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Buenos días, querida sangha.
Hoy hablaremos en inglés.
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Hoy es 10 de marzo de 2013,
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y estamos en la sala Agua Tranquila,
en Upper Hamlet, Plum Village.
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¿Cuántos van a escuchar a Thay
directamente en inglés?
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La mayoría.
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En pocos días, llegarán unas 600 personas
para el retiro francófono.
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Y la hermana Hai Nghiem ha propuesto
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algunos temas
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para la enseñanza y la práctica.
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El primero es: la felicidad es posible.
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El segundo es: la sanación es posible.
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Porque mucha gente necesita curarse.
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La mayoría de los que vienen aquí necesitan curarse.
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Luego: vivir en profundidad.
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Otra sugerencia es: volver a casa.
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No vagabundees más. Vuelve a casa.
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Esta es también una cuestión importante.
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Práctica importante.
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Luego: el río de la sangha.
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No ir como una gota de agua.
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Esto es muy importante para la práctica.
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No podemos practicar si no tenemos Sangha.
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Y con una sangha hemos de fluir como un río.
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Así que no solo los que vienen al retiro lo necesitan,
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nosotros, que vivimos en Plum Village,
también necesitamos esta práctica.
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Los amigos que van a venir
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también participarán
en la organización del retiro.
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Ayudarán cocinando, lavando, limpiando, etc.
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A muchos les gusta
compartir el trabajo de la Sangha en el retiro.
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Deberíamos mostrarles cómo cocinar,
lavar, limpiar, en paz y felicidad,
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porque esto es parte de la práctica, de la enseñanza.
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Deberíamos ser un ejemplo,
como residentes de un centro de práctica.
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Thay dará tres charlas del Dharma en francés.
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Quizás una sea de preguntas y respuestas.
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Así que nos reuniremos tres veces
en una misma aldea.
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Los demás días estaremos separados por aldeas
para charlas del Dharma, coloquios, etc.
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Tras el retiro,
Thay y algunos monásticos volarán a Asia.
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Tenemos un programa apretado
en Corea del Sur, en Hong Kong.
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Y en Tailandia.
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Porque la gente allí
quiere aprovechar al máximo la visita.
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Sabemos que la práctica de Plum Village
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se puede ver en dos puntos.
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El primer aspecto es cómo reconocer el sufrimiento,
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abrazarlo y transformarlo. Es un arte.
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Porque vivir implica sufrimiento y felicidad.
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No podemos evitar el sufrimiento, hemos de aceptarlo.
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Aprender cómo sufrir.
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Si sabemos cómo sufrir, sufriremos mucho menos.
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Y aprenderemos mucho de nuestro sufrimiento.
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Y sabemos cómo hacer buen uso del sufrimiento
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para crear felicidad.
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Del modo en que cultivamos flores de loto.
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Para cultivar lotos necesitamos lodo.
El sufrimiento es el lodo que necesitamos
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para generar la sensación de alegría y felicidad.
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El primer aspecto de la práctica
es cómo reconocer el sufrimiento,
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abrazarlo y transformarlo.
Hablamos del arte del sufrimiento.
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Al parecer, SS el Dalai Lama
ha escrito el libro "El arte de la felicidad".
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Necesitamos el libro "El arte del sufrimiento".
Hemos de aprender cómo sufrir
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porque si sabemos cómo sufrir,
sufriremos mucho menos.
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Y podemos aprender de ese sufrimiento.
Hacer buen uso de él.
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Lo sabemos como verdaderos practicantes,
tenemos experiencia sobre cómo sufrir.
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Hemos de aprender cómo sufrir. Es un arte.
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Hemos de poder sonreír a nuestro sufrimiento
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con paz, como sonreímos al lodo.
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Sabemos que hemos de emplear bien el lodo
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para cultivar flores de loto.
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Hay grandes bloques de sufrimiento,
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el sufrimiento masa,
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pero están las llamadas pequeñas miserias,
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pequeños sufrimientos.
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Cómo gestionar los sufrimientos pequeños.
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Si sabemos gestionar los pequeños sufrimientos,
no tenemos que sufrir.
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Son cosas diarias.
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Las pequeñas miserias de la vida diaria.
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Sabemos cómo gestionar
esos pequeños momentos de sufrimiento.
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Deberíamos poder compartir nuestra práctica
con los que van a venir
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a nosotros.
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No tememos estas pequeñas miserias
porque sabemos qué hacer con ellas.
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Son parte de nuestra vida diaria.
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Si ya se ha formado el bloque de sufrimiento,
debemos saber reconocerlo, abrazarlo.
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Sobre todo, cómo emplear bien
la energía colectiva de la Sangha
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para abrazarlo. Como joven practicante,
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como jóvenes en la práctica,
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quizá no podamos abrazar nuestro sufrimiento
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porque nuestra plena consciencia
no es aún bastante fuerte, poderosa.
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Con la Sangha podemos emplear
la energía colectiva de plena consciencia
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de la Sangha para reconocer y abrazar
nuestro bloque de sufrimiento.
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Ese sufrimiento quizá nos ha sido transmitido
por nuestro padre,
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nuestra madre, nuestros ancestros.
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Si sabemos reconocerlo, abrazarlo y transformarlo,
lo hacemos para nuestros padres,
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nuestros ancestros. Es bueno poder hacer eso
por nuestros padres, ancestros,
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y no transmitirlo a nuestros hijos ni a sus hijos.
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El final del samsara.
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Muchos de los que leen
sobre la práctica de Plum Village
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y oyen hablar de paz, energía de fraternidad,
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y al venir aquí se sientan y caminan con nosotros,
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sienten que esa energía colectiva es muy real,
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no solo algo de lo que se habla.
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Cuando dejas que la energía colectiva
de plena consciencia y paz te abrace,
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te sientes mucho mejor.
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Sientes que tu sufrimiento empieza a transformarse.
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Así que tomar refugio en la Sangha
es una práctica fundamental.
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Monásticos y practicantes laicos sentados juntos,
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en paz, su energía de plena consciencia
puede ser muy poderosa.
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Si sabemos sentarnos con ellos y dejar que esa energía abrace nuestro sufrimiento,
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seremos una gota de agua que fluye en el río
y nos sentiremos mejor.
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No hay nada que hacer.
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Dejamos que nuestro sufrimiento
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sea abrazado por la energía colectiva de la Sangha.
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Ese es el mejor regalo posible de la Sangha
a la gente que venga.
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Tenemos muchas cosas que preparar
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para el retiro,
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podemos hacer muchas cosas.
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Podemos
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limpiar, podemos lavar,
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podemos cocinar, podemos hacer muchas cosas
para el retiro.
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Podemos servir a la gente
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hacer el retiro posible.
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Pero lo mejor que podemos darles,
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la cosa más valiosa que podemos darles
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no es nuestro trabajo.
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Lo mejor que podemos darles
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es nuestra energía colectiva,
nuestra plena consciencia y paz.
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Por eso, durante la meditación sentada, caminando,
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deberíamos esforzarnos en estar presentes.
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Ya que esa energía colectiva ayudará
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les calmará,
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les ayudará a abrazar su sufrimiento
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para que puedan caminar, sentarse, respirar.
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Porque muchos de ellos no pueden respirar.
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No pueden caminar, no pueden sentarse.
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Con esa energía colectiva
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de plena consciencia y paz
que como Sangha tenemos,
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podemos darles una oportunidad
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para que puedan respirar,
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para que puedan caminar y sentarse.
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Ese es el mejor regalo que podemos hacerles
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como Sangha.
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No es un trabajo duro.
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Es lo mejor que podemos dar,
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energía de paz, alegría, fraternidad.
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Los que vienen son afortunados,
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porque pueden organizarse
para tener una semana
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que pasar con nosotros.
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Muchos quisieran hacerlo pero no pueden.
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No tienen tiempo, dinero.
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Así que los que vienen tienen la suerte
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de poder estar siete días con una sangha.
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Debemos ser conscientes de ello.
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Y hemos de esforzarnos al máximo
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para darles la oportunidad
de transformarse y sanar.
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Thay les va a decir
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el primer día del retiro
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que la sanación es posible
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ahí mismo, en el retiro.
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No después del retiro, sino durante el retiro.
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Si siguen las instrucciones,
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respirar, sentarse y caminar,
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la sanación es posible a cada paso.
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La sanación es posible con cada respiración.
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Esta es la verdad.
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No hay un camino a la sanación,
la sanación es el camino.
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Hemos de decirles
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que para sanar, deben detenerse.
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Hay que soltar para poder sanar.
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Si no se paran no podrán sanar.
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No han podido sanar porque no se han detenido.
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Los 5 entrenamientos
son una enseñanza importante.
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Los cinco entrenamientos
a la plena consciencia
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son para detener
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esa acción, ese pensamiento, que puede crear
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malestar,
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enfermedad.
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Los cinco entrenamientos son también
el tipo de pensamiento y acción
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que tiene el poder de sanar.
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Sin los cinco entrenamientos
la sanación es imposible.
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Detenerse es muy importante.
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Detenerse y sanar
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es también el tema de la enseñanza
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que daremos en Corea del Sur.
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Si sabemos cómo parar,
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la sanación puede ocurrir
en ese instante, con cada paso,
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con cada respiración, etc.
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Deberíamos ser capaces de convencerles de parar.
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Parar lo que estén haciendo que pueda llevar a sufrir,
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a la ira, la desesperación.
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Sabrán lo que deben detener para sanar.
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Les diremos
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cómo nosotros hemos podido parar
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y empezar a sanar.
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Hemos de compartir nuestra experiencia.
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En el momento en el que decides parar
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te sientes muy ligero, notas la sanación
que ocurre al instante.
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Es un gran momento, el de decidir parar.
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Después les diremos
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que es posible crear momentos de felicidad cada día.
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Hay pequeñas felicidades
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que podemos crear en cualquier momento del día.
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Este es también un arte.
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El arte de la felicidad.
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Al beber una taza de té
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caminar, o tan solo sentarte y mirar,
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puedes crear felicidad durante ese momento.
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Y algo de esos ingredientes que necesitas
para crear felicidad
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pueden ser reconocidos.
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Sabemos que la plena consciencia
es fuente de alegría, de felicidad.
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La gente se queja de que no posee felicidad
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y debemos decirles
que ya poseen condiciones para ser felices.
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Ayudarles a reconocer las condiciones de felicidad
que ya poseen.
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Las flores del cerezo están ahí,
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pero no son capaces
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de contemplarlas y disfrutar de las flores del cerezo.
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El sol está ahí, llega la primavera,
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todas estas cosas son maravillas de la vida.
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Y sin embargo, están atrapados por algo.
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No son capaces de reconocer
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estas condiciones para la felicidad.
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Tienen un cuerpo,
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pero no tienen acceso a su cuerpo.
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Es curioso. Tienes un cuerpo,
pero no tienes acceso a él.
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No puedes regresar a tu cuerpo.
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No puedes tocar tu cuerpo y decir:
este es mi cuerpo.
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Porque no tienen plena consciencia.
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Cuando pasan tres horas en el ordenador,
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olvidan completamente que tienen un cuerpo.
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Permanecen
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en un mundo irreal.
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Por eso, en Plum Village,
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nuestros hermanas y hermanos
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programan una campana de plena consciencia
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que de vez en cuando les recuerda parar
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y regresar al cuerpo
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e inspirar
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usando la consciencia de la respiración
para reconocer nuestro cuerpo
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y entrar en contacto con él.
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Quizá nuestro cuerpo nos está llamando
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pero no le oímos.
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Nuestro cuerpo nos necesita pero no le oímos.
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Si podemos entrar en contacto con nuestro cuerpo,
-
podemos también tocar nuestras sensaciones.
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Hay muchas sensaciones llamándonos.
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El sufrimiento
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es como un niño que nos llama.
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Un niño que sufre y nos llama.
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Pero ignoramos
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la voz del niño interior.
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Porque toda sensación es un niño.
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La plena consciencia nos ayuda
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no solo a tocar el sufrimiento
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para que lo abracemos y transformemos.
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La plena consciencia también nos ayuda
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a tocar las maravillas de la vida,
incluido nuestro cuerpo.
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Inspirar
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puede ser delicioso.
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Espirar puede ser una delicia.
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Disfrutas de respirar.
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Visualiza un monje sentado en la hierba.
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No hace nada. Solo inspira y disfruta de ello.
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Es libre. Es libre de las preocupaciones,
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de la ira,
-
del ansia.
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Es capaz de entrar en contacto con su cuerpo
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con el cielo azul, el color verde,
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con la primavera que está llegando.
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Deberíamos poder hacer eso
para hacer recordar a los que vengan
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que también ellos puede crear momentos de felicidad.
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Los pequeños momentos de felicidad cotidianos.
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Aprender cómo disfrutar.
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Aprender cómo saborear
las pequeñas felicidades cotidianas.
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Eso es posible.
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Hay mucha gente con talento.
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Pueden obtener un diploma.
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Pueden inventar
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una nueva máquina.
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Pueden hacer muchas cosas.
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Les preguntamos:
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¿Puedes crear un momento de felicidad?
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¿Puedes emplear tu cuerpo,
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puedes emplear tu inspiración,
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puedes emplear tu plena consciencia
para crear un momento de felicidad,
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una sensación de felicidad?
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La forma en que hacemos la sopa,
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necesitamos agua,verduras, tofu, etc.
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La mayoría podemos hacer una buena sopa.
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Una pequeña felicidad es como una sopa.
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Con algunos ingredientes podemos crear
un momento de felicidad
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para nosotros y para los demás.
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Puedes ofrecer algo de tu sopa a otra persona.
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Si sabes inventar, crear, un momento de felicidad
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puedes disfrutarlo y ofrecerlo a otra persona.
-
Este es un arte.
-
El arte de la felicidad.
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Hemos de aprender a disfrutar.
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A fabricar
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estas sensaciones de alegría y felicidad cada día.
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Hemos de aprender a saborear
los pequeños momentos de felicidad.
-
Aprender a saborear
-
las pequeñas felicidades cotidianas.
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Y crearlas.
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Sabemos
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cómo detener
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la incesante radio del pensamiento
-
para hacerlo.
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Si permites que la radio interior
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siga funcionando, no puedes hacer nada.
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Porque hay un discurso mental incesante
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que transcurre día y noche en tu mente.
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Piensas en el pasado, invocas el pasado,
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temes el futuro y el pensar continúa.
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Toma todo tu espacio,
no tienes tiempo de vivir tu vida.
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Es muy importante detener la radio interior,
-
el pensamiento incesante.
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Porque esa es
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la práctica de rumiar.
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Comemos y masticamos una y otra vez
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nuestro sufrimiento, nuestra preocupación,
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y eso no es bueno para tu salud.
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Deberíamos poder ayudarles
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a no seguir comiendo su propia consciencia.
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El cuarto alimento trata de eso.
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La consciencia como alimento.
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En nuestra consciencia hay sufrimiento,
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arrepentimiento, dolor, etc.
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Tenemos la costumbre de reavivarlos
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del fondo de la consciencia
y masticarlos una y otra vez.
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Eso no es sano.
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No es comida saludable.
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Detener el discurso mental
es muy importante en la práctica.
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Es curioso que en Plum Village
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no solo no bebemos alcohol,
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ni comemos carne, también aconsejamos
no hablar y no pensar.
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Porque si hablamos o pensamos
mientras caminamos,
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permitimos que la radio siga funcionando
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y somos sus víctimas.
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Somos víctimas del pasado, del futuro,
de las preocupaciones.
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No vivimos nuestra vida.
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Para poder vivir nuestra vida
hemos de parar la radio interior.
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El discurso interior.
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¿Cómo puedes disfrutar de tus pasos
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si permites que la radio siga funcionando?
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Por eso es muy importante
detener la radio interior.
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Sentir
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más que pensar.
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Cuando tocamos la tierra con nuestros pies,
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deberíamos poder sentir.
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La sensación puede traernos sabiduría.
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Nos concentramos en esa sensación:
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toco la madre tierra con mi pie izquierdo.
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Al instante tocas
todas las maravillas de la vida disponibles
-
durante el momento en el que
tocas la tierra con tu pie izquierdo.
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Y tienes una maravillosa sensación de alegría.
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De bienestar.
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Al hacer esto, puedes detener el pensamiento.
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Dejar de pensar para hacer esto,
hacer esto para dejar de pensar.
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Sentir en vez de pensar es nuestra práctica.
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Sentir tu cuerpo.
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Ser consciente de cada sensación.
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Abrazarla.
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Esa es nuestra práctica.
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Y la sanación es posible.
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Nos proporcionamos comida sana.
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No masticamos una y otra vez
nuestro temor, pena, ira,
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lo que no es bueno para nuestra salud.
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Empezamos a recibir la comida sana
que merecemos.
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Y la Sangha que nos rodea
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está ahí para recordarnos la práctica.
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Así que aprendemos
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a caminar con alegría y felicidad.
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La meditación caminando no es trabajo duro.
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No es un deber que hemos de cumplir.
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Es una oportunidad de crear
momentos de felicidad.
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Es una buena oportunidad
de crear momentos de felicidad
-
y sanar.
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Meditación caminando.
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Tanto si caminas con la Sangha
o caminas solo.
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Si caminas con la Sangha te beneficias
de la energía colectiva.
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Si caminas solo, irradias energía
de paz y plena consciencia.
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Y recuerdas a los demás
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que caminen como tú.
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Cualquier momento de práctica
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puede sanar y ayudar a otros a sanar.
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No solo a ti, ayuda a otros a sanar.
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Es precioso ver un hermano o hermana
caminar consciente y feliz en un campus.
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Es muy nutritivo y sanador.
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Así que bien camines con la Sangha o solo,
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tus pasos son muy importantes para nosotros.
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Lo que vienen aquí,
al vernos caminar así
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tienen fe en la práctica, en el Dharma.
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Cuando comemos
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debe haber una forma de comer
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que haga que cada momento
sea sanador, nutritivo.
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No solo nos alimentamos con la comida,
-
sino también de la Sangha.
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Porque sentados comiendo juntos
generamos energía de plena consciencia,
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energía colectiva
de plena consciencia y fraternidad.
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Y eso es muy sano, muy curativo.
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Al comer así, detienes el pensamiento
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y te haces consciente
de los miembros de la Sangha alrededor.
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Cada uno genera energía de paz, fraternidad.
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Eso es curativo, es comida buena.
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Comer juntos es una práctica.
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No es trabajo duro, un deber que cumplir.
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También la meditación sentada.
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La meditación sentada es una oportunidad de sanar,
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de crear momentos de alegría también.
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No un momento en el que hay que estar ahí
-
esperando que suene la campana
que anuncie el final de la meditación.
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No. Eso sería una pérdida.
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Un desperdicio.
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Son momentos escasos, preciosos.
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La gente no tiene tiempo de sentarse así
para no hacer nada.
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Lo consideran antieconómico.
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Un lujo.
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El tiempo es dinero.
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Pero sabemos que sentarse
-
puede ser muy sanador.
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Hemos de aprender a disfrutar
de cada momento sentados,
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cómo respirar para que cada momento sentado
sea nutritivo y sanador.
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Si lo sabemos,
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ese programa estará hecho por nosotros,
no impuesto por un partido político.
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O por el rey.
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Es la Sangha la que ha creado ese programa
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para que empleemos bien ese programa
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para nuestra transformación y sanación.
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Nadie nos impone el programa,
ni siquiera Thay.
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El programa ha sido diseñado
por toda la Sangha
-
para que todos tengan la misma oportunidad
-
de transformarse y sanar.
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No deberíamos quejarnos
de que el programa es demasiado apretado.
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Solo los principiantes
necesitan un programa apretado.
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Esa es la razón de ser
-
de un practicante: tener un programa.
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Sabemos que hacerlo con la Sangha,
-
es mejor, más fácil, agradable.
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La campana, la Sangha que viene a la meditación,
nos están ayudando.
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Es de gran ayuda que todos
vayan a la meditación sentada.
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Así, nosotros vamos a la meditación,
es muy natural.
-
No hemos de esforzarnos.
-
En muchos sutras se dice que el Dharma
-
es amable, agradable,
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al principio, en medio y al final.
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Cada minuto de la práctica
debe ser agradable, sanador
-
y transformador.