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Mi idea es que la personalidad
de un avatar
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es muy cercana a la suya.
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Nace de la observación de varias personas
y la conducta de sus avatares
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y su forma de hacer las cosas.
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Así, la distancia que los avatares
mantienen al interactuar en Segunda Vida
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es muy similar a lo que sucede
en la vida real.
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Cuando alguien se acerca mucho a ti,
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instintivamente, das unos pasos atrás.
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Porque, aunque es la interacción
entre dos avatares,
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aún así sientes la sutileza,
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el grado de intimidad
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y así la necesidad de mantener distancia.
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Creo que se aplica a muchas cosas,
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incluida la forma de hablar o escribir.
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Algunas personas son muy groseras.
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Algunas pueden golpearte
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o el vocabulario que usan
contiene cierta violencia.
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Creo que la identidad del avatar
es semejante a la personalidad de uno.
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Tal vez soy solo yo,
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pero creo que varios revelan
su verdadera personalidad
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mediante las conductas de sus avatares.
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Al viajar por Segunda Vida,
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sin evitarlo, proyectamos
nuestra primera vida allí.
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Traemos muchos de los dilemas
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y disyuntivas que enfrentamos
en la vida real al frente de Segunda Vida,
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con la esperanza de resolverlos.
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O esperamos e intentamos usar Segunda Vida
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para descifrar e interpretar la vida real.
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Pero somos incapaces de hallar
una solución
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a los dilemas propios
de la condición humana.
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El hecho es que no podemos resolver
nuestras propias dificultades.
Art21