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Casi todo lo que hoy se dice del carbono
concierne las emisiones de origen fósil.
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Y casi toda las energías
de los ecologistas,
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sobre todo en el movimiento ambientalista,
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se centran en averiguar
cómo reducir las emisiones.
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Lo que se ha omitido de ese diálogo,
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en gran medida, aunque no del todo,
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es el papel de los bosques,
los humedales y la tierra
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en el secuestro de carbono,
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en sacar carbono de la atmósfera
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y restaurar un ciclo de carbono sano
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en el que, todo el carbono
que se produce, se reabsorbe.
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Lo que he aprendido
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es que los cambios de uso de la tierra
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contribuyen al carbono de la atmósfera
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al menos tanto
como la quema de combustibles fósiles.
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Exponer la tierra a la oxidación
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llena el aire
de tremendas cantidades de CO2
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y el destrozo de los sistemas biológicos
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impide que el carbono emitido
regrese a la tierra.
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Cuando los árboles, la hierba
y otras plantas absorben carbono del aire,
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gran parte va al subsuelo,
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adoptando la forma
de compuestos orgánicos,
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eso es, compuestos que contienen carbono
que forman la tierra.
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Y se quedan bajo tierra
puede que durante un año,
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durante una década o 100 años.
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Algunos quedan profundamente
secuestrados en la tierra
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y constantemente sacan el carbono del aire
y lo meten bajo tierra.
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Tanto que los niveles
de dióxido de carbono de la atmósfera
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han aumentado,
solo que no tanto como se esperaba
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según los modelos
basados en cuánto emitimos.
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La razón de que aumenten
a un menor ritmo del esperado
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se debe a que,
cuanto más hay en la atmósfera,
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más absorben las plantas.
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Pero claro, no aumentan la absorción
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lo suficientemente rápido
como para contrarrestar las emisiones.
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Aun así, es indicativo
de la capacidad que tiene la vida
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para mantener un equilibrio atmosférico...
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siempre y cuando no nos interpongamos.
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Por desgracia,
sí nos estamos interponiendo.
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Creo que hoy en día
hay la mitad de árboles
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de los que había antes de la civilización.
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La mitad de los manglares de Asia
han sido destruidos.
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El 80 % de las praderas de algas
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de la costa de Nueva Inglaterra
ya no están.
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Las emisiones van en aumento
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y los órganos que tiene Gaia
para mantener un ciclo de carbono sano
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han sido destruidos.
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Así que, ¿qué vamos a hacer al respecto?