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El llamado de Jesús
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Bienvenido a la lección 18:
"El Libro de los Apóstoles".
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Amo hablar acerca del libro de los
apóstoles, el libro de los Hechos,
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como vemos en el Nuevo Testamento.
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Aquí tenemos la Biblia: el Antiguo
Testamento, el Nuevo Testamento.
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Y en el Nuevo Testamento empezamos
con los cuatro Evangelios:
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Mateo, Marcos, Lucas, Juan.
Asombroso.
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En esos cuatro Evangelios leemos acerca
de Jesús, cómo Él caminó aquí por la
tierra.
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Y los cuatro Evangelios terminan con
Jesús muriendo y cómo Él resucitó.
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Y luego de los cuatro Evangelios tenemos
el libro de los Hechos,
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el libro de los apóstoles.
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Es un libro muy especial,
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porque el libro de los apóstoles es el
único libro histórico
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que tenemos de la iglesia temprana, aquí
en la Biblia,
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en donde leemos acerca de cómo ellos
estaban viviendo la vida de Cristo,
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cómo ellos obedecieron el llamado
de Jesús.
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Nosotros vivimos ahora, después de
la cruz.
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Estamos ahora viviendo en un tiempo
asombroso del que se había profetizado
acerca,
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muchos, muchos, muchos años atrás.
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Cuando Jesús estaba colgando en la cruz,
Él dijo: "Consumado es".
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¿Qué es consumado?
¿Qué fue consumado?
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¿O qué comenzó?
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La cosa vieja se consumó y algo
nuevo comenzó.
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Nosotros, cuando tú lo entiendas...
estamos viviendo en un tiempo asombroso
hoy en día.
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Un tiempo del que fue profetizado
acerca, muchos siglos atrás.
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Por ejemplo: Ezequiel y Jeremías, 400 años
antes de Cristo profetizaron acerca
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del tiempo en que hoy nosotros vivimos.
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Ezequiel profetizó esto en
Ezequiel 11:19-20:
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"Y les daré un corazón, y un espíritu
nuevo pondré dentro de ellos;
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y quitaré el corazón de piedra de en medio
de su carne, y les daré un corazón de
carne,
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para que anden en mis ordenanzas,
y guarden mis decretos y los cumplan,
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y me sean por pueblo, y yo sea a ellos
por Dios".
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Escucha a estas palabras.
Estas palabras que Ezequiel profetizó
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400 años antes de Cristo, es algo que
nosotros hoy estamos viviendo.
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En aquel tiempo, Jesús estaba caminando
por la tierra, en Mateo, Marcos, Lucas,
Juan,
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ellos no lo experimentaron.
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¿Por qué? Porque ellos estaban todavía
antes de la cruz.
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Cuando Jesús caminó en la tierra,
Él no les pudo entregar el Nuevo Espíritu,
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del que Ezequiel profetizó acerca.
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Pero después de que ascendió al Cielo,
Él envió Su Espíritu Santo acá abajo,
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y estamos viviendo en este emocionante
tiempo.
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Nosotros, en Cristo, podemos ser
perdonados,
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y nosotros, en Cristo, podemos conseguir
una relación con Dios en la cual nosotros
podemos conocerle.
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En el Antiguo Testamento era solo
para unos pocos.
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Era solo para los profetas y para unas
pocas personas escogidas.
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Pero ahora, en el tiempo en el que estamos
viviendo, Dios derramará Su Espíritu
sobre toda carne.
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La última vez vimos a la religión.
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La religión trata de cambiar a una persona
y hacer ver bien a una persona en el
exterior.
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Pero Jesús está entregando un nuevo
corazón.
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Jesús está poniendo un Nuevo
Espíritu en nosotros.
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Jesús está haciendo lo que acabamos
de leer.
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Y una cosa que realmente amo del
libro de los Hechos.
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En el libro de los Hechos, vemos esto
ser cumplido.
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Vemos en el libro de los Hechos, cómo la
iglesia temprana, después de la cruz,
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estaba predicando el Evangelio.
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También vemos cómo respondieron al
Evangelio que habían oído.
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También vemos cómo ellos nacieron
otra vez.
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El libro de los Hechos da muchos ejemplos,
imágenes de cómo la iglesia temprana
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estaba obedeciendo a Cristo. Cómo los
creyentes estaban obedeciendo a Cristo.
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Cómo ellos, de hecho, fueron afuera en
esa cosecha que estaba lista,
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cómo ellos encontraron a esa persona
de paz.
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Por ejemplo: Hechos 10, con Pedro
y Cornelio
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o Hechos 16, con Pablo y Lidia.
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Hay claros, claros ejemplos en el libro
de los Hechos,
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cómo ellos continuaron la obra de Cristo.
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El libro de los Hechos es como un espejo,
en donde vemos cómo la iglesia temprana
estaba viviendo,
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cómo ellos obedecieron a Cristo.
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Es como un diario de vida.
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Hubo un tiempo en mi vida, en donde
miré a mi vida,
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y yo era un cristiano y yo amaba
a Jesús y yo era radical,
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y yo iba a la iglesia y yo hacía un montón
de cosas buenas allí.
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Pero luego empecé a ver el libro
de los Hechos.
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Y mi vida no se parecía, para nada,
al libro de los Hechos.
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Me vestía cada domingo, iba a la iglesia,
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estaba, incluso, haciendo unas pocas
predicaciones en la iglesia,
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y yo estaba ayudando a la iglesia,
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pero yo no era guiado por el Espíritu
Santo como leemos aquí.
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No guiaba a personas a Cristo,
como leemos aquí.
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No bautizaba a personas en agua y en el
Espíritu Santo, como leemos aquí.
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Yo no echaba fuera demonios y sanaba a
los enfermos, como leemos aquí.
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Así que, tenía la religión en una mano
y tenía la vida en la otra mano.
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Y había un error en alguna parte.
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Y creo que el error no se encuentra
en la Biblia.
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El error se encuentra en nuestra vida.
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Así que, necesitaba cambiar algo.
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Necesitaba cambiar algo, y lo hice.
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Cambié algo en mi vida.
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Y ahora, mi vida se veía mucho más a lo
que leemos aquí, en el libro de los
Hechos.
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Una de las cosas que necesitaba
cambiar era la obediencia.
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Necesitamos obediencia.
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La fe es obediencia.
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No puedes tener fe... No tienes fe
si tú no tienes obediencia.
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Intenta imaginar si estoy parado en la
mitad de un camino aquí,
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y hay un camión que viene de un lado,
y no veo al camión.
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El camión viene a máxima velocidad
hacia mí.
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Y tú estás parado allí, a la berma
del camino,
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y tú ves el camión y tú gritas: "¡Torben!
¡Muévete! ¡Muévete! ¡Un camión viene!"
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Y yo te miro.
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"Yo te creo.
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Creo que eres real.
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Creo que existes.
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Creo en tus palabras".
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Y sigo parado ahí.
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No. No hace sentido.
¿Por qué?
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Porque si yo creo en ti,
en tus palabras,
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me moveré.
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No seré capaz de creer lo que tú estás
diciendo y quedarme quieto.
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Sí, a menos si quiero morir.
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Pero si quiero sobrevivir,
y yo creo en ti,
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necesito moverme.
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¿Por qué? Porque tener fe en ti, no es
tener fe en que tú eres real,
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que tú caminas en la tierra.
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No. Tengo que tener fe en tus palabras.
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De modo tal que, creer en Cristo, no es
solo creer que Él una vez vivió.
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Es creerle a Cristo.
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Creer en Sus palabras.
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Y si creemos en Su palabra nos movemos.
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Nosotros obedecemos Sus palabras.
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Esa es la única forma que podemos,
de hecho, mostrar que creemos.
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La fe sin la obediencia está muerta.
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Y está tan claro. Quiero leer lo siguiente
del libro de Santiago.
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Y cuando lees estas palabras aquí,
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es tan importante entender que cuando
hablamos acerca de las obras,
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no está hablando acerca de las obras
de la Ley.
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No es acerca de intentar ganarnos nuestra
salvación, porque no podemos.
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No es acerca de intentar obedecer la Ley
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y luego obedecemos de tan buena
manera que somos salvos. No.
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No está hablando de obras por la Ley,
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sino que está hablando acerca de
obediencia/obras por la fe.
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Y esto es lo que necesitamos.
Santiago 2:14-26. Quiero leer esto:
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"Hermanos míos, ¿de qué aprovechará
-
si alguno dice que tiene fe, y no tiene
obras
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(o hechos, o obediencia)?
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¿Podrá la fe salvarle?
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Y si un hermano o una hermana están
desnudos, y tienen necesidad del
mantenimiento de cada día,
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y alguno de vosotros les dice: Id en paz,
calentaos y saciaos,
-
pero no les dais las cosas que son
necesarias para el cuerpo,
¿de qué aprovecha?
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Así también la fe, si no tiene obras
-
(o obediencia), es muerta en sí misma.
Pero alguno dirá:
-
Tú tienes fe, y yo tengo obras.
-
Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te
mostraré mi fe por mis obras.
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Tú crees que Dios es uno; bien haces.
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También los demonios creen, y tiemblan.
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¿Mas quieres saber, hombre vano, que la
fe sin obras es muerta?
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¿No fue justificado por las obras Abraham
nuestro padre,
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cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
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¿No ves que la fe actuó juntamente con
sus obras,
-
y que la fe se perfeccionó por las obras?
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Y se cumplió la Escritura que dice:
Abraham creyó a Dios,
-
y le fue contado por justicia, y fue
llamado amigo de Dios.
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Vosotros veis, pues, que el hombre es
justificado por las obras, y no solamente
por la fe.
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Asimismo también Rahab la ramera,
¿no fue justificada por obras,
-
cuando recibió a los mensajeros
-
y los envió por otro camino?
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Porque como el cuerpo sin espíritu está
muerto,
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así también la fe sin obras (obediencia,
hechos) está muerta.
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Estas no fueron mis palabras.
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Esa fue la Biblia.
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La fe sin la obediencia (obras)
está muerta.
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La fe sola está muerta.
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No estamos hablando de
fe + obras de la Ley,
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sino que estamos hablando de fe real
que conduce a la obediencia.
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Si tú crees en Jesús, y Jesús dice:
"¡Un camión viene! ¡Muévete!",
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entonces tú te mueves.
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¿Por qué? A menos de que quieras morir,
entonces te mueves.
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Ahora Jesús no solamente dice:
"¡Un camión viene!"
-
Él dijo muchas otras cosas.
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Y lo que leemos aquí, necesitamos
obedecerlo.
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Y cuando empezamos a obedecer
el llamado de Jesús,
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y empezamos a dar un paso afuera,
en Sus Palabras,
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nuestra vida se va a ver como el libro de
los Hechos.
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¿Por qué? Porque Jesús es el mismo ayer,
hoy y por siempre.
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Pero si tú no obedeces las palabras
de Jesús,
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si tú no tienes verdadera, bíblica fe
en Cristo y, por lo tanto, no obedeces,
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por supuesto que tu vida se va a
ver como esto,
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mientras que el libro de los Hechos
será como esto.
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Así que, tómate un tiempo y,
verdaderamente, ve a través del libro
de los Hechos
-
y ve sus vidas, cómo obedecieron el
llamado de Cristo.
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Ve cómo estaban predicando
arrepentimiento, bautismo en agua
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y bautismo con el Espíritu Santo.
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Y, como dijimos la última vez, no vemos
una oración del pecador.
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Muchas de las cosas que hacemos
hoy en las iglesias,
-
no las vemos en el libro de los Hechos.
-
Muchas de las cosas que hacemos
hoy en las iglesias,
-
no las vemos en el libro de los Hechos
y, tristemente,
-
muchas cosas que fueron hechas en el libro
de los Hechos,
-
muchas de esas no las vemos en
las iglesias.
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Pero, hay una razón por la que Dios
nos dio la Palabra.
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Porque no es nuestra religión la que
es la verdad.
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Es la Palabra de Dios.
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Así que, te incentivo, mantenlo simple.
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Tienes la religión en una mano,
-
y tienes el libro de los Hechos en la
otra mano.
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¿Qué es correcto?
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No construyas sobre tu propia experiencia.
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La experiencia puede cambiar por la noche.
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Necesitamos obedecer esto.
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Hasta ahora hemos estado hablando acerca
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de cómo la cosecha es grande
-
y cómo los obreros son pocos
-
y cómo necesitamos ser enviados afuera,
-
como ovejas en medio de lobos.
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Y hay persecución allá afuera.
-
¿Qué es lo que vemos en el libro de
los Hechos?
-
Vemos que la cosecha es grande.
-
Vemos también que hay pocos obreros.
-
Vemos, incluso, cómo Dios usó la
persecución una vez para que las ovejas
salieran en medio de los lobos.
-
Y vemos que cuando ellos están allá
afuera, en medio de los lobos,
-
ellos experimentaron persecución.
-
Ellos pagaron un precio y no fue fácil.
-
Pablo experimentó el ser apedreado y
muchas otras cosas.
-
Él fue arrojado en la cárcel.
-
Pero, él también pudo testificar que
Cristo estaba con él.
-
Cuando él fue allá afuera, Cristo
estaba con él.
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¿Qué es lo que vemos?
¿Qué es lo que hemos estado viendo?
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Hemos estado viendo cómo encuentras
a la persona de paz,
-
y cómo, cuando encuentras a esa
persona, como Jesús dijo,
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tú vas a su casa y tú te sientas y comes
y bebes lo que ellos sirvan.
-
Y entonces tú allí sanas a los enfermos y
predicas el Evangelio.
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Y quédate allí.
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Y esto es lo que vemos en el libro de
los Hechos.
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El libro de los Hechos es una confirmación
del llamado que Jesús nos dio en Lucas
capítulo 10.
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Tú no ves hermosas, bonitas iglesias y
programas en el libro de los Hechos,
-
como lo hacemos usualmente hoy en día.
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Tú ves una cruda (natural) y real vida.
-
El Espíritu de Cristo trabajar en Su
cuerpo.
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Y esto es lo que necesitamos hacer.
Esto es lo que necesitamos obedecer.
-
La próxima vez, vamos a continuar y
mirar al Evangelio,
-
pero quiero empezar aquí, con el libro
de los Hechos,
-
porque el libro de los Hechos es donde
realmente vemos cómo ellos estaban
predicando.
-
El libro de los Hechos es en donde
verdaderamente vemos cómo ellos
respondieron a la predicación.
-
El libro de los Hechos es en donde
realmente vemos la vida bíblica,
-
del modo en que, cómo ellos nacieron
de nuevo y todo eso.
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Así que, la próxima vez, voy a usar
más tiempo,
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en donde vamos a ver al Evangelio del
Reino,
-
en donde voy a darte el cuadro grande,
desde el principio hasta el final,
-
y lo que las personas necesitan hacer
para nacer de nuevo.
-
Y lo que vas a ver, cuando te mostremos
el cuadro grande,
-
es qué necesitan las personas para
nacer otra vez,
-
tal vez vaya en contra de lo que te
han dicho,
-
tal vez vaya en contra de tu tradición
de iglesia,
-
tristemente, creo que lo hace,
-
porque hemos llegado a estar tan
lejos de la Biblia,
-
pero no va en contra de lo que leemos en
el Libro de los Hechos.
-
Ese es el porqué de que me haya
tomado el tiempo en este vídeo,
-
para realmente concentrarnos en el libro
de los Hechos y de qué se trataba esa
vida.
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Y empieza, hasta la próxima vez, solo lee
a través del libro de los Hechos,
-
y luego ve si eso encaja con tu vida hoy.
-
Debería ser así.
-
Dios te bendiga y te veo la próxima vez,
-
en donde vamos a continuar mirando
al Evangelio.
-
¡Chao, chao!
-
El llamado de Jesús