-
[música dramática]
-
Prisión de Dartmoor
-
aislada del mundo exterior
por muros de granito.
-
Dicen que puedes salir de aquí
sólo con contar lo que sabes.
-
Puedes o no ser de Scotland Yard,
-
pero te daré la misma respuesta
que le di a los otros,
-
aún me quedan dos años,
ocho meses y seis días,
-
en los cuales fabricar
cajas de música
-
que se subastarán a beneficio
de este encantador santuario
-
y pretendo venderlas.
-
[caja de música]
-
Muévanse.
-
(hombre) Y llegamos al siguiente
objeto en la lista,
-
o debería decir objetos
-
porque son tres.
-
Ahora, damas y caballeros,
-
estas pueden comprarse juntas
o separadas.
-
Estas hermosas cajas de música
llegaron esta mañana
-
y no pretendía subastarlas
hasta más tarde,
-
pero las venderé ahora.
-
Así que, buenos amigos,
como solía decir Marco Antonio,
-
préstenme sus oídos.
-
¿Y qué oyen?
-
[caja de música]
-
Bien.
-
El hermoso tintineo
de una caja de música.
-
¡Qué encantadora chuchería,
qué hermoso regalo
-
creado y fabricado por manos amorosas!
-
Un objeto bello y útil.
-
¿Quién comenzará con £5?
-
Es una ganga, £5.
-
¿Veo manos alzadas?
-
Si un conocedor presente
oferta £3 y...
-
£2.
-
£1.
-
Diez chelines.
-
Gracias, señor.
-
Damas y caballeros,
-
se ofertaron diez chelines por una caja
que no comprarían en Londres
-
por menos de £5.
-
Es casi un robo venderla
por diez chelines.
-
Como robarle la leche a un bebé.
-
Muy bien, aún tenemos diez chelines.
-
Se ofertaron diez chelines,
-
diez chelines.
-
¿Alguien ofrece £1?
¿Alguien, £1?
-
Alguien ofrezca una libra.
-
Una libra, ofrecen £1,
damas y caballeros.
-
Ofrecen £1.
-
¿Tenemos £2?
¿Tenemos £2, señor?
-
£2, ofrece £2.
£2 a la una,
-
a las dos,
-
a las tres
y última oportunidad,
-
vendida al caballero por £2.
-
Disculpa, querida.
-
Ahora, damas y caballeros,
la oportunidad de comprar
-
un duplicado exacto
de la hermosa cajita de música
-
que acaba de comprar el caballero
por el ridículo bajo precio de £2.
-
Es la misma,
-
hecha por las mismas manos.
-
¿Escucharon eso?
¿No es un encanto?
-
Ese tintineo, tintineo.
-
[caja de música]
-
Para mí suena como campanas
con angelitos tañéndolas.
-
¿Quién ofrece £2?
-
¿Quién comienza con £2?
¿Alguien comienza con £2?
-
Vamos, damas y caballeros,
-
por su entusiasmo
-
bien podríamos estar en Escocia,
no en Londres.
-
Por favos, cómpramela, papi.
-
£2, definitivamente no,
bien podríamos estar en Escocia.
-
Además, no me gustan sus modales.
-
£1, diez chelines.
-
£1, por £1 es nuestra.
-
£1, ofrecen £1.
Se ofreció £1, sale por £1.
-
Se va a la una,
a las dos,
-
a las tres y última oportunidad.
-
Vendidao a la dama por £1
-
Una puja inteligente, querida.
-
Gracias.
-
Llegamos a la tercera y última
de estas hermosas cajas.
-
Exactamente el mismo tintineo.
-
¿No es encantador?
-
Damas y caballeros, no los traje aquí
para estafarlos.
-
Esta es una réplica exacta
de las otras dos...
-
(golpe)
-
Está cerrado.
-
Pero es muy importante.
-
Pase, señor, entre.
-
Lamento molestarlo,
-
pero desafortunadamente
llegué tarde
-
para pujar por ciertos artículos
que ansiaba obtener.
-
Tal vez no fueron vendidos, señor.
-
Tenemos muchos objetos.
-
¿Cuáles cson esos artículos, señor?
-
Tres cajas de música idénticas,
así de grandes.
-
Lo lamento, señor, pero se vendieron.
-
Una pena que no estuviera aquí
para pujar.
-
No se pagó ni cerca el valor real.
-
Estoy muy ansioso por obtenerlas.
-
Me pregunto si sus registros mostrarían
quiénes las compraron.
-
Usualmente, no damos
esa información, señor.
-
Por ciertas, digamos,
razones sentimentales,
-
estoy muy ansioso por contactar
a los compradores.
-
Estaría dispuesto a pagar, digamos,
-
£5.
-
Por razones sentimentales,
estaríamos felices de ayudarlo.
-
¡Alfred! Las ventas de hoy,
-
las tres cajas de música.
-
Las cajas de música.
-
Aquí están.
-
La primera compra fue por £2,
el Sr. Julian Emery, Fortman Square 52.
-
Anota estas direcciones, Alfred.
-
Sí, señor.
-
La segunda no dejó nombre.
-
¡Qué desafortunado!
-
Creo que es comerciante.
-
No les gusta que sepamos
dónde van las cosas.
-
Por las ganancias.
-
¿La segunda compradora
fue mujer?
-
¿Puede darme su descripción?
-
Era una mujer joven,
-
alta, delgada,
-
de complexión clara
y cabello oscuro
-
y usaba un...
-
Un traje gris, ¿no recuerda?
-
Es cierto.
-
Quiza tenga una regalería.
-
Pagó £1.
-
¿Dice que viene frecuentemente?
-
No dije eso,
-
pero así es, señor.
-
Probablemente venga el jueves.
-
Tenemos subastas los lunes y jueves.
-
¿Y la tercer caja?
-
La tercera, el Sr. William Kilgour,
de Hampton Bay 143 B.
-
Por diez chelines.
-
Toda una rebaja desde £2.
-
El Sr. Kilgour era escocés.
-
Bueno, gracias.
Fue de lo más servicial.
-
¡Gracias a Ud., señor!
-
Pase cuando quiera,
-
siempre tenemos cosas encantadoras
para vender.
-
Nuestra tarjeta.
-
Gracias, volveré el jueves.
-
El mensaje nos llegó muy tarde.
-
Las cajas de música se vendieron.
-
Salgamos de aquí.
-
Un día irás demasiado lejos.
-
Alcanzando una estrella, tonto.
-
Incluso un tonto puede tocar
una estrella, Cnl. Cavanaugh,
-
si llega lo suficientemente alto.
-
No parece que lo vayas a conseguir.
-
Las cajas de música se vendieron.
-
¡QUuué pena, querido coronel!
-
¿Es mi culpa que el mensaje
nos haya llegado hace una hora?
-
¿Es mi culpa que se hayan vendido?
-
Ella no puede responsabilzarme por eso.
-
Espero por su bien que tenga razón.
-
[violín]
-
Te requerirán esta noche
a las ocho menos cuarto,
-
un caballero desea consultarte
-
sobre un asunto de la mayor importancia.
-
¡Ja! ¿Recuerdas esa carta, Holmes?
-
La escribieron hace más de dos años.
-
Un caso interesante,
-
endiabladamente interesante.
-
Irene Adler.
-
Una mujer despanpanante
por la breve mirada que le eché.
-
Parece que fue ayer.
-
¡Qué encanto, qué elegancia
y que mente!
-
Lo bastante ingeniosa y brillante
como para superar
-
al mismísimo Sherlock Holmes.
-
Supongo que salió la revista Strand,
-
conteniendo otra de tus historias
algo sensacionalistas.
-
¡Así es!
-
¿Y cómo la titulaste?
-
La titulé Un escándalo en Bohemia.
-
No es un mal título.
-
-
Si debes registrar mis hazañas,
-
desearía que pusieras menos énfasis
en el melodrama
-
y más en los asuntos intelectuales
involucrados.
-
Más en los...
¿Qué quieres decir?
-
Espero que le hayas dado
-
un alma a La Mujer.
-
Tenía una, ¿sabes?
-
«La Mujer».
-
Supongo que te refieres a Irene Adler.
-
Sí.
-
Siempre la recordaré
-
como La Mujer.
-
[Golpe en la puerta]
-
(Watson) Adelante.
-
¡Stinky!
-
Fatso, viejo, ¿cómo estás?
-
¿Cómo estás, viejo?
No te he visto en años.
-
Te presentó a Sherlock Holmes.
-
Holmes, este es Stinky,
-
en otras palabras, Julian Emery.
-
Mucho gusto, Sr. Emery.
-
Watson ha hablado de Ud.
-
¿En serio?
-
Sí, fuimos juntos a la escuela.
-
Fue hace más tiempo
del que quiero recordar,
-
pero no viniste a recordarm eso.
-
No. Resulta que estab en el barrio
-
y vi las luces encendidas
-
así que me tomé la libertad
de buscarte.
-
¿Aún escribes tus historias de misterio?
-
Sí, hay una nueva esta semana.
-
¡Nunca me las pierdo!
-
¡Bien, gracias!
-
Creo que ese vendaje
te hace ver muy interesante.
-
¿Aún metes tus narices
en los asuntos ajenos?
-
- ¿Quién te golpeó?
- No sé.
-
Alguien me golpeó la cabeza
en mi propia sala
-
y luego cometieron el robo
más idiota de que haya oído.
-
El tipo debe haber estado más loco
que una cabra.
-
¿Loco, por qué?
-
Ven a sentarte, viejo.
-
¿Quieres una taza de té?
-
Está bien.
-
Iré a decirle a la Sra. Hudson.
-
¿Por qué dice que el robo fue idiota?
-
Por el hecho
-
de tener cajas de música por £5.000
en mi sala
-
y el ladrón que atrapé en el acto
-
se escapó con una
que ni siquiera vale £5.
-
Deduzco que es coleccionista
de cajas de música.
-
Sí, así es.
-
Algunas son muy hermosas,
-
pero no la que fue robada.
-
El ladrón agarró lo primero
que pudo
-
cuando me escuchó entrar al cuarto.
-
Es extraño, ¿no?
Habiéndolo puesto fuera de combate
-
no se llevó algo de más valor.
-
¿La caja robada tenía algo inusual?
-
No, nada.
-
La compré en el sur de Francia,
varios años atrás.
-
Dijo que tiene muchas cajas valiosas,
-
aún así, el ladrón se llevó
una que no vale ni £5.
-
Parece un problema fascinante.
-
Bueno, supongo
-
que era un vulgar ratero
y no conocía el valor.
-
Esa es una explicación posible,
pero me aventuraría a decir
-
que el ratero promedio tiene
un mayor conocimiento
-
del valor de los objet d'art
que el coleccionista promedio.
-
En cualquier caso, es lo que dijeron
en Scotland Yard
-
No estaban muy [inentendible].
-
Es consistente, de todas maneras.
-
Me pregunto si podría ver
su colección, Sr. Emery.
-
Por supuesto, sí.
-
Nada agrada más a un coleccionista
que alardear de sus trofeos.
-
¿Cuándo será apropiado?
-
No hay momento mejor que éste.
-
¡Bien!
-
Mi casa está en Portwood Square.
-
-¿Vamos?
-Sí, claro.
-
Hola. ¿Adónde van?
-
Stinky aún no tomó su té.
-
Lo lamento.
-
Vamos a mi casa
-
dónde les daré algo mejor que el té.
-
Esta fue fabricada para Luis XV
-
y esta es una de las pocas
que quedan de esa época
-
y es un ejemplo
particularmente bello, además.
-
♪ (trinos) ♪
-
Encantador, ¿no?
-
Bastante.
-
Para mí, todas suenan como ratones
-
correteando en un techo de zinc.
-
Me temo que no tienes
oído musical, Watson.
-
Dame una buena banda tocando
una marcha entusiasta
-
y tú quédate con todos tus tontos trinos.
-
♪ [silbidos] ♪
-
[risas]
-
¿Esta es...?
-
♪ [caja de música] ♪
-
Qué cosa estúpida.
-
Un conejo cantante.
-
¿Qué valor diría que tiene
una caja como esta, Sr. Emery?
-
Es difícil de decir sin más,
-
pero creo que valdría
-
unas quinientas o seiscientas libras.
-
Es la joya de mi colección.
-
Un ladrón que roba una curiosidad
como una caja de música
-
deja pasar una de £500
por una que casi no vale nada.
-
Es extraño.
-
Muy extraño.
-
¿Cómo era la caja robada, Sr. Emery?
-
Sólo una simple caja de madera
-
de este tamaño.
-
Sí.
-
De hecho, tenía una casi idéntica
por aquí.
-
La compré ayer en una subasta
en Nightsbridge.
-
♪ [caja de música] ♪
-
Sólo pagué £2 por ella.
-
Usualmente no añadiría
una como esta a mi colección,
-
pero la tonada me intrigó.
-
No la había escuchado antes.
-
♪ [silbido] ♪
-
Tiene un oído notable para la música.
-
Es una melodía inusual.
-
-¿Quiere sentarse?
-Gracias.
-
Dijo que compró esa caja ayer
en una subasta.
-
Sí, en la casa de subasta Gaylord
en Nightsbridge,
-
dirigida por... ¿Cómo se llama?
-
Crabtree.
-
Es él.
-
¿Cuándo tuvo lugar el robo?
-
A las 3 de esta mañana.
-
¿Sabe, Sr. Emery?
-
Esa caja robada bien podría ser
causa y efecto,
-
especialmente dado que dijo
que la caja robada
-
se parece mucho a esta
-
y Scotland Yard no estaba
particularmente interesada, ¿no?
-
Sí, eso.
-
No los culparía por eso,
-
especialmente ya que les dije
que no podía describir al ladrón,
-
excepto por el hecho
-
de que era un hombre.
-
Recuerda es que entró aquí
y alguien lo golpeó.
-
Sí, cuando quise darme cuenta
-
mi sirviente intentaba despertarme.
-
Sería inteligente guardar esa caja
-
bajo llave.
-
No creo que sea necesario.
-
Además, todo está asegurado.
-
Al menos si intentan robarlo otra vez,
-
le sugiero que llame a la policía
-
en lugar de correr al peligro.
-
Vamos, Holmes,
¿no estás siendo alarmista?
-
Posiblemente.
-
Debo estar de acuerdo con Stinky,
-
creo que estás haciendo
un tornado en un vaso de agua.
-
Es "tormenta", viejo,
y es hora de que vayas a dormir.
-
(risas)
-
Gracias por mostrarnos su casa.
-
No, es muy bueno verlos.
-
Holmes, no entiendo
por qué estás tan misterioso.
-
Me parece que la explicación del ratero
es la más sensata.
-
¿De verdad?
-
No veo cómo creerías
que fue otra cosa.
-
No dije que creía que fue otra cosa.
-
La teoría del ratero es
-
la obvia, te lo concedo.
-
Sin embargo, a menudo es un error
aceptar algo como verdad
-
solamente porque es obvio.
-
Sólo se llega a la verdad
-
mediante el meticuloso proceso
de eliminar lo falso.
-
No somos capaces
de hacer eso en este caso
-
sin más información.
-
Sandeces, te burlas de mí.
-
Intentas convertir
-
un robo [inaudible]
en una conspiración internacional.
-
No, no es así.
-
Y espero que tu amigo Stinky muestre
-
un poco más de cautela en el futuro,
-
por si acaso.
-
[teléfono]
-
Hola.
-
¿Sí?
-
Habla Julian Emery.
-
¿Quién?
-
Claro que lo recuerdo, Sra. Courtney.
-
Sí, Ud. fue la única persona divertida
-
en la aburrida fiesta de Lady Stanford.
-
¿Qué?
-
Por supuesto que no es tarde
para visitarme.
-
Sí, será un placer
-
invitarle una copa.
-
¿Sabe qué? Venga directamente,
estaré en la puerta.
-
Está bien, ¿quince minutos? Bien.
-
Contaré los minutos.
-
No, de verdad.
-
Bien, hasta luego.
-
♪ [tarareando] ♪
-
¡Bu!
-
Me asustó.
-
(riendo) ¿Lo asusté?
-
Soy una diablilla.
-
Sé que no debí llamarlo tan tarde,
-
pero estaba en una fiesta,
aquí a la vuelta,
-
y recordé su invitación
a ver su colección de cajas de música.
-
Mi querido Sra. Courtney,
-
el placer es aún mayor
por ser inesperado.
-
Mis amigos me llaman Hilda.
-
Los míos me llaman Stinky.
-
Stinky, qué pintoresco.
-
¡Qué maravillosa colección
de cajas musicales!
-
Cuando dijo que tenía una colección,
-
no imaginé que fuera tan hermosa.
-
Son atractivas al oído
-
tanto como a la vista.
-
¡Qué sencilla!
-
Luce como una prima del campo
entre este esplendor.
-
No, no debe subestimar
a la prima del campo.
-
Justo ayer, un ladrón entró aquí
-
y con todas estas para elegir
se llevó una muy parecida.
-
¿De verdad?
-
Sí, no me importa mucho
perder esa caja,
-
pero me ofende la herida en la cabeza.
-
Pero lo hace lucir muy interesante.
-
¿Eso cree?
-
Ajá.
-
Es gracioso, es lo que dijo Fatso.
-
¿Fatso?
-
Me refiero al Dr. Watson.
-
Estuvo aquí esta tarde con un amigo.
-
Un tal Sr. Holmes.
-
También está interesado
en mi colección.
-
¿Sherlock Holmes?
-
Sí. ¿Lo conoce?
-
Escuché sobre él.
-
Parece creer que estoy en algún...
-
peligro.
-
¡Qué melodía evocadora!
Me lleva ami niñez.
-
¿En serio?
-
Es raro que a Ud. le interese
en esa caja.
-
¿Raro, por qué?
-
Porque al Sr. Holmes también
le interesa.
-
Estaría más interesado
en la tonada que la caja en sí.
-
Por Dios, es cierto.
-
Ahora lo recuerdo.
-
La silbó nota por nota
habiéndola escuchado una vez.
-
¿De verdad?
-
Debe ser un hombre notable.
-
Un poco alarmistas si me pregunta.
-
¿Cree en las advertencias?
-
Claro que no.
-
¿Quién querría una caja como esa?
-
Yo.
-
¿No lo dice en serio?
-
Claro que sí.
-
Me pone en un posición muy incómoda.
-
Soy coleccionista, como sabe,
-
y un coleccionista compra
pero nunca vende.
-
Pero si el precio fuera
lo bastante alto.
-
El precio no tiene nada que ver.
-
Son los principios.
-
Sí, no tomamos nuestra copa.
-
No, gracias, debo irme.
-
¿De verdad?
-
Eso me temo.
-
No va a dejarme, ¿no?
-
Mi reputación, Stinky.
-
Ud. sabe que es una mujer atractiva.
-
Gracias.
-
♪ [música intensa] ♪
-
Tonto.
-
Te dije que esperaras fuera.
-
¿Por qué tuviste que matarlo?
-
Lo que debía hacer es irme con esto.
-
Él te abrazó.
-
No lo toques.
-
No toques nada.
-
¡Ahora vete!
-
Lo lamento.
-
¿Lo lamentas?
-
¿Y qué hay de mí?
-
Esto es asesinato.
-
¿Qué hay de Scotland Yard?
-
¿Qué hay de Sherlock Holmes?
-
¡Ahora vete!
-
¿Entraste?
-
Bien.
-
¿Tuviste problemas?
-
Sólo un asesinato.
-
Sr. Holmes.
-
Hopkins.
-
Gracias por venir tan rápido.
-
El inspector Lestrade sugirió
que lo llamara a Ud.
-
El Sr. Emery era cliente
del Sr. Holmes, inspector.
-
¿Es cierto?
-
No lo mencionó cuando lo llamé,
Sr. Holmes.
-
No era exactamente un cliente, inspector.
-
Sargento Thompson.
-
Murió entre las 11
y las dos de esta mañana, señor.
-
Debe haber sido un conocido
o alguien de quien no sospechó.
-
Pobre Stinky.
-
Es mi culpa.
-
Debe haber prevenido esto.
-
No es momento de hablar
de eso, doctor.
-
Aparentemente se fueno está.
-
Es el segundo intento de robar
la caja que Emery compró
-
y está vez fue exitosa.
-
Pero esa caja sólo vale £2.
-
Valía la vida de un hombre.
-
Mejor visitemos
la casa de subastas Gaylord
-
y a ese sujeto Crabtree.
-
Inspector, ¿puedo sugerir
una búsqueda completa del piso
-
para encontrar una caja de música
sencilla de este tamaño.
-
Gracias, vamos, Watson.
-
Dijo que la primera caja
la compró Julian Emery,
-
la segunda, el Sr. Kilgour
de Hampton Way 143 B,
-
la tercera la compró
una joven desconocida
-
que quizá tiene una tienda
y vive cerca de Gilder's Green.
-
Es correcto.
-
¿No es extraño, Sr. Crabtree,
-
que Ud. solía tener tres cajas idénticas
todas con la misma tonada?
-
¿Dónde las obtuvo?
-
La prisión Dartmoor.
-
¿Dartmoor?
-
Recibimos una entrega regular
cada mes.
-
Los internos las fabrican.
-
Hacen todo tipo de cosas,
-
soportes para tuberías,
papeleras, cajas de música...
-
¿Por casualidad notó
-
si alguien mostró interés
-
durante la subasta
-
y la compra de estas tres cajas?
-
Vamos, Sr. Crabtree,
-
es, literalmente,
un asunto de vida o muerte.
-
Ya que lo dice así, Sr. Holmes,
-
hubo un caballero que vino
una hora después de cerrar
-
y estaba en un estado terrible.
-
Me dio £5 para que le dijera
dónde estaban las cajas.
-
Dijo que tenían un valor sentimental.
-
¿Qué sentimientos?
-
¿Puede describirlo?
-
Era alto, distinguido
-
y canoso y tenía un mostacho.
Era todo un caballero.
-
¿Y cuál fue su reacción
-
cuando no pudo suministrarle
-
la dirección de la joven
dueña de la tienda?
-
Le dije que la joven suele volver
los jueves.
-
Él dijo que volvería el jueves,
es decir mañana.
-
Gracias, Sr. Crabtree,
fue muy servicial.
-
¡Gracias!
-
Vamos, Watson.
-
¿Adónde vamos, a casa?
-
A casa del Sr. Kilgour,
el hombre que compró la tercer caja.
-
(zumbido)
-
Espera, Holmes.
-
¿Cómo sabes que las otras dos cajas
son importantes?
-
No lo sé, pero no pretendo
-
esperar a que asesinen
a los dueños para averiguarlo.
-
(zumbido)
-
No hay nadie en casa.
-
Espero que esa sea la explicación.
-
Mira por las ventanas.
-
No parece haber nadie.
-
El lugar parece desierto,
por lo que puedo ver.
-
Sí.
-
¿El Sr. y la Sra. Kilgour están en casa?
-
No.
-
¿Para cuándo los espera?
-
En una hora, más o menos.
-
No tiene sentido que los esperen,
-
no le compran a vendedores ambulantes.
-
¡Vendedores! Buena mujer,
este es el Sr. Sherlock Holmes.
-
¿Sherlock Holmes? Continúe.
-
¿Le molesta si entramos a esperar?
-
Mi asunto es bastante urgente-
-
Debo salir a comprar
-
y a la Sra. Kilgour no le gustará
encontrar extraños en su casa.
-
Está bien, se lo aseguro.
-
Bueno, debo irme.
-
Uds. esperen en la sala
-
y no fumen.
-
La Sra. Kilgour dice que apesta la casa.
-
Qué mujer extraña, Holmes.
-
Mmm.
-
Park Lane.
-
¿Park Lane?
-
¿Y a qué va alguien como tú
a Park Lane?
-
No te preocupes por el teatro
-
si sabes ir a Park Lane, vamos ya.
-
¿Sabes, Holmes? He estado pensando.
-
Debe haber habido algo oculto
en esa caja de Stinky,
-
joyería robada, posiblemente.
-
¿Qué pasa, Holmes?
-
Escucha.
-
[golpes]
-
Es el vapor de las tuberías de agua.
-
¡Watson!
-
¡Cielo santo!
-
Vamos, Holmes,
-
ponla en la silla.
-
Estás bien, querida.
-
Tranquila.
-
No te preocupes,
-
ya todo terminó.
-
Toma, querida, ya no llores.
-
Ella me ató y me encerró en el armario.
-
Lo sé, lo sé.
-
No volverá.
-
¿Le mostraste tu caja de música?
-
Sí, me dijo que quería escucharla
-
y, en cuanto se la mostré,
la agarró...
-
Lo sé, lo sé, no te preocupes.
Te compraremos una nueva.
-
Sí, querida, la mejor de Londres.
-
Watson.
-
Qué tonto, qué tonto he sido.
-
¿Qué dices?
-
Sacó la caja de esta casa
en la canasta de las compras
-
bajo nuestras narices.
-
¿Crees que la criada de los Kilgour
querría la caja de música?
-
No es la criada de los Kilgour,
-
es una actriz consumada.
-
Una mujer lista e inescrupulosa
que no se detendrá ante nada.
-
Cuida de la niña
hasta que regresen los padres.
-
Explícales todo.
-
Por supuesto.
-
¡Holmes! ¿Adónde vas?
-
En algún lugar, de algún modo,
-
debo encontrar a la joven que compró
la tercera caja
-
antes que nuestro rivales.
-
Espero no llegar tarde.
-
No, no, querida, no llores más.
-
Levanta ese ánimo.
-
¿Te gustaría escucharme
imitando a un pato?
-
[graznido]
-
Lo lamento.
-
♪ [caja de música] ♪
-
Damas y caballeros,
-
¿cuánto me ofrecen por esta hermosa
estatuilla de porcelana de Dresden?
-
Una dama de la corte francesa.
-
Es un artículo genuino.
-
Qué bello adorno para su chimenea.
-
O podría usarla como centro de mesa
en su comedor.
-
¿Alguien comenzará con £10?
-
¿Alguien comienza con £10?
-
£8.
-
£7.
-
Está bien,5. ¡Me ofrecen £5,
me ofrecen £5, me ofrecen £5.
-
£5,10. £5,15. £5,15.
-
Me ofrecen £6. £6. £6,
-
a la una,
-
a las dos,
-
a las tres y se va.
-
Vendida a la dama por £6.
-
A continuación, tenemos una pieza
de museo, damas y caballeros,
-
una fina muñeca del S. XIX,
-
vestida con una réplica exacta
de la vestimenta usada
-
por las campesinas húngaras.
-
Damas y caballeros,
-
un objeto como este podría costarles
desde £15 a £20 en el West End.
-
No pediré eso.
-
¿Quién da £2?
-
£2. ¿Alguien ofrece £2?
-
£2 por la húngara, £2.
-
¿£1, 1?
-
¿Alguien ofrece £1 por la muñeca?
-
Ofrecen £1, damas y caballero,
ofrecen £1.
-
No desperdiciaré su valioso tiempo
-
o el mío intentando conseguir
la mitad del valor de esta bella muñeca.
-
La joven puede robársela por £1
y esa es su buena fortuna.
-
Se va a la una,
-
se va a las dos, se va a las tres.
-
¿Algo más?
-
Vendida a la joven por £1.
-
Y ahora, damas y caballeros,
-
¿puedo reclamar su atención sobre algo
que puede sorprenderlos?
-
Digna de cualquier colección,
-
la otra está en el Museo Británico.
-
Es una vasija
de la séptima dinastía Ming.
-
Esta vasija perteneció
a una amplia colección
-
en las afueras de Roma
durante 200 años, según sé.
-
Fue descubierta por el reconocido dandy
Sir Andrew Cublestone.
-
Y alguno de Uds. recordará
a Sir Andrew Carperson,
-
que, además de ser un conocido viajero
y anticuario, es un excelente escritor.
-
La joven que lleva el paquete,
es ella.
-
¿Estás seguro de que es la chica?
-
Se ajusta a la descripción
del rematador.
-
Síguela, Hamid.
-
Es encantadora, querida.
-
Y sólo costó £1.
-
Podemos pedir al menos tres.
-
Fácilmente.
-
Prepararé el té.
-
Me haría bien una taza.
-
Bien.
-
(campanilla)
-
Buenas tardes.
-
Buenas tardes.
-
Busco un regalo de cumpleaños
para una niña de siete años.
-
¿Qué me sugeriría?
-
Tenemos unas muñecas encantadoras.
-
Esta campesina húngara...
-
Creo que ya tiene suficientes muñecas.
-
Los libres siempre son bienvenidos.
-
Busco algo diferente.
-
Eso es bonito.
-
¿Qué es?
-
Una caja de música.
-
Los niños las aman
-
y esta es excepcionalmente bonita.
-
Toca varias melodías.
-
♪ (caja de música) ♪
-
¿Tiene otras?
-
Sí.
-
Si viene por aquí,
-
me quedan sólo dos.
-
♪ (caja de música) ♪
-
¡Vaya!
-
¿Está segura de que estas son todas?
-
Lo lamento,
-
son difíciles de encontrar, ¿sabe?
-
Este es todo nuestro inventario.
-
Tenía otra,
pero la vendí hoy a la tarde.
-
Pero era una simple caja de madera.
-
No habría sido una lindo regalo
para una niña.
-
¿De verdad?
-
¿Conoce al comprador?
-
Vaya, sí.
-
Dejó su tarjeta en caso
de que alguien preguntara por él.
-
Qué interesante.
-
Disculpe, me temo que tengo
que buscarla un poco más.
-
Gracias igualmente.
-
Buenas tardes, gracias.
-
(campanilla)
-
¡Taxi!
-
Siga a ese taxi.
-
No me engaña.
-
Scotland Yard.
-
Suba.
-
Sherlock Holmes.
Debí haberlo sabido.
-
Creí que nosotros éramos los cazadores
-
en lugar de ser las presas.
-
Nos engañó. Caímos en sus manos.
-
Por supuesto.
-
Nos hizo seguir.
-
No mires.
-
El hombre frente a la juguetería.
-
Hamid,
-
dobla en la próxima esquina
y de nuevo en la siguiente.
-
No hay fotos de ella, comisario.,
-
como me esperaba.
-
No es una criminal conocida.
-
¿Cómo espera conocerla
si no la encuentra?
-
Después de todo,
ella estaba disfrazada.
-
No te preocupes.
-
Si la veo otra vez,
la reconoceré.
-
No pasará mucho antes
que sepamos quiénes y de dónde son.
-
¿Quién los encubre?
-
El sargento Thompson está siguiéndolos.
-
No se le escaparán.
Es un buen hombre.
-
Podríamos haberlos arrestado
en la juguetería de haber tenido pruebas.
-
Pero sabemos que mataron a Emery.
-
Pruebas, querido amigo.
-
Debemos tener pruebas.
-
Le hicimos raxos X, señor.
-
No hay nada oculto en la caja.
-
Veamos las placas.
-
Mmm.
-
Debe haber alguna pista.
-
Quizá sea tan obvia
que lña pasamos por alto.
-
Me parece que nos enfrentamos
a unos lunáticos.
-
Lunáticos no, querido amigo.
-
Asesinos a sangre fría
extremadamente astutos.
-
¿Qué pueden tener estas cajas
que sea tan importante?
-
No olvide que las hicieron
en la prisión Dartmoor.
-
Puede contrabandear hacia adentro,
pero no afuera.
-
¿Quiere que desarmemos la caja, señor,
-
por si hay algo
que los rayos X no vieron?
-
No, aún no.
-
¿Le importa si me la llevo?
-
Para nada.
-
Gracias.
-
El director de Dartmoor
nos informó,
-
en respuesta a la pregunta
del Sr. Holmes,
-
que las tres cajas de música
las hizo el mismo presidiario.
-
John Davidson.
-
Cumple una condena de siete años.
-
¿Davidson?
¿La placa del Banco de Inglaterra?
-
Eso será todo.
-
Sí, señor.
-
Estamos llegando a algo.
-
Si... Esperen un minuto.
-
¿Cómo sabía de las placas, Sr. Holmes?
-
Soy un estudioso del crimen, inspector.
-
Es mi metier saber sobre estas cosas
-
y cuando se mencionó a Davidson...
-
¿Quién es este Davidson?
-
Ya que el Sr. Holmes parece saber
todo sobre esto,
-
supongo que no hace daño
que le cuente.
-
Hace dos años en Londres,
-
ocurrió un robo de tal importancia
-
que, aunque los artículos robados
no tenían valor intrínseco,
-
la Secretaría del Interior fue
fundamental en ocultarlo
-
a la prensa.
-
Pero nunca me dijiste nada
de esto, Holmes.
-
Estabas de viaje en esa época.
-
¿Artículos sin valor intrínseco,
pero de gran importancia?
-
No lo entiendo.
-
Davidson fue arrestado
-
a los 15 minutos de cometer el robo,
-
pero, para entonces,
-
había ocultado los artículos
y aún no se han encontrado.
-
Antes de continuar, Dr. Watson,
-
debo informarle que este asunto
no debe ser mencionado fuera de aquí.
-
Por supuesto que no.
-
¿Parezco un chismoso?
-
No abundemos en eso, amido, ¿sí?
-
Davidson había estado empleado
-
durante años
-
en un puesto de suma confianza
-
por el departamento de grabado
del Banco de Inglaterra.
-
Los artículos robado no eran
otra cosa
-
que un set de placas
para imprimir billetes de £5.
-
¿Qué?
-
¿Las placas del Banco de Inglaterra?
-
Precisamente
-
y con esas placas
una pandilla de delincuentes
-
podría inundar Inglaterra
con billetes de £5
-
no falsificadas en el sentido usual,
-
sino indistinguibles
de los billetes genuinos
-
en cualquier sentido.
-
¡Cielo santo!
-
Cualquier rumor podría causar
un daño enorme
-
sacudiendo la confianza pública
en el erario.
-
Intentamos todo
luego del arresto de Davidson.
-
Le ofrecimos una sentencia corta
si decía dónde escondió las placas.
-
Incluso le pusimos
-
hombres de Scotland Yard
como compañeros de celda,
-
pero nada resultó.
-
Obviamente Davidson es hombre de fuerte
personalidad y paciencia infinita.
-
Sin embardo, repentinamente,
se siente impelido
-
a contrabandear el secreto
del escondite de las placas
-
a sus cómplices.
-
¿Por qué?
-
No entiendo, Sr. Holmes.
-
Bueno, por ejemplo,
-
¿el Banco de Inglaterra hizo algún plan
-
para cambiar radicalmente
-
el diseño de los billetes de £5
para que en, digamos,
-
siete años
-
los billetes falsos sean inútiles?
-
Confidencialmente, Sr. Holmes,
-
esa propuesta fue discutida,
-
pero reemplazar
los billetes en circulación
-
sería un trabajo tan hercúleo
-
que nada se ha hecho al respecto.
-
Ya veo.
-
Por supuesto,
hay otra posible explicación.
-
Davidson no tuvo tiempo para encontrar
un escondite antes de ser arrestado.
-
Puede que tema
-
que las placas sean descubiertas
accidentalmente antes de ser liberado,
-
de ahí su ansiedad
-
por comunicar su ubicación a sus cómplices
lo más pronto posible.
-
Creo que lo dilucidó, Sr. Holmes.
-
Estoy seguro de que el mensaje está
contenido en la caja de música.
-
O más bien en las tres cajas,
-
ya que la posesión de las tres
parece esencial.
-
Nuestros rivales tienen 2/3
del rompecabezas y nosotrs, 1/3.
-
¿Qué vas a hacer, Holmes?
-
Intentar deducir los métodos
del tercio que tenemos.
-
♪ (caja de música) ♪
-
(silbido)
-
♪ (caja de música) ♪
-
(silbido)
-
♪ (caja de música) ♪
-
Es la misma tonada de la caja de Emery
-
y aún así es diferente.
-
A mí me suena igual.
-
La tonada.
-
De algún modo la tonada
-
es la clave del misterio.
-
Debe ser la tonada,
-
sino, ¿por qué usar tres cajas de música
para trasmitir el mensaje?
-
¿Por qué no cajas de cuellos o zapatos?
-
(teléfono)
-
Sí.
-
Oh.
-
Es para Ud. inspector.
-
Gracias, señor.
-
Inspector Hopkins al habla.
-
¿Qué?
-
¿Dónde?
-
La estación Gilder's Green informa
que encontraron el cuerpo de Thompson.
-
Había huellas de llantas en su ropa.
-
Fue,
-
aparentemente,
atropellado por un taxi.
-
¡Qué accidente desafortunado!
-
No fue un accidente, querido amigo.
-
Me temo que es asesinato.
-
♪ Nunca sabes a quién vas a conocer ♪
-
♪ Cuando caminas
por cada calle de Londres ♪
-
♪ La Sra. Orchid o el Sr. Brown
cualquier súbdito de la Corona ♪
-
♪ Nunca sabes a quién vas a conocer ♪
-
♪ Mejor conserva tu dinero
en la mano ♪
-
♪ En caso de que conozcas
una dama en la Strand ♪
-
♪ Las chicas creeren que eres dulce
y tu día estará completo ♪
-
♪ Nunca sabes a quién conocerás ♪
-
♪ Un caballero es juzgado
por su apariencia ♪
-
♪ Sí, un caballero es juzgado
por como habla ♪
-
♪ Él está mejor cuando lo reconocen
como un potentado ♪
-
♪ Especialmente si lo lleva de paseo ♪
-
¿Qué demonios es este lugar extraño?
-
Un lugar de encuentro de práctica.
-
¿Actores?
-
Músicos callejeros, viejo.
-
Los has visto miles de veces.
-
Los actores reducen las colas
-
que esperan fuera de los teatros.
-
♪ Nunca sabes a quién conocerás ♪
-
♪ Cuando caminas
por cada calle de Londres ♪
-
♪ Así que mejor usa tu mejor ropa
entra y luce de lo mejor ♪
-
♪ Nunca sabes a quién conocerás ♪
-
♪ Mejor que cuides tus modales ♪
-
♪ Por si acaso una dama te saluda ♪
-
♪ Si tu abrigo es [?],
lustra tus zapatos y mantenlos limpios ♪
-
♪ Nunca sabes a quién conocerás ♪
-
¡Caramba!
-
Sr. Holmes.
-
¿Cómo estás, Joe?
-
Mejor que nunca.
-
¿Y usted?
-
Bien, gracias.
-
Quiero que conozcas a un amigo.
-
Dr. Watson, Joseph Cisto.
-
Cualquier amigo
del Sr. Holmes es mi amigo.
-
Hola, Joe.
-
Ud. me dio una oportunidad
que nunca olvidaré.
-
Sí, liberé a Joe de una acusación
de lo más desagradable.
-
Asesinato, nada menos.
-
¿Asesinato?
-
Al probar que estaba ocupado
en ese momento
-
abriendo una caja de seguridad.
-
Así es, jefe.
-
Dios santo.
-
¿Y Ud. está bien?
-
Ahora puede ayudarme.
-
Vamos, piérdete, piérdete.
-
¡Vamos, basta, basta!
-
¿Un caballero no puede
tener paz aquí?
-
Y Ud. también.
-
Aquí tiene, Sr. Holmes.
-
Ahora podemos tener paz aquí.
-
Gracias, Joe.
-
Hay £5 para ti.
-
No podría aceptarlo, señor,
-
pero puedo conseguir alguien
que lo haga por la mitad.
-
Aún no sabes qué trabajo es.
-
¿Por £5?
-
Asesinato, ¿no?
-
¿Qué?
-
No, no un asesinato,
-
sólo música.
-
Quiero que identifiques
una canción.
-
No hay canción escrita
que yo no conozca.
-
Por eso vine a ti.
-
Claro, el violín es mi instrumento,
pero...
-
Bueno.
-
Aquí vamos.
Escucha esto, Joe.
-
♪ (piano) ♪
-
Espere un minuto.
-
La está tocando mal.
-
Debería ser mi becuadro,
no mi bemol
-
¿Conoces la canción?
-
Sí, es una vieja canción australiana
llamada...
-
The Swagman,
-
pero la está tocando mal.
-
Eso esperaba que dijeras.
-
Ahora escucha otra vez, Joe.
-
♪ (piano) ♪
-
Es la misma tonada,
-
pero comete diferentes errores
que la primera vez.
-
No, no errores, Joe,
llámalos variaciones.
-
Toca la canción
como fue escrita, ¿quieres?
-
♪ (piano) ♪
-
Ahí tiene.
-
Gracias, Joe.
-
¿Qué significa, Holmes?
-
¿Tienes una idea?
-
Tal vez.
-
Aún no lo sé.
-
Probablemente es un tipo de código.
-
¡Joe!
-
¿Podrías escribir la canción
-
como fue escrita originalmente?
-
Claro, Sr. Holmes, pero me tomará
unos minutos.
-
Mmm.
-
¡Oye, Madel!
-
Cerveza rubia.
-
Vamos, llénalo, ve.
-
♪ (piano) ♪
-
Obviamente no es la letra.
-
La combinación de esas palabras
no tiene sentido.
-
Las variaciones en el modo
-
en que sonaba en la caja de Emery
-
son diferentes a las de nuestra caja.
-
¿Seguro?
-
Bastante.
-
Me tomé el trabajo de memorizar
-
la tonada de la caja de Emery
-
la noche que estuvimos con él..
-
Holmes, me asombras.
-
¿Mencioné, querido amigo,
-
que uno de los principios
de esclarecer un crimen
-
es nunca descartar nada
sin importar lo trivial que parezca.
-
¿Por qué hay tres cajas?
-
¿Por qué no una?
-
Porque el mensaje era
-
obviamente demasiado largo
para una sola variación.
-
Y está la tercera caja.
-
La que esa mujer le robó
a los Kilgour.
-
Esa contiene otro conjunto
de variaciones.
-
Sí, bueno, esto me supera.
-
Lo que debemos hacer ahora es
-
plantar el secreto de las variaciones.
-
No es un problema muy fácil
de solucionar.
-
♪ (músic) ♪
-
Hola.
-
¿Qué pasa?
-
Tenemos visitas.
-
¡Esto es indignante!
-
Pídale a la Sra. Hudson que venga, ¿sí?
-
Por supuesto.
-
♪ (música) ♪
-
¡Sra. Hudson!
-
¿Sí?
-
Aquí está.
-
Puede venir ya, ¿por favor?
-
Voy, señor.
-
Cielos, Sr. Holmes.
-
¿Qué sucedió?
-
¿Quién vino mientras estuvimos fuera?
-
Sólo una joven.
-
La que Ud. dijo que quería
que la esperara
-
y un anciano caballero con ella.
-
Nuestros amigos otra vez.
-
¿Amigos?
-
¿Cómo era la joven?
-
No pude ver su cara.
-
usaba un velo negro,
-
pero era muy amable.
-
Lo lamento, Sr. Holmes,
si hice algo mal,
-
pero Ud. dijo que debo dejar
que los clientes lo esperen.
-
No se preocupe, Sra. Hudson.
-
No tenía como saberlo.
-
Está bien, está bien.
-
No se preocupe, Sra. Hudson.
-
¿Que no me preocupe?
-
¿Dónde está la caja de música?
-
No se la llevaron.
-
¿No se la llevaron?
-
¿Dónde está?
-
En tu mano.
-
¿Qué?
-
Es una frasco de galletitas.
-
Quita las galletitas de arriba.
-
Ahora mete la mano dentro
y encontraras la caja.
-
Bien hecho, Holmes.
-
¡Bien hecho, asombroso!
-
♪ (caja de música) ♪
-
Un agradable aroma a fresco.
-
Como un pub después de cerrar.
-
Sr. Holmes.
-
¿Qué?
-
Es de mañana.
-
Permítame felicitarlo
por una brillante reducción.
-
No es una transposición
-
o una transposición poligráfica o triple
-
ni ninguna forma conocida
de decodificación.
-
¿Probaste con el Código Morse?
-
Sí, a las tres de la mañana.
-
Lo lamento, viejo,
sólo intentaba ayudar.
-
♪ (violín) ♪
-
Hazme un favor,
-
no otra vez.
-
Debo haber escuchado eso
mil veces
-
y no me dejó dormir.
-
♪ (pizzicato en violin) ♪
-
No es una composición
muy ilustre, lo reconozco.
-
Sabes perfectamente bien
que no tengo oído musical.
-
Cuando era niño, intentaron
enseñarme a tocar el piano.
-
Sentí lástima por mi maestra.
-
Pobre mujer, finalmente llegó al punto
de numerar las teclas
-
1, 2, 3, 4; incluso así nunca pasé de...
-
¡Numerar las teclas, Watson!
-
La tecla 19 del teclado es
-
la 19na. letra del alfabeto.
-
¡Sí! Aquí.
-
Acabé, Te lo dejo a ti, viejo, ¿puedes?
-
La primer nota alterada,
escribe sí primero.
-
Ahora la octava, la tecla
-
es H.
-
La quinta tecla, E.
-
La decimosegunda tecla
-
L
-
La sexta tecla, F.
-
S-H-E-L-F
-
Estante en inglés.
-
Tus lecciones de piano
no fueron en vano, viejo.
-
Lo resolviste.
-
Gracias.
-
¡Gracias, viejo!
-
Ahora tenemos un tercio del mensaje.
-
"Detrás de los libros".
-
"Tercer estante".
-
"Secretaria".
-
"Doctor S".
-
Presuntamente,
-
estas son la primera
y segunda parte del mensaje.
-
Y la pandilla tiene la primera
y tercera parte de él.
-
Precisamente.
-
Es un punto muerto.
-
Sí, comisario,
pero no podemos dejarlo así.
-
No tengo dudas
de que intentaran obtener
-
nuestro tercio del mensaje
que falta.
-
Supongamos que tomó toda precaución
para proteger la tercer caja.
-
Está oculta en la calle Baker.
-
con el Sr. Watson, sin embargo,
-
estoy seguro
-
de que por difícil que sea
-
podemos encontrar las placas
-
incluso sin la parte faltante
del mensaje.
-
"Detrás de los libros,
tercer estante, secretaria, Dr. S".
-
Más allá del hecho de que Davidson
ocultó las placas
-
en algún lugar de Londres,
-
no veo como podríamos descansar.
-
Permítame señalar, señor,
-
las palabras clave:
-
"doctor S".
-
Parece que las placas están ocultas
en la casa de un doctor.
-
Que la "S" sea la inicial
del nombre o el apellido
-
queda por determinar mediante
un proceso de eliminación.
-
Debe haber 10.0000 médicos en Londres
-
con la inicial "S".
-
Exactamente,
-
y cada uno de ellos deberá ser
interrogado en persona.
-
Por eso digo que es una tarea
para Scotland Yard.
-
Vaya tarea.,
-
pero Scotland Yard buscó en peores pajares
y encontró la aguja.
-
Por ahora,
-
dejo el asunto en sus manos, caballeros.
-
Lo llamaremos si y cuando
tengamos una pista
-
del misterioso "doctor S".
-
Mientras tanto, pretendo seguir
una pista concerniente a un cigarrillo.
-
Mm.
-
¿Está seguro
de la identificación del tabaco?
-
Absolutamente.
-
Hice esta mezcla especial
para sólo tres clientes.
-
Es casi puramente egipcio...
-
Mm.
-
... con una mezcla de Laticia
-
para darle cuerpo
-
y una pizca de Parich,
-
sólo un soplo, se podría decir,
-
para una vaga fragancia...
-
Sí, ¿y los tres clientes?
-
Mayor Wilson en Bombay, India.
-
Mmm.
-
La Sra. Catherine Leenington Smith.
-
Mm.
-
en Irlanda
-
Sí, ¿y el tercero?
-
La Sra. Hilga Courtney
-
de Park Mansions,
-
Bryanston Square.
-
Gracias
-
Muchas gracias,
fue de mucha ayuda.
-
Es un placer ser de utilidad, Sr. Holmes.
-
(zumbido)
-
(zumbido)
-
Sí.
-
Sra. Courtney.
-
Sí.
-
Mi nombre es Sherlock Holmes.
-
Entre.
-
Gracias.
-
He escuchado sobre Ud. Sr. Holmes.
-
Creo que tenemos un amigo mutuo,
Sir Edward Brookdale.
-
Me ha hablado de Ud. con frecuencia.
-
No me diga.
-
¿Y qué debo la buena fortuna
de su visita?
-
Creo que lo sabe, Sra. Courtney.
-
Recibí una multa por exceso de velocidad
la semana pasada,
-
pero fuera de eso no creo ser
de interés para la policía.
-
Vamos, Sra. Courtney,
-
parece olvidar que Ud.
y yo nos conocemos.
-
Disculpe.
-
De seguro hubiera recordado
conocer al gran Sherlock.
-
Por favor, siéntese.
-
Gracias.
-
Dijo que ya nos conocemos.
-
Sí.
-
En casa de los señores Kilgour,
B. Hampton Road 143.
-
Kilgour.
-
No creo conocer a nadie con ese nombre.
-
No dije que los conociera.
-
De hecho, los visitó cuando salieron.
-
No entiendo, Sr. Holmes.
-
¿De verdad?
-
Y Ud. estaba vestida diferente.
-
No me diga.
-
¿Un cigarrillo?
-
Gracias.
-
Gracias.
-
¿Sabe, Sra. Courtney?
-
La gente generalmente olvida
-
que Ud. está adoptando un disfraz,
-
pero la forma de la oreja
siempre es un método infalible
-
para reconocer e identificar
para el ojo entrenado.
-
Evidentemente, me confunde
con alguien más.
-
No, para nada, aunque naturalmente,
esperaba su negativa.
-
Pero cuando visitó
mis habitaciones en la calle Baker.
-
Dejo atrás descuidadamente
-
otra identificación.
-
Yo no [inentendible]
-
Debe admitir que lo son.
-
Vera, Sr. Holmes,
-
para atrapar a alguien tan listo
como yo debe usar un cebo especial.
-
No sabía que sería capaz
de resistir la carnada de mi cigarro.
-
Habiendo leído con mucho interés
su monografía
-
Acerca de las cenizas de 140 diferentes
variedades de tabaco.
-
Debor advertirle
que no se mueva, Sr. Holmes.
-
Debo felicitarla
por su ingenio, Sra. Courtney.
-
Fue una trampa brillantemente diseñada.
-
Gracias, Sr. Holmes.
-
Las felicitaciones
de un maestro son gratificantes.
-
Recordaré con cariño sus halagos.
-
¿Los recordará?
-
Excatamente.
-
Me temo que estos caballeros tienen
una tarea muy lamentable que realizar.
-
A menos que, claro,
-
Ud. entregue la caja de música faltante
-
con su promesa de no accionar
en nuestra contra en el futuro.
-
Me temo que eso será imposible.
-
Creí que esa sería su respuesta.
¡Hamid!
-
¡Con cuidado!
-
Cuidado.
-
No es necesario ser tan brusco
con nuestro distinguido invitado.
-
Se da cuenta, Sr. Holmes, que su muerte
no sucederá aquí,
-
el cuerpo del delito, ya sabe.
-
Naturalmente.
-
¿Nos vamos?
-
Es terriblemente incómodo
tener un cadáver por ahí.
-
¿No está de acuerdo, Sr. Holmes?
-
Otro cadáver
-
no debe pesar mucho
en su conciencia, Sra. Courtney
-
¿Le importa si fumo?
-
No veo por qué no.
-
♪ (música dramática) ♪
-
(chirrido de llantas)
-
¡Con cuidado, Hamid!
-
Son los frenos, se pegan.
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Gracias, coronel Cavanaugh.
-
Es muy considerado de su parte.
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♪ (música dramática) ♪
-
Le alegrará saber, Sr. Holmes,
-
que su muerte será indolora.
-
Hamid.
-
Sujeta esto al motor del taxi.
-
Esa adición, querido Sr. Holmes,
-
contiene el fluido mortal conocido
-
como Zyklon B.
-
Los alemanes lo usan con gratificantes
resultado para deshacerse
-
de los indeseables.
-
Zyklon B.
-
Enciende el motor.
-
(el motor enciende)
-
Encinta su boca.
-
Levántalo, Hamid.
-
Se encontrará como el ataúd
de Mahoma, Sr. Holmes,
-
suspendido entre el cielo
-
y la tierra.
-
¿Hay suficiente gasolina?
-
Bien.
-
Sería malo que algo saliera mal
-
por un simple descuido.
-
Vamos.
-
♪ (música dramática) ♪
-
(toses)
-
(golpe)
-
¿Sí, quién es?
-
(bostezo)
-
Buenas tardes.
-
Sr. Sherlock Holmes.
-
No, soy el Dr. Watson.
-
Claro, Dr. Watson.
-
¡Qué estúpido soy!
-
Para nada.
-
Estúpido de mí.
-
¿No va a entrar?
-
Realmente vine a ver al Sr. Holmes.
-
Me temo que salió.
No sé cuándo regresará.
-
Tal vez haya algo que yo pueda hacer.
-
¿Quiere sentarse?
-
Gracias.
-
¿Sabe?
-
Sherlock Holmes y yo hemos trabajado
en muchos casos grandes.
-
¿De verdad?
-
Sí.
-
De hecho, en este momento,
-
Tenemos uno de lo más desconcertante...
-
¿Quiere contarme?
-
Podría ayudarlo.
-
Muy amable, Dr. Watson.
-
Tal vez,
-
si no es mucha molestia,
-
¿Molestia? No es ninguna molestia.
-
Es un placer, se lo aseguro.
-
Cuénteme sobre la Srta...
-
La Srta. Williams.
-
La Sra. Williams.
-
Vivo en Therough, Dr. Watson,
-
y vine a Londres por pura desesperación.
-
Mi única hermana desapareció
-
y la policía local parece incapaz
de encontrarla.
-
Holmes y yo resolvimos uncaso
exactamente igual.
-
Fue muy interesante por lo que recuerdo.
-
Lo llamé Las aventuras
del ciclista solitario.
-
Disculpe.
-
Ahora que lo pienso no era muy similar.
-
Completamente diferente.
-
No pensé lo que decía.
-
¿En qué estábamos?
-
Tiene 17 años, Dr. Watson,
-
y, hasta que desapareció el jueves pasado,
-
parecía estar de excelente ánimo.
-
¿Posiblemente una relación amorosa?
-
No, no, nada de eso.
-
No dejó ninguna nota,
-
ni siquiera se llevó una maleta,
ni dio explicaciones.
-
Sólo empezó a caminar hacia el pueblo
desde casa a plena luz del día
-
y se desvaneció de la faz de la tierra.
-
Tranquilo, tranquilo.
-
¿Puede darme un vaso de agua?
-
Claro, un vaso de agua.
-
Un minuto.
-
♪ (música dramática) ♪
-
Aquí tiene.
-
Gracias, Dr. Watson.
-
Tranquilo, ya no llore. Cálmese.
-
Ya me siento mucho mejor
-
sabiendo que va a ayudarme.
-
¡Dr. Watson, mire!
-
¡Dios santo!
-
(toses)
-
Llame a los bomberos, rápido.
-
♪ (música dramática) ♪
-
¿Tiene un extintor?
-
Por Dios, tenemos uno en la cocina.
-
No se preocupe, Srta. Williams,
sacaremos esto en seguida.
-
(toses)
-
Así está mejor.
-
Tome aire.
-
Ve que no habia...
-
no había necesidad
de llamar a los bomberos.
-
Espero que no se asustara mucho,
Srta. Williams.
-
Se fue.
-
Es el problema con las mujeres.
-
Pierden la cabeza en una emergencia.
-
Pff.
-
¡La caja de música!
-
¡Dios mío!
-
¡Srta. Williams!
-
¿Y bien?
-
Bueno.
-
¿Y Holmes?
-
A esta hora, el Sr. Holmes habrá cambiado
su violín por un arpa, sin duda.
-
Eso suponiendo
que el cielo es su destino.
-
Y ahora que tenemos la caja perdida.
-
♪ (caja de música) ♪
-
Nota decimonovena.
-
Letra decimonovena.
-
"S".
-
Dice que no estuvo ahí.
-
Holmes, ¿dónde demonios estuviste?
-
Te busqué en el club,
-
Scotland Yard, por todo Londres.
-
Me buscaste en los lugares equivocados.
-
Holmes, algo terrible sucedió.
-
Me engañaron.
-
Esa mujer.
-
Me tomó de estúpido.
-
¿Qué dices?
-
Bueno, vino aquí,
-
y soltó una bomba de humo.
-
Creí que nos incendiábamos
y mi primer pensamiento fue
-
salvar la caja de música.
-
No hace falta que digas más.
-
Ella tiene la caja.
-
Sí.
-
No te culpes, viejo.
-
Es una antagonista muy lista.
-
¿Dijiste una bomba de humo?
-
(risas)
-
Puedes consolarte con el pensamiento
-
de que tu encantadora amiga es
al menos tu lectora.
-
¿Qué quieres decir?
-
Si recuerdo correctamente,
-
escribiste sobre mi experimento
con el humo y gritar "fuego"
-
en la historia
-
Un escándalo en Bohemia que apareció
en la Strand Magazine.
-
Está bien, viejo.
-
No lo frotes.
-
Te alegrará saber que también
se burló de mí.
-
Esa colilla
-
fue plantada aquí
con un objetivo expreso.
-
¿Tienes vendas aquí?
-
¿Vendas, qué sucede, Holmes?
-
¿Estás herido?
-
Las explicaciones tendrán
que esperar a más tarde.
-
Por el momento enfrentamos
con un problema,
-
que temos sea insuperable.
-
¿Puedes venir aquí un momento?
-
Claro.
-
Nuestros oponentes están en posesión
de las tres partes del código
-
y aquí estamos
-
mientras las placas
-
pasan a su posesión.
-
Alégrate, viejo.
-
Como dijo el Dr. Samuel Johnson:
-
"No hay problema que la mente cree
-
que la mente no pueda resolver".
-
¿Qué pasa, viejo?
-
Sólo cito al Dr. Samuel Johnson.
-
Dijo: "No hay...".
-
Gracias, Watson.
-
Estamos dejando la recepción,
-
entramos al hall central
-
por el que el Dr. Johnson solía pasar
-
para tomar sus escasas comidas
en el comedor
-
en compañía de su amigo y biógrafo,
-
James Bosswald.
-
Ahora pasamos la escalera
-
que mantiene su terminación
natural de madera
-
como era cuando el doctor estaba aquí.
-
Se cree que el marco grabado
-
en la pared le fue presentado
al Dr. Johnson
-
por el famoso pintor
-
Sir Joshua Reynolds.
-
Me dijeron aquí que esa pintura
la entregó la Sra. Thrail
-
y definitivamente no es un Reynolds.
-
¿Es importante eso, querido?
-
Disculpe.
-
Oh.
-
Por aquí, damas y caballeros.
-
Caminen, niños, vamos.
-
La secretaria no está en este piso.
-
Paciencia, Hamid.
-
Tengo el presentimiento...
-
Querido Cnel., con Sherlock Holmes
fuera del camino, ¿qué puede salir mal?
-
Y aquí tenemos la biblioteca
-
en la cual el Dr. Johnson escribió
su famoso diccionario
-
y en la cual verán también
-
muchos los libros de grandes hombres
y otras cosas de interés.
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Cmadoc
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