Cómo superé el alcoholismo | Claudia Christian | TEDxLondonBusinessSchool

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

Como actriz extremadamente exitosa que vio su vida personal y su carrera amenazadas por el alcohol, Claudia comparte su viaje de superación del alcoholismo y ofrece perspectivas nuevas sobre los tratamientos para el consumo de alcohol. Claudia Christian actuó en su primer serie a los 18 en la novela nocturna de NBC "Berringers" y en su primer película a los 20 en el hit de culto de New Line Cinema "The hidden".

He estado en el mundo del
entretenimiento por más de 30 años.

Bebía muy poco a mis 20,

A mis 30, era una bebedora social,

y en algún momento de mis 40 desarrollé
un trastorno por consumo de alcohol,

que se abrevia TCA.

Ya casi no usamos el término alcoholismo,

porque es un término muy ambiguo.

TCA cubre todo

desde un borracho de fin de semana
a un bebedor crónico.

Empecé a darme cuenta de que
algo andaba muy mal conmigo

cuando era siempre la última persona
en el bar o en las fiestas

cuando todos ya estaban tomando café
y yo seguía bebiendo vino.

Sí.

Me di cuenta entonces de que
definitivamente tenía un problema,

así que decidí simplemente dejar
la bebida, desembriagarme, y lo hice.

Pero no me di cuenta

de que eso podía causar lo que se dice
el síndrome de abstinencia de alcohol,

donde una vez que el periodo de luna
de miel de sobriedad se acaba,

quedas con deseos físicos intensos
de alcohol.

Piensen en esto.

Pasas al lado de una licorería,
y te dan ganas, quieres un trago.

Pasas por un bar, y te enojas

porque no puedes entrar
y tomarte un solo trago.

Empiezas a alejarte de tus amigos
y familiares porque ellos beben.

Tener TCA fue una cosa
increíblemente confusa

para alguien que, debo confesar,
le gusta tener el control.

Definitivamente, no tenía el control
de esta situación para nada.

De hecho, fui arrastrada
a una batalla de casi una década

contra algo a lo que yo llamo
"el monstruo".

La adicción es un monstruo,
y afecta a todas las etnias,

clases sociales, razas, sexos,
edades; no hay diferencia.

Puedes ser la persona
más disciplinada del mundo...

Cuando llega a ti,

te tiene.

"Eso" toma el control.

Cuando finalmente me di cuenta
de que yo no estaba conduciendo,

que el monstruo estaba,

busqué todos los tratamientos
que pude encontrar o costear.

Fui a rehabilitación por USD 30 000

para básicamente beber pasto de trigo
y hacer tai chi.

Fui a terapia por más de dos años y medio

por USD 200 la sesión.

En verdad busqué a un hipnoterapista

que decía haber curado a un
miembro de los Grateful Dead

que costaba USD 400 la hora.

Fui a 12 reuniones de AA en dos países.

Me hice macrobiótica.
Me alineé los chakras.

Intenté con el veganismo.

De todo, lo intenté, y recé.

Recé hasta que mis rodillas
estuvieron negras y azules,

y aun así tenía recaídas,
una y otra vez.

Quiero decir, creo que
en los años que sufrí de TCA

y en verdad luche contra eso,

probablemente tuve casi 20 recaídas.

Y cada una de ellas se volvía
cada vez más difícil de superar,

y cada vez más y más y más difícil.

Y aquí está el problema: yo no bebía
porque había tenido una infancia difícil,

o porque tenía algún trauma.

Quiero decir, si lo miran desde afuera,
¡tenía una vida genial!

Trabajaba en lo que había elegido.
Tenía una casa hermosa.

Tenía amigos y una familia
que me amaban y me apoyaban.

Bebía porque era adicta
al alcohol físicamente.

Eso es todo.

Una vez que empecé, no pude parar.

Tengo adicciones por parte
de mis dos padres,

y la predisposición genética
junto con el comportamiento,

que para mí es beber,
me convirtió en adicta.

Sabía una cosa con certeza
después de todos estos tratamientos,

y esto estaba muy claro:

hacer terapia equina o tai chi

en alguna ostentosa y costosa clínica
de rehabilitación frente al mar

no iba a arreglar mi adicción biológica.

A fines de 2008, logré seis meses
de sobriedad,

y ahí fue cuando la adicta empezó
a hablar en mi mente.

Esa es la parte traicionera
de la adicción,

una vez que tienes un momento
de sobriedad,

crees, "eh, no soy una adicta".

Te susurra, "Vamos, bebe un trago.

Lo vas a poder controlar. Solo uno".

Entonces escuché a esa idiota en mi mente,
y salí a cenar esa noche,

y bebí un vaso de vino, volví a casa,
y estaba tan complacida,

"Bueno, mira, la idiota tenía razón.
No soy una adicta.

Solo bebí un vaso".

Bien...

Día 2, bebí dos vasos;
día 3, bebí tres vasos,

además de comprar una botella para llevar
a casa y beber en el camino.

Día 5, estaba en una borrachera terrible;

Tomaba todas las bebidas,

probablemente habría bebido extracto
de vainilla de haber tenido.

Cuando finalmente estaba tan mal que
no podía beber ni una gota más de alcohol,

hice lo que hacía siempre:
volví a la sobriedad y me desintoxiqué.

Esta vez, algo salió muy mal.

Empecé a sufrir ataques en mi cuerpo.

Perdí todo el control motriz.

No me podía parar; no me podía vestir.

Entonces llamé a una amiga que me llevó
a mi única desintoxicación médica.

Donde, debo decir, no me trataron bien.

De hecho, hasta que
no les pagué USD 3000,

no me dieron la medicación
que necesitaba para dejar de temblar.

En ese momento, me sentí tan humillada
y tan deprimida y tan avergonzada

por toda la situación
que dejé la habitación y me fui.

Mientras salía vi esos montoncitos
de folletos

sobre varios tratamientos
diferentes para el TCA.

Uno de estos era sobre una vacuna,

y esta vacuna prometía eliminar
todos los deseos de alcohol.

La vacuna costaba más de
USD 1000 por mes,

pero a esta altura, habría vendido
mi alma para mejorar.

Cuando llegué a casa, googleé la vacuna.

Descubrí que el ingrediente principal
era Naltrexone,

una medicación aprobada por la FDA,
no adictiva y segura

que se ha usado para
tratar TCA desde 1994.

Mientras buscaba, apareció un libro:

la audazmente llamada
"cura para el alcoholismo",

del Dr Roy Eskapa.

Y había un pequeño capítulo como ejemplo,

así que leí el capítulo,
y quedé totalmente enganchada.

Esto tenía mucho sentido para
la amante de la ciencia en mi mente.

Describía un tratamiento llamado
"El método Sinclair" o EMS,

en el que tomas una droga bloqueadora

esperas una hora para que la medicación
se meta en tu torrente sanguíneo y cerebro

y luego bebes alcohol.

Suena ilógico, ya sé, pero escúchenme.

Usualmente cuando un adicto bebe,
obtiene un gran premio del alcohol,

y eso es lo que lo hace
querer más y más y más.

Pero si tomas una droga bloqueadora,

como Naltrexone, o Nalmefene
si estás aquí en GB,

en lugar de reforzar
la sinapsis adictiva del cerebro,

la droga bloqueadora
bloquea las endorfinas

cuando activa la parte del cerebro
responsable por la adicción.

Es como si tuvieras una gran habitación
de endorfinas viviendo en el cerebro.

Y cada vez que bebes alcohol,
estas endorfinas corren hacia la puerta,

y arman un caos en el cerebro
y en las vías nerviosas.

La droga bloqueadora evita que
las endorfinas dejen la habitación.

Da un portazo y cierra con llave,
para que no puedan ni salir a jugar.

En el transcurso de unos días,
o semanas para algunas personas,

el cuerpo se desintoxica lentamente,

los niveles de bebidas alcohólicas
bajan drásticamente

porque disminuyen
los deseos por el alcohol.

No conocía a ningún doctor que me
prescribiera Naltrexone en ese momento;

De hecho, cuando se lo contaba a alguien
me respondían, "¿qué?"

Así que compré mis píldoras
en una farmacia india online,

50 mg de esperanza.

Pasaron algunas semanas hasta
que llegaron las píldoras,

y cuando llegaron, debo decir,
estaba totalmente asustada

porque pensaba, "¿y si no funciona?

¿Y si vuelvo a tener otra recaída?

¿Y si es peor que la última vez?"

Pero a esas alturas, estaba tan
desesperada que me arriesgué.

Entonces tomé la píldora; esperé una hora;

me serví un vaso de vino
y sucedió un milagro.

Quiero decir, el vino se quedó ahí
mientras yo comía mi cena.

No había juegos mentales, ni obsesión,

ni "quiero más y más y más", nada.

Tomé algunos sorbos y dije,
"bah, estoy satisfecha".

Era un gran milagro.

Luego de tres meses con EMS,
tuve mi momento ajá.

Había un letrero, que yo odiaba,

cerca de dónde yo vivía en Los Ángeles,

y todas las veces que pasaba por ahí,
el letrero tenía un gran vaso de vino,

que era mi veneno preferido,
un vaso enorme de vino tinto,

cada vez que pasaba cerca de ese
letrero, tenía ganas de beber.

Si estaba en modo ebria,

me daban ganas y pensaba, "quiero más".

Si estaba en modo sobria,
pasaba por ahí,

y pensaba, "ay, mierda,
no me puedo tomar un vaso de vino".

En este día en particular, pasé por ahí,

y mi cerebro me dijo,
"es solo un letrero".

Ni siquiera puedo explicarles
lo profundo que fue ese momento,

porque significó que mis procesos
mentales eran nuevamente normales.

Significó que mi cerebro estaba curado.

Significó que era yo misma de nuevo.

Luego de seis meses de EMS,
estaba casi sobria,

excepto por el trago planeado
una hora después de tomar Naltrexone.

EMS funcionaba tan bien para mí
que decidí contactar al Dr. Roy Eskapa

y agradecerle por escribir su libro.

También le pedí que le agradezca
al investigador Dr. David Sinclair,

cuyo trabajo de toda su vida,
casi literalmente, salvó mi vida.

Le pregunté, "¿qué puedo hacer para ayudar
a que este tratamiento sea conocido?"

Dijo, "bueno, ¿por qué no escribes
un libro?" Y eso hice.

Ahí fue cuando comenzó realmente
mi viaje de descubrimiento.

Descubrí que la Organización Mundial
de la Salud estima que

una persona muere,

3,3 millones de personas mueren cada año
por causas relacionadas con el alcohol.

Eso es más que malaria,
tuberculosis, SIDA.

También descubrí que varios investigadores

estiman que del 80 al 90 % de las personas
que sufren de TCA no buscan tratamiento,

y muchas de estas personas no lo hacen

porque les han hecho creer

que tendrían que dejar el alcohol
por el resto de sus vidas,

lo que para una persona de 20 o 30 años
puede sonar totalmente abrumador,

o casi irreal.

También descubrí que del 10 %
que busca tratamiento

¡casi el 90 % de esta gente tiene
recaídas durante los primeros cuatro años!

Digo, ¿qué otra enfermedad tratable
se les ocurre

que tenga este pésimo nivel de éxito?

Estudios muestran que la mano firme,
o humillar a un adicto,

o hacerles tocar fondo, no los ayuda;

e incluso empeora a la gente.

Como dijo el Dr. Keith Humphreys
de la Universidad de Standford,

"Es impresionante que la gente crea
que se necesitan más castigos.

Si el castigo funcionara,
no existiría ninguna adicción.

Ya es una experiencia bastante severa".

Está totalmente en lo cierto. Es severa.

Si nosotros los adictos tuviéramos
una enfermedad normal,

se nos trataría con simpatía y confort;

Pero nos enfrentamos a una lluvia de
"¿por qué no dejas y listo? Solo di no",

y una completa falta
de empatía y compasión.

Muchas personas sufren durante
mucho más tiempo del que yo sufrí,

pero la mayoría de nosotros sufren por al
menos una década antes de encontrar ayuda.

Entonces, ¿por qué tanta gente cree que

una batalla tan dura
contra la adicción al alcohol

se puede detener en solo 30 días o menos

con nada más que terapia y voluntad?

Es increíble. Es increíble.

El Instituto Mundial de la Salud estima

que una persona muere cada 10 segundos
a causa del consumo de alcohol.

¿Es nuestro sistema de tratamiento actual
lo mejor que podemos hacer?

El método Sinclair tiene un éxito
del 78 %.

Imaginen un mundo

con un 78 % menos de personas
adictas al alcohol.

Imaginen el impacto profundo
que tendría en nuestra sociedad.

Un 78 % menos de familias rotas.

Un 78 % menos de niños abusados,

días perdidos de trabajo,

costos de seguro, accidentes,
etc, etc, etc.

El método Sinclair usa la ciencia
para empoderar a tus amigos, tu familia,

o incluso a ti mismo para
lograr la recuperación.

Gracias al método Sinclair,

pude Ctrl+Alt+Del mi adicción al alcohol.

Ya no soy indefensa.

Este monstruo ya no tiene el control.

Yo lo tengo.

EMS hace maravillas para
las personas adictas al alcohol.

Es mi sueño verlo convertirse
en una referencia,

en un tratamiento que se ofrezca con
regularidad a aquellos que lo necesitan.

Los aliento a todos Uds.,

les ruego que por favor corran la voz
de este tratamiento que salva vidas.

Y démosle a los adictos
la opción que se merecen.

Muchas gracias.

(Aplausos)