Pensando afuera de la pelota: Por qué jugar es importante | Devin Sommer | TEDxCoeurdalene

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente de las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

Jugar más es mucho más importante de lo que probablemente te imaginas. Aprende cómo el juego le da forma a tu mente, y los devastadores efectos de no hacerlo lo suficiente. Desde la resolución de problemas hasta la comunicación, descubre cómo tener mejores hábitos de juego pueden crear un mundo mejor y más equilibrado. Devin es un poeta de performance y activista comunitario de Coeur d'Alene, Idaho. Devin vivió 6 meses en Argentina y casi 8 años en Turquía, donde trabajó como maestro y fue testigo de la crisis de refugiados sirios y un intento de golpe militar. Transformado por su experiencia en el extranjero, él es un firme defensor de los estudios internacionales, y presenta regularmente música Hip Hop con artistas de todo el mundo en un esfuerzo por apoyar programas de intercambio cultural, empoderar a los jóvenes y elevar a las comunidades. Actualmente, Devin administra una de las tiendas de juguetes más exitosas del país, donde apoya a los maestros y al aprendizaje práctico basado en el juego. Devin ha sido reconocido por el Instituto de Educación Internacional, el Programa de Becas Fulbright y el New York Times in Education por sus contribuciones a la educación y las artes.

¿Qué es esto?

¿Es una forma? ¿Un color?

Rebota.

Se puede lanzar.

Rueda.

Y entre más juego con esto,
más puedo aprender sobre él,

y la interacción se vuelve más creativa
hasta que un objeto simple se convierte

en una rueda que mueve carritos,
o automóviles, o trenes.

Se convierte en un instrumento médico
que salva vidas.

La estructura de una molécula,
fundamento de la química.

Cuando jugamos con algo tan simple como
una pelota, se nos presenta la esfera,

la forma natural más eficiente
de la geometría.

Aprendemos sobre las propiedades
de la gravedad y a encontrar nuevas formas

de manipular el espacio y nuestro cuerpo.

Es la estructura de nuestro planeta,
nuestro sistema solar y galaxias.

Y del otro lado del infinito,

están los protones, electrones y neutrones
de lo que todo se conforma.

Piensen en el golf, el tenis, la NBA,
la liga mundial de fútbol.

Una pelota puede generar
un sueldo de siete cifras,

¡y es el fundamento de industrias
multi-billonarias!

En mi trabajo como vendedor de juguetes,
cada día observo cómo adultos y niños

aprenden y exploran a través de un proceso
natural tan vital para nuestra especie,

aunque muchos de nosotros
olvidamos cómo hacerlo.

Culturalmente, estamos jugando
cada vez menos y menos

cuando, en realidad, deberíamos jugar más.

¿Sabían que el juego solo es superado
por la influencia parental en determinar

los rasgos y comportamientos
que demostramos como adultos?

El juego es tan importante y fundamental,
que está grabado en nuestro ADN.

Igual a otros animales,

los humanos jugamos
para aprender y desarrollar aptitudes.

Pero, contrario a otros animales,
los humanos somos únicos,

ya que tenemos la capacidad de seguir
jugando por el resto de la vida.

¿Por qué se da eso?

Es porque la naturaleza nos diseñó
para ser aprendices toda la vida.

Incluso los animales más listos dejan
de jugar en algún punto de la adultez,

pero los humanos no.

Y tal vez les sorprenda aprender

que cuando el cerebro está completamente
inmerso en un juego activo,

incluso a los 50, 60, 70 años,
sigue aprendiendo,

creando y probando nuevas vías neuronales.

Esencialmente, entre más jugamos,
más inteligentes nos volvemos.

De niños, empezamos a formarnos
una idea de cómo funcionan las cosas

por medio de juegos
funcionales y constructivos.

Comenzamos a explorar
las características de un objeto,

a reacomodarlo en maneras distintas.

El juego funcional es clave al fomentar
la creatividad y motivación para aprender,

mientras que el juego constructivo afina
nuestras funciones motrices, concentración

y habilidad para fijar objetivos.

Y la complejidad del juego
evoluciona con nuestra inteligencia.

En algún punto, se nos introducen
los juegos con reglas,

que involucran un nivel más alto
de planeación y auto control.

Entre más joven es el niño,
más simples deben ser las reglas.

Por ejemplo, aprendemos a jugar tatetí
antes que a jugar ajedrez.

Los juegos con reglas nos enseñan
concentración, a entender límites,

y nos enseñar a regular
nuestro comportamiento.

Lo más importante: los juegos con reglas
nos enseñan a ganar con gracia

y a perder con gracia.

Y yo sospecho, que muchos de nuestros
empresarios y líderes políticos, sospecho,

no tuvieron mucho tiempo de calidad
para jugar cuando eran niños.

(Risas)

(Aplausos)

Un juego de béisbol, como
cualquier empresa o gobierno,

requiere que los jugadores y los equipos
trabajen en mutuo acuerdo sobre

ciertos parámetros, y en un juego finito
la meta es obtener cierto resultado,

comúnmente en la forma de puntos.

Jugar cartas y juegos de mesa
son otros ejemplos de juegos finitos

que pueden fortalecer nuestras
vías neuronales conforme crecemos.

Después, están los juegos imaginativos, en
los que aprendemos creatividad e ideación.

Durante el juego imaginativo,
formamos imágenes mentales

y usamos símbolos abstractos
para representar objetos reales,

tal como esta pelota puede representar
la estructura de un átomo,

o la órbita de un planeta.

Así es como aprendemos nuestros
idiomas natales y cómo expresar

y comunicar ideas a otros.

Conforme crecemos y aprendemos
álgebra, o literatura, o historia,

pasamos por el mismo proceso.

Cuando aprendemos a leer, por ejemplo,
debemos formar una imagen mental

para darle significado a las palabras.

Las matemáticas requieren que
visualicemos un problema,

para saber si sumar, restar,
multiplicar o dividir.

El juego imaginativo sienta las bases
para todo futuro aprendizaje

y tiene un profundo efecto en las
aptitudes de resolución de problemas.

Verán, hace un tiempo
un padre llevó a su hijo

a la juguetería en la que trabajo
para su quinto cumpleaños.

Venían de otro lugar, así que
el padre no había tenido tiempo

para organizar una fiesta.

Después de una hora de caminar
por la tienda y reírse

y jugar y pasarla muy bien, el padre
vino a la caja registradora

para hablar conmigo,
con dinero en la mano.

Miró a su hijo y dijo:
"Hijo, ¡elige una cosa!"

Él aprendió ese día lo grandes

que eran los sueños de su hijo cuando un
gigantesco camión de bomberos importado

llegó a la caja registradora.

Y suspiró cuando me preguntó:
"¿Aceptan American Express?"

Un año más tarde, el padre y su hijo
volvieron a la juguetería.

Él me dijo: "sabes, mi hijo ha estado
insistiendo por 2 meses en regresar aquí,

eso es todo lo que quería hacer
para su cumpleaños".

"Qué chico inteligente", dije.

"¿Le gustó el camión?"

El padre me dijo: "¡ha sido increíble!"

"Nos hemos divertido mucho jugando con él,
¡sigue siendo su juguete favorito!"

Y ahora, cada año,
el mismo padre y su hijo

conducen 4 horas y media
para llegar a una juguetería

y seleccionar el regalo perfecto.

Y creo que el sexto va a ser el
cumpleaños favorito del padre

porque todo lo que el hijo quiso
ese día fue una bolsa de canicas.

No se puede replicar ese tipo de
experiencia al "comprar en línea".

El propósito de los juguetes y la tienda
es educar e inspirar,

y, con suerte, ganar suficiente dinero
en el camino para seguir haciéndolo.

El proceso de encontrar ese juguete
correcto es una parte integral

de la experiencia de juego,

y frecuentemente requiere que
le quite el juguete a un adulto

para asegurarme de que su chico
tenga un turno para jugar.

Puede romperle el corazón.

¿Cuántos de Uds. recuerdan
su juguete favorito?

¿Recuerdan cuánto significaba para Uds.?

¿Recuerdan cuánto se divertían con él?

¿Y cuánto aprendieron de él?

Verán, vivimos en una especie
de paradoja en este momento.

Por un lado, la sociedad venera la
creatividad y la innovación,

pero abrazamos una forma de vida que
disminuye sistemáticamente la creatividad

y marginaliza el juego.

Como resultado, cada vez
estamos jugando menos.

No necesito hablar demasiado sobre

los males del mundo, todos sabemos
que hay problemas.

Me preocupa que, como especie, cada vez
somos menos aptos para resolverlos

porque no nos involucramos lo suficiente
en juegos activos y estimulantes.

Ahora mismo la raza humana está
caminando sobre una línea delgada entre

una nueva era de iluminación
y una caída a la edad oscura.

Si queremos evitar lo último, pienso
que necesitamos ser honestos sobre

cómo interactuamos con la tecnología,
necesitamos pensar en nuestro enfoque

hacia la educación, y necesitamos pensar
sobre nuestras ideas sobre cultura humana

para que podamos ajustar nuestra conducta
y volver a un estilo de vida más saludable

donde todos nosotros juguemos más.

Hemos entrado a una relación muy
malsana y muy desequilibrada

con la tecnología.

En vez de recordar nombres o información,
solo pulsamos una pantalla

y listo, está allí.

Utilizamos emojis en vez de vocabulario,
y construimos personajes virtuales

en vez de invertir en nuestra
confianza y autoestima

En vez de jugar en la tierra y sentirla
entre nuestros dedos,

hacemos una granja virtual. ¿Cómo va a
enseñarnos eso sobre agricultura?

(Aplausos)

Sé que todos hemos visto a padres usando
smartphones y tabletas para cuidar

a sus hijos o para evitar berrinches.

El problema es este: esto no es jugar.

Esto no es como la naturaleza nos diseñó
para aprender, y de hecho está

alterando nuestro cerebro en formas
bastante aterradoras.

¿Sabían que nuestras vías de memoria
a corto plazo, las que desarrollamos

y reforzamos a través de diferentes tipos
de juego mencionados anteriormente,

comienzan a deteriorarse con el uso
excesivo de smartphones y computadoras?

El neurólogo alemán de renombre mundial
Manfred Spitzer,

estableció claramente el vínculo

entre el exceso de internet
y los video juegos

y la reducción de materia gris
en el hipocampo del cerebro,

que ha generado su propio término médico:

demencia digital.

¡Demencia digital!

Esos estudios preliminares son aterradores
y tenemos que andar con mucho cuidado

al introducir la tecnología al entorno
de aula, ya que todavía no sabemos

cuáles serán las consecuencias a largo
plazo de esta interacción

de la niñez temprana con la tecnología.

La naturaleza nos diseñó para aprender
a través del juego desenchufado y manual,

no de una pantalla de computadora.

Hay un lugar para la tecnología en la
educación, pero le recomendaría a padres

y educadores que no se dejen llevar por lo
popular presentándola antes de que

los cerebros jóvenes hayan tenido la
oportunidad de madurar y desarrollar.

(Aplausos)

La tecnología por sí sola no puede
resolver los problemas sistémicos

de nuestras prácticas educativas actuales.

Piensen en esto, vamos a la escuela
para poder hacer un examen.

Hacemos el examen para que
podamos ir a la universidad.

Vamos a la universidad
para poder obtener trabajo,

y cuando lo obtenemos,
si tenemos suerte, podemos asistir

al ocasional seminario
de desarrollo profesional,

y ya, eso es todo.

¿Eso les parece divertido?

La naturaleza nos diseñó para jugar
y aprender hasta que morimos, porque sabía

que una aptitud nunca sería suficiente
para propagar nuestra especie

en un entorno infinitamente complejo
y en cambio constante.

No debemos dejar de aprender solo
porque recibimos un cheque de pago.

Recientemente STEM se ha convertido en un
término muy de moda en la educación.

STEM es el acrónimo en inglés de ciencia,
tecnología, ingeniería y matemáticas.

Y déjenme decirles, cualquier organización
pública, privada o sin fines de lucro

que usa este acrónimo le encanta porque
es una gran forma de hacer dinero.

Pero STEM no es lo que la mayoría
de la gente cree que es.

Un kit de robótica o un juego de código
no son más o menos un juguete STEM

que unos Lincoln Logs
o una pelota de goma.

En la misma forma que los campos
STEM no son más o menos importantes

en la educación que los deportes,
o las artes y las humanidades.

Créanme, soy un vendedor de juguetes,

parte de mi trabajo es
comercializar productos STEM.

STEM fue un análisis presentado
a la Casa Blanca en 2001

por el Departamento de Seguridad Nacional,
identificando estos 4 campos como áreas

en las que se había retrasado
la fuerza laboral de EE.UU.

El análisis sugería que si no nos
"poníamos al corriente" en estos campos,

esto causaría riesgos de seguridad,

y sería una amenaza a la estabilidad
económica del país a largo plazo.

¿Son importantes esos campos?

Por supuesto que sí, y su importancia

para una educación completa
no ha cambiado.

Sin embargo, sería tonto pensar que
podemos preparar a toda una generación

para el trabajo del futuro invirtiendo
toda nuestra energía y recursos

en cuatro campos de estudio

Nadie sabe cómo va a lucir el futuro,
no tenemos la más remota idea,

pero les voy a decir ahora mismo que
STEM por sí mismo no es suficiente.

Seamos sinceros: necesitamos
una reforma comprehensiva.

¡Necesitamos tomar el dinero que gastamos
en el complejo industrial militar

e invertirlo en nuestras escuelas!

(Aplausos)

Necesitamos más maestros
y clases con menos niños.

Necesitamos apoyar a los maestros con
programas de entrenamiento especializado

para que puedan reconocer y enseñar a
muchos tipos de inteligencia y necesitamos

que el entrenamiento sea continuo durante
toda la carrera de los maestros.

El aprendizaje necesita basarse en
el juego, no en resultados de exámenes

y debemos enseñar imaginación
y creatividad

con la misma importancia que le damos
a las matemáticas y la alfabetización.

(Aplausos)

Muy bien, necesitamos equilibrar nuestra
relación con la tecnología,

necesitamos renovar el modelo educativo,
pero nada de esto puede suceder

con éxito hasta que vayamos más
profundo, hasta el núcleo mismo

de quiénes somos como especie, y
replantearnos nuestra cultura humana.

Verán, la mayoría de la gente define
a la cultura como costumbres, o arte,

o comida, idioma, religión, pero esto es
en realidad un entendimiento superficial

de lo que es la cultura, porque debajo
de cada nacionalidad y cada etnia

compartimos un rasgo común:

este mundo.

El juego de la civilización
ha dibujado las líneas en este planeta

por miles de años, pero nadie ha "ganado"
y nadie "ganará" nunca,

porque el éxito de este juego

depende de nuestra habilidad
de seguir jugándolo.

Este es un ejemplo de un juego infinito,
algo que varía drásticamente

en la naturaleza del béisbol o el Monopoly
porque no hay un resultado fijo.

La meta es simplemente seguir jugando.

En el gran juego de la vida, el cambio
es lo único que permanece constante,

lo que significa que los nuevos obstáculos
siempre estarán presentes.

Y es por eso que la naturaleza nos diseñó
para jugar y aprender toda la vida,

¡para poder adaptarnos cuando las reglas
cambien y mantener un juego infinito!

Vivimos en un planeta finito,
con recursos finitos.

La versión de la economía actual dicta que
el crecimiento y la expansión constantes

que solo pueden ser impulsados por el
consumo es la única forma de sostenerla.

Incluso un niño puede decirles que
este juego no tiene ningún sentido.

Genera una tremenda cantidad
de riqueza para unos pocos,

y escasez para la gran mayoría, y esto
es algo que no cambia, por cierto,

no importa en qué país vivan.

Nuestros países juegan a
la guerra con indiferencia,

pero la guerra solo puede
tener uno de dos resultados.

¿No es una historia pacífica
sin un final definitivo al menos

una historia más interesante que contar?

Si seguimos jugando el juego de la
civilización como si pudiéramos ganarlo,

les aseguro que todos estaríamos
destinados a perder.

De acuerdo, solo soy un humilde
vendedor de juguetes.

No tengo todas las respuestas.

No puedo decirles cómo necesita ser
nuestra relación con la tecnología

y ciertamente no tengo
la cura para la educación,

ni sé arreglar nuestras ideas
sobre la cultura humana.

Lo que sí sé es que las cosas
que necesitan cambiar

no van a hacerlo de la noche a la mañana.

Pero si prefieren vivir la vida como un
juego en vez de una batalla,

tengo algunas sugerencias
de dónde comenzar.

La vida es frenética y ocupada,
¡lo entiendo!

Programen un tiempo para jugar,

incluso si solo pueden hacerlo una vez
a la semana, hagan una noche de juego.

Viajen, vivan en el extranjero,
jueguen con su perspectiva.

¡Jueguen con el movimiento y bailen!

¡Jueguen con el sonido y hagan música!

Jueguen con el color y la textura,
incluso si no lo llaman arte,

porque aprender es para toda la vida,
no importa qué edad tengan.

Desenchufen su teléfono y apáguenlo
al menos una vez al día.

Jueguen con sus nietos,

miren a sus hijos jugar.

Jueguen con amigos,

jueguen con extraños,

con sus estudiantes,

con sus vecinos.

Desháganse de la tecnología
y reconecten

todos esos cables en su cerebro.

Dejen de buscar cheques,
muestren respeto

por el juego infinito.

Volver a lo básico
realmente no es tan difícil,

solo tenemos que dejar de pensar
dentro de esta cajita,

y volver a pensar afuera de la pelota.

Muchas gracias.

(Aplausos)