Cómics para humanizar la relación médico-paciente | Eugenia García Amor | TEDxYouth@Valladolid

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

En temas de salud a veces la terminología utilizada por los especialistas nos lleva a buscar y querer saber más en internet pudiendo provocar más confusión o incluso ansiedad. Eugenia García Amor, en este ingenioso y fascinante Talk comparte cómo la creación de cómics y metáforas visuales, para explicar con rigor las diferentes patologías, ayuda a construir un nuevo tipo de relación médico-paciente. Eugenia García Amor nace en Madrid, con un lápiz bajo el brazo. Actualmente vive en Valladolid, donde estudia cuarto de Medicina, es alumna interna clínica y participa como voluntaria en grupo de Médicos sin Fronteras de la Facultad. Aunque decidió seguir una carrera de ciencias, cree en la importancia y necesidad de las artes, y trata de incorporarlas a la Medicina mediante viñetas e ilustraciones. Sus trabajos han sido publicados en Intima: a Journal of Narrative Medicine, una revista de edición digital del programa en Narrative Medicine de la Universidad de Columbia.

Imaginaos un día cualquiera en la consulta
de vuestro médico de cabecera.

Lleváis cuatro meses con un dolor
de cabeza terrible por las mañanas.

Vuestro dolor empieza en la zona
derecha y luego se generaliza,

invade toda vuestra cabeza,

incluso horas antes empezáis
a ver borroso con el ojo derecho,

una especie de lucecitas.

El caso es que no os resulta extraño.

Lo habéis tenido otras veces en las
que habéis sentido náuseas, vómitos.

Y por lo general os molesta
bastante el ruido y la luz.

Al otro lado vais a tener al médico,

que después de haberos escuchado,
haber anotado vuestra historia,

haberos hecho una serie de preguntas
y haberos explorado,

concluye que vuestro tipo
de cefalea, unilateral, pulsátil,

con fotofobia, fonofobia,
precedida de aura visual,

se encuadra dentro del diagnóstico
de la migraña con aura.

¿Cómo os quedáis?

¡Vaya panorama!

Y ¿qué hacéis al llegar a casa?

O sin llegar a casa, ahora
lo tenemos todo muy a mano.

Buscamos en Internet y nos encontramos
un cúmulo de información

que, como poco, nos genera confusión.

Pero, en función de
nuestra historia personal,

una menor o mayor angustia.

Desde sus orígenes, la medicina
ha ido de la mano de la ilustración.

Anatomistas como Vesalio
o artistas como Leonardo da Vinci

realizaron tremendas obras de arte con
un detalle impresionante para la época.

Pensando en ejemplos más actuales

vienen a mi cabeza Ramón y Cajal,
con su bosque de neuronas,

o Frank Netter.

¿Qué estudiante de medicina no ha usado
su atlas en primer año de carrera?

O un ejemplo más cercano aún:
el doctor Gómez Bosque,

profesor de la Facultad
de Medicina de Valladolid,

cuyas ilustraciones seguimos
utilizando a día de hoy en clase.

Como podéis ver, la ilustración
lleva siendo mucho tiempo

una herramienta muy útil

para el aprendizaje de
los médicos y sus discípulos.

Pero ahora imaginaos que vuestro médico,

en lugar de deciros ese tocho de palabras,

acompaña su explicación con esta imagen.

Llegados a este punto, habéis intuido
que soy estudiante de medicina.

Desde pequeña me gusta mucho dibujar

y según he ido creciendo, esta afición
me ha ido acompañando.

Desde hace unos años
me interesa el formato del cómic.

Los primeros que dibujé
fueron sobre teatro y poesía.

Sin embargo, un día, después
de una clase de la universidad,

de neurofisiología,

los profesores nos hablaron
de un descubrimiento según el cual

iba a ser posible trasladar funciones
cerebrales de un hemisferio a otro.

A mí eso me pareció ciencia ficción

y decidí indagar un poco más
y leer el artículo completo.

Por aquel entonces, yo estaba
leyendo un libro que iba a ser

mi primer descubrimiento
de novela gráfica sobre ciencia:

Neurocómic,

que tuvo una gran influencia
en la que iba a ser mi idea:

la de traducir gráficamente
el artículo en un cómic.

Y así fue como nació "Gray Matter".

Este fue mi primer cómic sobre medicina

y con él intentaba que, tanto
mis compañeros de clase,

como cualquiera que le pareciera
asombrosa la idea, pudiera entenderlo

sin necesidad de leer el artículo entero.

Pero, sobre todo, una cosa más importante:

que se perdiera el miedo a acercarse
a una idea, aparentemente compleja,

por el formato en el que se nos presenta.

A este dibujo le siguieron otros,

para quitar un poco de seriedad
a mis trabajos de la universidad,

como "Herramientas básicas
en atención primaria",

que le tengo especial cariño

porque surge después de
mis primeras prácticas de la carrera,

y que resume un poco los distintos
pasos que tiene un encuentro clínico

entre el médico y el paciente.

"Cortical sparks": el primer
cómic que dibujé

me dio la maravillosa oportunidad
de conocer al equipo de investigación

que está en el hospital
de parapléjicos de Toledo.

Y este surge de uno de sus estudios
más importantes, que trata de cómo

la estimulación magnética transcraneal

puede disminuir la excitabilidad neuronal.

Así me quedé yo.

Este cómic va a tener su importancia,
luego os contaré por qué.

Y el último: "El examen neurológico",

que resume, paso por paso,
con metáforas visuales,

los distintos pasos que hay que seguir

a la hora de realizar
este tipo de exploración,

que yo creo que es la que más miedo
nos da a los estudiantes de medicina.

Poco a poco, según voy dibujando,
creo y pienso que es importante leer

acerca del trabajo de otros autores,

porque cuando uno tiene una idea,

siempre es necesario pensar si hay
alguien en otro rincón del mundo

que se está dedicando a lo mismo.

Y así es como descubro
el movimiento de medicina gráfica

que, poco a poco, se está
introduciendo en nuestro país

de la mano de un gran equipo.

Como os decía antes, el cómic de
"Cortical sparks" tuvo su importancia.

Pensé que si seguía en
un formato tan literal, tan rígido,

me iba a ser imposible llegar
a vosotros, los lectores.

¿Os ha sonado rara
la palabra que os he soltado?

Comparando con el primer cómic que hice

me di cuenta de que es necesario
apoyarme en metáforas visuales,

a modo de personajes.

Por ejemplo estos dos,
os los voy a presentar:

Broca es un elefante que representa
el área motora del habla

y que cruza de un hemisferio a otro
por el camino del cuerpo calloso

que es un haz de neuronas que conecta
nuestros dos hemisferios cerebrales.

Obernike, un loro que representa
el área sensitiva del habla

y que se comunica con el anterior
por un haz de neuronas

que aquí está representado
como un teléfono,

que se llama fascículo arqueado.

De hecho, ellos son los responsables
de que esté hablando yo ahora mismo,

porque representan las redes
neuronales encargadas del habla.

Así que creo que su conversación
telefónica va para largo.

Llegados a este punto es cuando
pienso en la ilustración,

más que como una herramienta
para visualizar procesos,

que era lo que se venía haciendo
en la historia de la medicina

y lo que, sin darme cuenta,
estaba haciendo yo con mis cómics,

pienso en cómo los cómics me pueden ayudar

a acercarme a vosotros a la hora de
informaros sobre lo que os está pasando,

sobre vuestros procesos.

Y pienso que lo más útil y práctico
es preguntaros a vosotros.

Y así es como diseñé una encuesta

en la que os pregunto sobre
las dudas más frecuentes que os surgen

cuando acudís a vuestro
médico de cabecera.

En ella pregunto dudas
sobre enfermedades crónicas,

la imagen que tenéis de un médico

o el grado de preocupación que os deja
la información que encontráis en Internet.

Los resultados fueron que,
de todos los encuestados,

cuando se les pregunta
si suelen buscar información

antes o después de acudir
a la visita de su médico,

una gran mayoría responde que sí.

De esa gran mayoría,
la mitad lo hace antes.

Voy a consultar al doctor Google

a ver si es algo leve, me tomo
la pastilla y me evito la visita.

En segundo lugar están los que, después
de haber ido a la consulta de su médico,

se quedan con muchas preguntas
y tienen que buscar por su cuenta.

Y en tercer lugar están los que,
fijaos si confían tanto en su médico,

que después de haber decidido
ir a consulta, dicen:

me voy a buscar algo por mi cuenta,

no me voy a llevar ninguna sorpresa,
si puedo ir con el diagnóstico, mejor.

Por otra parte, preguntaba sobre
el grado de preocupación o de angustia

que puede generar esta información
que encontramos en Internet.

Solo una cuarta parte
podía afirmar con seguridad

que nunca se había sentido angustiado.

Y de las tres cuartas partes restantes,

la gran mayoría terminaba
volviendo a consulta,

y el médico terminaba solucionando
sus dudas en gran parte de las ocasiones.

En la última parte de la encuesta
dejo una pregunta abierta

para que los que las respondieron
expresasen los adjetivos,

la imagen que tienen de un médico.

Y de ello podemos extraer
dos polos opuestos:

la imagen de un médico altivo,
muy preparado académicamente,

pero incapaz de hacer llegar al paciente
lo que le está pasando,

incapaz de comunicarlo,
por esos tecnicismos, esas palabras.

Y en el otro lado, la imagen
de un médico empático,

con capacidad para acompañar
y empatizar con el paciente,

y tranquilizarle en su proceso.

Creo que los pacientes no tenemos por qué
creernos lo que no podemos comprender.

Y me incluyo, porque nunca sabemos
cuando nos toca estar en el otro lado.

Esta necesidad de información es real,

sobre todo, en cuanto al porqué de
las enfermedades y a los tratamientos.

Y creo que tiene sentido que
esta información se adapte

a nuestro grado de conocimiento,

porque si no, vamos a terminar
buscando por nuestra cuenta

y eso va a complicar
nuestro proceso de enfermedad,

porque somos vidas
con contextos individuales.

Imaginaos que vais al médico

y tiene una herramienta, visual,
que explica vuestro proceso,

que cuenta vuestra historia,
con personajes.

El cómic es una buena herramienta que
puede ayudar a establecer un puente

entre esta imagen altiva que
podemos tener de un médico

y el paciente,

estableciendo un nuevo tipo de relación

basado en la empatía,
la claridad y la comprensión.

Muchas gracias.

(Aplausos)