¿Por qué tantos hombres incompetentes se convierten en líderes? | Tomas Chamorro-Premuzic | TEDxUniversityofNevada

Hay una incompatibilidad patológica entre las cualidades que nos seducen de una persona con liderazgo y las que le hacen ser un líder efectivo. Basándose en la investigación sobre la psicología del liderazgo, Chamorro-Premuzic nos muestra que si los líderes fueran seleccionados por sus competencias más que por su confianza, por su humildad en vez de su carisma, y por su integridad en vez de por su narcisismo, no solo tendríamos líderes más competentes, sino también a más mujeres líderes. De hecho, según Chamorro-Premuzic, el mayor problema para que haya más mujeres líderes es la falta de obstáculos profesionales para hombres incompetentes.

El doctor Tomas Chamorro-Premuzic es una autoridad internacional en psicología de perfiles, gestión de talentos, desarrollo del liderazgo y análisis social. Es el principal científico del Manpower Group, cofundador y CEO de DeeperSignals y Metaprofiling, y profesor de Psicología de Negocios tanto en la University College de Londres como en la Universidad de Columbia. Anteriormente, ocupó cargos académicos en la Universidad de Nueva York y en la London School of Economics, y dio conferencias en la Escuela de Negocios de Harvard, la Escuela de Negocios de Stanford, la Escuela de Negocios de Londres, la Johns Hopkins, IMD e INSEAD, además de ser el Director Ejecutivo de Hogan Assessment Systems. El doctor Chamorro-Premuzic ha publicado 10 libros y unos 150 artículos científicos, convirtiéndolo en uno de los científicos sociales más prolíficos de su generación. Su trabajo ha recibido numerosos premios de la Asociación Psicológica Americana y la Sociedad para la Psicología Industrial-Organizacional, de la que es miembro.

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: https://www.ted.com/tedx

¿Han trabajado alguna vez con alguien que
se cree mejor de lo que realmente es?

(Risas)

Sé que les sorprenderá
pero, estadísticamente,

es más probable que sean hombres.

(Risas)

Exactamente.

Los hombres suelen mentirse más
sobre sus talentos que las mujeres.

Y también tienen
más probabilidades de ser exitosos.

Porque una de las mejores maneras

de engañar a otros para que piensen
que eres mejor de lo que eres

es engañarte a ti mismo primero.

(Risas)

Es por eso que puede que no sólo
hayan trabajado

con gente que no es tan buena como cree,
sino también para ellos.

Desafortunadamente, no tener conciencia
de las limitaciones

aumenta las probabilidades de ser jefe.

(Risas)

Soy psicólogo organizacional.

Utilizo la ciencia para predecir
y entender la conducta en el trabajo.

Una de las áreas que me fascinan

es la relación que hay
entre género, personalidad y liderazgo;

más especificamente,
cómo el género y la personalidad

determinan las elecciones
de los líderes

y cómo esos líderes
impactan en las organizaciones.

Las discusiones de género
se suelen enfocar

en la baja representación de mujeres
en posiciones de liderazgo,

lo cual es, más o menos, universal.

En cualquier lugar del mundo,
bueno, excepto en Islandia,

la mayoría de los líderes son hombres.

Pero un problema más grave es que
la mayoría de ellos son incompetentes.

En realidad,

no importa si es en negocios o política,

la mayoría de ellos afectan negativamente
a sus seguidores o subordinados,

provocando bajos niveles de compromiso,
confianza y productividad,

y altos niveles de fatiga y estrés.

Tan sólo googleen "Mi jefe es un"

para ver lo que la mayoría de la gente
piensa de sus jefes...

(Risas)

Y así tal vez, se sentirán
un poco mejor con sus jefes.

(Risas)

"Loco", "abusivo",
"insoportable", "tóxico",

y otras cosas demasiado ofensivas
para repetirlas aquí.

Así que la pregunta clave no es

por qué no hay mujeres líderes,

sino por qué tantos hombres
incompetentes son líderes.

Mi investigación sugiere
que existen tres causas principales:

la primera, la incapacidad de diferenciar
entre confianza y competencia.

En cualquier parte del mundo,

se piensa que la confianza
da más capacidades de liderazgo,

pero en ningún aspecto del talento,
ni siquiera en el liderazgo,

hay muy poca coincidencia entre confianza

(lo bueno que uno se cree que es en algo)

y competencia (lo bueno que realmente es).

Yo crecí en Argentina,

donde la diferencia entre confianza
y competencia es muy pronunciada.

(Risas)

Una de las mejores inversiones
que se puede hacer en la vida

es comprar a un argentino por lo que vale

y venderlo por lo que él cree que vale.

(Risas)

Como pueden imaginar,
no puedo contar este chiste en mi país.

(Risas)

No somos tan conscientes
como para que nos haga gracia.

(Risas)

Por desgracia,

la mayoría de los líderes
se parecen a los argentinos,

en que su autopercepción
tiende a superar a sus talentos reales.

La segunda razón es el amor
hacia personas carismáticas,

particularmente desde el auge
de los medios de comunicación en los 60.

Y esto se ha superado
en la reciente era digital.

Parece que queremos líderes
que sean encantadores y divertidos,

pero hay gran diferencia

entre un líder efectivo y un monologuista.

(Risas)

De hecho, los mejores líderes
son humildes en lugar de carismáticos,

hasta el punto de ser incluso
un poco aburridos.

Es la razón por la que no protagonizan
titulares ni películas taquilleras.

Por ejemplo, imagínen una película
sobre Angela Merkel.

(Risas)

Se levanta por la mañana,

desayuna con su marido,

va muy preparada a las reuniones,

deja hablar a los demás sin interrumpir,

(Risas)

toma decisiones racionales,

gobierna bien su país

y no protagoniza escándalos.

Por el contrario, hay muchísimos
biopics muy cautivadores

sobre líderes carismáticos
con un lado oscuro fascinante,

que acaban arruinando
a sus países y a sus organizaciones.

La tercera y última razón
para el auge de hombres incompetentes

es la incapacidad de resistirnos
a la atracción por personas narcicistas.

Personas con visiones
grandiosas y megalómanas

que aprovechan nuestro propio narcisismo.

Siempre hemos admirado a personas famosas,

pero el asombro por las personas
que se admiran a sí mismas

o son famosas por... bueno,
que simplemente lo son,

ha aumentado durante décadas.

A este ritmo, las generaciones futuras
volverán la vista a Kim y Kanye y dirán:

"¡Dios! ¿A que eran humildes?".

(Risas)

¿Se acuerdan de Paris Hilton?

Sí, ahora apenas es relevante.

En esta línea, la opinión social

enfocada en ayudar
a las personas a convertirse en líderes

alimenta y fomenta
una mentalidad narcisista:

"¡Ámate, seas como seas!"

"Que no te importe lo que piensen de ti.

Si crees que eres genial, ¡lo eres!"

Por desgracia,
esto crea un superávit de líderes

que no son conscientes de sus limitaciones
y están muy complacidos consigo mismos.

Ven el liderazgo como un derecho,
y carecen de empatía y autocontrol,

así que actúan sin integridad
y se permiten riesgos imprudentes.

En cambio, los mejores líderes se encargan
de mantener el narcisismo a raya.

Se preocupan mucho por las otras personas,
incluso lo que se piensa de ellos,

y pasan mucho tiempo
preocupándose por su reputación,

y por eso no hay
muchos escándalos sobre ellos.

Así que, ¿cómo podemos impedir
que hombres incompetentes sean líderes?

La primera solución es seguir las señales

y buscar esas cualidades
que hacen a un buen líder,

especialmente aquellas
que no hagan líderes a la gente.

Hay una incompatibilidad patológica

entre los atributos
que nos seducen de un líder,

y los que son necesarios
para que un líder sea eficaz.

Si queremos que nuestros líderes mejoren,

deberíamos empezar
por las características apropiadas.

En vez de cegarnos por personas seguras,
narcisistas y carismáticas,

deberíamos fomentar
el liderazgo de personas

por su capacidad, humildad e integridad.

Casualmente, esto...

(Aplausos)

esto también nos llevaría

a una mayor proporción de liderazgo
femenino que masculino ...

(Aplausos y vítores)

como estudios científicos a gran escala
muestran, que las mujeres son mejores

en aspectos como competencia,
humildad e integridad.

Pero la cuestión es

que mejoraríamos significativamente
la calidad de nuestros líderes.

La segunda solución
es desconfiar de nuestros instintos.

La mayoría de nosotros
confiamos demasiado en nuestra intuición,

pero la mayoría de las personas
no son tan intuitivas como creen.

En este sentido, la intuición
es un poco como el sentido del humor.

El 90 % de las personas creen
que tienen un sentido de humor genial.

¿Cuántas personas son realmente graciosas?

¿Un 10 %?

Esto hará que nos enfoquemos menos

en las impresiones que tenemos
sobre sus trabajos o sus entrevistas,

lo cual es una invitación
a proyectar nuestros sesgos y prejuicios.

Piensen que incluso
teniendo buenas intenciones,

no es fácil vencer esa actitud.

Por ejemplo, nuestro inconsciente
raramente nos ayudará a ignorar

que la persona que tenemos enfrente
es blanca, es mujer o es atractiva.

De hecho, cuanto más intenten
suprimir estos pensamientos,

más destacados y presentes se harán.

Así que lo último que deberíamos hacer,

si queremos mejorar la calidad
de nuestros líderes

y ayudar a que más mujeres sean líderes,

es bajar nuestro listón
cuando elegimos a mujeres,

sino elevarlo cuando elegimos
a hombres como líderes.

No me refiero a que pidamos a las mujeres
que sean como los hombres incompetentes.

Por ejemplo...

Por ejemplo...

(Vítores y aplausos)

que no les pidamos que sean firmes

incluso cuando no tienen
el talento suficiente,

que no se excedan en la autopromoción,
o no avancen hacia sus propios intereses.

Tampoco que descartemos a hombres

porque carezcan de las características
típicamente masculinas

que coincidan
con arquetipos irreales de liderazgo.

En la medida en que podamos hacer esto,
tendremos mejores líderes,

pero el progreso empieza
en cada uno de nosotros.

Si queremos mejorar el nivel
de competencia de nuestros líderes,

debemos mejorar primero
nuestra propia competencia

para juzgar y seleccionar líderes,

especialmente cuando son hombres.

Gracias.

(Vítores y aplausos)