¿Los animales tienen lenguaje? - Michele Bishop

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Todos los animales se comunican. Pero ¿tienen lenguaje? Michele Bishop detalla las cuatro cualidades específicas que asociamos con el lenguaje e investiga si determinados animales usan algunas o todas esas cualidades para comunicarse.

Lección de Michele Bishop, animación de Avi Ofer.

Todos los animales se comunican.

Los cangrejos mueven sus pinzas
para indicar que están saludables

y listos para aparearse.

Las sepias usan células epiteliales
pigmentadas llamadas cromatóforos

para crear patrones en su piel
que sirven como camuflaje

o como advertencia a sus rivales.

Las abejas melíferas realizan
coreografías complejas

para avisar a sus pares sobre el lugar
y la calidad de una fuente de alimento.

Todos estos animales tienen sistemas
de comunicación impresionantes,

pero, ¿tienen un lenguaje?

Para responder esta pregunta

podemos observar cuatro cualidades
generalmente asociadas con el lenguaje:

unidades,

gramática,

productividad

y desplazamiento.

Las unidades son un grupo
de elementos individuales,

por ejemplo: sonidos o palabras,

que se pueden combinar
para comunicar ideas;

como imanes con letras
que pueden reordenarse

para crear diferentes frases.

La gramática es un sistema de normas

que dicta como se combinan
las unidades individuales.

La productividad es la habilidad
de usar el lenguaje

para crear un número infinito
de mensajes.

Y, el desplazamiento es la
habilidad de hablar sobre cosas

que no están presentes.

Como, por ejemplo, el pasado,
el futuro o eventos ficticios.

Entonces, ¿la comunicación animal
exhibe estas cualidades?

En el caso de los cangrejos y sepias,
la respuesta es "no".

Ellos no combinan las señales
de maneras creativas.

Tampoco las usan con un orden gramatical;

y, solo comunican eventos del presente.

Por ejemplo: "Estoy saludable"
o "Soy venenoso".

Pero algunos animales sí muestran
algunas de estas propiedades.

Las abejas usan el movimiento, ángulo,
duración e intensidad de su danza

para describir el lugar y cantidad
de una fuente de alimento.

Esa fuente está fuera de la colmena;

por lo que demuestran
la propiedad de desplazamiento.

Comparten esta característica
con los perros de pradera

que viven en colonias de miles

y son cazados por coyotes, halcones,
tejones, serpientes y humanos.

Los llamados de alarma indican el tamaño,
forma y velocidad del depredador.

Incluso, cuando el cazador
es humano, qué ropa usa

y si tiene un arma.

Los grandes simios, como chimpancés
o gorilas, se comunican muy bien.

Algunos han aprendido un lenguaje
de señas modificado.

Un chimpancé de nombre Washoe
demostró uso de unidades

al combinar las señas para
formar frases originales;

por ejemplo: "Abre por favor. De prisa."

Coco, una gorila hembra que
entiende más de mil señas

y reconoce casi 2000 palabras
cuando se le habla inglés,

se refirió a un gatito
que había muerto.

Así, demostró desplazamiento.

Pero debe señalarse que los simios
usaron, en los ejemplos,

un sistema de comunicación humano;

en lugar de un sistema que
se encuentre en la naturaleza.

Hay muchos ejemplos de
comunicación animal sofisticada;

por ejemplo, los delfines.

Ellos usan sonidos para comunicar
la edad, ubicación, nombre y género.

También pueden entender la gramática

de un lenguaje gestual que usan
los investigadores para comunicarse.

Sin embargo, la gramática no es parte
del lenguaje natural de los delfines.

A pesar de que estos
sistemas de comunicación

tienen algunas de las cualidades
del lenguaje descritas,

ninguno tiene las cuatro.

Incluso la habilidad impresionante
de Washoe y Coco, es mucho menor

a la destreza que despliega un niño
de tres años en el lenguaje.

Los temas de conversación de
los animales son muy limitados.

Las abejas hablan de alimento;

los perros de pradera
hablan de depredadores;

y, los cangrejos hablan sobre ellos.

El lenguaje humano se destaca

por la poderosa combinación
de gramática y productividad,

además del uso de unidades
y desplazamiento.

El cerebro humano puede usar
un número finito de elementos

para crear infinitos mensajes.

Podemos crear y comprender
oraciones complejas;

así como también palabras que
nunca se han dicho antes.

Podemos usar el lenguaje para
comunicar un sinfín de temas,

hablar de cosas imaginaras,

e incluso mentir.

Las investigaciones revelan cada vez más
sobre la comunicación animal.

Puede que, al final, el lenguaje humano
y la comunicación animal

no sean tan diferentes
sino parte de un contínuo.

Después de todo, somos animales.