lab,

abrieron una escuela de
programación para refugiados

y tratan de emplearlos
en el mercado laboral.

Otro ejemplo es de los Países Bajos,

donde el incubador de refugiados

les está dando el apoyo financiero
y de conocimiento necesario

para iniciar sus propias actividades.

De Silicon Valley,

donde "Reboot Kamp" es un proyecto

que imparte habilidades de
programación a hijos de refugiados.

¿Cómo podemos hacer para que
esto también pase en Italia?

Abriendo espacios de colaboración,
espacios locales,

abriendo incubadoras locales
y aceleradores

y permitiendo el flujo de
este conocimiento diverso.

Apoyar empresas nacientes
que impliquen a inmigrantes

y los mezcle en el tejido
socioeconómico de nuestra sociedad.

Se podría aducir que una compañía
fundada por un refugiado

carecerá de la interacción
con el territorio local

y que fracasará.

Sí, concuerdo.

Porque necesitamos trabajar juntos,
refugiados y ciudadanos locales,

que sumen dimensiones
culturales y geográficas

que alcancen nuevos horizontes.

Solo de esta manera,

emprender con refugiados
será una estrategia ganadora.

Imaginen,

si tuvieran que pasar una vida
sin tener una ciudadanía,

si dejaran una vida al otro lado del mar,

¿cómo pueden crear una nueva vida?

¿Cómo pueden crear un nuevo hogar
y reemplazar el perdido?

Para sobrevivir, la gente inventa maneras,

y cuando no hay nada que perder,
hallarán la única manera de lograrlo.

Por eso, ser un sobreviviente,
un inmigrante o un refugiado

implica tener un espíritu emprendedor,

donde tomar riesgos y resistir
son las únicas maneras,

las únicas opciones;

derribando muros y creando
nuevas oportunidades de ello.

Para mí, cuando es muy difícil,
cuando siento que quiero renunciar,

mantengo mi intención de resistencia

porque lo que intento hacer,

no es solo para mí,
es el trabajo de un equipo

que ya no existe.

Para una generación de jóvenes,
bajo asedio o guerra,

desperdigada en el mundo o en el cielo,

permitan que les pida hoy esta reflexión:

la próxima vez que conozcan
a un extranjero en su pueblo,

no le pregunten: "¿De dónde eres?"

Intenten preguntar:

"¿Qué quieres hacer aquí?

¿Qué quieres crear con nosotros?"

Gracias.

(Aplausos)